Ohayo minna! Reiko-chan aqui con una nueva historia completamente original y de mi propia autoría ^^! espero que les agrade y de ustedes dependerá que continue o no, así que aqui está el primer capítulo ;P dejen reviews onegai!


Iniciando

El estruendoso sonido de un arma chocó contra las paredes del oscuro callejón, el demonio profirió un agudo y ensordecedor grito, similar al chirrido de que emite un objeto afilado al rayar una pizarra, uno, dos, tres disparos más, la criatura calló al suelo con un golpe sordo, la sangre rodeaba las paredes y manchaba cada parte del lugar, el eco de sus botas de agujeta rojas con plataforma se escuchaba claramente mientras salía del callejón, se giró al escuchar a su aprendiz hablar a sus espaldas.

—¡Rei! ¡Eso fue increíble, eres genial!— exclamó un chico de ojos verdes y cabello marrón, aspecto bastante aniñado, demasiado enclenque y un poco torpe.

—¿Cuántas veces voy a tener que repetírtelo?, no me llames Rei, nadie me llama Rei, soy Hunter, ¿entendido?, y ahora Sam, explícame por qué rayos no te encargaste de aquel demonio— expresó la chica con un tono reprobatorio.

—Yo…estaba…algo distraído— contestó él mientras que se rascaba la nuca, un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas y una sonrisa se dibujo en su rostro.

La chica lo miró arqueando una ceja, suspiró y se acercó al joven de catorce años, tomándolo por el cuello de la camiseta lo acercó a ella y lo levantó levemente del suelo.

—Pues espero que la próxima vez que salgamos a cazar estés listo y atento— su voz acompañada de una mirada amenazadora haría temblar a cualquiera, y Sam no era la excepción —Los cazadores no pueden darse el lujo de estar "distraídos", ellos deben estar alerta todo el tiempo, si vuelves a distraerte, por más mínima que tu distracción sea, no me detendré en dispararte en medio de la frente con ambas pistolas.

El chico tragó saliva nervioso y asintió varias veces, sabía que hacerla enojar no era la mejor opción del mundo, la chica lo libró de su intenso agarre y se alejó de él.

—Vamos, es tarde, hay que volver a la academia.

—¡S-Sí señora!— dijo como última palabra el muchacho, comenzando a seguir a su mentora.

Juntos caminando por las desiertas calles de Lucifentus, la luna roja iluminando las partes que la luz parpadeante de los faroles no llegaba a alumbrar, lo cual sólo le daba un aspecto más horrible de lo que debería, a menos de que seas un idiota sabes que no debes de caminar por Lucifentus de noche, cuando hay luna roja, pues los demonios pueden salir en cualquier momento y no dudarán en terminar con tu vida de un tirón, pero no si eres Reita Akimoto, o mejor conocida como Hunter, la cazadora más joven y talentosa de su generación, su larga cabellera roja, la cual se asemejaba al fuego cuando sus cabellos ondeaban al soplar el viento, sus ojos de un azul intenso que parecía violeta en ocasiones, su piel blanca y sonrosada, su apariencia es semejante a la de un ángel, pero es todo lo contrario, está muy lejos de ser uno, ella vive para cazar, odia a los demonios, toda clase de demonio es repugnante para ella, especialmente una gran especie que ha vivido desde tiempos remotos, los vampiros, su sueño: exterminar por completo a cada uno de ellos con sus propias manos hasta que no quedara indicio de su existencia, su odio hacia ellos se debía a una sola causa, la muerte de sus padres, desde el día en el que fueron asesinados por uno de esos asquerosos chupasangre -como ella los llamaba- juró que borraría a aquellas criaturas de la faz de la tierra.

Por otro lado estaba Samuel Rumsfeld, o Sam, un chico lo bastante bueno y amable como para ser un cazador, tímido, introvertido, fácil de impresionar, lo que alguien llamaría débil, su familia estaba compuesta por personas adineradas, para la desgracia de Hunter el chico le había sido asignado como aprendiz el año pasado, era su responsabilidad convertirlo en un cazador de élite, pero el chico no mostraba ningún progreso, con decir que no podía aplastar ni a una mosca, el trabajo estaba costándole bastante.

Al llegar a una esquina doblaron hacia la derecha, adentrándose en otro oscuro callejón, colocándose frente a una de las paredes la pelirroja prosiguió a pronunciar unas palabras

Apertum Portal— pronunció.

Un hoyo gigante se abrió frente a ambos, similar a un hoyo negro, el cual atravesaron sin tener problema alguno.

La Academia Rebirthing una escuela poco común, alejada de la civilización y bastante complicada de encontrar, un lugar sólo para estudiantes diferentes, con habilidades diferentes, lejos de ser una simple escuela común y corriente, con sus altas torres y paredes de ladrillo rojo oscuro, escalones gruesos de concreto y grandes ventanales para observar el oscuro bosque, gárgolas reposando en lo alto, siempre atentas, observando el camino de entrada, vigilando si algo "extraño" pasa, la gran torre del reloj, marcando cada hora con un atronador sonido, un auténtico edificio gótico de la época victoriana para alejar a cualquiera del lugar, sí, una escuela poco común para estudiantes poco comunes, llena de vampiros, hombres lobo, cazadores, brujas, magos, hadas, ángeles y criaturas que el hombre aún cree inexistentes.

—¡Escúchenme bien todos, quiero dos filas ordenadas ahora mismo, chicos en una y chicas en otra, por estaturas!

—¡Sí superior!

Reita Akimoto, no sólo es la mejor cazadora de su generación, presidenta del consejo estudiantil y guardiana, con las calificaciones más altas y la mejor conducta, su carácter impenetrable es el ejemplo a seguir de cualquiera.

—No lo repetiré una vez más, absolutamente todos deben de llevar su uniforme completo, para las chicas, zapatos negros, perfectamente limpios, medias blancas largas, falda plisada color rojo vino, camisa blanca, saco igualmente rojo y corbata negra, y ustedes chicos, zapatos negros, pantalón rojo, camisa blanca, saco rojo y corbata negra— decretó examinando a cada uno —Si no quieren ganarse un castigo entonces no quiero ver a nadie sin portar el uniforme completo, ¡¿Entendido?!

—Sí.

—Ahora vayan ordenadamente adentro, las clases están por comenzar— finalizó seriamente.

Cada alumno siguió las indicaciones de la chica, entrando a la edificación de manera ordenada y silenciosa.

—Vaya, de verdad que eres estricta— una voz familiar surgió a su lado.

—¿Eh?, ah, Hinata.

Hinata Fujishima, hombre lobo, tez morena, cabello castaño oscuro y ojos negros, alto, atlético, un buen amigo, popular entre las chicas, posee un gran corazón y una nobleza increíble, a diferencia de cualquier otro hombre lobo no tiene ningún odio o rencor hacia los vampiros, enemigos naturales de su especie.

—¿Qué haces aquí?, ya deberías estar adentro.

—Oh vamos Hunter, ¿no vas a arrestarme, cierto?, somos amigos— sonrió ampliamente.

—No somos amigos.

—Eso es porque aún no quieres admitirlo, sé que en el fondo quieres ser mi amiga— contestó pasándole un brazo por los hombros.

El chico sintió un escalofrío cuando sintió algo presionar contra su estómago, miró abajo y se encontró con una de las mejores amigas de Hunter, Perséfone, una de sus amadas pistolas, con su dedo en el gatillo lista para presionarlo.

—No te ofendas, me caes bien pero será mejor que alejes tu contacto físico conmigo en cinco, cuatro, tres…

—Vale, vale, entiendo, no quieres que te toque ya— comentó retrocediendo y con las manos en alto —Al menos podrías ser un poco más amable, sólo intentaba acercarme a ti.

—Seré clara contigo Hinata, no necesito amigos, no necesito a nadie, estoy bien sola— contestó mientras subía cada escalón para adentrarse en el instituto.

—Oye, no porque un vampiro haya matado a tu familia significa que pasará lo mismo con todos los que se te acerquen.

La ojiazul se detuvo en seco, imágenes pasaron por su mente e inmediatamente se giró, apuntando de nuevo con su arma directamente en el pecho del licántropo.

—¡No vuelvas a mencionar eso! ¡Júralo! ¡Nunca más!— gritó llena de rabia.

—Ya, ya, está bien, lo siento no lo haré de nuevo, fue imprudente— expresó él.

—Bien— bajó el arma, escondiéndola de nuevo en una de sus medias, entró al edificio en silencio.

Los disparos llenaban la sala de entrenamiento, un cuarto lleno de armas, hecho por cazadores para cazadores, nadie más que un cazador podía entrar, diseñado y especializando con el mejor equipo para eliminar a cualquier alimaña del infierno, las balas perforaban cada parte de las paredes, menos el lugar específico que debían, el blanco.

—Concéntrate, visualiza tu objetivo, y cuando lo tengas sólo dispara, ¡SAM, YA DEJA DE TEMBLAR!

—Lo siento— el chico suspiró abatido, sentándose en una mesa y recuperando el aliento —Hey Hunter, ¿Podrías enseñarme como se hace?, es decir, ya sabes, una demostración, tal vez eso pueda ayudarme.

Se despegó de la pared en la que estaba recargada, tomó a Perséfone en una mano y a Izanami con la otra apuntó directamente en el blanco y disparó repetidas veces dando justo en el centro, sonrió orgullosa.

—¡Increíble!, eres genial — Sam la miró con un gran brillo en los ojos, pero despareció prontamente al pronunciar la siguiente frase —Pero es inútil, jamás podré ser como tú, soy un fracaso total, nunca lograré nada, todos dicen que soy muy afortunado de tener a la mejor cazadora como maestra, pero también dicen que aunque te tenga jamás seré un buen cazador.

Se sintió mal al ver el abatimiento en el menor, se rascó la nuca en signo de nerviosismo y habló para consolarlo.

—Escucha, no creo que seas un fracaso total, no es fácil hacerlo bien la primera vez, eres inteligente, sabes mucho sobre criaturas mágicas y demonios, saber los puntos débiles de tus enemigos es una gran ventaja, sólo esfuérzate, lo conseguirás pronto si entrenas duro, ¿vale?— le dedicó una ligera sonrisa, de las pocas que se dignaba a ofrecer —¡Ya basta de lloriqueos y trabaja!— ordenó retomando su postura firme.

—¡S-S-Sí!

Dispuesto a retomar su entrenamiento, Sam se levantó para tomar su arma, pero justo en el momento alguien llamó a la puerta.

—¡Adelante!— exclamó Hunter.

Un chico apareció por la puerta, de apariencia seria y rígida, su cabello de un inusual azul oscuro y ojos grises, Carter Knightley, cazador y vicepresidente del consejo estudiantil.

—Hunter.

—Carter, ¿Qué haces aquí?

—La directora quiere verte.

—¿Elizabeth? ¿Pasó algo malo?

—No es nada grave.

—Bien, allá voy, Sam, sigue practicando— finalizó antes de salir por la puerta acompañada de Carter.

A medida que avanzaban por los largos pasillos sintió algo, un extraño presentimiento, al llegar a unas anchas puertas de madera sintió algo removerse en su estómago, una sensación de clara inseguridad, un olor que conocía a la perfección el que no olvidaría nunca, un olor a muerte, cuando se situó al lado de la puerta pudo imaginar lo que le aguardaba al cruzarla, Carter tocó dos veces, recibiendo el permiso de una voz femenina y autoritaria para entrar, abrió la puerta inmediatamente, permitiendo la entrada de la chica primero, Hunter arrugó la nariz cuando el aroma la golpeó de lleno en la cara, haciéndola querer vomitar su desayuno cuando vio lo que tenía enfrente "Vampiro".


Que les pareció? debería continuar o no? de ustedes depende, los quiero 3!