El secreto de las Castas

Capítulo uno

Un amor desde siempre

En la Biblia como en la historia se cuenta que se pasaban la bendición al hombre mayor de la familia, la historia podemos visualizarla al momento que dos hermanos nacidos el mismo día el mayor un hombre rudo y el otro con un intelecto, cambio en complicidad con la madre y este recibió la bendición, pero que de bueno hay en esa historia, que el intelecto fue el dueño de la mejor casta del mundo mientras que el rudo no lo fue. Con esa creencia, se buscaba por otra parte la mejor casta, aun así no lograban encontrarla.

Isaías 65 17:20 y 24-25 Cielo nuevo y tierra nueva

Pues yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva y el pasado no se volverá a recordar más ni vendrá más a la memoria. Que se alegren y que estén contentos para siempre por lo que voy a crear. Pues yo voy a ser de Jerusalén un Contento y de su pueblo una Alegría.

Yo quedaré contento con Jerusalén y esteré feliz con mi pueblo. Ya no se oirán, en adelante sollozos ni gritos de angustia, ni habrá más, allí, recién nacidos que vivan apenas algunos días, o viejos que no vivan largos años. Pues morir a los cien años será morir joven, y no llegar a los cien será tenido como una maldición.

Antes que me llamen les responderé, y antes que terminen de hablar habrán sido atendidos. El lobo pastará junto con el cordero; el león comerá paja como el buey y la culebra se alimentará de la tierra. No harán más daño ni perjuicio en todo mi santo cerro, dice Yahvé.

La historia que les voy a contar data de la verdadera forma de encontrar un casta pura, no como un clan, o como una dinastía, sino como una verdadera razón de ser, los valores que se heredan y no van en la sangre, sino en la forma de vivir y ser educado, el dolor, la humillación y como Dios interviene en el poder de un humano, donde hay que realmente "sacar la casta", para saber si tenemos el valor de ser un casta verdadero, pues bien mi historia al final te dirá, si es que no lo descubres, donde está el origen de un casta pura original

Jesús les dijo parte del secreto de la vida a todos sus hermanos como somos tan sordos y tan ciegos como los mismos que Jesús estuvo curando cuando vino a la tierra por primera vez, pues les voy a dejar un mandamiento nuevo "Ámense los unos a los otros como así mismo"… ese es el mejor secreto para la vida… el amor, o secreto divino que hace posible maravillas que dice cuándo y cómo lograr las metas más insólitas del mundo, la maravillosa etapa del amor, el servir parte del secreto a los demás es amor y el convivir, parte esencial es el amor… quien no lo transmite no lo recibe, es el amor…

Candy…

Pues bien ahí empieza mi historia. La historia de una mujer llamada Candy, abandonada… por alguien que en su vida simplemente no cubría los requisitos adecuados para ser perfecta. Los defectos no se ven es solo una mujer, que se puede esperar abandonada y que al ser casada por el matrimonio católico, no puede volver a casarse por las creencias de su religión, más que por las de la propia iglesia, pues al final ella cumplía sola sus votos al sacramento y sin embargo, se sentía desilusionada de vivir, su vida por sus hijos, que ambos valían su peso en oro cuando sonreían juntos, ella los escuchaba en ese momento se acordaba de las películas donde la primera risa de un bebe tenía un significado, y se decía la primera ya paso, las que más me gustan son las que sigo escuchando día a día cuando sonríen y son felices, eso me dice que algo estoy haciendo bien.

Una ocasión iba a una toma de fotografías, ella tenía todo programado, para llegar al evento a muy buen tiempo, como siempre antes de lo normal, a sus hijos los había dejado con su familia, la toma de fotografías era de un grupo de superación personal llamado "Adiós a las víctimas", este curso lo impartían para superar etapas dolorosas de la vida, sentía una capa mágica de haber superado dicha etapa, en el fondo sentía otras cosas que no lograba entender, para impresionar la perfección en que le habían solicitado su vestimenta para llegar a la foto, era vestida de blanco muy bien arreglada, y para sorprender ella que de cabellos rizados, decidió alisarse el pelo, oh sorpresa al alisarlo su cabello llegaba a sus caderas, por el calor con que lo alisaban su cabello se tornaba color dorado brillante, cuando ella lo tenía rubio, ella sentía que la belleza de cualquier princesa es ser lo más natural posible, pueden creerlo, una mujer que no le gusta el maquillaje, que solo usa un poco de labial y que todos los días es así, pues bien, esa ocasión se maquilló, se arreglo, pero su cabello llamaba mucho la atención.

En el trayecto de su casa al lugar de su sesión fotográfica un accidente pasó, un transporte escolar de niños estaba volcado, bajo un intenso calor y peor a todo lo estimado, se veía el derrame de gasolina de la unidad, agréguenle una gasolinera en contra esquina del evento y todos corrían, ella iba por la avenida desde lejos lo vio, estaciono el auto lo más lejos, bajo y sin pensar fue corriendo a revisar si traía niños la unidad, para su sorpresa el chofer sangraba de su cabeza, y si, había muchos niños de diferentes tallas y edades, todavía pasa el tiempo y puedo descifrar lo que sentía, es como si estuviera dentro de la unidad y quisiera que alguien me ayudara a escapar, pero estaba fuera, así que sin pensar subí por un costado a la ventanilla del piloto, y por ahí, grite – dame la mano, agarré a un pequeño, lo jale y este llorando lo baje por el lado donde estaban las llantas, con ese mismo valor, dije – dame la mano y otro pequeño sonreía y lloraba diciendo, -mi mochila, -en un momento te la doy, - dame la mano y varias veces salieron, desde la gasolinera corrían al parecer se había iniciado fuego en la unidad, entonces dije –atrás de aquel muro todos, era un muro grande y grueso de un transporte que pasaba por lo alto, todos corrían para allá, - dame la mano y decía - esta el chofer, -dile que me de la mano, -no se mueve, -bueno dame la mano tú y este me la daba y salía, entonces vi el fuego muy cerca y salte, corrí y me refugie con ellos pensé que explotaría, pero no, solo se incendiaba, me di valor y corrí a mi auto, saque la cruceta del carro y rompí el vidrio delantero del transporte escolar y se estrelló y se salió como una mica, se sentía el calor y jalé al chofer, que sangraba y no despertaba, lo arrastré como puede, lo llevé y ardía el fuego y mi ropa se llenaba de humo, pero el chofer ya estaba con los niños y niñas, ahora explotaba, pero nosotros estábamos a salvo. Llegó bomberos, rescate civil, y muchas unidades después de la explosión, pero mi auto estaba más atrás, subí y viendo que no me necesitaban, me fui. Ya sabes, eso de que vas a declarar, de cómo rompiste la mica y que me acuerdo. – Mi cruceta, bueno le diré a mi papá que me busque una. – Pero era de mi auto original, - me reía que va, los originales eran los chiquillos que habían perdido sus mochilas con útiles y me reía, ahora recordaba al niño que le dije que le daría su mochila, ¡por Dios! Y preocupada por una cruceta. Qué mal, si los pequeños llevan mucho tiempo, trabajando para llenar esas libretas y ahora están quemadas, que mal me vi, soy una ingrata, no es justo lo que debí hacer, me sentía tan mal por no haber rescatado el trabajo escolar.

Llegue al evento estaban tomando la foto y me vieron, no me reconocieron, primero lisa y ahora sucia, me limpié y la titular del curso me dijo

– Blanco a la perfección y mírate, ¿crees que cumples?, no, verdad. Pues bien reconozco tu esfuerzo y venías de blanco, pero ahora. ¿Qué te paso?,

- Me ensucie. La verdad estaba molesta, era una psicóloga muy buena, no iba de blanco iba realmente sucia, así que mejor me retiré todavía me ardía la cara del calor que había pasado, me regresé a la casa y me valió – lo que pague por el alisado del pelo para que ni la foto, ni la sesión, me bañe y mi cabello regreso a la normalidad ¡Rizos para que te quiero! no hay que negar que me gusta mi cabello al natural, llamé a mi mamá, le dije que el evento se había terminado, pero que me sentía cansada, que estaba en casa y que le encargaba a los niños, me iba a dormir, mañana los recogía, me dijo que sí. Cerré la ventana para tapar la luz, me recosté y descansé hasta el día siguiente.

Normalmente no veo los noticieros ese día era sábado, así que a trabajar, tenía un puesto para vender cosas usadas, me quede de ver ahí a mis hijos, preparé alimentos, agua y cosas para la venta, con la idea de no generar gastos, ahorrar y consumir solo lo que llevaba.

Subí al auto salía de la casa, mi costumbre de rezar, mientras enciendo el auto y llego a la caseta de salida de mi unidad colonial, en el camino después de veinte minutos de haber manejado antes de llegar un accidente, el tráfico a vuelta de rueda, auto viejo, música del radio, de preferencia en inglés, ya sabes no le entiendes nada y mínimo disfrutas la melodía. Que felicidad, dormí como un ángel, la música me relajaba, iba a llegar tarde, pero por el tráfico. Escuche en el radio, un ángel salvó a veintiún niños de un transporte escolar todos se preguntan quién es el ángel que se dio la habilidad del rescate y huyó sin que les dieran las gracias. Me quede sorprendida, no sabía a qué se refería de huir, de un ángel de qué bueno que no escucho los noticieros, cambie el canal del radio y música divino tesoro.

¡Oh Dios! una pipa atravesada, ahora a buscar desviación, ya está. Me voy por el lado izquierdo y partido en el estadio de beisbol. ¿En la mañana?, ¡increíble! Solo a mi me pasan tantas cosas, en esta avenida. Por el tráfico de los autos, estaba parada por completo. Y allí estaba, a un lado mío en una camioneta hermosa de lujo, aquel joven que ya había visto hace tiempo, parecía de otro lugar, alto, con barba, ojos azules hermosos claros y miraba creo que me reconoció, si, nos habíamos visto antes. Me miraba con una insistencia, como que no pudiera dejar de verme, nunca veo a nadie, este hombre parecía de unos 45 años, bien parecido, pero de ahí, mejor me voy. Ya me reconoció, me sigue, ¡Y Ahora!, no lo conozco, ¿quién es?, ¿qué quiere? No me voy a detener a preguntarle… a darle… tráfico… muévanse rápido, más recio y adiós. Si algo me han dicho mi familia es que soy muy acelerada, la mejor manera de decir loca y que parezco un cafre, lo perdí. ¡Gracias Dios!

Albert…

Otra vez… porque siempre se aleja, estoy mal, soy un tonto, ella siempre cerca y tan lejos, ¡Porque Dios!, mi castigo enamorarme de una mujer desconocida, sin la posibilidad de volver a verla.

Solo ayude al chofer de la pipa a salir para que como premio me tocará volver a ver a la dama fugitiva y se volviera a escapar de mí, pero bueno que no me quede soy extranjero y aquí es tan burocrático, hasta rescatar a una persona, te involucran en una declaración y un papeleo interminable. A donde se habrá ido, Dios que todo lo puedes, no me alejes de ella acércame a su lado y te juro por mi vida, que no me alejaré de ella jamás.

Candy…

Días después, camino a un local con mi padre escuchaba como siempre la radio en inglés, música romántica, ya en ocasiones sin saber hablar inglés me sabía las melodías, sin saber el significado completo. Lo traducía, lo alcancé a estudiar pero al no practicarlo, a veces no entendía las palabras, en fin, al cambiar la estación… Un ángel salva a un chofer, después de que su pipa se volteo, el chofer fue rescatado por un ángel con barba, cabellos rubios y lentes obscuros… ¿sigue México rodeado de ángeles?…

-México rodeado de ángeles me reí, deberían conocer a los abogados y se darían cuenta que está rodeado de demonios y me reía, todos los abogados que conocía eran unos vendidos, una ocasión hable con un sacerdote porque dedicaron la misa a los abogados y ellos mismos dicen, ni se confiesan y ni vienen a misa, pero tenemos que orar por ellos para que sepan que Dios los está vigilando, que no se irán de este mundo sin pagar por haber vendido sus casos y con ello sus almas. Y de recordar al sacerdote al que le decimos Padre, diciéndome eso congeniaba completamente con él y agradecía no haber estudiado para abogado en leyes, cosa que me fascinaba.

Pasaron semanas conseguí empleo uno muy importante, ¡Por fin!, tanto estudiar para desperdiciar la vida sin un buen ingreso. En este trabajo, se vendían piezas importantes y yo hacía los traslados administrativos, contratos, documentos, efectivo, claro que con la familia tan precavida que tengo, el efectivo siempre lo cambiaba a cheque seguro o bien lo depositaba para traspasar. Después de un año de trabajo constante, me asignarían a una persona para que me acompañara, llamé a mi familia y avisé que por trabajo saldría a la carretera y que llevaría unos documentos de la empresa, pero que no se preocuparan que llevaba mis celulares, y que me asignaron a una persona para acompañarme.

Qué mundo tan pequeño, el hombre que ya había visto en mis estudios de la universidad, del que me escape una ocasión por estarme viendo, después lo volvía a ver en uno de mis empleos, pero nunca se dio cuenta en que edificio trabajaba y posteriormente lo vi el día que me casé, no tuve luna de miel así que estaba en un hotel de lujo y el estaba en el restaurant, me veía y sentí que me reconocía, que mundo tan chico, hace apenas un tiempo lo volví a ver en la avenida del tráfico y ahora es mi compañero de traslado. Este hombre es alto de cabello rubio castaño claro sus ojos en azul muy atractivo, usa barba y bigote, pero cuando estaba en la universidad, recuerdo haberlo visto con un hermano gemelo.

-¡Hola!, mi nombre es Albert

-¡Hola!, mucho gusto, soy Miriam. –mentí

-Pensé que te llamabas Candy

Lo miré sonreí con mis labios unidos haciendo una mueca de satisfacción. Al final después de quince años de encontrarnos y separarnos ahora ya estaba aquí. Sonreí al sentirme descubierta y ya no hice aclaraciones.

- Candy la voy a acompañar, la persona que la iba a acompañar no puede venir, pero aquí están los documentos y las cosas, el efectivo ya se lo entregaron a usted desde ayer si no me equivoco.

-Si Albert, lo puse en este cheque seguro a nombre de la empresa y sirva como recibo, en este tiempo no es bueno cargar con tanto efectivo.

-Estoy descuerdo con usted Candy, sonreía. Como un buen conquistador esos ojos enamorarían a cualquier mujer, pero escondida bajo esa barba una sonrisa bien cuidada y me reí.

Me llevaba en una camioneta grande, muy hermosa de la empresa ya cumplía un año de pertenecer a esta y no me lo había topado hasta hoy, no trae vestimenta típica de los empelados de esta compañía, se veía más cara su ropa, moderno para la edad que aparenta.

El trayecto es largo, así que espero ponga música y nos evitamos de recordar cuantas veces nos hemos visto.

-Disculpe Candy, no le pedí su permiso para tutearla, usted es casada, ¿Verdad?

-No hay problema, puede tutearme. Omití lo de casada y me sonreí.

-Gracias, sabe no soy de este país, soy norteamericano, trabajo aquí de manera extra y temporal, apoyo a uno de los socios de la empresa y vengo de su parte.

-Se nota en su tono al hablar que no es de México, que bueno que lo enviaron siempre hago este trabajo sola, pero no me habían enviado fuera de la ciudad, ni tan lejos, cree usted que regresemos hoy mismo, quisiera no entretenerme mucho, además no me dijeron que reservará hotel o algo parecido.

-No se preocupe regresaremos de inmediato, el traslado es solo de documentos, no debe ser tan laborioso, las firmas son lo importante.

- Gracias.

Sonó mi celular, -Si mamá, ya voy en camino, todo bien, llevó a un compañero del trabajo y es un excelente chofer, me reportaré en cuanto llegue y en cuanto salga también. Gracias.

-Candy desea que le ponga un poco de música. –Si gracias. Note que le temblaban un poco sus manos y sus labios, estaba muy nervioso, recordé cuando lo he visto, su mirada clavada por verme y ahora clavada pero en el camino, me sentí halagada, a esta edad ya no llamó la atención , pero sabe que soy casada, no divorciada. Ni quien desee hacerle aclaraciones. Total. Puso música en inglés y me decía si me gustaba y le dije—perfecta, gracias.

El es norteamericano, la música en inglés, no me desconcentra y eso me hace estar al pendiente, no vaya a ser problema todo esto. Pasaron tres horas las sentí muy rápido, llegamos al hotel donde quedamos de ver a los socios y ahí estaban, cerca de Monclova, Coahuila recordé la última vez que vine, fue con mi familia de pasada. Bajamos al hotel y muy atento vino a abrir mi puerta, la verdad si no fuera por mi forma tan práctica de ser en mi trabajo, sentía que quería quedar bien conmigo, de haberlo sabido antes lo hubiera dejado acercarse, pero su forma de ser tan insistente en aquel tiempo me asustaba.

Entregamos los documentos, se firmaron y se le dio el cheque al gerente administrativo que fuimos a ver, este comento

– Que precavida que bien, porque me dijeron que sería en efectivo y es mejor así, Gracias.

– De nada, por reglamento no puedo cargar efectivo, solo documentos es mejor así.

En eso unos hombres entraron, con armas y decían esto es un asalto. Pensé que precavida, la cantidad de dinero es de casi un millón y ya no lo tengo, recogí los documentos antes de soltar el cheque, solo hice lo que pedían y como me conozco, sé que puedo atacarlos y tumbar sus armas, mejor baje mi vista, para no hacer algo donde pudieran correr riesgos otras personas. Buscaban dinero y mucho, no eran asaltantes normales, no quitaron carteras o joyas, iban directo por una fuerte cantidad, no la había, pensé la única que tenía una fuerte cantidad era yo, el contador quería que la trajera en efectivo, no quise, la cambié sin avisar, en eso me toman de rehén y mi compañero se molesta y pelea, vaya tengo quien me cuide, pensé bueno ahora a cuidar también, inmediato con mi brazo le di a su estomago y este se agacho, tumbe su pistola y mi compañero ataco al otro, levanté una pierna y le quite la pistola a quien peleaba con mi compañero, ya estábamos más parejos sin armas, pero llegaron más y nos llevaron a ambos.

Pensé de inmediato en mis niños y mi madre, mi papá… que coraje, estos ya venían preparados, pero porque, vi que hablaban a un celular estaban bien organizados, deje las cosas en la camioneta, las llaves y mi bolso en el hotel, donde llegamos, nos subieron a otra camioneta y nos llevaron por rumbo desconocido me imagine lo peor pero no fue así, tengo dos celulares uno estaba en mi bolsa el otro en mi cintura, cuando empezaron a detenerse, estábamos a la intemperie, sin nada, con mi mano sujetada, alcance mi celular y lo avente a los matorrales, podía servir de algo, pensé, nos hicieron caminar y le dijo a mi compañero,

-Quítate la ropa. Me dio pena, ni lo miraba, solo pensaba que me lo dirían a mí y si me daba pena, no traigo ropa tan cara, pero mi cuerpo es el de una mujer… sin chiste que esperan ver. Mi compañero lo dejaron en ropa interior sin camisa, con el sol tan ardiente, ¡que coraje!

–Ahora tú, quítate la ropa, Albert de inmediato me defendió

-Déjala así, para que la quieres, ¡déjala! Le decía en un tono alto mi lo golpearon, bueno de perdido intento que me dejara la ropa, pero no fue así, también me dejaron en ropa interior, pensé Gracias a Dios, mi prenda era tipo short y mi sostén como había bajado de peso era de licra tipo top, no me sentía tan mal, uno de ellos dijo

– No traen nada jefe.

Vi como lo amarraron de sus brazos y luego a mí, a espaldas de él. Y se fueron. Dejándonos así. Solo vi el polvo que se levantaba, la ropa no la dejaron, se la llevaron.

–Albert puede levantarse un poco, a quedar sentados, por favor,

- Si, me deja intentar desamarrarnos

– Por supuesto le conteste, sé que me va a doler mis muñecas, la verdad, tenía miedo, semidesnudos, a la intemperie solo veía que no se acercara una serpiente.

– Le va a lastimar, me dijo y no podía desamarrar, aguante el jalón, pero le dije,

- Ahora es mi turno,

- ¿Su turno?, lo dijo sorprendido y casi burlón.

-Si me da oportunidad de desatarnos. Con mis manos sobe mi espalda y el sudor hacía una capa de grasa y eso es resbaloso, ya con tallarme empecé a tallar mis manos, poco a poco, me resbale de las ataduras, lastimando solo mis manos, he bajado de peso, pero el sudor sigue siendo sudor.

- ¡Eres buena para desatarte! – no lo hice, me di la vuelta y ahora lo desaté a él, desamarramos nuestros pies, me daba una pena, tenía mis piernas con bello cerca de mi entrepierna, nunca me depilo, como es muy leve y rubio siempre me quedo así, pero él es muy velludo, así que no me mire y listo, recordé cuando me veía antes y me agachaba de la pena.

Traía un bóxer pegado a su cuerpo y era de algodón, ambos con prendas decentes a nuestra edad es mejor. Inicie el camino en búsqueda de mi celular, por fin lo encontré, el se sonrío sorprendido, se reía y me veía, bueno ahora sé que no planeo esto él, pensaba.

-Mamá no se asuste, sabe nos asaltaron y necesito hablar con mi hermano, estoy muy bien, no se apure,- ¡manito!, estoy en Monclova ya mamá sabe por trabajo, entra a la computadora y escribe esta página mi numero de celular, del que estoy marcando, ahora fíjate en el mapa por favor y estoy sin ropa, el compañero de trabajo también, es más grande que mis primos, busca algo de ropa de mama y algo grande tuyo, ahora ya sabes, a correr antes de que anochezca y empiece el frio, - si, si, ok, si, muy bien, empezaré, está bien, si, sabía que me podían ayudar, gracias.

-Que dijeron Candy,

-Que hay personas amistades de mi familia y que la van a enviar a ayudarnos, que donde estamos caminemos hacia allá para que nos encuentren, que me van a llamar a mi celular.

Trato de utilizar mi celular y no contactaba a nadie, me reí y no dije nada, la familia es lo mejor que puede uno tener, sabes donde están, con quien están, a qué horas los puedes llamar, sonreí, me devolvió el celular.

-Candy, la conozco desde hace mucho y creo que usted a mi también, no quería tocar el tema, pero siento que la conocí hace tiempo en otro lugar por eso me acercaba a usted, sé que me tenía miedo o no sé que sentía por eso se alejaba de mi, pero no se apure, no muerdo.

-Albert si lo recuerdo, nos encontramos varias ocasiones, pero no tiene caso hablar de esto, de donde cree haberme conocido.

-Cuando niños en una playa de Ixtapa, mi hermana hizo amistad contigo y con tu hermanito, y platicábamos mucho, después nos dejamos de ver, crecimos, hemos cambiado mucho, trate de recordarle quien era yo, quería saludarla pero usted siempre se iba.

No podía dejar de reír claro que lo recordé, hasta le compuse una canción y el la recordó, dijo que desde entonces se enamoró de mi, que no me sacaba de sus pensamientos y sonreía, muy monos en ropa interior, ahora después de tanto tiempo y temiendo que fuera un depravado, la verdad había cambiado mucho es verdad, el ahora era mayor, muy diferente ¡por Dios! como pasa el tiempo. Deja una vida distinta, se acercó una camioneta me aleje del camino y él se espero, para pedir ayuda, se bajaron unos hombres y nos subieron, escondí el celular en mi busto, pero tenía miedo que vibrará. Nos subieron a la parte trasera de la camioneta y nos durmieron.