Los personajes son creación de CLAMP
Prioridad
Por Tlacuilo
Solo esa mujer le puede dar lo que desea...
Con la conversación que acababa de tener con Himawari por teléfono; las cosas tomaron su valor real; la vida cotidiana que hasta esa fecha había conocido; se deshacía como pequeños trozos de niebla. A eso se reducía todo en su pequeño universo: Ya no era útil para Watanuki. Pero a quien engañaba, el nunca fue la principal razón en la vida del de ojos azules.
Con pasos tranquilos llego hasta la habitación principal. Entro y se recostó en la cama contemplando con esos ojos poco expresivos; la principal razón para salir de la tienda y regresar al templo; donde iniciaría un nuevo camino, uno que no dependería de la necesidad urgente de hacer feliz a Kimihiro. Ahora eso quedaba de lado.
Los recuerdos empezaron a desfilar por la cabeza de Doumeki una especie de sonrisa -más parecido a una mueca- adorno su moreno rostro, y no queriéndose quedar con esas evocaciones para el solo; comenzó a murmurar...
–Esta sensación de perdida ya la he tenido… Bueno antes no fue real, ¡pero si que la he experimentado! –el moreno se quedó pensativo y luego de poco tiempo, prosiguió con su dialogo– la primera vez fue con esas hortensias, que nos mandó a proteger la Ame Warashi; después cuando tome la decisión de salvar su vida y perder su amistad… Eso fue difícil, era obvio que elegiría que el siguiera con vida; aunque me odiara, supongo que por eso me perdono…
El monologo siguió. Enumerando con algo de nostalgia y tristeza, las múltiples ocasiones en que la vida de Watanuki estuvo en riesgo y a cargo de si mismo.
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Watanuki observaba la luna, con la seguridad que da la felicidad venidera. Ahora ella regresaría y eso era algo invaluable.
Cuando su acompañante –no bienvenido, por cierto- no regreso, opto por ir a dormir, después de todo había sido un gran día pero muy agotador, el de pelo negro considero decirle de inmediato al ¡Idiota! Que tenía que traer muy temprano por la mañana a Mogetsu. Con andar delicado -como se había acostumbrado a caminar en esos años- se dirigió hacia el interior, recorrió la estancia hasta llegar a su habitación. Una vos que llegaba como susurros, le hicieron detener sus pasos antes de cruzar el dintel de la puerta.
… ¡¿Un ojo? ¡¿Crees que seria importante para perderlo por el? Sabemos la respuesta…
El sonido de la voz se fue apagando, mientras Watanuki continuaba recargado afuera de la habitación, preguntándose: el ¿por qué? de esa conversación.
…Es hora de tomar nuestro camino él ya no estará solo; y nosotros ya no somos necesarios. No debemos ser egoístas… Yo quisiera hacerlo hoy mismo, ¿Tu qué crees?… Si será lo mejor.
El moreno se levanto fue hasta una cómoda y empezó a sacar varias prendas; las acomodo en una bolsa, tomo una cobija y se dirigió hacia la cama envolviendo a su silencioso oyente –Un pequeño bebe, de pocos meses, cabello negro, piel pálida y ojos ámbar- que con sonrisa desdentada daba su aprobación, para el viaje que realizaría con su padre.
Doumeki lo tomo entres su brazos y acomodo el bolso, tratando de hacer equilibrio. Una figura encolerizada entro con pasos firmes, dirigiéndose al moreno; una mirada de furia taladraba a Doumeki; tanto que esos ojos parecían dos teas ardiendo.
– ¡Adonde crees que vas idiota! ¡Ese niño es tan mío como tuyo! , ¡Pero que digo, es más mío; por que yo lo cargue durante nueve meses!
–…
– ¿A donde vas?–la vos de Watanuki era mas baja y se escuchaba dolida– somos una familia, ¿qué ha cambiado?
–Esa mujer regreso, tu deseo se ha hecho realidad; ahora ella será tu compañera.
– ¡Bastardo! para ti es así de fácil… ¿peor aún crees que yo soy así de voluble?
–No se trata de eso, es más bien, de lo que llaman amor y eso es algo que no se puede obligar, ni dar como agradecimiento.
Todas esas palabras que -por asombroso que pareciese- habían sido pronunciadas por el monosilábico Doumeki, le hicieron ver la realidad a Watanuki, con tranquilidad se acerco al mas alto; tomo con delicadeza al bebe de su brazos -que los veía curioso- Y lo acuno en los suyos, lo miro con adoración y luego giro sus bicolores ojos hacia su pareja.
–Ella es, mi mentora, mi amiga, mi vínculo, Y muchas otras cosas más; pero ustedes son... mi presente, mi futuro, mi vida entera. Sin ella sobreviví, sin ustedes moriría... Escucha bien esto, porque no lo repetiré… Te amo y Haruka es la realización de todos los deseos que podría tener.
Un beso apasionado fue el sello para el juramento de amor entre esos dos polos opuestos.
Esa noche la pequeña familia de la Tienda de los deseos, durmió junta soñando con un futuro prometedor donde una buen amiga se uniría a ellos muy pronto.
