Hello! Aquí Hikaru Tsukiyono Okita, la autora de este fic. "Historias y travesuras en Hogwarts es mi primer fic de Harry Potter asi que no es una maravilla pero espero que les guste y me dejen review diciendo que les ha gustado o para tirarme tomates ^_^U Daijoubu, aquí les dejo. Disfruten de mi fic. ^_~

Ya saben, los personajes y el mundo de Harry Potter no me pertenecen, sino que son de la maravillosa J.K. Rowling.

"Historias y travesuras en Hogwarts"

Capítulo 1º: El comienzo...

En la estación de King's Cross cada año, en el 1 de septiembre ocurría algo verdaderamente extraño. Miles de jóvenes y niños llegaban junto a sus padres transportando baúles y jaulas con lechuzas, gatos o sapos. Esto siempre ocurría cerca de las 11 de la mañana. Y lo más sorprendente era que luego todos estos jóvenes no eran vistos en los trenes que partían pasadas las 11 de la mañana. Porque ningún tren salía a las 11 en la estación de King's Cross. Todos desaparecían por arte de magia.

A las diez y media de la mañana una mujer muy guapa y elegante andaba con paso ligero por la estación. Pasaría fácilmente desapercibida sino fuera por su sombrero de bruja de color lila oscuro. A parte, de que al lado suya, andaba un chico llevando en un carrito un baúl y una gran lechuza gris (que se llamaba Distrustalon). Andaban deprisa y con paso seguro, como si supieran perfectamente a donde tenían que ir. Se pararon entre la barrera 9 y 10. La mujer y el muchacho cogieron carrera hacia ella y cuando iban a chocar contra ella desaparecieron.

-Mamá, ya estamos en el andén nueve y tres cuartos. Ya puedes irte, buscaré un compartimento y esperaré a los demás.

-¡Ni que yo estuviera loca! –exclamó la madre. –Te conozco muy bien, James Potter, y estoy totalmente segura de que si te dejo solo provocarás un desastre. –El muchacho sonrió. -¿Lo ves? Por favor, James, que soy tu madre. Y hazme el favor de que este año en Hogwarts descubras algún hechizo para arreglarte ese pelo.

James asintió, pero en realidad le gustaba su pelo. Todo alborotado y de color negro azabache. Le hacía ser diferente y original. Sus ojos azules oscuros se ocultaban tras unas gafas redondas. James tenía 14 años e iba a comenzar su cuarto curso en Hogwarts. A pesar de que ya había dejado de ser un niño y comenzaba a ser ya un hombrecito (como le decía su abuela), James todavía era bajito y delgado. Para su desgracia era más bajo que su madre, y Amanda Potter no era demasiado alta.

James se detuvo al encontrar un compartimento vacío. Cogió a Distrustalon y la colocó en el asiento, luego puso el baúl en el portaequipajes. Y salió a despedirse de su madre.

-Bien James, ahora prométemelo.

-¿El qué? –preguntó el chico asombrado.

-Que en este curso en Hogwarts no harás tantas travesuras como en el curso pasado. Y dejarás en paz a ese chico que se llama Severus Snape.

-Pero mamá... –reclamó James.

-¿Sabes la impresión que me dio al recibir aquella lechuza de Hogwarts diciendo que tú y Sirius habíais puesto un retrete en la cabeza de Snape y el pobre chaval no se lo podía quitar?

James empezó a reír a carcajada limpia. El solo hecho de recordar a Snape andando por los pasillos del colegio con un retrete en la cabeza le hacía reír sin parar. Su madre lo miró con una expresión severa, y James intentó calmarse.

-Te prometo que no le pondré más retretes en la cabeza a Snape –le contestó poniendo su mano en el pecho como haciendo un acto solemne.

-De acuerdo –le respondió su madre aún un poco desconfiada de su hijo. Miró el reloj y le dijo: -Debo de irme ya, Jimmy. He quedado con unas amigas para tomar un té en el Caldero Chorreante.

Amanda Potter besó a su hijo en la mejilla, le dio las últimas advertencias y se marchó. James se quedó solo, asi que decidió subir al tren y esperar a sus amigos en el compartimento.

-Hola, Distrustalon –saludó James a su lechuza al regresar. Ésta ululó suavemente en modo de saludo.

El chico miró el compartimento vacío y se dio cuenta de lo aburrido que era si no estaban sus amigos. Miró el reloj y se dio cuenta de que aún quedaban 15 minutos para que el tren partiera hacia su destino. Y conociendo a sus amigos (Sirius llegaría unos segundos antes de que partiera el tren; Remus, como es muy amable y educado, se dedicaría primero a saludar a toda la gente que conocía antes de reunirse con ellos; y Peter, a ése siempre le pasaba algo todos los años (N.A: por mí que se caiga a la vía del tren ¬_¬ )) no llegarían al compartimento hasta que el tren empezara a dirigirse hacia el colegio. Asi que James decidió ir a dar una vuelta por el tren a ver si encontraba a algún conocido.

James pasó por delante de varios compartimentos que estaban siendo ocupados por personas que conocía de vista, pero ninguna con la pudiera hablar un rato. Hasta que encontró un compartimento en el que estaba una persona a la que, por alguna extraña razón, tenía ganas de ver. James abrió la puerta del compartimento y sonrió de oreja a oreja.

-Hola Lily.

-Hola James –contestó ella y sonrió también.

-¿Cómo te ha ido el verano?

-Muy bien, gracias por preguntar.

A James no le caía bien ninguna chica de 4º curso para arriba. No porque se llevaran mal, pero si una chica era más alto que él, algo que resultaba muy fácil, ya no le gustaba. Pero con Lily había hecho una excepción. Lily tenía una melena roja oscura y unos ojos muy bonitos, verdes brillantes. Además, la chica no le sacaba mucho a James, por lo que él podía hablar con ella sin tener que levantar mucho la cabeza.

-No saludes, Potter –dijo de repente una voz desde el compartimento.

James miró hacia el lado donde provenía la voz y vio a Liza Vain. Liza era amiga de Lily desde que llegaron a Hogwarts, igual que Sirius y él, pero Liza, por decirlo de algún modo, tenía su orgullo muy crecido. Liza Vain tenía una larga melena rubia rizada y unos ojos azules muy claros. A primera vista era muy guapa, pero cuando la conocías te dabas cuenta de que era egocéntrica y creída. Al lado de Liza estaba Gaily Depressy. Gaily tenía una larga melena negra y unos ojos oscuros deprimentes. Ella siempre estaba seria y parecía que siempre andaba deprimida. A James no le gustaba nada, a parte de que Gaily era muy seria, era demasiado alta. Media lo mismo que Sirius. Y sentada al lado de Lily estaba Lady Sportwy. Ella era castaña y su pelo era corto. Sus ojos eran muy alegres y eran de color marrón. Lady era una chica hiper-activa e igual de fuerte que un chico. Cuando estaban en 2º año, Lady le partió la nariz a un chico de 5º.

-Hola Potter, ¿te apetece un pulso? –le propuso Lady.

-No, gracias –rechazó él por miedo a perder su querida mano derecha. –Estaba buscando a mis amigos. ¿Por casualidad no los habréis visto?

Todas negaron con la cabeza.

-Bueno, yo os dejo. Voy a seguir con la búsqueda. Adiós Lily –le dijo a la chica sonriendo, -adiós a todas.

-Adiós –contestaron todas las chicas a la vez.

James salió del compartimento y siguió hacia delante. Lily se quedó con una risa tonta en la cara.

James siguió andando, y para su desagrado se encontró con la persona con la que peor se llevaba. Severus Snape. Snape lo miró con desagrado, pero en cuanto a James, sonrió con cierta malicia y se acercó a él.

-¿Qué hay, Snape?

-A ti qué te importa –le respondió de mala gana.

-Mucho. Siempre me preocupo por mis amigos.

Snape miró a James. Éste sonreía con la sonrisa que solo ponía cuando en su cerebro se cuajaba una nueva travesura. Snape, que no esperaba recibir de James caramelos, sacó su varita y enseñó los dientes.

-Pero, Snape. ¿Por qué haces eso?

-¡Aléjate de mí, Potter!

James iba a coger su varita que estaba en su cinto cuando se percató de que el tren comenzaba a ponerse en marcha. James pensó que sus amigos ya debían de estar en el compartimento, asi que dio media vuelta y se alejó, pero sin dejar de mirar atrás con cierta mirada pícara.

James llegó al compartimento y abrió la puerta. En él estaba sentado un chico moreno con ojos azules brillantes. Estaba acostado en el sillón pero al oír abrirse la puerta se incorporó. Sirius Black era un chico muy alto para tener sólo 14 años, incluso aparentaba más. Muchas chicas de 6º y 7º curso estaban enamoradas de él. Sirius sonrió al ver a James.

-¡Sirius!

James se acercó aprisa a Sirius para saludarlo pero éste le puso la mano en la cabeza.

-Hum, veo que apenas has crecido, Jimmy. Te vas a quedar hecho un renacuajo toda tu vida.

James se enfureció y comenzó a golpear a Sirius. Pero éste, lo apartaba con suma facilidad y no recibía ningún golpe.

-Es broma, es broma. Sabes que algún día crecerás y serás tan alto como yo. Algún día lejano, pero algún día.

Su amigo paró. Sabía que a Sirius le gustaba meterse con él por su tamaño, pero a veces acababa harto.

-¿Y cómo te ha ido el verano, Jimmy? –preguntó Sirius sentándose de nuevo.

-Fantásticamente –respondió James sentándose delante de su amigo. –Fuimos a Escocia, a un pueblo cerca del Lago Ness. Dice mi madre que armé tanto alboroto allá que ahuyenté al monstruo Nessy (N.A: ya saben, el monstruo del Lago Ness ^_^U ).

Sirius comenzó a reír pero sus risas fueron interrumpidas al oír la puerta. Remus Lupin había aparecido por ella. Remus parecía agotado, a pesar de que él solía ser alegre y tranquilo, pero era normal. Hace dos noches había sido luna llena. Remus tenía el pelo castaño claro y sus ojos eran dorados. Le sacaba media cabeza a James, y era media cabeza más bajo que Sirius (Sir Nicholas: ¿Cabezas? ¿Quién habló de cabezas? Hikaru: O.o ).

-Hola –saludó Remus mientras intentaba meter dentro del compartimento su pesado baúl.

-Hola, Remus –le saludó James.

-Hola, amigo –le dijo Sirius y se levantó para ayudarlo con el baúl. Él era el más fuerte de todos y con una sola mano metió el baúl y lo colocó en el portaequipajes.

-Sirius, me tienes que dar tu secreto para estar tan fuerte –le dijo Remus sentándose al lado de James.

-Y tu secreto para ser tan alto.

-Jimmy, admítelo, te vas a quedar así de pequeñajo –le respondió Sirius poniendo una risa con malicia. James sólo arrugó el entrecejo.

¡¡CRASH!!

Los tres amigos se sobresaltaron al oír aquel ruido. Se levantaron y salieron a ver al pasillo. Otros chicos habían salido para ver al igual que ellos. El alboroto fue provocado por Peter. No se sabía cómo, había roto su baúl y había esparcido su contenido por el pasillo (N.A: ¡Payaso! XD ). James, Sirius y Remus salieron a ayudarlo, entre los cuatro recogieron todo y lo metieron dentro del compartimento.

-Gracias, amigos.

Peter Pettigrew (N.A: alias el traidor, el rata, el asqueroso, el pordiosero, el maldito... ¬_¬ ) era un chico rechoncho. Era rubio y tenía el pelo rizado. Era un poco más bajo que James, lo que alegraba mucho a éste. Peter tenía una extraña habilidad para romper todo lo que tocaba, estropear cualquier poción y tirar tinteros encima de sus deberes (N.A: a eso lo llamo yo ser torpe XD ).

Peter se sentó junto a Sirius y empezó a mover sus manos con nerviosismo. Los tres amigos decidieron no preguntarle qué le había pasado, porque parecía muy afectado. Aún no había comenzado el curso y ya estaba provocando desastres. Remus buscó dentro de sus bolsillos y sacó una pequeña tableta de chocolate.

-Toma, Peter. Esto te animará un poco.

-Gracias, Remus –le contestó sonriendo y tomó el chocolate.

Mientras tanto, Sirius y James habían comenzado a hablar de todo lo que harían ese curso y las trastadas que les harían a los de Slytherin.

Y de este modo, el Tren Expreso de Hogwarts seguía yendo hacia el colegio.

Continuará

~ ~ O ~ ~

¿Qué les pareció el primer capítulo? Espero que les haya gustado y que me dejen algún review ^-^U Y dentro de poco el segundo capítulo con más historias y travesuras. =3

SAYOONARA