Harry Potter: La historia de los Longbottom

Por: edwinguerrave

Textos en cursiva, tomados de: Harry Potter y el Caliz de Fuego, Copyright © J.K. Rowling, 1999-2008

El Copyright y la Marca Registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como de todos los símbolos y elementos relacionados, para su adaptación cinematográfica, son propiedad de Warner Bros, 2000.

Nota del autor: Si algún personaje de la saga de Harry Potter me ha atraído es Neville Longbottom, el hijo de los aurores que quedó al cuidado de su abuela cuando éstos fueron torturados hasta la locura por Bellatrix Lestrange, su esposo Rodolphus, su cuñado Rabastan y por Barty Crouch Jr. Este es un intento de imaginar cómo ocurrieron los hechos, a partir de la información básica que Harry recibe del pensadero de Dumbledore, cuando ve los juicios antes de la tercera prueba del Torneo de los Tres Magos.

La punta de la nariz tocó la extraña sustancia en la vasija de piedra con runas. El despacho de Dumbledore se sacudió terriblemente. Harry fue propulsado de cabeza a la sustancia de la vasija...

Pero no dio de cabeza contra el suelo de piedra: se notó caer por entre algo negro y helado, como si un remolino oscuro lo succionara... Y, de repente, se hallaba sentado en uno de los últimos bancos de la sala que había dentro de la vasija, un banco más elevado que los otros. Miró hacia arriba esperando ver la cúpula de cristal a través de la que había estado mirando, pero no había otra cosa que piedra oscura y maciza.

Luego de ver el juicio a Igor Karkarov, pues Harry estaba viendo los recuerdos del profesor Dumbledore, relacionados a los juicios a los mortífagos luego de la caída de Lord Voldemort, fue llevado a otra sala, y cuando reapareció, Harry observó a su alrededor. El y Dumbledore seguían sentados al lado del señor Barty Crouch, pero el ambiente no podía ser más distinto. El silencio era total, roto solamente por los secos sollozos de una bruja menuda y frágil que se hallaba al lado del señor Crouch. Con manos temblorosas, se apretaba un pañuelo contra la boca. Harry miró a Crouch y lo vio más demacrado y pálido que nunca. En la sien se apreciaban las contracciones de un nervio.

— 'Tráiganlos' —ordenó, y su voz retumbó en la silenciosa mazmorra.

La puerta del rincón volvió a abrirse. Aquella vez entraron seis dementores flanqueando a un grupo de cuatro personas. Harry vio que todo el mundo se volvía a mirar al señor Crouch. Algunos cuchicheaban.

Los dementores colocaron al grupo en cuatro sillas con cadenas que habían puesto en el centro de la mazmorra. Había un hombre robusto que miró a Crouch inexpresivamente; otro hombre más delgado y de aspecto nervioso, cuyos ojos recorrían la multitud; una mujer con cabello negro, brillante y espeso, y párpados caídos, que se sentó en la silla de cadenas como si fuera un trono, y un muchacho de unos veinte años que parecía petrificado: estaba temblando, y el pelo color de paja le caía sobre la cara de piel blanca como la leche y pecosa. La bruja menuda sentada al lado de Crouch comenzó a balancearse hacia atrás y hacia delante en su asiento, lloriqueando sobre el pañuelo.

Crouch se levantó. Miró a los cuatro que tenía ante él con expresión de odio.

— 'Se los ha traído ante la Junta de la Ley Mágica' —dijo pronunciando con claridad— 'para que podamos juzgarlos por crímenes tan atroces...'

— 'Padre' —suplicó el muchacho del pelo color paja—. 'Por favor, padre...'

— '... que raramente este juzgado ha oído otros semejantes' —siguió Crouch, hablando más alto para ahogar la voz de su hijo—. 'Hemos oído las pruebas presentadas contra ustedes. Los cuatro están acusados de haber capturado a un auror, Frank Longbottom, y haberlo sometido a la maldición Cruciatus por creerlo en conocimiento del paradero actual de su jefe exiliado, El-que-no-debe-ser-nombrado...'

— '¡Yo no, padre!' —gritó el muchacho encadenado—. 'Yo no, padre, lo juro. ¡No vuelvas a enviarme con los dementores...!'

— 'Se los acusa también' —continuó el señor Crouch— 'de haber usado la maldición Cruciatus contra la mujer de Frank Longbottom cuando él no les proporcionó la información. Planearon restaurar en el poder a El-que-no-debe-ser-nombrado, y volver a la vida de violencia que presumiblemente llevaron ustedes mientras él fue poderoso. Ahora pido al jurado...'

— '¡Madre!' —gritó el muchacho, y la bruja menuda que estaba junto a Crouch sollozó con más fuerza—. '¡No lo dejes, madre! ¡Yo no lo hice, yo no fui!'

— 'Pido a los miembros del jurado' —prosiguió el señor Crouch— 'que levanten las manos si creen, como yo, que estos crímenes merecen la cadena perpetua en Azkabán.'

Todos a la vez, los magos y brujas del lado de la derecha, levantaron las manos. La multitud de la parte superior prorrumpió en aplausos, tal cual habían hecho con Bagman, con el entusiasmo plasmado en la cara. El muchacho gritó con desesperación:

— '¡No, madre, no! ¡Yo no lo hice, no lo hice, no sabía! ¡No me envíes allí, no lo dejes!'

Los dementores volvieron a entrar en la sala. Los tres compañeros del muchacho se levantaron con serenidad de las sillas. La mujer de los párpados caídos miró a Crouch y vociferó:

— '¡El Señor Tenebroso se alzará de nuevo, Crouch! ¡Echadnos a Azkabán: podemos esperar! ¡Se alzará de nuevo y vendrá a buscarnos, nos recompensará más que a ningún otro de sus partidarios! ¡Sólo nosotros le hemos sido fieles! ¡Sólo nosotros hemos tratado de encontrarlo!'

El muchacho, en cambio, se debatía contra los dementores, aun cuando Harry notó que el frío poder absorbente de éstos empezaba a afectarlo. La multitud los insultaba, algunos puestos en pie, mientras la mujer salía de la sala con decisión y el muchacho seguía luchando.

— '¡Soy tu hijo!' —le gritó al señor Crouch—. '¡Soy tu hijo!'

— '¡Tú no eres hijo mío!' —chilló el señor Crouch, con los ojos repentinamente desorbitados—. '¡Yo no tengo ningún hijo!'

La bruja menuda que estaba a su lado lanzó un gemido ahogado y se desplomó en el asiento. Se había desmayado. Crouch no parecía haberse dado cuenta.

— '¡Lleváoslos!' —ordenó Crouch a los dementores, salpicando saliva—. '¡Lleváoslos, y que se pudran allí!'

— '¡Padre, padre, yo no tengo nada que ver! ¡No! ¡No! ¡Por favor, padre!'

Luego que salió del pensadero, esa extraña vasija con símbolos rúnicos, ubicada en el despacho del director de Hogwarts, Harry le preguntó a Dumbledore sobre el juicio relacionado a los esposos Frank y Alice Longbottom:

— '¿Recuerda... recuerda el juicio en que me encontró?, ¿el del hijo de Crouch? Bien... ¿se referían a los padres de Neville?'

Dumbledore dirigió a Harry una mirada penetrante.

— '¿No te ha contado nunca Neville por qué lo ha criado su abuela?' —inquirió el director.

Harry negó con la cabeza, preguntándose por qué nunca había hablado con Neville del tema en los casi cuatro años que hacía que se conocían.

— 'Sí, se referían a los padres de Neville' —admitió Dumbledore—. 'Su padre, Frank, era un auror, igual que el profesor Moody. Él y su mujer fueron torturados para sacarles información sobre el paradero de Voldemort después de que éste perdió su poder, tal como oíste.'

— 'Entonces, ¿están muertos?' —preguntó Harry en voz baja.

— 'No' —respondió Dumbledore, con una amargura en la voz que nunca antes había notado Harry—, 'están locos. Se encuentran los dos en el Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas. Creo que Neville va a visitarlos, con su abuela, durante las vacaciones. No lo reconocen.'

Harry se quedó horrorizado. No sabía... Nunca, en cuatro años, se había preocupado por averiguar...

— 'Los Longbottom eran muy queridos' —prosiguió Dumbledore—. 'El ataque contra ellos fue posterior a la caída de Voldemort, cuando todo el mundo se sentía ya a salvo. Aquello provocó una oleada de furia como no he conocido nunca. El Ministerio se sintió muy presionado para capturar a los culpables. Por desgracia, y dada la condición en que se encontraban los Longbottom, su declaración no era de fiar.'

— 'O sea ¿que el hijo del señor Crouch podría haber sido inocente?' —dijo Harry pensativamente.

— 'En cuanto a eso, no tengo ni idea.'...

Pero… ¿Qué sucedió ese día? ¿Qué les pasó a los Longbottom?

Recordemos que la caída de Voldemort ocurrió el día de Halloween de 1981, y luego de las celebraciones, los Aurores estuvieron trabajando arduamente para encontrar, capturar y llevar a juicio a los mortífagos renegados. Frank Longbottom, uno de los mejores Aurores del Ministerio, se encontraba en una misión de inteligencia en abril de 1983, investigando un "soplo" que un informante anónimo les había dado sobre actividades sospechosas en la zona de Wimbledon.

Ese día, Frank no había querido esperar a su compañero, por lo que se encontraba oculto en un oscuro pub cerca de la entrada al Royal Tennis Club, cuando vio, a través del vidrio, a Bellatrix Lestrange y su esposo, Rodolphus, entrar a un callejón lateral y, sin pensarlo, se decidió a seguirlos, pues ellos eran los principales sospechosos en esas actividades que investigaban.

Salió sigilosamente, teniendo cuidado de portar oculta bajo la manga de su chaqueta su varita, miró a lado y lado de la calle, y al cruzarla, un extraño sentimiento le cruzó la mente: "Espero no equivocarme, pero sé que no debería entrar solo al callejón, sabiendo como son esos dos"

Se ocultó en la esquina, volvió a mirar a ambos lados de la calle, y cuando se asomó al callejón, se encontró con dos varitas que le apuntaban directo a los ojos.

- 'Hola, Longbottom' –le saludó la rasposa voz de Rodolphus Lestrange-. '¿Se te perdió algo? Suelta tu varita'.

- "Maldición, lo sabía" –pensó Frank mientras dejaba caer su varita y levantaba las manos, al sonido de la estridente risa de Bellatrix.

Luego de ser atado, los mortífagos y el auror se Desaparecieron, para Aparecerse nuevamente en una zona abandonada del puerto de Londres, donde los esperaban otros dos mortífagos, Rabastan Lestrange, el hermano de Rodolphus, y Barty Crouch Jr., junto con una mujer, igualmente atada, y que lloraba desconsoladamente.

- '¡Alice!' –gritó Frank al ver a su esposa de rodillas entre los mortífagos-. '¡Déjenla! ¡Su problema es conmigo, ella no tiene nada que ver!'.

- 'Por supuesto que ella tiene que ver, Longbottom'–le contestó Bellatrix, mientras lo empujaba-. '¿O tú crees que no sabemos que los dos saben dónde está el Señor Tenebroso?'

- 'Sabía que estabas trastornada' -dijo Frank mientras se levantaba del suelo-, 'pero no creía que soñaras despierta' –Decirle esto lo que provocó fue un estallido de furia de la mortífaga, quien de inmediato le lanzó la maldición torturadora:

- '¡Crucio!' –en ese instante, el grito de dolor de Frank se unió al grito de desesperación de Alice-. 'Ahora, maldito Longbottom, ¡nos vas a decir dónde está el Señor Tenebroso!'

- '¡Arrrgg! ¡No lo sé!' –intentaba decir Frank, entre las risas de los demás mortífagos y el llanto de su esposa, mientras en su mente se formaba la imagen de su pequeño hijo, Neville, lo que lo impulsaba a seguir luchando-. '¡Y si lo supiera no te lo diría!'

- 'Esto te va a enseñar a respetar, Longbottom' –quien dijo eso fue Rabastan, lanzándole al mismo tiempo la maldición Cruciatus, mientras Alice gritaba más fuerte y lloraba desconsolada:

- '¡Nooo! Por piedad, ¡no lo hagan!' –aunque sabía que sus ruegos y llantos no tendrían efecto sobre esos cuatro. Frank le había comentado que los tres Lestrange y Barty Jr. eran los mortífagos más cercanos al Innombrable, después de Snape, ahora bajo la protección del profesor Dumbledore, y de Lucius Malfoy, y por lo tanto, los adversarios más duros que podría conseguirse como Auror.

Frank se movía convulsamente, sometido a dos ataques torturadores, lo que le provocó que la cuerda con la que lo ataron rasgara la piel de sus muñecas, haciendo que sangrara profusamente. Luego de dos minutos, que parecieron horas para Alice y Frank; Bellatrix y Rabastan bajaron sus varitas, y la mortífaga se acercó a ver el rostro pálido, pero firme del auror.

- 'Ahora sí nos dirás donde está nuestro Maestro, ¿verdad?' –Frank trataba de respirar pausadamente, tratando de pasar el insoportable dolor que sentía, pero le era difícil pues escuchaba llorar a su esposa. No le respondió, lo que provocó que Rodolphus le dijera:

- 'Muy bien, si eso es lo que quieres… ¡Traigan a la mujer!'

- '¡Noooo!' –volvió a gritar Alice, aún de rodillas-. 'Por lo que más quieran, no nos hagan daño, no sabemos dónde está'.

- '¡Mientes!' –le respondió, dándole un golpe, Barty Jr.-. 'ustedes saben dónde está nuestro Maestro, y nos lo van a decir quieran o no… ¡Crucio!' –le lanzó la Cruciatus a Alice, haciéndola chillar. Frank, viendo a su esposa convulsionar, les dijo:

- '¡Déjenla, ella no sabe nada!'

- '¡No nos mientas, Longbottom!' –lo golpeó Rodolphus-. '¡Por supuesto que los dos lo saben! Ahora, si no quieres que tu mujercita' –dijo esto sonriendo, por lo que mostró sus dientes-, 'siga sufriendo, te sugiero lo digas de una vez… Ya veremos qué más les haremos…'

- 'Lo juro' –dijo Frank, intentando sentarse en el suelo, mientras veía a su esposa desmayada, luego que Barty Jr. le retirara el maleficio imperdonable-, 'no sabemos nada del Innombrable… No le hagan daño, déjenla ir, ajusten sus cuentas conmigo, pero déjenla ir…'

- 'No me hagas llorar, auror' –le respondió Bellatrix, con mucho sarcasmo en su voz-, 'que no me queda bien el drama' –esto generó risas en los otros mortífagos. Luego, volvió a apuntar su varita contra Frank, quien, nuevamente quedó a merced del Cruciatus. Simultáneamente, Rabastan atacó a Alice, quien ya había despertado de su desmayo, por lo que los gritos de dolor de ambos se mezclaron con las risas y las exigencias de los mortífagos por la información que con tanta urgencia como saña le exigían.

Luego de otros dos o tres minutos, Frank y Alice dejaron de recibir la maldición, y ambos yacían en el suelo del viejo almacén del puerto, ella con el cabello enmarañado y la cara totalmente surcada por las lágrimas; él con un fuerte golpe en la frente, producto de las sacudidas, y más sangre en sus muñecas, por el violento roce de las cuerdas que lo sujetaban.

- '¿Y bien?' –gruñó Rodolphus-. '¿Seguimos con este jueguito, o nos dicen de una buena vez donde tienen al Señor Tenebroso?'

- 'Por favor' –rogo Alice en un susurro-, 'no nos hagan daño, nosotros no sabemos nada…'

- '¡No seas mentirosa!' –le gritó Barty Jr., mientras le clavaba el pie en un costado, haciéndola gritar de dolor y recogerse en posición fetal-. 'Ustedes lo saben y nos lo van a decir… ¡ya!'

Inmediatamente los cuatro lanzaron la maldición Cruciatus a sus dos víctimas: los esposos Lestrange a Frank, y Rabastan y Barty Jr., a Alice. Ambos Longbottom comenzaron a moverse convulsamente, debido a la acción combinada de las maldiciones.

Frank intentaba resistir trayendo a su mente los recuerdos que lo unían a su hijo, Neville: su nacimiento, sus ojos, el enorme parecido con su esposa, su torpeza típica de un bebé de apenas un año y nueve meses. Alice trataba de aferrarse de sentimientos similares, de la sensación de llevar al fruto de su amor en su vientre, de su calidez… Luego de otros dos o tres minutos, los mortífagos dejaron de atacar a los Longbottom, y Rodolphus, posando la rodilla en tierra, volvió a preguntar amenazadoramente a Frank:

- 'Muy bien, aurorcito' –los demás mortífagos rieron fuertemente, mientras Alice sollozaba viendo a su esposo-, 'ha llegado la hora de la verdad. ¿Nos vas a decir dónde está el Señor Tenebroso?'

- 'No lo sé, Lestrange' –Frank le respondió entre quejas-, 'mucho menos Alice… Déjala irse, y cóbrense conmigo su ira'

- 'No, aurorcito' –replicó aún más amenazadoramente-, 'vamos a tener que soltarles la lengua de manera más dura. Bart, cuídala; Rabastan, ayúdanos'

Al oír eso, Frank comenzó a temblar desesperadamente, él podía llegar a resistir a dos ataques con la maldición Cruciatus, como había logrado hacer en esos minutos, pero no sabía si podría resistir a tres mortífagos, y mucho menos si su adorada Alice soportaría ese ataque triple. Ella había comenzado a llorar porque se imaginó a su esposo atacado por los tres Lestrange, y la imagen de verse sola cuidando de su pequeño Neville le había creado un nudo en el pecho. Pero ese nudo se desató en un desgarrador grito cuando los tres mortífagos lanzaron la maldición imperdonable hacia Frank.

A pesar que mentalmente había tratado de prepararse, el poder combinado de los tres mortífagos tomó desprevenido al auror, quien se movía convulsamente, golpeando con cualquier parte de su cuerpo el concreto del suelo del viejo almacén, especialmente con el cráneo, lo que provocó que se desmayara por el dolor, y que algunas heridas se abrieran en su cabeza. La tortura duró casi cinco minutos, en los que Bellatrix y Rodolphus reían emocionados, y Alice gritaba y lloraba desconsoladamente. Al soltar a Frank, éste quedó inerte en el suelo, provocando que su esposa reiniciara el llanto. Rabastan le lanzó agua fría que conjuró con la varita, lo que hizo sobresaltar al auror.

- '¿Ahora sí tienes ánimo de hablar, aurorcito?' –volvió Rodolphus a preguntarle-. ¿Ya nos vas a decir dónde tienen al Señor Tenebroso?'

- 'Si no lo saben ustedes' –contestó Frank, en un susurro apenas audible- '¿cómo demonios lo vamos a saber nosotros?'

Esa respuesta desató la furia en los cuatro mortífagos, quienes al mismo tiempo enviaron la maldición torturadora a su presa. Frank se estiró cuan largo era, convulsionando por el efecto del dolor, mientras Alice reiniciaba sus gritos:

- '¡Noooooooo! ¡Déjenlo! ¡Nosotros no sabemos! ¡Por lo que más quieran, no lo torturen más!'

Pero los mortífagos no querían otra cosa que dar con el paradero de Voldemort, por lo que Barty Jr. le lanzó un hechizo silenciador a Alice, mientras Frank se movía convulsamente, descontrolado, mientras sus esquemas mentales estallaban y su capacidad de auror, los conocimientos adquiridos en Hogwarts y en su trabajo, e incluso lo que sabía de su propia vida, incluyendo a su amada Alice y su pequeño Neville, se disipaba entre las convulsiones provocadas por la maldición cuadruplicada.

Luego de lo que a Alice le parecieron los cinco minutos más extensos del mundo mágico, los mortífagos dejaron de torturar a Frank, quien quedó como un viejo trapo tirado en el concreto. Rabastan volvió a rociar con agua la cara del auror, quien se despertó con una mirada extraviada.

- 'Ah… Ummm, eggg…' –esta extraña respuesta causó las risas de los mortífagos, y el llanto desesperado de Alice, pues se había dado cuenta que su esposo había perdido el juicio, e incluso la conciencia de ser humano. Bellatrix miró amenazadoramente a la otra mujer, mientras le decía:

- 'Muy bien, veamos si a ti sí te da la gana de decirnos donde está el Señor Tenebroso' –le hizo señas a Barty Jr. para que anulara el encantamiento silenciador, comenzándose a oír el llanto convulso de Alice:

- '¿Por qué, por Merlín? ¡Mi Frank! Mi pobre Frank…'

- '¡Habla! ¡No tenemos toda la vida!' –insistió Bellatrix- '¿Dónde tienen a nuestro Maestro?'

- '¡Lo juro por mi hijo, no lo sé!' –lloraba Alice, desesperada. Rabastan rió estridentemente. Nuevamente las cuatro varitas se elevaron y la maldición Cruciatus, proyectada por los mortífagos, golpeó inmisericordemente el cuerpo de Alice. Se sacudió sin poder resistirse, mientras sus propios esquemas mentales eran literalmente volatilizados, dejándola sin recuerdos, conocimientos de magia o de su propia vida hasta este fatídico día.

Luego de unos cinco violentos minutos, Alice quedó desmayada al lado de un desconcertado Frank, quien sólo podía preguntar con la mirada… Al despertar, la joven mujer mostraba una mirada perdida, que posaba indistintamente en todos los presentes. Los cuatro mortífagos se rieron, y luego de unos dos minutos en los que los esposos Longbottom se unieron a las risas, aunque sin emitir sonido coherente alguno, se quedaron reflexionando qué hacer.

- 'Bueno' –comentó Rodolphus, escupiendo hacia el suelo-, 'ya este par de cascarones no nos van a servir… ¿los despachamos de una buena vez?'

- 'No, Rod' –soltó Bellatrix, luego de una estridente carcajada-, 'vamos a devolvérselos al Ministerio, para que se acuerden que nosotros todavía estamos buscando al Señor Tenebroso'

Luego de atarlos espalda con espalda, todos se Desaparecieron, para Aparecerse nuevamente en el oscuro callejón de Wimbledon, donde dejaron abandonados a los esposos Longbottom, y huyeron justo antes que el compañero de Frank, quien estaba extrañado de no haberlo visto al llegar, apenas cuatro minutos después de que éste hubiera sido secuestrado por los Lestrange, salía del oscuro pub que servía de "vigilia" al callejón, para caminar hacia esa esquina.

Al asomarse al callejón, se sorprendió al pisar una varilla de madera... "Un momento, ¿ésta no es la varita de Frank Longbottom?", se preguntó al recogerla, pero al incorporarse, y oir algunos ruidos más allá, lo que vio lo dejó en una pieza: Frank y Alice, heridos, golpeados y amarrados, se sonreían extrañados de estar en tan particular posición:

- '¡Frank, Alice!' –les llamó el otro auror, mientras corría a encontrarlos-. '¡Gracias a Merlín! Pero… ¿Qué les pasó?' -Pero al no recibir la respuesta que esperaba, comenzó a pensar rápidamente, pues se había dado cuenta del enorme daño cerebral que presentaban los esposos-. 'Oh, ¡por Merlín y todos los Grandes Magos! Déjenme soltarles. Creo que necesitaremos ayuda' –y luego de desatarlos, realizó una Aparición Conjunta con ellos hacia el Hospital San Mungo.

Luego de la evaluación, el diagnóstico de los medimagos no generaba ninguna duda: Frank y Alice Longbottom habían recibido un daño cerebral irreversible, que los sanadores diagnosticaron fueron causados por la maldición Cruciatus. A partir de allí, se inició la "cacería mágica humana" más importante después de la del propio Lord Voldemort, y la transformación violenta de la vida de uno de los futuros compañeros de Harry Potter en Hogwarts, el segundo "niño de la profecía": Neville Longbottom.

Updated: 04/04/2013: Lo único que le ajusté fue el hecho de que el auror (me gustaría que me ayuden a darle un nombre, pensaba en Dawlish, pero no se si según el "canon" el estuvo en la Primera Guerra) encontrara la varita de Frank, para así justificar cómo logró llegar a las manos de Neville... Espero que les guste, y sus comentarios serán bien recibidos... En 4 semanas exactas (02/05/2013) comenzaré a publicar un "fan fic" extenso, que espero que les guste también...