SENTIMIENTOS CRUZADOS

Era una noche oscura de luna llena, en un bosque frondoso y extenso del Makai se podía ver de fondo una silueta, era una figura esbelta. En acercarnos mas contemplamos a una hermosa criatura un Youko de cabellos plateados, piel blanca como la nieve, ojos felinos y un rostro bello como ninguna otra criatura del Makai lo poseía. Saltaba de rama en rama, corría como buscando algo ¿o tal vez huyendo?. En realidad huía de sí mismo de sus propios pensamientos y sentimientos que lo acechaban y le hacían sentir impotente ante ellos.

Kurama: que me pasa, que es lo que siento dentro de mí, me duele el corazón cada vez que... no tonterías yo soy un Youko, una criatura nacida para controlar, manipular y dominar el corazón de las personas. Pero... si es así, ¿porque es como si él dominara el mío?

Entre sus manos sostenía un colgante, contenía la perla que hacia meses le había regalado.

FLASHBACK:

Hiei: toma esto es para ti

Kurama: que es... no, no puedo aceptarlo esto es muy importante para ti

Hiei: quiero que la cuides en mi ausencia yo me quedare en el Makai, tengo asuntos pendientes.

Kurama: pero... porque no vienes al Ningenkai allí estarás mejor.

Hiei: este es mi hogar y me tengo que quedar aqu

Kurama: ¿con Mukuro verdad? Lo haces por ella.- dijo con el rostro entristecido y cabizbajo

Hiei: yo nunca hago nada por nadie, esto lo hago solo por mí!

Kurama sentía que le faltaba el aire, ¿de verdad estaría enamorado de Mukuro?

FIN DEL FLASHBACK

No sabia por que pero ahora se dirigía hacia el palacio de Mukuro, a buscarlo para que regresara, no sabia que excusa le pondría pero haría que regresara con él quisiera Hiei o no.

En ese momento Kurama cambió de aspecto, no sabia porque pero se sentía más cómodo con la forma de Shuichi Minamino le traía tantos recuerdos.

Entonces reflexiono, cada vez se sentía mas confundido, primero aprendió a tener cariño por su familia y ahora, estaba aprendiendo a amar, no quería creerlo pero dentro de su corazón lo sabia y empezaba a aceptarlo.

Hiei se encontraba sentado, en una esquina de una basta mansión, propiedad de Mukuro, no le hacia ninguna gracia vivir allí, solo havia lujos que en un principio le gustaban pero que después descubriría que no eran para él.

Hacia un par de meses, ¿o eran tres?, Ni lo recordaba, que havia marchado del Ningenkai para olvidar... olvidar a cierta persona que siempre estaba allí y por la que sufría constantemente, no sabia ni el mismo lo que sentía, solo podía pensar en él y en él porque de todas esas emociones de las cuales había huido como un cobarde, pero ¿qué mas podía hacer?

Empezaba a admitir sus sentimientos pero solo para sí mismo, él echo de haberle dado la perla sabia que para Kurama solo era un signo de confianza, eran muchos años juntos. A veces se preguntaba si Kurama sentía lo mismo.

Hiei: imposible, ¿cómo un Youko que podía alcanzar y aspirar a todo quería a alguien como yo? Si ni siquiera me quisieron los que me rodeaban cuando solo era un niño.

Hiei se tumbo en el suelo y cerró los ojos recordando viejos tiempos llenos de luchas pero al fin y al cabo buenos. Recordaba esa melena pelirroja esos ojos esmeralda y esa sonrisa simpática que tanta confianza le ofrecía. Entonces reflexiono.

Hiei: ¡Mukuro! ¿Puedes venir un momento?

Mukuro: dime Hiei que deseas.

Hiei: marchar.

Mukuro: ¡¿cómo!? ¡No puedes hacer algo así! ¡No ahora!

Hiei: ¿a no? ¿Y quien lo impedirá?

Mukuro quedo paralizada, sabia que cuando a Hiei se le metía algo en la cabeza no lo podía hacer cambiar de opinión. Mukuro bajo la cabeza, estaba perdiendo a la persona que más amaba en este mundo, la única que le comprendía, y ella sabia cual era la causa, ese Youko, se dio cuenta en el torneo del Makai cuando Kurama cayo malherido y Hiei fue a ayudarle, entonces fue cuando realmente vio lo que sentía por él. Eso la frustraba pero no tenia más remedio que dejarlo marchar, vio como se alejaba de ella lentamente i entonces cayo al suelo de rodillas.

Dos sombras se iban acercando a el lentamente sin prisas pero sin pausa. El Youko no conseguía distinguir sus rostros, pero eran dos individuos uno, o una, con el cabello largo, y otro o otra con el cabello mucho más cortos, eran de estatura mediana pero algo más bajos que kurama en forma humana. Poco a poco los dos tipos descubrieron sus caras, eran una mujer mayor y un hombre muchísimo más joven que la mujer que acompañaba, tenían una mirada fría i distante, le recordaba a... ¡Hiei! Justo al tener esa impresión se dio cuenta que en realidad eran koorimes como su preciado amigo. No salía de su sorpresa aun cuando el chico joven, que aun no ser alto era bastante atractivo, se dirigió a Kurama con una mirada penetrante y fría que se clavaban en los ojos esmeralda del Youko.

Chico: me llamo Marui, tu debes de ser kurama, esta es Aibara mi abuela.

Kurama: si soy yo, como conocen mi identidad y que quieren de mí?

Marui: por favor déjate de cortesías, según información de mi pueblo tu tienes una cosa muy valiosa que nos pertenece.

Kurama: no sé a que te refieres nada mío te puede interesar.

Pero el bien sabia lo que querían, buscaban la perla fruto de la lagrima de la madre de Hiei cuando este nació. Pero el no estaba dispuesto a permitir que se la arrebataran, ahora él era su guardian.

Marui: si no accedes pasaremos a acciones más drásticas que no reo que te gusten demasiado pequeño Youko.

El chico dio un fuerte chasquido y unos tipos mucho más altos que él aparecieron detrás de Kurama dándole fuertemente en la cabeza sin que este pudiera esquivarlo.Pero kurama era mas listo que ellos y lo demostró dejando caer su flor mas preciada, una rosa color rojo pasión, al suelo antes de caer inconsciente.

Hiei corría, como una bala hacia el agujero que comunicaba el Makai con el Ningenkai, de pronto paro en seco, ¿qué era esa espina en el corazón? de repente se sintió como si una lanza le hubiera atravesado el corazón, bajo del árbol por el cual se disponía a saltar hacia otro para caer al suelo, ese olor... le recordaba a un ser especial al que aun no poder ver amaba con todas sus fuerzas, y...

Hiei: una rosa, ¡es él! ¿Qué hace aquí?? Ha venido... a buscarme? Neee seguro que ha venido por... - hiei bajo la voz, solo le venia un nombre a la cabeza - Hn, ese Yomi que tantos malos tragos me ha hecho pasar, pero para que deja esto en el camino? Iré a ver a Yomi a ver lo que piensa de esto, aunque no es que me haga mucha gracia ir a ver a ese exladron del tres al cuarto.

Sus ojos se abrieron poco a poco, la vista era aun un poco nublada y borrosa y la cabeza le iba a estallar, aun le dolía del golpe que esas fieras le habían propiciado, pero aun le dolía mas él echo de no tener al lado a su estimado amigo al que vino a buscar, ¿dónde estaría? Miro en el bolsillo izquierdo, aun tenia la perla, menos mal pensaba que esos koorimes se la habían robada, por suerte estaba a salvo, ¿Hiei vería la rosa?

Kurama: No hay esperanza alguna, el no vendrá a buscarme porque ahora esta con... ella... Mukuro, su alma gemela, con la que se quedo y a la que seguramente no abandonara por nada en el mundo.

La mente de Kurama iba a estallar pero necesitaba un plan enseguida para salir de ese antro, no podía aguantar ni un solo minuto allí, havia un par de vigilantes pero en su aspecto de Youko y con un par de plantas depredadoras podría derrotarlos fácilmente, sino lucharía no le importaba.

Notas de la autora:

Paras los que lean el fanfic, muchas gracias, de momento este es el mejor fanfic, y él mas largo que voy a hacer (imaginaos como serán los otros UU). sobretodo perdon por escribir tan poco y por las faltas que son mi perdicón (soy catalana y las "y" me cuesta ponerlas UU). Me esta costando mucho hacerlo porque prácticamente no tengo tiempo pero espero que lo poco que haga hos guste, para qualquier sugerencia ya sabéis algun review siempre va bien que asi he conseguido muchos consejos, para cualquier cosa e-mal:ates, piedras, etc. Enviarme un mail