Ed, Edd y Eddy ® le pertenece a sus creadores y a CN, pero el siguiente fic es mío y trata de ideas que pasan por mi cabeza.
Capítulo 1: Uva.
Como una vil serpiente que atrapa a un pequeño roedor, asfixiándolo con firmeza, o bien sea inyectándole su veneno, matándolo silenciosa y suavemente, hasta tomar todo de él, hasta apagar su vida en agonía.
Eso sería la forma más correcta para expresar como sentía su corazón Doble D en aquel momento.
Revisó de reojo, mientras terminaba de ordenar un par de cosas de su casillero y quitar unos libros, a un joven de cabello rojizo que estaba muchos metros a la distancia, alejado de él. Se aseguraba de no hacerlo notorio, aunque con sinceridad, en sí su imagen era invisible ante casi la entera institución.
Aquel a quién observaba se encontraba rodeado de sus amigos, compartiendo risas y alguna charla entretenida a la que no tenía el acceso de oír, pero también lo prefería así.
La campana sonó, dándoles la señal a todos los que transitaban por el lugar que debían tomar lo que necesitaran y dirigirse hacia sus siguientes clases a menos que quisieran tener problemas con sus autoridades estudiantiles.
Así, a un flujo acelerado, los corredores fueron quedando vacíos…vacíos, con la compañía de un fantasma con vida humana.
Doble D no se preocupó de esconderse, ya que en ocasiones anteriores había comprobado que ni la directora detectaba su existencia. Pero eso no siempre fue así.
Estaba llegando tarde a su próxima clase, algo que hacía unos meses él mismo consideraría un pecado capital, pero no movía un pie de su lugar frente al casillero, ni la más mínima vacilación a moverse.
Aunque para ser correctos, no estaba llegando tarde a otra clase, estaba saltándosela… otra vez… a otra más.
Sus notas académicas no había bajado en lo más mínimo, pero si sus notas conceptuales en tan solo unos meses.
"Falta a un 45% de las clases, ¡Y estamos a penas a mitad de año!."
"No hay participación durante cualquier exposición de un tema."
"Negarse a pasar a explicar sus trabajos a la clase."
"Negarse a la lectura en grupo."
"Inasistencia a los retiros prácticos para el aprendizaje de curso."
Son algunas de las cosas que estaban comenzando a adjuntarse a su legajo, dándole la imagen de un chico con una gran capacidad cerebral, pero aún así, un rebelde que pretendía ir a su ritmo.
No era cierto, por supuesto. Él era un chico aplicado que jamás llegaba tarde a algún lugar, menos a una clase, es más, se aseguraba de estar a veces minutos antes de que sonara la campana. A pesar que su curso y profesor terminaran durmiéndose durante sus largas exposiciones de trabajo, a él jamás eso lo frenó a explicar todo con detalle a un grupo de zombies dormidos. Era tan participativo durante las clases que la mitad de sus compañeros se cansaban de él, y la otra mitad terminaban contagiados de su entusiasmo, lo que hacía las clases realmente interesantes. Su broche de oro al finalizar los ciclos escolares, era aquel pequeño trofeo que la institución le otorgaba por tener un 100% de asistencia perfecta. Era la estrella y el símbolo clave del estudio y de ese lugar, sus amigos, a pesar de no compartir su amor por la sabiduría, estaban realmente orgullosos de él.
Pero todo se había ido al diablo en solo un par de meses, y de ser "la estrella de la nación", se transformó en "Oye, recuerdas a ese chico que era tan inteligente, ¿desapareció acaso? Como sea, debe haberse cambiado de ciudad o algo"… a pesar que él seguía estando allí, solo sus profesores seguían reconociéndolo por su apellido en la lista, aunque ya no lo trataran de la misma forma, sino más con algo de desaire, por su 'rebelde' comportamiento.
Pero vamos a lo más importante, ¿por qué Doble D actuaba así?
Fácil, pero complicado.
El amor lo había golpeado… literalmente.
Todo había iniciado a principios del año pasado, cuando tuvo que ayornarse a la idea de que sus mejores amigos no lo acompañarían toda la vida. Eddy y Ed habían tenido que mudarse de ciudad debido al progreso del trabajo de sus padres.
Era una buena noticia para sus familias por lo que él había decidido intentar tomarlo positivamente, a pesar que la situación no le agradara, no le parecía justo para aquellos padres, que tanto les habría costado seguro lograr aquello, el deprimirse y hacer sentir con culpa a sus amigos. Además habían prometido que aprovechando cada espacio que tuviesen volverían a visitarlo; y así lo habían hecho, para mitad de año habían vuelto un tiempo, y se habían quedado durante todas las vacaciones al finalizar el año.
¡Cómo le hacían falta sus amigos ahora!, ansiaba que acabara ya la simple semana que lo separaba de que llegaran, igual que el año anterior, a quedarse unos días para mitad de año, pero aún no se decidía por contarles o no sobre su tortura.
Exactamente a principios del año anterior, fue que se dio cuenta de sus 'inclinaciones' también, al principio, como la mayoría de personas, le aterró y se negó rotundamente a lo que sus sentimientos lo empujaban, pero en unos dos o tres meses ya lo había aceptado.
¿Cómo se dio cuenta?
Se había enamorado de Kevin, aquella 'amenaza' que había sido tantos años para los Edd's.
Se hallaba a sí mismo a veces distraído mirándolo, a veces detalles vergonzosos acerca de la anatomía del otro pasaban por sus pensamientos, a veces sueños que jamás le contaría a nadie lo atacaban en las noches, a veces salía por algún mandado y apreciaba demasiado de la vista que obtenía de él trabajando en su garaje con su motocicleta… a veces realmente quería besarlo. Supongo que la evidencia hacía algo obvio lo que sucedía.
La incertidumbre lo persiguió durante todo el año, cuestionándose si alguna vez conseguiría no pasar desapercibido para Kevin. Se comportó como una colegiala enamorada un tiempo, enviándole regalos firmados como una admiradora secreta o algunos apuntes para que aprobara los exámenes. Kevin, por su parte, parecía feliz cuando esos detalles le llagaban, recibiendo alguna que otra vez algunos chistes de sus amigos o compañeros del equipo del instituto, "Pero claro… eso debe ser porque cree que soy una chica" es lo que siempre cruzaba la mente de Doble D y le bajaba el ánimo un poco, aunque no se diera por vencido.
La navidad y el año nuevo los había pasado con sus amigos, entre risas y relatos de lo que habían vivido en sus respectivos establecimientos educativos, con sus profesores y compañeros. Ed y Eddy estaban en el mismo lugar y en la misma cursada por suerte, asique ellos estaban más curiosos por Doble D.
Cuando estaba por finalizar el período de vacaciones de verano, antes de que sus amigos se fuesen, Doble D decidió por contarles acerca de su 'enamoramiento' mientras su cuerpo parecía gelatina por como temblaba. Sus amigos lo tomaron muy diferente a como creyó, Ed solo se quedó unos segundos sin decir nada, seguramente mientras la información intentaba pasar por aquella dura barrera de su cerebro, luego se precipitó a abrazarlo casi asfixiantemente como solía hacer mientras decía "¡Que bien! Doble D siempre me pareció una linda niña, ¡Eddy! Para la próxima navidad tendremos mini D's pelirrojos para que tío Ed les cuente cuentos de duendes en sacos rojos y verdes!" terminó en lo que sus ojos parecían llenarse de lágrimas de alegría.
"Tarado! Los hombres no pueden hacer bebés", corrigió Eddy dándole un golpe, provocando que suelte a Doble D.
Por su propia parte, Eddy solo miró a Edd, había quedado en un shock en lo que su inocente amigo lo abrazaba, Edd temía a lo que su otro amigo le dijera, pero parecía que él se fijó en otra cosa. "¿Estás seguro cabeza de calcetín? ¿No te habrás dado un fuerte golpe en la cabezota o tu cerebro se quedó sin aire por lo ajustado que tienes esa cosa? Ese tipo es un idiota, preferiría antes que te fijaras en Rolf."
"El amor es así Eddy, nunca sabes con quién el destino y las largas líneas de conexión astromagnética acabarán decidiendo vincularte."
Eddy aún así había seguido mirando al inteligente del grupo con inseguridad. "Como sea, tú decides eso, pero al menos prométenos que te cuidarás de él amigo, o en caso contrario avísanos y vendremos a darle una buena paliza a ese niñito de papi, mis puños pueden destrozarlo con solo dos golpes" Doble D no había evitado reír con eso, cubriendo un poco su boca.
Cuando sus padres les llamaban para emprender viaje, los dos chicos se despidieron de su amigo en un asfixiante abrazo que los unió a los tres, otorgado tan amable y delicadamente como podía ser Ed.
"Suerte con él tigre…pero… ten mucho cuidado piernas de señorita, confías insoportablemente mucho en la bondad de la gente"fue lo último que Eddy le dijo antes de irse, volviendo al momento presente, sentía que realmente debió hacerle caso a eso, no debió confiarse de nadie…
Soltó el suspiro más agotado de toda su vida, uno repleto de frustración y tristeza además. Fue allí que noto una figura que lo veía metros lejos de él, con una sonrisa que le helaba los huesos en el rostro… no había quedado solo en aquel corredor, pero por estar perdido en sus pensamientos perdió ventaja. Dio lentamente unos pasos hacia atrás para luego voltearse y correr tan deprisa como sus piernas le permitieran lejos de allí, en dirección contraria a aquel sujeto.
Oyó una a esa persona reír entretenido antes de correr persiguiéndolo, y a sus pasos… acercándose con mayor rapidez, cada vez más cerca suyo, por último, un golpe en seco, el de su cuerpo siendo tacleado, y la voz de su amigo distorsionarse suavemente en sus recuerdos…
"…ten mucho cuidado… confías insoportablemente mucho en la bondad de la gente…"
Fin- cap. 1
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