Enamorado de ti – Capítulo 1
Disclaimer: Bien~ he empezado a escribir un fanfic de Hetalia Axis Power, los personajes no son míos, son de Himaruya Hidekaz~ La pareja es América x Inglaterra, con un principio de Francia x Inglaterra. Puede que en algún capítulo la cosa sea más fuerte, lime o lemon, ya lo pensaré ^^ Espero que sea de su agrado~ (Relación chico x chico) Enamorado de ti - Capítulo 1
Y ahí estaba. Él, un ser tan perfecto de cuerpo fino y delgado. Sus caderas se movían al ritmo que marcaba la música de aquel local al que habían sido invitados por un estúpido francés. Solo para restregarle la más humillante y dolorosa verdad.
Alfred F. Jones, un joven estudiante de apenas 19 años, era un chico alto, dentro de la media, y tenía un cuerpo bien formado que había estado cuidando durante un buen tiempo, a pesar de toda la comida basura que era capaz de devorar. Tenía el cabello corto, pero tampoco sin pasarse, y de un color rubio café. El flequillo a un lado y donde se partía un mechón rebelde que se levantaba. Ese joven e infantil chico de ojos vivos y despiertos estaba enamorado del mismísimo pecado hecho persona. El rubio de mirada azul moría cada día por ese "hermano" que lo había cuidado desde que era consciente.
Arthur Kirkland era un sujeto de estatura media y cuerpo delgado, pero fuerte a pesar de eso. Su pelo rubio algo revuelto y una mirada esmeralda, así lo veía Alfred. Ese inglés era todo lujuria, incluso sus enormes cejas lo eran, algo que a muy pocas personas atraía, pero para el estadounidense eran los cejas más condenadamente sexys que había visto en su vida, por mucha burla que le hiciera al mayor sobre ellas. Su hermano...y claro que sabía que no lo era... Que él no era su hermano de verdad, solo un hermano adoptivo que lo había criado desde hace unos años. Por eso soñaba con su verde mirada, con su gentil sonrisa, con sus labios haciéndolos suyos, su cuerpo de piel nívea siendo uno con el suyo propio... Pero solo era una tonta ilusión. Eran hermanos y para colmo el mayor tenía a esa rana pervertida francesa como novio "¿Como podía salir con esa cosa?".
Por un momento sintió ganas de vomitar al ver a Francis Bonnefoy, el francés que hacía entrar en cólera al pobre estadounidense, besar a su Arthur Kirkland. "¿Como podía hacerlo sin que el inglés lo echara a patadas de su lado?" No podía soportarlo, en parte, le asqueaba que fuera el francés quien ocupara ese lugar tan deseado. Pero por otra parte, le entristecía, rompía en pequeños trozos su corazón, hacía que sus ojos se llenaran de lágrimas. Pero él era fuerte. No lloraría por ver aquella escena.
Harto de mirar, se dirigió a la barra y pidió una cerveza a la amable camarera que estaba en el lugar.
-Una cerveza please- Miró a la chica, quien le sonrió con dulzura.
-Ahora mismo, señor- Se dispuso a atender al americano cuanto antes. Este la miraba algo absorto en sus pensamientos esperando la dichosa bebida que disfrutaría cual niño con su piruleta.- Aquí tiene- El de mirada azul ni se percató de cuánto tiempo pasó hasta que esta le entregó su esperada cerveza. Tampoco se percató de que se había quedado mirándola como un borracho embobado, aun que ni estaba borracho ni embobado, al menos no por esa mujer. La miró, desvió la mirada cogiendo la cerveza y, de un solo trago, dejó el vaso vacío sobre la mesa.
- Eres muy rápida atendiendo.- La sonrió ampliamente olvidando lo que acababa de suceder con la pareja.
-Lo mismo puedo decir- Rió y señaló el vaso vacío dando a entender que se refería a beber. Alfred no pudo hacer otra cosa más que sonrojarse bajando la mirada avergonzado.- Parece que tiene algún problema... ¿Le pasa algo? Oh, disculpe, debería presentarme en primer lugar. Mi nombre es Elizabetha. -La hermosa chica de ojos verdes y cabello castaño largo le sonrió esperando la respuesta.
-Yo soy Alfred~ Y... si... la verdad es que he venido aquí con la persona que me gusta, pero esta persona se ha ido con su novio...- Suspiró algo entristecido ante eso bajando la mirada y cerrando los ojos durante unos segundos.
-Oh! Entiendo... ¿Has probado a decírselo? Tal vez esa persona... bueno... tal vez sienta lo mismo por ti- La mujer se apoyó en la barra poniendo toda su atención en el menor.
-Hum? ¿Tú crees? Yo, la verdad, ya no se qué pensar... prefiero dejarlo pasar, no quiero cometer ningún error con él- Miró a la chica, quien estaba preparando un par de copas. "Genial, y yo aquí hablando solo... tal vez debería marcharme y paras por el McDonald's". Fue sacado de sus pensamientos cuando se topó con una copa frente a él. Levantó la mirada encontrándose con la chica con la que hablaba
-Invita la casa- Le sonrió cálidamente haciendo que Jones se estremeciera con levedad.- Creo que si eres importante para esa persona.. "Él" lo entenderá ¿No crees?-
El americano la miraba algo confundido, sin saber qué hacer. Ya aclararía eso más tarde, tal vez solo necesitaba un empujón, un empujón que daría la persona menos esperada del sitio.
Estuvieron un buen rato conversando. La chica era húngara, de 21 años y soltera. Estaba trabajando en ese bar con sus amigos de la infancia, un escandaloso pruso, un serio austriaco y un italiano algo afeminado. Se podía decir que ella era la más normal, si no fuera por que amaba ver a los hombres besándose. Más bien, acosara a cualquier pareja de amigos hasta hacer que se besaran, sacar fotos o grabar vídeos, y tal vez, solo tal vez, compartirlos con todos el mundo en el desquiciado youtube. Pobres los hombres que tendrían que explicar a sus madres sobre esos vídeos...
¿Que haría ahora que la húngara se había ido a atender a los demás clientes después de un descanso tan prolongado?
Se giró sobre la silla y buscó con la mirada al tan deseado inglés. Pero lo que vio no pudo dejarle más horrorizado de lo que podría haberlo dejado cualquier cosa. Cualquier cosa menos eso. Aquello no podía estar pasando, debía hacer algo. La pareja estaba entrando al baño lentamente, entre besos y jadeos provocados por las caricias que se daban. El francés acariciaba zonas que Alfred no podía permitir. No podía quedarse mirando como hacían suyo a Arthur, a su Arthur.
Alfred se levantó de un salto acercándose a la pareja. Tenía el rostro ensombrecido, haciendo fuerza con los dientes y los puños apretados, tanto que parecía que en cualquier momento estallarían. Ya estaba a pocos pasos cuando sus actos se vieron detenidos por una voz. Esa voz. Era el inglés, su inglés rogando por más. No podía creerlo, más bien, no quería hacerlo.
Sintió como de sus ojos comenzaba a salir aquel despreciable e inevitable líquido transparente que tanto odiaba. Las lágrimas corrían por sus mejillas observando cómo su inglés entraba al baño sin soltar a su novio. Jones no quería verlo, pero si no lo hacía jamás aprendería. Se acercó a la puerta, que habían dejado abierta, viendo al amor de su vida desabrochándose su propia camisa sin pudor alguno ante la mirada lujuriosa del francés. Y durante unos segundos, dos segundos, no, para ellos fueron más. Ambos anglosajones se miraron. Para la vista de Alfred, el inglés estaba más que a gusto. A su vista parecía que a Arthur no le importaba que este lo mirara en aquella situación. Lo cual hizo que el menor saliera corriendo del lugar, alejándose todo lo que podía de ese local. Tratando de alejar la imagen de Francis tomando a su cejón, y este último, ansioso por que lo hiciera.
Lo que no sabía es que Arthur no lo disfrutó. Él no se quedó ahí con el francés después de haber visto a su preciado hermano observándolos entre lágrimas y sollozos. Tampoco sabía que estaba siendo perseguido por el mayor.
No, realmente Alfred no lo sabía. No sabía lo muy equivocado que estaba sobre el anglosajón.
N.A: Se admiten todo tipo de críticas, pero no sean muy duros por favor . Prometo que en un par de capítulos cambia el rumbo de la historia. Y siento que sean tan cortitos, escribir no es una de mis mejores cualidades…
Muchos besos y abrazos a todos 3 Espero que me sigan~ Gracias por leerme.
