Holaaa. ¡Aquí traigo otro fanfic! x3
Este fic se me ocurrió después de pasarme el Silent Hill Shattered Memories varias veces.

Advertencias: humor negro, humor absurdo, malas palabras, connotaciones sexuales, homosexualidad/lesbianismo, y otros temas que se me vayan ocurriendo…

Las advertencias de arriba no son nada grave pero son por si acaso xD

Aviso:
Historia semi-alterna.
Crossover de todos los Silent Hill.
Lo que esté en Negritas es lo que Kauffman anote acerca de sus pacientes en la libreta de notas.


Michael Kauffman leía atento una serie de informes. Se trataban de los perfiles de los nuevos pacientes. Seis nuevos pacientes, el record de la semana. Y le dio las gracias a Dios de que la sociedad actual estuviese tan podrida que las enfermedades de moda eran las mentales. Sus bolsillos también se lo agradecían.

- ¿Interrumpo, doc? – preguntó con timidez una muchacha pelirroja después de tocar la puerta.

- No, sólo examinaba historiales – cerró una carpeta blanca y la dejó caer sobre su escritorio - ¿Pasa algo? –

- Le traje su nuevo horario – dijo entregándole un folder amarillo – Va a tener mucho trabajo de aquí en adelante, ¿no? – comentó juguetona – Con tantos pacientes tal vez ya me pueda dar ese aumento que me prometió –

- Ya lo veremos, Lisa. Primero aprende a preparar café y luego hablamos – rió y hojeó el horario – Así que…el primer paciente de hoy es Harry Mason y después su hija Cheryl –

- Ah, con que son padre e hija – dijo sorprendida – Ya se me hacía mucha coincidencia que tuviesen el mismo apellido. ¿Qué clase de problemas tendrán para venir a terapia familiar? –

- No vienen a terapia familiar – dijo, todavía revisando el contenido del folder – Según sus expedientes, el padre sufre de ansiedad y la hija déficit de atención, por lo que el señor Mason pidió sesiones separadas. No estoy seguro, pero en el caso de la hija me parece que sólo se trata de la adolescencia y falta de guía materna –

- Pues esperemos que no sea así, sino se le va un cliente y me quedo sin mi aumento – dijo volviendo a su lugar en la recepción.

Harry Mason. Primera sesión.

- Espera aquí, cariño – dijo Harry antes de entrar al consultorio.

- Sí, papá – contestó Cheryl poniendose sus audifonos para oír música, quedándose sentada afuera en una silla de la recepción.

- Buenos días, señor Mason – dijo el Dr. Kauffman ofreciéndole una mano como saludo.

- Bueno días – devolvió con un gesto amistoso en el rostro.

- Pase. Por favor tome asiento – lo condujo hacia un sofá negro en medio de la habitación.

- Gracias – al momento de sentarse no pudo evitar curiosear las paredes llenas de diplomas. Sabía que no se había equivocado al haber llamado a Kauffman para que él atendiera su caso.

- Cuénteme, Harry… ¿Puedo llamarlo Harry, verdad? – preguntó al sentarse en una silla frente al sofá negro.

- Por supuesto –

- ¿A qué se dedica? Sé que es escritor, pero me gustaría que usted me explique más a fondo su trabajo –

- Bueno, yo…escribo novelas, novelas de romance – recalcó – No creo que sean muy buenas, pero al público femenino parece gustarles. Mi editor dice que sé cómo piensan las mujeres – esto último lo murmuró con pena.

- Oh, ya veo. Pero no se avergüence de su trabajo, Harry. Ayer estuve leyendo uno de sus libros y la verdad pienso que es muy bueno –

- Ah, pues, muchas gracias – sonrió abochornado – Es sólo que pienso que un hombre de mi edad ya no está para escribir novelas a lo "Mujer bonita" pero mi editor insiste en que lo hago bien –

- Harry, tengo entendido que es usted padre soltero

- …Sí, así es. Mi esposa murió hace catorce años, y desde entonces sólo hemos sido Cheryl y yo – contestó aún sonriendo, pero notándosele nostalgia en la voz.

- Debió ser difícil criar de una niña solo –

- Lo fue…Pero como le dije antes, entiendo a las mujeres, y creo haberle dado a mi hija una buena educación. Lo realmente difícil fue explicarle su periodo

- Eso sí que tiene mucho mérito – comentó divertido mientras escribía algo en una pequeña libreta de notas que sostenía entre manos – Harry, yo creo que usted es un hombre responsable, honesto, dedicado a su trabajo, y un buen padre, así que, dígame, ¿por qué vino a mi consultorio? ¿Hay algo que lo molesta? ¿Extraña a su esposa? ¿Se siente un perdedor? ¿Se encierra en el baño a llorar? ¿Los precios bajos de Walmart no lo hacen feliz? –

- Nada de eso – negó con la cabeza – Es… Es una tontería lo que voy a decir pero, temo perder a mi hija –

- Es inseguro y cursi – anotó en la libreta – ¿A que se refiere con esto? ¿Acaso anda con malas compañías? ¿Se droga? –

- Lo digo de manera literal – dio un suspiró y prosiguió – Hace años llevé a Cheryl a visitar el pueblo de Silent Hill., ¿Lo conoce? –

- He oído hablar de él, pero jamás he estado allí. Dicen que es un bello lugar para ir de vacaciones –

- Le mintieron – dijo cortante – Ese pueblo tiene algo…Está maldito. No faltaba mucho para llegar allí cuando sufrimos un accidente. No sé cómo pero perdí el control del coche y nos estrellamos, el impacto hizo me golpeara la cabeza contra el volante y me desmayé. Cuando desperté Cheryl simplemente no estaba en su asiento ni afuera del auto. Así que decidí adentrarme a Silent Hill, a ese pueblo olvidado por los años, con la esperanza de encontrarla…- afectado, se llevó las manos a la frente apoyando los codos sobre las rodillas – Temo a que Cheryl pueda volver a perderse. No se imagina la incertidumbre que sentía al no saber nada de ella. Desde entonces no la dejo salir a ningún lado mas que a la escuela, o al centro comercial si va acompañada de amigos. Ella dice que está bien, pero sé que mi miedo le hace daño de alguna forma –

- Me parece un miedo justificable – dijo Kauffman – Ha decir verdad, ha dado un gran paso con admitirlo, Harry. Estoy seguro que usted y yo podremos trabajar juntos en ello. Ahora, sígame hablando de su trabajo, por favor. Soy curioso –

Cheryl Mason. Primera sesión.

- Hola – saludó Cheryl sin mucho ánimo sentándose en el sofá negro.

- Hola, Cheryl. Mi nombre es Michael Kauffman, seré tu psicólogo –

- Sí, ya me di cuenta – contestó quitándose los audífonos.

- Dime, Cheryl, ¿Te molesta que tu padre te haya traído? –

- No es eso…En realidad yo le pedí a mi padre que cada quién tuviera su hora separada con el loquero –

- Ah, ¿Eso es lo que soy para ti? ¿Un "loquero"? – preguntó simulando sorpresa e indignación.

- Claro. Usted atiende a locos y enfermos de la mente. Psicólogo…, loquero… ¡es lo mismo! – contestó restándole importancia – Lo que quiero es que me ayude

Kauffman la miró inquisidoramente por un momento. La primera impresión que tuvo de ella era la de una muchacha tierna y tímida, además de que el señor Mason se lo confirmó, pero su comportamiento era todo lo contrario.

–…Continua –

- Verá, es que…tengo un secreto que no me gustaría que mi padre supiera –

- ¿Estás embarazada? –

- ¿Qué? ¡No! No soy ninguna zorra – replicó con el ceño fruncido pero realmente sin ofenderse – Yo…tengo una amiga imaginaria

- Alucinaciones – anotó.

- ¿No le dirá a mi padre, verdad? No quiero que piensa que estoy loca… ¿Lo estoy? – cuestionó inquietada.

- Nada de eso, Cheryl. Los amigos imaginarios son algo muy común en los niños, aunque no en una chica de tu edad…, pero igual suele pasar – dijo intentando tranquilizarla – Y no te preocupes, no le diré nada a tu padre. De hecho, él me paga por guardar sus secretos y los tuyos –

Cheryl asintió más tranquila aunque parecía angustiada.

- Pero eso no es todo – miró fijamente la puerta y después se volvió hacia Kauffman – Ella a veces se posesiona de mi cuerpo

- Posible esquizofrenia. ¿Cómo se llama tu amiga?

- Se llama Heather – contestó mirando hacia todos lados, como si temiera a invocarla.

- ¿Tiene aspecto físico o es una voz? –

- Se parece a mí pero en rubia –

- Narcisista. ¿Por qué dices que se posesiona de ti? – preguntó interesado. Era la primera vez que le tocaba un caso de doble personalidad.

- Es por que, cuando estoy en la escuela siempre intento poner atención a las clases pero… Heather me dice que no lo haga, que deberíamos estar en otra parte divirtiéndonos y no gastando el tiempo en estupideces. Yo le digo que no me moleste porque me gusta estudiar. Entonces todo se nubla y, cuando "despierto", estoy sentada en una banca del centro comercial, o en el parque, o en casa… ¡El otro día aparecí en un bar gay! ¿Puede creerlo? Desde entonces una tal Alessa dice ser mi novia… – terminó de decir cruzándose de brazos, molesta.

- ¿Desde cuando ves a Heather? –

Cheryl reflexionó un momento, intentando recordar.

- Creo que desde que me perdí en Silent Hill –

James Sunderland. Primera sesión.

- Doctor – llamó Lisa con voz melodiosa – Llegó el señor Sunderland

- Hazlo pasar, por favor – se levantó de su escritorio y se digirió hacia la puerta para darle la bienvenida a un nuevo paciente – Buenas tardes, James – apretándole la mano como saludo – ¿Puedo tutearte, verdad?

- Sí, claro. No hay problema – James sonrió de manera jovial y enseguida fue a sentarse al sofá negro.

Kauffman lo observó detenidamente un momento. Aquel hombre no tenía pinta de ser un asesino despiadado, no al menos como la oficial Cybil lo hizo parecer.

- ¿Quieres algo de beber? – ofreció al tiempo que abría una botella de licor.

- Umm…Pues…yo quisiera, pero… No, no puedo – se disculpó aún sonriendo.

- Ah, sí. Lo olvidé. Estás bajo palabra – dio un trago a su copa y se sentó – James, somos adultos, así que haré las preguntas directas, sin tabús, ni reparo. Sé que mataste a tu esposa, ¿Por qué lo hiciste? –

- …Eso dicen. Yo no recuerdo haberlo hecho – replicó tranquilo, sin siquiera inmutarse.

- Por supuesto – dijo como si hubiese cometido una torpeza – Leí tu declaración en el periódico: "cuando desperté Mary ya estaba muerta". Suena a dialogo de serie policiaca de bajo presupuesto, ¿no lo crees? – comentó burlón.

- Eso fue lo que sucedió – dijo, sorprendentemente, todavía de buen humor.

- ¿Sabes por qué estás en mi consultorio, verdad? –

- Sí. El jurado me halló culpable e iban a encerrarme en un psiquiátrico, pero usted intervino… ¿Por qué? –

Dejó la copa sobre la mesa que lo separaba de sus pacientes y entrelazó los dedos.

- No lo sé… Quizás necesitaba probar algo diferente, un caso que supusiera un verdadero reto. En los últimos años he recibido pacientes con dolencias mundanas; personas que temen a ser despedidos de sus trabajos mal pagados, parejas que se engañan, mujeres mojigatas propensas al suicidio, adolescentes idiotas que juran que Edward Cullen(1) es real…. Soy un hombre curioso que le gusta experimentar cosas nuevas. Además, en cuanto me enteré de tu caso no dudé de tu inocencia –

- ¿Usted…me cree? – sorprendido.

- Por supuesto, James. No eres el primer hombre que explota y termina matando a un ser querido. Estoy seguro de que amabas a Mary y que no pretendías asesinarla. Debió ser difícil para ambos cuando ella enfermó. Probablemente dejó de sonreír. Siempre estaba cansada y se enojaba por nada. Era fría contigo y te despreciaba. Pero lo peor, creo yo, es que ella ya no podía satisfacerte como cuando eran novios. ¿Me equivoco en algo? –

- Yo…-

- No digas nada – interrumpió con una mano alzada – No estamos aquí para juzgarte, de eso ya se encargó la corte. Lo que quiero es que me hables de cómo era tu relación con Mary antes de que se enfermara, empecemos por el día que la conociste –

James dudó un momento pero terminó por hablar.

- La conocí hace ocho años, en Silent Hill…-

Continuará…


(1) Edward Cullen: personaje de Twilight. Vampiro que brilla en la luz (vaya tontería...), by Stephenie Meyer.
!Abajo el BellaXEdward! !Arriba el JacobXEdward!

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