Se recomienda tomar muchos líquidos antes de leer este fic. No intente hacer nada de lo ocurrido en esta historia, si llega hacerlo se sugiere supervisión adulta. Cualquier queja o reporte de daño moral, favor de consultarlo con nuestros abogados. DATO DE ÚLTIMA HORA: Se recomienda ir al baño también y no estar ingiriendo líquidos o comida mientras lee este fic.

Dedicado a todas las personas amantes del Mimato y el Taiora. Escrito con amor~~

Len and Row.


Summary: Sueño estúpido. Dejar el orgullo de lado. Tai es un vidente. GTA y Legend of Zelda no son lo mismo. Sora no es una chica. Infiel e hipócrita. Manipuladora y aprovechadora. con cigarros y culpabilidad ¡APROBAR! Sobornar. Ser repugnante… MIMATO/TAIORA (L)


Disclaimer: Digimon no es tuyo, ni de ella y mucho menos de él. Ya resígnate de una maldita vez.


Sueño Frustrado.

Capítulo 1: ¿Dulce ilusión que soñé o amargas paranoias?


Logró divisarla a lo lejos, parada fuera del camarín donde Matt y su banda descansaban como era de costumbre antes de su concierto navideño. Miraba hacia la puerta con un dejo de miedo, nervios, preocupación… Para él era fácil saber eso, la conocía bien. Se acercó lentamente.

—Sora, ¿qué haces aquí? —preguntó al estar lo suficientemente cerca de ella. Notó como su cuerpo temblaba, y no precisamente por el frío. Estaba muy nerviosa, se sorprendió de verlo ahí…

—Tai…

Sora lo había mirado unos instantes para luego observar lo que traía en sus brazos. Un regalo… Y saltaba a la vista que no era para él. Volvió su mirada hacia él, haciéndose a un lado nerviosa, mucho más que antes.

Fue cuando comprendió todo. Había una razón para que ella estuviese ahí… Una espantosa razón.

—¿Es para Matt? —se atrevió a preguntar con el dolor de su alma.

—Si… Es para Matt… —él sabía la respuesta, era bastante obvia.

—¿Qué es? —preguntó ignorando por completo sus sentimientos —. ¿Tú lo hiciste?

—Ay, no preguntes tanto…

Volvió a mirar la puerta, volvió a su notorio estado de nerviosismo y rigidez con el que había estado minutos antes de que llegara él. Lo que le diría, posiblemente a cualquiera que lo escuchase le sonaría a una broma por su parte, incluso ni él mismo se imaginó capaz de decirlo, pero ahí estaba… —Eh… Ve a verlo, deprisa… Ya van a empezar.

—Sí… —dijo ella al mismo tiempo que suspiraba. Lo miró dubitativa y con algo de pena por la situación. Le había dado la razón y sin embargo seguía ahí parada sin hacer nada, solo dudando.

Se acercó a ella con una sonrisa y puso su mano derecha sobre el hombre de su amiga, por si, pese a todo lo que él pudiese sentir, Sora era su amiga, su mejor amiga… Y él antes que todo iba a apoyar a su mejor amiga. Si lo que necesitaba ella era que él le diera fuerzas para pasar esa puerta y darle su maldito regalo a Matt, él lo haría… Aunque le doliera el corazón. La miró con determinación, y con esa seguridad que solo él le podía expresar en ese momento, aunque ni él mismo la sintiera. Le sonrió al mismo tiempo que la empujó suavemente hacia la puerta.

—Ve, corre.

Sora avanzó unos cuantos pasos hacia la puerta y volvió a mirarlo igual de insegura. —Pero… —dudó otra vez. Él intentó poner su mejor cara de seguridad ante la situación, indicándole que todo iba a salir bien. Ella esta vez sonrió —Está bien… Ahora regreso —. Le dijo con la misma bella sonrisa, y finalmente se adentró por el pasillo hasta el camarín de Matt.

La sonrisa que él mostraba ya no era segura y determinante, se había convertido en una sonrisa melancólica. Sabía que quizás su actitud había sido tonta y estúpida y que probablemente debió haber luchado más, pero simplemente no lo hizo…

—Llévale su regalo… Sora… —habló triste, para sí mismo.

—¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH! —¿Qué mierda había sido eso?

Comenzó a mirar a todos lados, desesperado. Su respiración se tranquilizó un poco más cuando se vio a sí mismo en su habitación, en el suelo de su habitación. Miró hacia su derecha, se había caído de la cama, como ya era costumbre.

Pasó sus dedos por su alborotado cabello, revolviéndolo aún más, si es que eso era posible y respiró hondamente para calmarse a sí mismo. ¿Qué carajo había sido ese sueño? Si es que se le podía llamar un sueño… Era más bien una pesadilla, una maldita, estúpida, fea, horrible y de mal gusto. Pésimo.

Aún desconcertado caminó hacia la cocina en pijama, que consistía solo en la parte de abajo de un buzo cualquiera, se sirvió un vaso de agua que bebió de un solo sorbo y volvió a dejarlo en el lavaplatos. Fijó su mirada en el microondas, especialmente en la hora que éste indicaba, las 11:20, tenía clases a las 8:30 ¡Ah, bueno…! Eso indicaba que estaba solo en casa, su padre en el trabajo, Kari en la escuela y su madre probablemente había ido a hacer algunos trámites o quién sabe qué, lo importante era que no había nadie más en casa, y lo agradeció enormemente.

Decidió que una ducha le ayudaría a sacar de su mente aquella horrible y poco realista pesadilla… ¿Sora dándole un regalo a Matt? ¿Con obvias intenciones de ser más que su amiga? Porque si… Era bastante obvio. A él nunca le había regalado nada así… Y cuando recibía un regalo de parte de ella, no le ponía tanto drama para entregárselo, tampoco se sonrojaba, porque si, estaba sonrojada, la vio en su sueño, ¡PESADILLA! Estaba nerviosa por darle su estúpido regalo a Matt.

Pero Matt tenía novia… Ese maldito bastardo, jugando con los sentimientos de Mimi y además con los de Sora, y Sora… ¿Qué clase de amiga era? Yendo a darle regalitos al novio de su mejor amiga… ¡Por Dios, qué indignación! Y Matt, ¿para qué hablar de él? Era el peor de todos, el muy imbécil sabía de sus sentimientos hacia la pelirroja, ¿y aún así tenía el descaro de aceptar su regalo? Porque lo había aceptado, era obvio también. Se estaban riendo en sus caras…

Cerró sus ojos sintiendo las gotas de agua caer sobre su rostro, ni aún así se podía relajar. La imagen de Sora con ese regalo en sus brazos asaltaba su mente a cada rato, y encima él la apoyaba… ¿Qué clase de persona era? ¿Un buen amigo? Sí, claro… Era el idiota más grande del planeta, traicionándose a si mismo… ¿Y lo que había pasado entre ambos, no importaba? Todas aquellas ocasiones en las que ellos dos compartían más que miradas, palabras, sonrisas, caricias… ¿Por dónde se las metía? Sabía que no eran novios, pero si de algo estaba seguro, era que la relación que mantenía con Sora no era de una simple amistad, es que ¿en qué mundo mirarse de esa manera, tomarse la mano de esa manera, sonreírse de esa manera, hablarse de esa manera, insinuándose cosas y… besarse así, de esa manera, correspondía a una simple amistad? Solo conocía un lugar… Jersey Shore, y estaba seguro de no pertenecer a un lugar tan retorcido como ese…

La ducha no le había ayudado en nada, seguía pensando en el estúpido sueño. Todavía no podía creer que fuese tan estúpido como para apoyarla y encima decirle cosas como "Ve a verlo, deprisa" o "Ve, corre"… Si hubiese estado en su sano juicio él JAMÁS EN LA VIDA le habría dicho semejantes barbaridades. Además eso sonaba completamente estúpido, despechado, cobarde y resignado… Él no se resignaba a una cosa así. Él quería a Sora, y no estaba dispuesto a ver como otro hombre que NO la merece, se la llevara de su lado.

Él era tonto y estúpido, si, lo reconocía, pero nunca tan estúpido como para dársela en bandeja a otro imbécil, no señor, eso algo que simplemente no estaba dentro de sus planes. Pasó su mano por el espejo para poder verse a sí mismo en él.

No entendía como un tonto sueño podía afectarlo tanto, llegando a tal punto de pensar que lo que había soñado realmente había pasado… Qué imbecilidad más grande… Pero más allá de eso, no era parecer un loco y desquiciado su mayor preocupación, sino la inseguridad que ese sueño había causado en él, la duda de no saber cuáles eran los sentimientos de la pelirroja hacia Matt, porque en realidad no lo sabía, quizás ella si estaba enamorada de Matt, como lo dejó ver su sueño, y no se atrevía a decírselo… Y ahora menos, tomando en cuenta que tenía novia, su mejor amiga… Pero siendo así, suponiendo que los sentimientos de Sora hacia Matt si existían, entonces ¿por qué tener esos momentos de… "amigos con ventaja" —definió— con él? Era una estupidez, una traición, una bajeza… Por un momento se sintió usado.


Puso su dedo índice sobre el botón del timbre, no lo oprimía con fuerza porque aún seguía mentalizándose sobre lo que estaba por pasar. Y de nuevo bajó su mano.

Tenía parado frente a la puerta cerca de veinte minutos, tiempo en los que las ganas de salir corriendo lo invadían. Pero recordar el motivo por el que estaba ahí, fuera de la casa de la pelirroja, le daba el impulso de quedarse, aunque sea inmóvil como idiota tragando moscas.

Maldita falta de valor que le daba oprimir el maldito timbre. Maldito el motivo por el que estaba ahí. Maldita cobardía, que le costaba alzar la mano, poner su dedo sobre el botón y aplastarlo… como lo estaba haciendo precisamente en esos momentos.

—¿Matt? —la pelirroja fue quién abrió la puerta —pasa —se hizo a un lado de la puerta para dejar entrar al rubio.

El chico entró sin decirle nada. Sora le indicó que podía tomar asiento. A decir verdad, la pelirroja estaba preocupada por la visita tan sorpresiva de Matt y por su actitud tan seria y su cara de… enigma.

El chico suspiró, buscando dentro de su bolsillo su cajetilla de cigarros, lo que iba a decir está fuerte, es vergonzoso y necesita que su cigarrito que le dé valorcito para decirlo. Cuando por fin la encontró dentro de su enorme bolsillo que parecía conducir las cosas a otra dimensión, la abrió y llevó rápidamente el cigarro a su boca, estaba dispuesto a prenderlo…

—Ni se te ocurra fumar aquí —dijo exaltada. Una vena estaba pintada en su frente. Qué grosero era.

—Necesito fumar.

—Pues aquí no. Si quieres baja, fuma y subes y me dices a qué vienes.

El rubio puso sus ojos en blanco. —¿Vamos al balcón? —Sora estaba loca, si bajaba y fumaba el cigarro, al subir iba a necesitar fumarse otro, era totalmente ridículo. Fumaría, subiría, diría una palabra y necesitaría otro cigarro para pronunciar otra palabra. Se acabaría la caja de cigarros y no terminaría de decir a qué vino. No gracias.

La chica suspiró. —¿Necesitas estar fumando para decírmelo? —el rubio asintió desesperadamente —vamos entonces.

Abrió sus fosas nasales, aire fresco que sería contaminado por el humo de su cigarro. Él si insultaba a Ozono. Llevó el cigarrito a su boca, lo prendió y sintió como rápidamente hizo efecto en él; la tensión disminuyó, se relajó su cuerpo y mierda… Sora lo estaba mirando.

—¿Me vas a decir de una maldita vez? —preguntó de mala gana.

Al parecer Matt solo quería que ella lo viera destruyéndose los pulmones. El chico estaba sentado en uno de los sillones del balcón y ella para ejercer presión y hacerlo hablar más rápido se puso frente a él, estaba recargada en el barandal.

El rubio expulsó el humo. Talló su ojo izquierdo, esta mujer era tan mandona y neurótica, menos mal que él ya tenía a alguien dulce y tierna con él y con sus vicios. Si bien Mimi también lo regañaba por su adicción al tabaco, siempre le llamaba la atención con calidez, la pelirroja en cambio solo logró que le dieran escalofríos.

Y seguía viéndolo. Cada vez se sentía más intimidado, estaba pensando en que era una mala idea estar ahí. Inhaló de nuevo el humo del cigarro y después lo soltó.

Una bocanada para ganar agallas. —Necesito tu ayuda —masculló bajando la mirada.

—¿En qué? —Sora se cruzó de brazos —si es otra vez Mimi, déjame decirte que mi lealtad de mejores amigas y mi código ético femenino me hace mandarte al diablo.

—No, no es Mimi. No la metas en esto —dejó caer las cenizas de su cigarrillo —es sobre mí.

—¿Esta plática no es mejor con hombres? ¿qué tal Tai?

Matt abrió sus ojos. A Sora ya le estaba haciendo daño pasar tanto tiempo con el moreno. Era una pervertida. —Por Dios mujer —se sonrojó bastante —¡Sácate esas ideas de la cabeza! —comenzó a fumar desesperadamente.

—Qué quieres que piense si no estás siendo claro.

—Ya te dije que no es sobre Mimi y ni de eso —exclamó escandalizado.

—Entonces —dijo desganada.

Matt encendió otro cigarro. Sora era la única que podía sacarlo de su problema, también estaba Izzy, pero el pobre no tiene ni tiempo para respirar y para que él le quite los pocos minutos libres que tiene, no señor, lo mismo sucedía con el superior, la escuela lo absorbía por completo.

Miró hacia el techo, mientras expulsaba el humo del cigarro.

—Antes me tienes que prometer que nadie se enterara de esto —seguía mirando hacia arriba.

—Tanto misterio me está asustando.

Habló seria. El comportamiento de su amigo no le estaba gustando. El rubio la miró directo a los ojos a su amiga, exigiendo que lo prometiera. La chica se limitó a alzar los hombros, dando luz verde que esta conversación se quedaría entre los dos, el siguió viéndola.

—Está bien… lo prometo —se puso su mano derecha en el corazón y alzó la izquierda.

El rubio sonrió de medio lado dejando caer unas cuantas cenizas. —Reprobé matemáticas —alzó rápidamente la cabeza, para tratar de esconder su sonrojo. Sentía una vergüenza tremenda.

—No entiendo por qué no quieres que nadie se entere. Es lo más normal reprobar matemáticas y yo te dije que llegaras temprano a clase que la asistencia contaba mucho, pero no ibas, eras impuntual y cuando asistías el profesor te sacaba junto con Tai —la pelirroja inició con su sermón —¿Cuándo es tu examen?

—Lo sé, lo sé —habló con otro tono de voz. ¿Vino solo para que esta mujer le gritara y le dijera que era un irresponsable? —en dos semanas.

—¡Hasta ahora me lo dices!

—¡Hasta ahora pude convencerlo de que me aplicara el examen! —respondió igual de histérico —argumentó que no tenía derecho a hacerlo porque tenía demasiado faltas y porque reprobé todas las unidades. Pero logré convencerlo, dándole boletos para mis conciertos, un autógrafo y una foto a su hija —prosiguió con desagrado. Recordar como compró al profesor le daba vergüenza.

—¿No pudiste sacarle una nota aprobatoria? —preguntó incrédula.

—No porque su hija es la segunda fan más desquiciada que tengo. Es casi peor que Jun —volvió a fumar compulsivamente, recordar que su fan casi lo asfixia cuando le tomaron la fotografía era traumático. ¿Cuándo su mente empezaría a bloquear esos recuerdos?

La pelirroja hizo una mueca de desagrado, si era casi peor que Jun, la acosadora número uno de Matt, lo que el profesor le pedía para aprobarlo era que saliera con su adorada hija. Y el rubio jamás dejaría a Mimi por ninguna chica, ni aunque su vida dependiera de ello. De seguro la experiencia fue más que mala para él, al juzgarlo por su actitud; aferrada al tabaco, arrebatada y con cara de susto.

—Te entiendo, pero si me hubieses hecho caso —suspiró —en fin, ya no hay tiempo para regaños. Pero quiero que me respondas… ¿Por qué no quieres que nadie se entere?

De nuevo venían las preguntas que quería evitar. Negó con la cabeza, mientras se aferraba a otro cigarro.

—Olvídalo, no tienes por qué responderme.

Obvió la chica. A Matt le daría vergüenza demostrarle a su amada novia que era un vago, mal estudiante y mal ejemplo. No quería destruir la imagen que ella tenía de él; el novio perfecto, el chico con imagen de rudo, pero tierno, el malo, el rockero sensual y el hombre ideal para la princesita del cuento de hadas.


Su grado de paranoia iba en aumento, tenía que contarle este loco sueño u horrenda pesadilla alguien de una vez por todas. Pero la pregunta era a quién… Joe estaba demasiado ocupado con la escuela para estarlo mortificando con sus boberías, el tiempo de Izzy era muy valioso, sabía que ambos abrirían campo en sus atoradas agendas solo para que él contara que pasa con él, pero él no quería ser el inútil perro egoísta que interrumpa a sus amigos con ñoñerías. Kari y Takeru, ambos eran demasiado jóvenes para entender las cosas de la gente grande. A Sora era obvio que no se lo podía contar y a Matt en estos momentos no quería verlo ni en pintura, por ser el mayor idiota de todo el universo. Lo que le dejaba libre al alma pura de Mimi, lo que iba a hacer podía ser muy imprudente, porque ella también podía resultar afecta con sus metáforas, analogías, retóricas, sus hipótesis, ¡Pero necesitaba decírselo a alguien que no fuera el espejo!

Suspiró pesadamente. Aunque era mejor que te dañen con la verdad a que te maten con la mentira, él no sería capaz de contarle todo lo que ha estado dándole vueltas en la cabeza, si en dado caso resultan verídicos, los únicos que deben de hablar con ella son Sora y el imbécil de Matt. Lo único que haría él sería contar su sueño, trataría de reprimir sus locas ideas y sus paranoias para centrarse solo en una cosa, decirle lo que soñó a Mimi y como se siente con eso, además solo sería como una advertencia para la chica. Advertirle qué… ¿Qué en sus sueños abunda la idea de que Matt y Sora traen onda? Ignorando que ella es la novia y la mejor amiga y también omitiendo el hecho de que ÉL es el mejor amigo de ambos…

Estaba a nada de darse golpes contra la pared si no se lo contaba a alguien. Ya desahogándose las cosas se podían poner más claras.

—Mimi —saludó. Justo a quien quería ver se encontró.

La chica se acercó sonriente hacia donde él estaba. —¿Estás bien? ¡Parece que tienes días sin poder dormir!

—La verdad es que no me la he pasado bien últimamente.

La castaña se alarmó. —¿Puedo ayudarte en algo? —puso una mano en el hombro de él, después de todo, sí iba a ser un perro egoísta que solo para desahogarse le contaba esto a la comprensiva Mimi, que él sabía podía darle apoyo moral y reconfortarlo.

El moreno asintió viéndola directamente a los ojos. —Tuve un sueño horrible.

Mimi alzó las cejas. Según ella las mujeres eran las únicas que buscaban el significado de los sueños y también eran las ÚNICAS que contaban éstos a sus amigas, ¿habrá soñado con muerte? Eso eran los peores sueños de todos, porque experimentabas el peor dolor y una angustia tremenda. Tai era un tontito, no se daba cuenta que los sueños son solo eso, y que soñar muerte significa que buscas algún cambio importante en su vida, si el moreno tuviera la idea de buscar qué significa, capaz no estuviera tan angustiado, menos mal que tenía a una amiga tan preparada con ese tema… mordió su labio. Una vez ella soñó con fantasmas y prácticamente no dejó a Matt dormir, porque hizo que hablara con ella toda la noche vía celular. ¿Tai le tenía miedo a los fantasmas o a los duendes? ¡Esos igual eran feos!

—¿Qué tipo de sueño? —cuestionó confundida por sus dos teorías.

El moreno cerró los ojos dispuesto a contarlo todo.

—… y la motivé a ir a darle el regalo a Matt, aunque yo por dentro me estuviese muriendo —terminó de contar. La castaña lo había estado oyendo atentamente.

—¿Regalo de amigos o regalo de que hay algo más entre los dos? —analizó la castaña, al parecer de Tai la chica se mantuvo serena. ¿Cómo podía estar así?

—De que tenían algo, lo tenían. Estoy seguro —contestó tristemente.

—¿Eso fue todo? —ladeó su boca.

¡¿NO LO ESCUCHÓ O QUÉ? ¿Quién es ella y qué le hizo a MIMI? Parecía que le había estado hablando a la pared, le contó su desgarradora pesadilla, ella también conoce lo que siente por Sora, prácticamente le contó todo con el corazón en la mano y ella le salió con ¿Eso fue todo? ¿Qué parte no le quedó CLARA? SU MEJOR AMIGO y la chica que quiere. ELLA le regaló algo. Eso es para matarlos y luego suicidarse, es una traición y ella también sale embarrada, porque es novia del cretino de Matt.

—¿No me escuchaste o qué? —comentó desconcertado —¡ELLA le llevó un regalo! Se coquetearon descaradamente y yo motivé a que se lo llevara.

—Sí, te oí perfecto, pero no entiendo por qué te alteras tanto, es un simple sueño.

El moreno gruñó. —Fue mala idea contarte.

—Es que a quién le cuentes te va a decir lo mismo —dijo aburrida —¡Es un sueño! No pretendas que con esto empiece a sospechar de Matt, mi novio, y Sora, mi mejor amiga, tal como lo estás haciendo tú, ellos son tus mejores amigos Taichi. No seas tan fantasioso e infantil.

—Si tú lo hubiese soñado estarías peor que yo —se cruzó de brazos.

—No creo —sonrió —y no hagas pucheros, eso me toca a mí. Seré ingenua y todo lo que quieras, pero un sueño o una pesadilla jamás me harán sospechar de mi novio y de Sora —hizo una larga pausa —y tú debería de dejar de jugar GTA y dejar de vivir en un mundo de fantasía.

—¿GTA? —achicó sus ojos.

—¿Es dónde rescatas a Zelda no? —el moreno negó —¿Dónde sale Link?

—The legend of Zelda. Y el GTA es el Grand Theft Auto —le daba clases de moral y ni buenos ejemplos les daba. Además mundo de fantasía, mira quién habla la princesa de un cuento de Disney.

—Es lo mismo. Ambos son una porquería de videojuegos que estropean tu mente —se volteó indignada.

Y ahora se metía con sus videojuegos. Le dice fantasioso, insulta sus videojuegos, solo faltaba que ofendiera el fútbol. Estúpido Matt que tenía paciencia para aguantarla, aunque él también era igual de amargado y se dormía viendo el fútbol.

Sora era su única compañera ideal, que miraba y amaba el fútbol como él y ella sí sabía diferenciar los videojuegos.

Estúpido Matt… que soportaba a la princesa, nada "fantasiosa", insulta pasiones de hombres.


Aún seguía impactada por lo infantil que fue el moreno, llegar a sospechar de todos por un simple sueño. Dejara de ser hombre, por qué no se sienta y busca en internet el significado de lo que soñó, así se liberaba de tantos pensamientos absurdos y mortificaciones en vano. Aunque para ella todo era obvio; lo único que su subconsciente le estaba queriendo dar a entender es que dejara sus estúpidos temores a lado y se apresurara en confesarle su amor a Sora. Porque era totalmente falso y ridículo el posible amorío de la pelirroja y el rubio. Era absurdo, a veces Tai la hace reír tanto. Los celos lo están llevando a un punto de quiebre; paranoias, esquizofrenia, delirio de persecución y todo por ser un miedoso.

Caminaba con sus zapatos de alto tacón, la mejor herramienta para lucir bien arreglada y sensual. Mantenía la vista bien el alto, mientras se dirigía a la casa de su amiga para contarle lo que pasó con Tai y para que ésta le diera la razón, aunque si se trataba del moreno, la pelirroja siempre iba a mover cielo, mar y tierra para defenderlo y justificar sus boberías. Pero ella como buena amiguita que era, tenía que omitir esto y armar el debate donde los puntos de vista de las ambas contrastaban. Era una tarde con bastante sol y para lucir más fashion y proteger sus hermosos ojos castaños de los crueles e insensibles rayos del sol, tomó unos lentes de sol estilo aviador.

Siempre digna y como una dama de suma elegancia, caminaba con gracia provocando que nadie la ignorara. Mimi portaba unos jeans deslavados, combinado con una blusa amarilla de tirantes, uno bolso beige, con detalles en café, que combinaba con su cinturón de éste último color y sus hermosas zapatillas de tacón de aguja. Y todo esto lo remató con unos hermosos lentes de sol dorados. ¿Quién la iba a ignorar si ella siempre impone estilo, feminidad, elegancia y moda?

Estaba segura que ni Paris Hilton caminaba como ella. Esbozó una sonrisa, porque a pesar de haber caminado más de seis cuadras no se había cansado y mucho menos había sudado, ella siempre estaría presentable, esa es su esencia.

Momento. Paró en seco su caminata, le faltaba cruzar la calle para llegar al edificio donde estaba el departamento de su mejor amiga, pero cuál fue su sorpresa cuando miró salir por la puerta de éste a su NOVIO junto con su MEJOR AMIGA.

Arrugó la nariz, solo estaban ellos dos. Y de inmediato comprendió que no tenían que verla. Corrió, siempre como una dama, a esconderse tras un auto que estaba estacionado en la acera donde estaba ella. Se agachó lo suficiente para evitar ser vista por ellos, frunció el ceño… ¿Qué hacía Matt con ella? Retiró los lentes de sus ojos, solo los deslizó un poco por su nariz, y para que no se cayeran por completo lo sostuvo con su dedo, el objetivo era poder ver más claramente la imagen de ESOS dos JUNTOS.

Ojalá pudiera tener el oído súper desarrollado para poder escuchar lo que está comentando. Sus lentes seguían estorbando, se los quitó por completo aunque siguió sujetándolos cerca de su rostro. Era RARO. MUY RARO. TURBIO. RUIN, VIL Y BAJO. ¿Existe la posibilidad de que el sueño de Tai sea realidad?, que haya sido una visión, o una señal de que los dos sujetos que están frente a ella tengan una especie de AMORÍO.

Eso no podía ser cierto. Era imposible que Tai predijera el futuro. Además no podía desconfiar de su novio y su mejor amiga solo por la retorcida mente del moreno, pero esta escena que estaba presenciando era sospechosa, no tenía nada de malo que estén juntos pero por qué ninguno se lo comentó, el rubio por ser su novio y ella por ser su mejor amiga. Sintió malestar ante la probabilidad de que el sueño del moreno sea una visión. De repente miró como ambos tomaban caminos diferentes, no hubo ni un beso y ningún acercamiento, cada quién se fue por su lado. Ahora todo estaba raro, si en verdad tuvieran algo, conociendo a Matt, él la hubiese acompañado hasta su destino y si dada la casualidad no podía, la despedida entre ambos iba a ser muy distinta a esa.

Cuando los dos se alejaron, enderezó su posición, volvió a colocar sus lentes de sol, pasó sus dedos por su cabello. Y suspiró, ¿Qué debía hacer? Contárselo a Tai, quizá le dé una sabia respuesta. Sacó su celular para ver la hora, quizá todavía estaba en su práctica de fútbol, con suerte le respondería y se podrían ver, después de todo no está muy lejos de la escuela.

—Hola —respondió a través del su teléfono celular, al terminar de escribirle un mensaje a Tai, donde lo citaba en el centro comercial, dejando en claro que era urgente verse —bien y tú amor —era Matt.

¿Vas a estar en tu casa más tarde o dónde te veo? —escuchó lo que le decía. La castaña rodó los ojos, ahora sí quería verla, pues no… ahora ella no estaba disponible.

—No estoy en mi casa y me temo que no te puedo ver —esta tarde se la dedicaría a Tai, para que juntos encuentren respuestas.

¿Por qué?

—Porque voy a ver a un AMIGO —hizo especial énfasis en la última palabra. Tratando de atormentarlo aunque sea un poquito con sus palabras —y se me está haciendo tarde. Adiós —colgó no de una manera muy sutil ni cariñosa.

Apagó su celular. Era un maquiavélico plan para tener a Matt al borde de la histeria, lo conocía como a la palma de su mano y sabía que no se quedaría conforme con la forma en que le habló y por como colgó, los celos y la intriga se lo comerían, la llamaría, ella tendría el celular apagado unas horas. Lo prendería, y el rubio seguiría marcándole, y hasta que no tenga al menos diez llamadas perdidas de él respondería el celular y le diría que sí estaba con su amigo, que lo quería y luego colgaría de nuevo.

Sonrió guardando su celular.

Manos en la obra.


—¡Mimi!, ¡Mimi! —gritó aún con el teléfono pegado en la oreja —mierda le había colgado. ¿Qué era eso que iba ir a ver a un amigo? Y esa despedida tan nada cariñosa… ¿Ahora qué pasaba?

Intentó marcar de nuevo, pero solo recibía respuesta de la operadora: El número que usted marcó está apagado o se encuentra fuera del área de servicio. Respiró para tranquilizarse, de seguro se le había descargado la pila, pero aún seguía inquieto ella y el supuesto amigo.


Ya, eso sería, por ahora :) Esta idea salió a partir de Noche Buena (SI! Desde el año pasado que venimos webiando con esto xD) cuando empezaron con el webeo del aniversario del Sorato… Así que, en conjunto con mi estimada, fina, educada y sensual Roww, les traemos hoy en día esta historia diferente :) Esperamos de todo corazón que les guste :D Y como sabemos de antemano que a ninguno (a) de ustedes les gusta el Sorato xD les pido como un favor personal de Len xD que lean TODA la primera parte, porque por culpa de ESA parte, tuve que mamarme el capítulo o al menos esa parte en especial, para hacerla lo más "realista" posible, y si a mi me dolió la weá, a ustedes también… He dicho xD Gracias :B

Esperamos que les haya gustado y que dejen muchos RR y nos hagan leer harto a nosotras también :) Eso nos gustará :D

Cuídenseeee :D Nos leemos :)

Len&Row ~


Row opina que nada, tiene tos y no puede hablar :( pido una cadena de oración para que recupere su voz.