Parecía un ángel, esa bella gracia al caminar, esa sonrisa que ilumina mi vida cada segundo, su hermoso y dorado cabello, su piel de porcelana tan frágil y firme…

Por algo odiaba esperar, esperarlo en las noches que no duerme conmigo, esperar las molestas clases en las que no estoy con él, esperar cada minuto que no estoy a su lado. Simplemente, para mi la vida es corta, por eso quiero que cada instante, él este a mi lado, saboreando sus labios, acariciar su cuerpo, y sentir su aliento chocar en mi boca.

-Sasori no Danna!- Lo escucho atrás de mi, que hermoso es verlo correr para estar a mi lado, en cambio yo, no importa cuanto corra, me es imposible estar a su nivel. Es tan perfecto e inalcanzable.

-Listo para irnos, ¿Deidara?- Le pregunto sensualmente, mientras observo como sus mejillas se tornan de un ligero tono carmesí, mientras me dedicaba una hermosa sonrisa, eso es un sí, pensé para mí.

Lo tomé de la mano, para caminar y simplemente relajarnos, mientras yo pensaba lo afortunado que era al tener al ser más perfecto que jamás haya visto, siempre estaba sonriendo, siempre estaba feliz y tan lleno de vida. Pero, por dentro su alma pide ayuda, por dentro se rompe lentamente, por dentro suelta desgarradores gritos. Y lo peor, es que yo lo sé, pero no puedo hacer nada. Usa una máscara de felicidad, donde al ponérsela, olvida todo por unos segundos, siente que nada esta pasando, y siente que puede hacer lo quiera.

No sé que tiene, pero de lo que estoy seguro, es que ese dolor lo carcome día y noche, hay veces que soy feliz a su lado, y de un segundo a otro, caudales de sangre salen de su boca, y yo lo único que puedo hacer es calmarlo. Cada día, debe tomar esa estúpida medicina, que sólo le dará un poco más de 3 años de vida. El me pide que no malgaste mi vida cuidándolo, pero si llegó a dejarlo, jamás me lo perdonaría. Se muestra fuerte e inquebrantable ante el mundo, ante la sociedad, ante todos; pero en realidad en tan frágil.

Sin más, el simple hecho de pensar en el futuro, un futuro sin mi razón de vivir, me era muy difícil. Ya que siempre tenia esa terrible sensación de soledad que me embargó por tanto tiempo, pero, al conocer a Deidara, esa herida de estuvo cerrando, hasta desaparecer por completo. Pero cuando escuche esas terribles palabras: Tienes una enfermedad terminal, lo siento.
Esa herida se volvió a abrir, y no sólo eso, también se hizo más profunda.

Deidara simplemente se quedó en shock, incapaz de decir palabra alguna, minutos después me dijo tranquilamente. "No quiero dejarte solo, te amo"

Entramos a mi departamento, donde ya varios de sus objetos están aquí, debido a que cada instante del día quiero que este conmigo, y nada mejor que despertar y encontrarlo a mi lado.

Sin siquiera avisar, me besa suave y apasionadamente, siento como su lengua se adentra a mi boca. Joder, sus labios son tan peligrosamente adictivos, y comienza a deshacerse de mi camisa.

Mientras yo correspondo a su delicioso juego de caricias, pienso por un momento lo incomodo que seria hacerlo en un sofá, así que lo levanto con cuidado para llevarlo a mi amplia cama.

Continúa acariciando cada rincón de mi cuerpo, para después pasar sus labios por cada centímetro de él.

Ese tipo de noches, comienza a hacerse aún más frecuente, y me encanta.

Los rayos del sol penetran por la ventana, dándome directo en el rostro. Como odio despertarme así. Me levantó y me pongo mi ropa interior, pero cual es mi sorpresa a no encontrar a Deidara ahí, sólo una mancha de sangre en la cama, y en el suelo hay aún más sangre derramada. ¡Maldita sea, otra vez!

Voy corriendo hacia el baño, y veo que esta en suelo, tiene puesta su ropa interior y una de mis camisas, llorando, híperventilando con violencia, rogando por aire. Pero lo que más me aterra es ver como sus pies, manos, rostro, incluso mi blanca camisa, están iguales; manchados de sangre.

-¡Deidara, por favor, tranquilízate!- Gritó con furia, por miedo a que vuela a colapsar.

-¡Duele, maldita sea, duele demasiado, Danna, ayúdame!- Me grita con dificultad, su cuerpo comienza a temblar, y no deja de llorar. Me es tan desgarrador verlo así.

Lo abrazó contra mi pecho, esperando que se normalizara, rogando que no le pase nada. Hasta que minutos después, comienza a calmarse, a respirar normal, aunque aún ligeras lágrimas salen de sus ojos.

Lo miró, y veo como tiene sus ojos cerrados, esperando abrirlos, y observe que él aún tiene una larga vida por vivir, lástima que no sea así.

-S... Sasori no Danna, perdón, prometo que limpiare todo este desastre- Me dijo, aún con su frente en mi clavícula.

-Deja eso, ven, traeré tu medicamento- Le susurré al oído, aún estaba muy alterado. Lo levante con cuidado, y lo senté en la cama. El sólo mantuvo su cabeza agachada, sin soltar alguna palabra.

Me dirigí a la cocina a buscar lo que necesitaba, también fui al baño por una toalla limpia y húmeda. Al entrar seguía en la misma posición, mencione su nombre en un suave susurro.

Levanto el rostro, y limpie todo rastro de sangre, al igual que en todo su cuerpo, le deje un vaso con agua y las pastillas al lado suyo, con tal de que las tomará pronto. Besé su frente y me dediqué a limpiar la habitación y el baño, para después llenar la bañera con agua tibia.

Al salir de ahí, Deidara estaba quitándose las pocas prendas que llevaba encima, y sin decir nada más, se retiro al baño….


Como es obvio, estee no es el finaaal O:!

Si bieen, lo publicaree dentro de poco n.n

Espero que le haya gustado (:

Si es asi, que bieen! Si no, chingueen su madree! .l.! NO, NO ES CIERTO! XD

iguaaal, se aceptan criticas, mariguanadas, reviews, etc :D

Kumii Pyscho w/h