Hola~

Bueno, es un poco extraño para mí ya que esta serie me cautivo tanto que no puedo dejar de verla. Más allá de todos los rumores de los actores o sobre la serie la amo. Así que saber que puedo escribir sobre estos dos me emociona mucho.

Espero que por lo mismo me tengan paciencia, porque aún tengo que afinar mi escritura.

Sin más preámbulos les digo lo ya conocido. Ni la serie ni los personajes son míos, solo la historia que salió de mi loca mente~


¿Qué pasaría si… ?

Kate miraba casi con aburrimiento los papeles que se encontraban al frente suyo. Sabía que era su trabajo y que nadie la podía reemplazar con el papeleo de ese día, pero sinceramente prefería más la acción de estar atrapando a un asesino que estar ahí sentada mientras rellenaba las hojas con impecable letra.

Soltando un suspiro pensó en como estamparía al próximo sospechoso contra la pared en el momento que lo esposara, esa sería una mínima venganza por tener que hacer ese trabajo tan aburrido.

Riéndose suave por aquel pensamiento, sintió una intensa mirada sobre sí y no pudo evitar despegar su vista de las hojas para encontrarse con unos maravillosos ojos azules. Aquellos mismos que hace poco comenzaban a provocarle sentimientos encontrados ¿Cómo era posible que ese hombre pudiera ser tan apuesto? Venga, aceptaba que era un escritor famoso, rico y por lo demás se gastaba un buen físico a pesar de estar en los 30 ya "vamos Kate, este hombre te supera la edad por 10 años… ¿Qué mierda pasa por tu cabeza?" se recriminó a si misma sin poder evitar devolverle la sonrisa, como 'cortesía', para luego volver a bajar la vista.

Si podía decir algo, era el hecho de que amaba como en ocasiones Richard se quedaba simplemente en silencio viéndola trabajar. Le daba paz en todo ese entorno bullicioso y problemático en el que se encontraba día a día. También le gustaba la manera en que tenía pequeños e insignificantes detalles haciéndola sentir una mujer viva, pero por sobre todo, le encantaba que Richard nunca la presionara con sus sentimientos a pesar de que era evidente el que estuviera enamorado por mucho tiempo.

Sí, Beckett sabía que ese hombre la amaba más de lo que podía amar una noche de fiesta, quizás no más que a Alexis porque eso era imposible, pero si se había ganado un pedazo de su corazón. Uno que ninguna mujer podría quitarle a pesar de que se paseara por su cama tres o cuatro veces "no sé si eso me hace sentir mejor o no" pensó con cierta diversión mientras anotaba un par de cosas.

Mordiéndose el labio inferior, se volvió a concentrar para terminar lo más pronto posible y salir de ahí. No podía darse el lujo de pensar en ese hombre infantil y coqueto. Lo más seguro era que podría sentir cierto capricho con ella por haberlo rechazado la primera vez y ahora la perseguía hasta que le diera el sí "después de eso todo terminara" se dijo sintiéndose un poco más lamentable y tonta de lo que ya se sentía.

Viendo el punto final con cierto brillo en los ojos pudo soltar un último suspiro. Estaba orgullosa de poder hacer bien su trabajo a pesar de que Castle intentaba distraerla con boberías "y con su cuerpo" se recordó mientras rodaba los ojos y ponía los papeles en la carpeta correspondiente antes de ver la hora.

Eran las 7 en punto y como había terminado todo el trabajo podría volver a casa tranquila. Tal vez podía pasar a un restaurante para relajarse comiendo algo rico antes de tener que ir a su hogar para dormir "quizás Remy's sea la mejor opción, todos van allá y tengo un antojo".

Convenciéndose a sí misma, cerró los ojos e instintivamente se mordió el labio al sentir como saboreaba una de las hamburguesas del lugar. Tenía mucha hambre y necesitaba llenar su estómago en ese mismo instante o alguien pagaría las consecuencias.

Volviendo a la realidad, dejó la carpeta rápidamente en el cubículo de siempre y se levantó viendo como el hombre a su lado hacía lo mismo nerviosamente. Ya le parecía extraño que este no estuviera hablando como un demente sobre teorías tan irrealistas como de costumbre, pero evitó hacer comentario. Lo que menos quería era arruinar la poca paz que le podía entregar el escritor.

-te ayudo

El susurro le sorprendió enormemente, pero, sonriendo coqueta, dejó que le pusiera la chaqueta como si fuera lo más normal del mundo y luego permitió que acomodara su cabello por encima de la prenda. Aun así no dudo en tomar su propio cabello para dejarlo a un lado de sus hombros.

Ella no era demasiado amante del cabello largo, prefería tenerlo corto para hacer más rápido todas las mañanas, pero le daba un aspecto femenino y, por lo demás, una pequeña parte de su ser le decía que a Richard le fascinaba verla así.

Negando con la cabeza por la estupidez que cruzaba por su mente, volvió a mirarlo mientras tomaba las llaves de su auto y su cartera. Tal vez ese no era el único pensamiento estúpido que cruzaba por su mente.

-tengo ganas de ir a Remy's por una hamburguesa ¿Te apetece acompañarme? – Preguntó alzando una ceja mientras sonreía suavemente – un premio por no arrancar del papeleo

-¿Me está invitando a mí, Detective? – Un extraño brillo en los ojos de Castle apareció, al igual que su sonrisa se ensancho, más pronto desapareció – yo… no puedo, le prometí a Alexis que esta tarde cenaríamos juntos

-oh…. No te preocupes, tampoco era tan importante – Dijo sin dejar de sonreír, no podía evitarlo, después de todo Castle era un buen padre y eso también le gustaba de él aunque tampoco lo iba a admitir –dale mis saludos

-de verdad lo siento, si quería ir a comer

-Castle, no te preocupes- Posando una mano sobre el hombro del contrario, disfrutó verlo nervioso – tu hija siempre debe estar primero, además siempre podemos ir en otro momento… no es el fin del mundo

-yo…. ¿Esta noche?

-¿Esta noche? – Alzando una ceja, quitó su mano para verlo de manera curiosa – mañana tenemos trabajo

-sí,ósea, podemos tomar algo, yo puedo llevar pizza y así dejamos Remy's para otra ocasión – Habló de manera apresurada mientras cerraba los ojos como si se estuviera maldiciendo internamente – Alexis saldrá a una pijamada y si tú no tienes planes con tu novio… no veo el problema… creo

-me gustaría… entonces te espero a las 10, pero ni pienses que te dejare quedarte a dormir

Sonriendo con tranquilidad, vio al hombre tragar fuerte mientras ahogaba una exclamación. No sabía si estaba demasiado emocionado o si era demasiado infantil, aun así lo dejó celebrar tranquilo, era su momento. Por lo mismo, se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el ascensor.

Si era sincera, una comida entre amigos tan tarde en el departamento era extraño, "todo con Castle era siempre extraño" se rectificó, pero deseaba pensar que nada malo pasaría entre ambos porque eran amigos "diablos… debo ordenar la casa".

Cambiando su gesto vio la pantalla donde se ubicaba el número de piso y maldijo su suerte, necesitaba que fuera más rápido porque su casa siempre era un desastre los días hábiles. Ella era ordenada, sí que lo era, pero cuando venía un caso su vida se volvía un completo desastre al igual que su casa y no iba a contratar a una persona para que limpiara su desastre, no había caído tan bajo aun.

Agradeciendo que las puertas se abrieran, caminó con rapidez por el estacionamiento y se subió a su auto sin escuchar nada a su alrededor. Tenía que ordenar antes de que él apareciera o de seguro haría un comentario sarcástico sobre su casa y no podía permitirse a darle tantas armas a Rick.

Maldiciendo el tráfico de la tarde, golpeó el volante con la intención de tocar la bocina, pero aún no estaba tan desesperada. Así que esperó "pacientemente" a moverse. Fue cosa de segundos cuando vio el atajo de siempre para volver a tener un poco de calma, ese camino definitivamente la haría llegar más rápido a casa. No era que le gustara ocupar esas calles, en ocasiones eran peligrosas, pero en ese momento era necesario.

Conduciendo con rapidez para evitar cualquier problema, vio su departamento cerca y una leve sonrisa apareció por su cara mientras aparcaba en el estacionamiento de su edificio.

Al igual como se había ido del precinto, caminó rápidamente hasta el ascensor y subió al piso correspondiente. Todo segundo contaba si quería lograr tener la casa presentable para su invitado.

Al llegar a su número no lo pensó dos veces y entró a su departamento. Se deshizo de los zapatos de taco alto y comenzó a ordenar la sala donde seguro estarían.

Movió la televisión de su pieza a la sala y posteriormente fue a lavar los trastos sucios "eres un desastre Kate, un completo desastre" se dijo a sí misma, pero sonaba más como su madre que ella misma. Esta siempre se las repetía cuando entraba a su cuarto, al menos, Kate nunca cambió esa parte de sí misma.

Soltando un suspiro, notó como su humor disminuían un poco. Siempre al pensar en su madre sus ánimos bajaban considerablemente, porque su mente divagaba en el 'pudo ser…'con un final feliz. Algo que evidentemente nunca se iba a dar en su vida.

Volviendo en sí, terminó de lavar y con algo más de tranquilidad fue a su pieza manteniendo los zapatos en la mano. La habitación parecía estar un poco más ordenada "pero no entrara aquí así que da igual" se dijo mientras sacaba una ropa más cómoda y se metía en el baño para darse una ducha relajante.

Si era justa, lo mejor de su día, mas allá de compartir con sus amigos o su novio, siempre era la ducha. Ese era el único momento en el que se permitía recibir un "masaje". De hecho si no estuviera esperando visitas de seguro se daría una tina larga leyendo uno de sus libros favoritos junto a una copa de vino.

Sonriendo por el simple éxtasis de recordar cómo se sentiría aquello, se decidió a salir del baño para vestirse lo más cómoda posible. Eso evocaba a unos jeans algo desgastados, una musculosa y la camisa abierta. Aquel aspecto le daba un aire mucho más libre y relajada que hacían juego con su cabello húmedo y suelto.

Estirándose, salió de su cuarto y cerró la puerta mirando a todos lados con completo orgullo. El hombre no podría decir nada y aún quedaban unos 20 minutos antes de que llegara por lo que se acercó a la nevera y comenzó a revisar sus reservas notando que debía hacer las compras. Casi al instante maldijo mientras sacaba la caja de leche y le daba un trago como si con eso pasara las penas.

Habiendo comprobado que tenía cerveza y bebidas suficientes para aquella pequeña "cena" se fue a sentar al sillón con la caja en la mano y siguió bebiendo en lo que esperaba al escritor. Justo en ese momento sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa.

Si era justa, nunca se imaginó que ella pudiera entablar una amistad con el escritor que más admiraba "no es que sea lo que yo esperaba, pero es todo lo que yo necesitaba ver" se dijo sintiéndose algo confundida por ese pensamiento.

Viendo la caja con extrañeza, se preguntó si esta contenía algo extraño que le hizo pensar esa estupidez, pero pronto quitó la idea de su cabeza porque el timbre comenzaba a sonar insistentemente para que fuera atendido.

Parándose con rapidez, dejó la caja en la mesa de la sala y fue a la puerta para abrirla. Al instante vio como Castle mostraba su mejor sonrisa junto con aquella pizza que ya dejaba un exquisito olor en su entorno. Todo eso con galantería y orgullo.

-¿La escritura no te sirvió y ahora eres repartidor de pizza? – Preguntó enarcando una ceja mientras no paraba de sonreír. Quizás había sido un poco brusca, pero no le dio importancia

-que te puedo decir, puede funcionar y tal vez sea el mejor repartidor, lo tomare en cuenta Detective – Dijo en el mismo tono de broma sin dejar de ver los ojos de su compañera- pero ahora necesito un descanso ¿Me dejas entrar?

-¿Y comerte mi pizza? Eres el peor Castle – Abriendo por completo la puerta, dejó pasar al hombre sin poder evitar reparar en su ropa. También se había bañado y a pesar de que iba un poco más informal, seguía viéndose bien en esos pantalones negros y esa camisa color vino arremangada – toma asiento ¿Algo para beber?

-cerveza si no te molesta, vine en taxi así que no tendré problemas

-me parece bien – Caminando hacía la nevera, tomó dos latas de cerveza y volvió al sillón notando la estupidez que había cometido. La caja de leche estaba en la mesa que daba al sillón

-¿Tomas leche a esta hora? No creí que fueras tan sana

-no… no es eso – Algo nerviosa, dejó las latas en la mesa y le quitó la caja de las manos – me gusta después de hacer ejercicio o el baño, es refrescante - Se excusó mientras volvía a desaparecer por la cocina

Soltando un suspiro, se maldijo por ser estúpida. Richard ahora no paraba de reír como si hubiera encontrado una mina de oro "además sonó tan mal" pensó mientras se volvía a maldecir por aquello.

Con un poco más de confianza volvió y lo notó más tranquilo, aun así no pudo evitar fruncir el ceño al ver que había comenzado a comer sin estar ella presente "que caballeroso, todo un hombre perfecto" se dijo rodando los ojos para sentarse a su lado y sin arrepentimientos ni etiquetas tomar su pedazo de pizza. En cuanto la puso en su boca no pudo evitar soltar un sonido de completa satisfacción. Realmente tenía mucha hambre y disfrutar de la pizza fue lo mejor que pudo hacer. Además, sin esperárselo, notó que tenía sus ingredientes favoritos.

Girando su cabeza vio a su compañero, su amigo, y sonrió en cuanto sus miradas se cruzaron. Con Castle esas cosas se daban bien. El silencio y las conversaciones se daban de forma tan natural que le hacían preguntarse porque no podía ser así con otros, ¿Por qué simplemente no podía llegar y tener esa complicidad con su novio como lo tenía con Castle?

-¿Alguna vez has jugado "qué pasaría si…"? – Preguntó él haciendo que Kate despertara de su ensoñación – apuesto que no

-lo he jugado más veces de las que crees Castle – Sonriendo con travesura, elevó la lata – aunque cuando era adolescente y con una lata de cerveza

-siempre después del "yo nunca, nunca…" –Dijo Rick más divertido, al instante chocó su lata con el de la mujer

-sí… creo que todos lo hemos hecho –Comentó algo arrepentida de su adolescencia. Había hecho muchas cosas tontas - ¿Quieres jugar?

-creo que sería bueno para pasar el tiempo

-okay… empieza tu – Algo emocionada, se acomodó en el sillón para mirarlo directamente a los ojos. Como una niña nuevamente

-¿Qué pasaría si… yo nunca hubiera pedido que me dejaran trabajar contigo? – Alzando una ceja, se extasió al escuchar la risa de ella – vamos responde

-no tendría más mi café de las mañanas, estaría más tranquila, pero… - Dándole un sorbo a su cerveza, se mordió suave el labio – estaría aburrida al no escuchar tus teorías locas

-oye, que esas teorías te han servido mucho

-ya, dejémoslo así… - Soltando otra risa, se dedicó a pensar - ¿Qué pasaría si no hubieras querido ser escritor?

-definitivamente hubiera luchado por ser profesor de lenguas y de noche conductor clandestino en las carreras –Mostró su sonrisa galante para luego negar con la cabeza –hubiera sido bueno, te lo aseguro

-te hubiera visto mucho por la cárcel entonces

-nos hubiéramos conocido sí o sí – Dijo con cierto tono de satisfacción – hmm~ ¿Qué pasaría si Eric Vaughn te dijera que quiere pasar la noche contigo?

-¿Es necesario responder? Es un hombre de ensueños, ni lo pensaría – Habló con una sonrisa pícara viendo la expresión de Castle – aunque no si estoy en pareja… claro esta… veamos ~ ¿Qué pasaría si…no hubieras tenido a Alexis?

-no tendría razón de vivir- Fue simple y corta su respuesta, incluso el destello de diversión desapareció para ser reemplazada por una completamente seria – Alexis es mi todo Beckett, ser escritor se complementó con poder cuidarla y aunque Meredith no es la mejor madre, me dio el regalo más hermoso de mi vida… sin Alexis mi vida se hubiera descarriado indudablemente

En silencio observó a Castle unos momentos para luego, sin pensarlo, prender la televisión y concentrarse en ella. Quería evitar pensar en lo maravilloso que sería Castle si volviera a ser padre, de hecho estaba segura que ni Eric Vaughn podría superarlo.

No era alabanza ni nada por el estilo a su persona, sino que Richard siempre tenía una manera de meterse en su corazón y la llenaba con un sentimiento hermoso "¿Por qué tienes que ser el hombre perfecto… o casi perfecto?" se preguntó de manera recriminatoria sintiendo como Richard le quitaba el control para cambiar la televisión como todo un niño mimado.

Rodando los ojos aceptó y se acomodó comenzando a hablar cosas sin sentidos con aquel inmaduro hombre mientras sus ojos seguían sin animo las imágenes presentadas en la pantalla, ni siquiera se preocupaba de la hora o de si la película era interesante. Eso no le interesaba.

Solo sabía que ya quedaban solo dos rebanadas de pizza, que las latas se habían acumulado en la mesa y aun así mantenía una en su mano. Pero lo más importante era que estaba recostada en el sillón apoyando su cabeza en el hombro Richard mientras recibía caricias tan placenteras en su cabello que le rogaba a cualquier ser divino por seguir ahí. No quería que nadie se interpusiera en su pequeño momento feliz.

Soltando un suspiro, se acomodó mejor y miró detenidamente la pantalla dándose cuenta de que la película era de los 80'. Parecía entretener mucho a su compañero porque este no paraba de hablar estupideces sobre la película como si verdaderamente aquello fuera lo más emocionante de la habitación. Ante ese pensamiento Kate no pudo evitar reírse suave y mirar a los ojos de Castle sin que este se la devolviera.

Este se había olvidado de la cercanía, de la incomodidad y nerviosismo que producía esa extraña relación "solo somos nosotros siendo nosotros" pensó con una sonrisa para cerrar los ojos y volver a acomodar su cabeza como si viera la película. La verdad es que solo buscaba el relajo mientras el olor de su amigo, cerveza y madera, le embriagaban.

Mientras disfrutaba de las sensaciones sintió como el mayor daba un salto produciendo lo inevitable. La lata que Kate tenía, y que aun contenía líquido, chocó contra su propia nariz y boca haciendo que se quejara, pero que a la vez se mojara un poco. No era demasiado, pero si fue suficiente como para saber que sus razones de porque nada sería completamente armonioso con Castle se reavivaran.

Sin dudarlo, y con el ceño fruncido, se sentó nuevamente como corresponde en el sillón y miró de manera asesina a Castle quien no encontraba lugar donde esconderse. Se notaba en los ojos del hombre que sabía lo que hizo y lo arrepentido que estaba.

-yo… es solo que me asuste, Alexis me esta llamando y yo… - Mostraba el celular para demostrar que era cierto

-contesta

-Beckett yo…

-Castle contesta, Alexis te puede necesitar

Intentando hacer una sonrisa en sus labios, tomó la última rebanada de pizza y se dispuso a comerla no sin antes secarse la cara con parte de su camisa.

La verdad es que de alguna extraña manera agradecía que Alexis los interrumpiera y no dejara que su mente la siguiera traicionando "¿Qué pasaría si te digo que te quiero? Te irías tal como lo hizo mi madre, pero de ti no lo podría aceptar, no podría avanzar" se dijo la castaña mientras observaba a Castle quien hablaba con su hija de una manera tan animada y coherente que pareciera que todo el alcohol no le hubiera afectado para nada. No, claro que no le había afectado porque la única que estaba pensando estupideces era ella al dejar que se acercara.

Mordiéndose el labio inferior, vio su pizza a medio comer y la volvió a colocar en la mesa al igual que la lata medio vacía para darle privacidad al hombre. Después de todo Kate necesitaba algo de aire fresco aunque su reloj apuntara las 1 de la mañana.

Decidida, y sin buscar algún abrigo, fue hasta el balcón con un paso lento para no caer o tropezar. Lo menos que quería era ver preocupado al escritor por otra estupidez de ella.

Con su cuerpo erizado por el frio, se abrazó a si misma mientras se apoyaba en el barandal. Con tranquilidad miró las calles de New York y se permitió volver a sonreír contenta.

Esa era su ciudad, la había recorrido tantas veces que sentía que no podría vivir sin ese tipo de calles. Definitivamente ningún otro lugar podría ser el ideal para ella y por lo mismo debía cuidarlo con sabiduría y seriedad. No podía permitirse que el sentimentalismo la embargara hasta el punto de cometer errores nuevamente. Su madre, ni ella misma, se lo permitirían.

De un momento a otro comenzó a escuchar música sorprendiéndose enormemente, aquello no lo esperaba. Aun así, su sonrisa se ensancho por la canción que se abría paso por el lugar, incluso comenzó a sentir un pequeño cosquilleo en el estómago. Simplemente era una canción perfecta, de hecho, si hubiera estado sola se habría puesto a bailar, pero con Castle en su departamento no le quedó más que girarse con un semblante neutro.

-yo no… yo solo quería poner música… no se cambiarla – Dijo nervioso, quizás para no ser mal interpretado – la apagare

-¡No! – Llamando su atención, se dio cuenta que se había precipitado por lo que solo elevó la cabeza mirando el cielo – no lo hagas, me gusta… creo que es una de las canciones que más me gusta de OneRepublic

-¿Stop and stare? ¿En serio? – Preguntó alzando una ceja, a pesar de no ser visto por Kate, para luego acercarse y ponerse a su lado – creo que prefiero Secrets de ellos

-no sabía que eras aficionado a este tipo de bandas – Mirando de costado al contrario, se dio cuenta que el cometario pudo haberlo ofendido o estaba dramatizando como siempre – gracias Castle

-tengo una hija Beckett, escucho de todo tipo de música –Divertido, negó con la cabeza ante su agradecimiento – no tienes porque, es bueno pasar tiempo así contigo

-¿Eso quiere decir que me prefieres así y no como la detective? Vaya, bueno por lo menos espero no leer sobre mi vida privada, ninguna autoridad te cubrirá de la bala que te pondría en la cabeza

-ya sabes Kate –Casi sin ceremonia, Richard le mostró su sonrisa más confiada– prefiero que ocupes tus esposas en mi antes de que tu pistola

-eres un idiota

-uno que se tiene que ir – Dijo soltando un suspiro de resignación

-ve tranquilo – Estirándose, no hizo mucho por retenerlo porque ella estaba en las mismas

-Beckett – Había comenzado a andar junto a la mujer, pero se detuvo en medio del pasillo - ¿Qué pasaría si… yo te…

-… - Alzando una ceja Kate se adelantó y abrió la puerta al hombre como si quisiera cortar cualquier comentario estúpido que estuviera a punto de hacer – para la próxima Castle

-¿Próxima?

-para la próxima que traigas algo para comer podríamos seguir jugando – Dijo sonriente mientras se apoyaba en la puerta para verlo salir – no preocupes más a tu hija y vuelve a casa

-claro, espero que sea pronto nuestra segunda reunión privada

-claro

Con ese simple susurro cerró la puerta y se apoyó en ella. Sentía una pequeña satisfacción por todo lo ocurrido, así que no pudo evitar cerrar los ojos y morderse el labio inferior, pero también sentía frustración ¿De verdad le iba a aceptar otra invitación a Castle? Lo más seguro seria hacer planes seguido con su pareja y ver la posibilidad de olvidar de una vez por todas ese sentimiento por Richard para que las siguientes cenas no le afectaran. No venía al caso conservarlos para sufrir.

Aun un poco mareada por lo que tomó, se acercó a la radio y la apagó para luego ir a su habitación. Esta estaba demasiada desordenada para sus nuevos ojos, era caótica, casi tanto como su mente por todos los sentimientos que se agolpaban en su interior, pero aun así le restó importancia a ambas cosas y se recostó encima de la cama pensando en que mañana sería distinto. En que mañana todo aquel rollo de amigos cercanos y con una tensión sexual evidente se habría terminado, porque solo serían compañeros.

"¿Qué pasaría si Castle no piensa lo mismo?" esa pregunta la dejó un poco contrariada, pero sabía que el hombre no avanzaría ni intentaría algo. Él no era tan invasivo en ese sentido.

Sin complicaciones, se quedó dormida en un mundo donde el "qué pasaría si…" fuera verdad y pudiera hacer todo lo que deseaba sin tener el miedo del prejuicio propio.


Hasta aquí quedamos.

Aun no sé cuántos capítulos tendrá el fic, ni tampoco como va a terminar todo esto. así que reitero que me tengan paciencia y si tienen algún comentario estaré feliz de leerlos.

Se me cuidan, un beso y un abrazo.

Atte

Zack Engel~