Hola de nuevo, sé que ha pasado un largo tiempo desde que estuve aquí y muchos, incluyéndome, habían dado por pérdida la historia pero últimamente había estado pensando en retomar mis historias y decidí empezar por esta, comenzando por revisar los capítulos.
Gracias a crazycristaldehedgohog quien con sus comentarios me dio el último empujón que necesitaba.
Y a GingerHale que amablemente me ha prestado su ayuda al corregir este capítulo y brindarme su opinión.
Disclaimer: Soul Eater no me pertenece sino a Atsushi Okubo
BESO
—¿S-shinigami-kun?— preguntó con voz temblorosa y baja, pero siendo capaz de llamar la atención del aludido en cuestión.
Acababan de terminar las clases y todos habían salido ya del salón menos ella y el Shinigami, quien se encontraba recogiendo sus cosas y ordenándolas 'simétricamente' antes de salir. Chrona había esperado a que todos se marcharan para hacerle una pregunta que llevaba rondándole la cabeza desde hace ya un tiempo. Después de mucho pensarlo, había llegado a la conclusión de que él sería el mejor para obtener una respuesta.
—¿Sí, Chrona? —preguntó Kid mientras se volteaba a ver a la chica.
—¿Pu-puedo hacerle una pregunta?— dijo sin mirarlo a la cara mientras se sujetaba el brazo y lo frotaba de forma nerviosa.
—Dime —respondió prestándole toda su atención.
—¿Qué es un beso? —dijo en un pequeño susurro, cohibiéndose más aún. Temía que no quisiera responderle o que se fuera a molestar, pero en verdad quería saber.
Por su parte Kid, estaba en shock. Se decía a sí mismo que debía de haber oído mal, porque… había oído mal ¿verdad? Ella no podía estar preguntándole justamente eso, ¿o sí?
Después de un momento, parpadeó, saliendo de su trance. Debía verificar si en verdad le había preguntado… buen, eso.
—¿Disculpa? ¿Me repetirías tu pregunta?
—¿Que qué es un beso? -preguntó con voz ahogada. Ahora era seguro, él se había molestado. Solo había que ver esa cara tan seria que había puesto.
—¿No lo sabes?
Ella se limitó a negar con la cabeza mientras él se preguntaba cómo era posible que no supiera qué era algo tan simple como un beso hasta que cayó en cuenta de que ella había vivido con Medusa casi toda su vida. Era muy poco probable que ella se fuese a tomar el tiempo de explicarle a su hija las diferentes muestras de cariño que se daban las personas.
—¿Por qué preguntas? —dijo, dando a conocer la otra interrogante que había nacido en su mente.
—M-Maka d-dijo q-que un beso es una forma de m-mostrar y tran-transmitir los sentimientos a alguien y quiero sa-saber como es —dijo, soltando un suspiro. Había hecho un esfuerzo por explicarse de manera clara, aunque no pudo evitar tartamudear como siempre.
—¿Quieres saber cómo es un beso? —dijo. Quería verificar si había comprendido bien lo que la chica quería.
—Sí —respondió de la manera más segura que pudo.
Entonces, una idea apareció de repente en la mente de Kid, haciendo que sus ojos brillaran por un momento, cosa que pasó desapercibida para la pelirrosa, que mantenía la vista apartada de él.
—¿Segura? —preguntó mientras una sutil sonrisa se formaba en sus labios.
Ella asintió. Había esperado todo este tiempo por una oportunidad de acercarse y comunicarle su interrogante, por no hablar de lo que le había costado reunir el valor para hacerlo.
Sí, estaba más que segura, y por primera vez en toda la conversación se atrevió a mirarlo a la cara.
—Está bien. Como desees. —Tras decir esto, se acercó a ella en un rápido movimiento hasta juntar sus labios en un casto y dulce beso. No duraría más de unos momentos, pero para ellos fueron como una eternidad hasta que, al final, él se separó lentamente de ella para susurrarle al oído—: Espero que eso haya aclarado tus preguntas.
Rápidamente se alejó de ella. Tomó sus cosas y salió del aula con una sonrisa satisfecha y un tanto orgullosa, dejando a nuestra pelirrosa estática en su lugar. En sus mejillas nacía un dulce sonrojo y su corazón latía a mil por minuto.
Cuando al fin reaccionó, una pequeña y apenada sonrisa apareció en sus labios. Siguiendo el ejemplo del pelinegro, salió rápidamente del salón con sus libros en el pecho, dirigiéndose a su habitación en los calabozos del Shibusen.
Quizás Maka tenía razón. Los besos eran una dulce manera de hacer saber a alguien los sentimientos de uno, incluso si desconocías su existencia hasta ese momento.
Bueno eso es todo por hoy espero que les haya gustado
Como siempre comentarios, críticas, consejos recibidos sean todos ellos
Hasta la próxima historia se despide
Hana.
