SOMETHIN' ABOUT US.


Anna.

No le interesa mucho lo que piensan los demás, a decir verdad, no le importa nada.

Pero si tú te enojas o contestas nada si te preguntan "¿Qué te pasa?", eso sí que le angustia.

Lo siento, me amas, el te ama y yo no siento nada hacía ti. Y no, no me acabo de dar cuenta…


Desperté rodeada de sabanas, almohadas, frio y luz. ¿Qué hora era? ¿Qué día era? No me interesa. Juego ociosa unos minutos con las cuentas de mi rosario.

Me arregle como siempre me arreglo, para qué decir más. Baje con pesadez las pocas escaleras al comedor.

La hora de los Beatles sonaba en la radio y tú tarareabas despacio haciendo el desayuno.

― Buenos días, Annita- Sonreíste amable.

La mesa ya estaba ordenada y te observe limpiándote las manos para sentarte. Hao entro por la puerta trasera y me dio brusco el periódico en las manos.

― Buenos días, Anna- Dijo seco él detrás de mí- Buenos días- Te mira sonriendo a los ojos.

Platica tranquilo contigo. ¿Te habrás dado cuenta alguna vez que a ti es al único que trata como ser humano Hao Asakura, tu hermano mayor? Eres inmensamente lento.

Exijo mi desayuno.

Debería de exigirte y restregarle a la cara a ese asesino inhumano que te ayuda a cocinar que eres mío, algo así como empujarlo y decirle que se largara, que yo soy tu prometida y que es un enfermo. Pienso esto mientras paso las hojas del periódico.

No, no tiene fin. No es algo que realmente quiera hacer.

No quiero, espero que él haga algo para que tú te des cuenta de quién es el indicado.

Me senté. Se sentaron a los costados de mi asiento y me sentí un estorbo.

Soy parte del desamor de ambos, ¿por qué la gente se enamora de quién no le corresponderá de la misma forma?

Le falta sal. Como despacio, les doy órdenes y regaños. Me contesta cínico con la sonrisa tan suya y tan falsa, apago brusca la radio.

Dejo el desayuno a la mitad. Te deprimes. Él se preocupa. Yo los mando al diablo.

Debes de crecer Yoh, de ser fuerte y de enfrentar los sentimientos sucios de tu hermano. Algún día mi paciencia no dará para más y tendré que abrirte los ojos Yoh. Todos sabemos la verdad y nos repulsa, menos tú. No podemos vivir en tanta falsedad siempre.

Hao te distrae con su humor acido. Yo me encierro en mi cuarto, y me apoyo en la pared izquierda justo junto al armario porque no me quito de la cabeza quién se está despertando en esa habitación

Pienso que no es tan mala la situación de Hao, después de todo, ese ingrato no esta comprometido.