ATENCION: Por desgracia no soy propietaria de los personajes ni de la serie SHERLOCK (Posibles Spoilers de la misma, aviso)

"Este fic participa en el Reto: ... Y vivieron infelices para siempre Del foro Multifandom is the new Black".

Sin mas preámbulos... disfruten del espectáculo

...

Le llamó Molly. Y fue ella quien le dejó quedarse solo en aquella habitación.

No llamó a nadie más, aunque estaba obligada a hacerlo.

Ella le conocía. Le conocía mejor que nadie. Ojalá se hubiese fijado antes en ella y hubiese obviado al hombre que habia hecho su vida más humana y frágil, tal vez así se hubiese ahorrado ese agujero negro que tenía en su estómago que se dedicaba a devorar todo lo que le hacía sentirse vivo.

Mary debía de estar en su lugar. La siempre encantadora y perfecta Mary.

Había sido imposible odiarla o despreciarla. No solo por cómo era, sino porque lo sabía. Lo sabía y aun así le permitía estar al lado de su marido y padre de su futura hija.

Incluso cuando descubrieron que no era tan perfecta como parecía seguía siendo merecedora de aquel hombre. Porque ella había luchado por él, no como otro idiota que conocía a la perfección. Ojalá él también se hubiese esforzado en vez de dejar que las cosas fluyeran tan tranquilas como un riachuelo, tal vez así, al estar siempre, siempre, a su lado, hubiese impedido que aquello ocurriera.

Siempre estaré a tu lado, le había jurado en el día de su boda. Su único y último juramente, roto por su culpa. Para él era solo su mejor amigo, pero para Sherlock era más que eso. Ojalá se hubiese dado cuenta de sus sentimientos antes de que fuese demasiado tarde en vez de soportar esos sentimientos en silencio absoluto, esos sentimientos casi le destruyen en los países del Este y al mismo tiempo le salvaron.

Ocultó su rostro entre sus manos y cerró los ojos en un intento infantil de olvidar esa mala experiencia y hacer desaparecer aquella pesadilla. Pero sabía que seguía allí. Ante él, John Watson, su amigo, su Todo, estaba ante él: pálido, desnudo y tumbado sobre una camilla y tapado por una sábana blanca.

Y muerto. John Watson estaba muerto.

Su mundo había muerto.

Su futuro había muerto.

Su blog había perdido a su escritor.

Sus pacientes a su médico.

Su sillón del apartamento del 221B de la calle Baker se había quedado vacío.

Su hija había perdido a su padre sin haber sido capaz de pronunciar una palabra en su presencia.

Su mejor amigo había perdido a la única persona que había sido capaz de amar de verdad.

-Sherlock.

La sencilla voz de Molly paró el tren que recorría su mente en esos momentos.

-Lo siento.

Lo decía con total sinceridad.

-Le diré a Molly que tú lo... - era incapaz de continuar su frase- que has sido quien...

-Molly, para. La haré yo.

La médico forense le miró preocupada pero antes de que le preguntase nada el detective le puso amablemente la mano en el hombro en un intento por mentirle sobre su situación. Aunque en el fondo sospechaba que no serviría mucho en su estado.

Abandonó la fría habitación y salió por el pasillo que sabía que se podía fumar. Estuvo a punto de marcar el número de siempre, pero la imagen de John en aquella habitación hizo que escogiese otro.

-¿Mary? Soy yo, tengo algo que contarte...