Buenas queridos lectores, hoy les traigo una nueva historia para el foro en el que estoy bastante activo, que espero les guste igual que yo.

Últimamente uso el soundtrack de Undertale para escribir, ademas de que estaré probando un nuevo formato, espero les guste, y opinen.

Disclaimer: Este fic participa en el reto "We are a Family" del foro "DexHolders del prof. Oak", con los administradores mas shidoris que puedas encontrar.

Advertencia: Commonershipping


Buscando una heredera

Capítulo I

Por: Manuel Báez Banda

La primavera en la región de Sinnoh es muy hermosa, más que en cualquier región del planeta.

Al estar casi congelada en el invierno, la primavera derriba todo ese panorama desértico y helado, por uno lleno de plantas y flores de todas las tonalidades de rosa, rojo, amarillo y morado.

Pueblo Aromaflor es el lugar donde mejor se aprecia esto, con millones de flores brotando y miles de Pokemon, atraídos por el aroma de las flores.

Este hermoso espectáculo visual, trae una enorme cantidad de turistas a la región, lo que lleva a muchos negocios a instalarse en varios puntos estratégicos, pues las ganancias que reportaban eran increíbles.

Uno de los restaurantes preferidos por los turistas, es el "Garchomp Lapetit" donde se cocina, según ellos, la comida más exquisita de todo occidente, todo obra del mejor cocinero que la región tiene.

—Necesito el filete de la mesa cuatro —expreso un mesero al entrar a la cocina.

La cocina de aquel restaurante era bastante grande, e increíblemente, demasiado higiénica, todos los chefs portaban cubre bocas, guantes y su típico uniforme blanco, en los botes de basura, casi no había comida preparada, pues los comensales siempre comían hasta la última migaja, los refrigeradores contenían mucha comida, pero toda fresca y comprada ese mismo día, las estaciones de trabajo estaban impecables y los pisos relucientes, había muy poco platos y vasos sucios, ya que los que se encargaban de lavarlos, lo hacían con una velocidad pasmosa, mientras que los chefs preparaban la comida de manera muy ordenada y eficiente, pero de todos ellos, había uno que destacaba, uno joven alto de tez clara y ojos azules, que servía grácilmente un filete de Magikarp en un plato fino, el cual estaba perfectamente decorado con plantas de temporada, el chico tomo el plato y lo puso sobre la mesa de platos preparados.

—¡Aquí tienes! —grito el chico con alegría.

—Perfecto, necesito también una sopa de setas y dos Basculin horneados para la mesa 3 —el mesero dio la petición, tomo el plato y se retiró.

—Lo tendré en 15 minutos —finalizo el chico.

La comida en ese restaurante normalmente se servía con puntualidad, y si tardaba demasiado, normalmente se les daba un postre gratuito o un pequeño descuento por la espera, los meseros tratan a los clientes con mucha amabilidad, y el servicio en general era excelente, y a pesar de los altos costos, era un lugar genial para comer, y todo debido al cambio de administración bastante resiente.

El gerente y dueño del sesenta por ciento de la compañía era el mismo chef que horneaba los Basculin a doscientos cincuenta grados y servía la sopa de setas con sutileza, ese chef, era nada más y nada menos, que Diamond, el mejor chef de la región de Sinnoh.

Diamond tomo la sopa y la puso en la mesa de pedidos, mientras que rápidamente iba al horno y sacaba los Basculin perfectamente horneados, sirvió los peces en el plato con decoración previa y los coloco en la mesa, golpeando la campana, en señal de estar listos.

—El plato de la mesa 3 está listo —Diamond entonces volvió a su estación —no tengo más pedidos por el momento, creo que podre tomar un pequeño descanso.

Bostezando, el chico se dirigió a una puerta de madera de Abedul, la abrió y entro a una habitación completamente café, con una gran ventana que daba al monte Corona, una sillón con una gran escritorio de madera, y un sillón reclinable con un mini-bar y una televisión, el chico se quitó su cubre bocas y sus guantes, se sentó en su sillón, tomo una bebida de uva y se reclino.

—No creo que un pequeño sueño moleste a alguien —Diamond tomo de su bebida, la dejo arriba del mini-bar y cerró los ojos, esperando poder dormir un poco, a pesar de amar cocinar, era también algo cansado.

Debido a que las ordenes se atendían rápidamente, existían ciertos tiempos en los que algunos chef podrían tomar un descanso extra, más aun cuando eran las 7 de la tarde y no había demasiada gente.

Su mente comenzó a relajarse, despejándose lentamente de lo atareado de su trabajo y comenzando a descansar, dejando atrás los problemas que tenía con su esposa y su empleo, hasta que finalmente se quedó dormido.

La habitación estaba construida de tal forma, que el sonido de la cocina no alcanzaba a molestar a quien estuviera adentro, pensado primordialmente para descansar y relajarse, además de ser la oficina donde Diamond atendía todo lo relacionado a su restaurante.

Desafortunadamente, la atmosfera de paz y tranquila fue interrumpida, cuando un mesero entro rápidamente sin tocar.

—¡Señor Diamond! —grito el mesero sin escrúpulos, despertando a Diamond de golpe.

—¡AHHH! —Diamond despertó, moviendo la cabeza y sujetando su asiento, para después acoplarse a este de manera correcta —¿Qué sucede?

—Tenemos un problema de seguridad —anuncio el hombre con un rostro muy serio.

—¿A qué te refieres? —pregunto Diamond confundido, después de todo, cuando había problemas de seguridad, el protocolo era diferente.

—Vera —el hombre se dio la vuelta y jalo a una niña para meterla a la oficina — esta niña, se metió a robar bayas al almacén.

La niña llevaba puesto una camisa azul con rayas rosas, algo sucia y desgastada, una falda gris igualmente sucia, y unas sandalias algo rota, de tez blanca y cabello café.

—Yo no me metí a robar nada, solo quería comprobar su sistema de seguridad, es muy defectuoso —argumento la niña, mientras giraba la cabeza para no mirar a Diamond.

—Niña insolente, alguien debería darte una lección —gruño el nombre que tenía la mano de la niña.

—No creo que seas tú, eres demasiado viejo para eso —se mofo haciendo un gesto de burla.

—¡Como te atreves a decirme viejo, tus padres debieron enseñarte buenos modales! —el hombre se empezó a enojar más.

—¿Qué clase de fallas de seguridad? —pregunto Diamond, sorprendiéndolos.

—Pues, la cámara que está en el almacén tiene un punto muerto, por lo que cualquier persona puede entrar, y la puerta que da a la basura es muy floja, además de que la contraseña para abrir los almacenes es demasiado fácil, verdad "señorita cariñosita".

A pesar de que el hombre tenía ganas de golpear a esa niña, Diamond empezó a reír alegremente, lo habían pillado después de todo, cosa que volvió a desconcertar a la niña y al hombre.

—Señor Diamond, creo que será mejor que llamemos a la policía, este tipo de niña no pueden andar sueltas por ahí, además de que huele horrible —haciendo un gesto despectivo.

—Huele más feo tu madre y tu abuela —respondió más agresivamente.

Diamond volvió a reír por la broma de la niña, cosa que enojo a un más al hombre —no será necesario, yo me encargo de la situación amigo mío, vuelve a tu estación.

—Pero señor…

—Ningún pero, yo sé cómo encargarme de estas situaciones.

—Como diga… —el hombre soltó a la niña y con una gran cara de coraje, volvió a su lugar.

—¿Qué se supone que harás conmigo ahora? —pregunto la niña con un rostro de confusión, pero a la vez tratando de demostrar intimidación.

—Pues, nada, puedes retirarte.

Diamond se levantó y empezó a salir de ahí, buscando la bodega, mientras la niña no comprendía que acabada de pasar.

—Espera, ¿me dejaras ir así de fácil? —pregunto confusa y un poco enojada la niña, mientras seguía a Diamond.

—Realmente no tanto así —Diamond finalmente llego a la gran bodega de color plateado, la abrió y tomo una bolsa repleta de bayas Oran, dio la vuelta, y se las entregó a la chica —toma, considéralo un regalo.

—U-un regalo… —sus ojos se empezaron a iluminar, desando comer esas bayas, no había comido en meses, pero algo la detenía —¡Ha! enserio crees que me humillare tan fácilmente por una insignificante bolsa de bayas y te diré "Muchas gracias señor Diamond, es usted muy gentil" pues no, busque a otra niña necesitada.

Diamond entonces sonrió y comenzó a reír —me recuerdas demasiado a mi esposa, bueno, entonces considéralo una paga.

—¿Paga? —pregunto confundida.

—Así es, me ayudaste a ver los problemas de mi sistema de seguridad, así que te mereces esto por tu ayuda.

La niña entonces se quedó pensando, no quería aceptar las bayas para que Diamond la viera como alguien débil y fácil, pero realmente tenía hambre, y la idea de ser una paga, en su cabeza no sonaba tan mal.

—De acuerdo, pero las tomare como recompensa, no creas que con esto te tienes, nadie nunca lo hará —la niña tomo las bayas, sin pensarlo dos veces, tomo una y la comenzó a comer, disfrutando su delicioso sabor, algo que no había probado en meses —no están tan mal.

—Son traídas desde los huertos de Hoenn, desde luego son deliciosas, antes de todo, necesito saber, ¿cuál es tu nombre?

—¡Ha, realmente crees que te lo diré así de fácil?, pues no, hasta nunca!

La niña entonces comenzó a correr por el largo pasillo gris, hasta la puerta de salida, dejando a un Diamond un poco confuso, pero alegre de lo que había pasado, cerró la bodega y se dirigió a su oficina para arreglar los problemas de seguridad, y a la vez, tratar de volver a dormir un poco.

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A pesar de los años, la residencia Berlitz se mantenía siempre como nueva, muchísimas personas eran las encargadas de mantenerla en limpia y reparada, pero desde hace unos años, la residencia había estado más calmada, el jardín principal había aumentado de tamaño y en cantidad de flores, además de contar con nuevos arbustos con formas de distintos Pokemon.

La mayoría de los cambios realizados, fueron por parte de la nueva propietaria, Platinum Berlitz, quien a diario, revisaba para saber si todo estaba en orden, y ayudar con algunas labores de jardinería, que en principio no le agradaba demasiado, pero agracias a la influencia de su esposo, termino tomándole el gusto.

En esos momentos, ella se encontraba pacíficamente en una mesa en medio del jardín, disfrutando de un excelente te de limón, portando un su particular ropa que usaba desde niña, increíblemente, se había acostumbrado tanto a esa ropa, que mando a hacerse uno con un gran diseñador de Hoenn.

Admiraba todo el panorama, las hermosas flores que cubrían todo el jardín, los arbustos y la excepcional vista del monte Corona, lugar que le traía gratos recuerdos, pero en esta ocasión, también le transmitía un sentimiento de inseguridad.

El sol empezaba a ponerse, poniendo fin a la hermosa tarde, y dejando paso libre a las tenues estrellas que comenzaban a aparecer atrás de ella, y en medio de todo este conjunto, una silueta familiar comenzaba a hacerse presente, acercándose a ella.

—Dia, ¿Cómo te fue hoy? —saludo alegremente la heredera, dirigiéndole una sonrisa.

—Podríamos decir que bien, pero bastante agotado —respondió con un tono que reflejaba que había sido un arduo día.

—¿Hubo muchos clientes acaso?

—Eso, y una que otra sorpresa… sabes, el césped se ve muy agradable —el chico dejo su mochila en la mesa, se estiro y se dejó caer de espaldas al césped, pero no se hizo daño.

—!¿Te encuentras bien?! —pregunto algo asustada Platinum.

—Claro, solo que sentí como el césped me dijo que quería ser mi cama, no pude evitarlo, vamos ven, está bastante cómodo.

Platinum se sintió aliviada, y decidió tomar el consejo de su esposo, dejando su té, se levantó y se acostó del lado contrario, de tal forma que sus cabezas quedaron bastantes cercas, y el resto de su cuerpo apuntando al este y al oeste.

—Tienes razón, es bastante agradable —admitió la chica, poniendo sus manos en su pecho.

—Te lo dije, el ambiente es muy bueno.

—¿A qué te referías con lo de sorpresas? —pregunto intrigada.

—Bueno, estaba en la oficina, y el encargado de inventario encontró a una niña que se había metido a tratar de robar comida. —comenzó a contar las historia, mientras miraba a las estrellas.

— ¿Cómo una niña violo su sistema de seguridad? —pregunto muy confundida.

—Parece que las cámaras tienen un punto muerto, además de que averiguo muy fácil la contraseña, no soy muy bueno con eso de poner contraseñas —rio por admitir su poca habilidad.

—Eso en parte tienes razón, ¿Que hicieron después?

—Pues, querían llamar a la policía, pero decidí encargarme del caso, le di una bolsa llena de bayas oran y le deje ir, después de todo, solo quería comida.

—¿Y crees que fue lo correcto?

—Si —Diamond volteo para ver la cara de su esposa —es una niña muy pobre, y solo quería algo de comer, no es mala, simplemente quería comida, y no quiero pensar lo horrible que debe ser no poder comer.

—Tienes razón, cualquiera en tu lugar la hubieran llevado a la policía, pero decidiste mejor ayudarla, eso te hace una excelente persona —menciono con una voz bastante calmada y tierna.

—Te agradezco el cumplido —riendo un poco y acercándose más a ella.

—Y un excelente esposo…

Lentamente, las manos de Platinum tomaron la cabeza de Diamond, para acércala a ella, mientras ambos se volteaban y sus labios comenzaron a chocar entre los de Diamond, en una romántica escena que duro unos cuantos segundos, cuando finalmente separaron sus labios.

—¡Wow! No me lo esperaba —confeso Diamond profundamente sonrojado.

—Digamos que me nació —Platinum contesto igualmente sonrojada.

—Apropósito ¿Cómo estuvo tu día?

—Bien, pude finalmente plantar las margaritas, atendí unos asuntos de la compañía y me llamo el doctor, dijo que enviaría mis resultados hoy, pero no me han llegado.

—Seguramente se atrasó el cartero, en la mañana posiblemente lleguen

—Te admito que, tengo miedo… —confeso muy nerviosa, mientras volteaba a ver el cielo.

—No te preocupes, saldrán bien, seguramente solo es por el estrés —Diamond trato de calmarla, sonriéndole alegremente.

—No sé, tengo miedo de que salgan mal —confeso cerrando los ojos —también llamaron mis tíos de Hoenn, me siguen presionando para que siga con la tradición familiar.

—Oh vamos, no te debe importar demasiado lo que digan, vamos sé que todo saldrá bien —Diamond se levantó, fue delante de Platinum y le extendió la mano —vamos a casa y te preparare un delicioso espagueti solo para ti.

—Pero, debes estar muy cansado.

—Por favor, cuando se trata de ti, nunca estaré cansado —sonriéndole.

La chica le dirigió una sonrisa, tomo su mano y apoyándose en él, se levantó y ambos esposos caminaron plácidamente hacia su casa, dispuestos a comer una deliciosa cena hecha en casa.

Dando casi las 9 de la noche, el espagueti estaba listo para comer, Diamond era realmente rápido para cocinar, más cuando se trataba de Platinum, ella simplemente decidió poner la mesa, dos platos de porcelana, tenedores y cuchillos de plata, servilletas y dos copas, que serviría con un refrescante jugo de manzana, mientras que Diamond llevaba el recipiente de plata que contenía el espagueti recién hecho.

Ambos se sentaron y Diamond sirvió las respectivas porciones para cada uno, y también el jugo, entonces fue cuando ambos decidieron empezar a degustar su comida, mientras charlaban sobre bastantes tópicos que habían pasado a lo largo de la semana: la subida del poke-dólar, el repentino cambio de clima de la región e incluso los avistamientos de meteoros cayendo en Júpiter, a pesar de lo que la mayor parte de la gente cree, Diamond si es alguien muy inteligente, que se esconde bajo la fachada de chico lento y torpe, algo que Platinum lo sabía perfectamente, y a la vez amaba eso, un chico simpático y alegre, con el cual podría hablar de casi cualquier tema, sin que este se volviera monótono, inclusive con bromas en el medio.

Finalmente terminaron su comida, pero la charla prosiguió, esta vez, era sobre los resultados de un estudio que Platinum se había realizado, los cuales no llegaban y la tenían muy preocupada, y aunque Diamond trataba de calmarla, ella no podía hacerlo, simplemente estaba aterrada por los resultados.

Al ver que no se podía calmar, Diamond decidió prepararle un pay de limón, como el que le hizo hace muchos años, cuando eran unos niños; a pesar de la negativa de la chica por la hora, Diamond la convenció de que lo dejara hacerlo, desafortunadamente, no habían comprado huevos, por lo que Diamond decidió ir a comprarlos al supermercado que está cerca de su trabajo, despidiéndose se Platinum, y deseándole esta buena suerte.

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Las calles de Jubileo en la noche son extremadamente callas, sintiéndose un ambiente tétrico y poco acogedor, casi ninguna persona le gustaría caminar solo por esas calles, los transportes públicos terminaban su jornada a las 10, y ya eran casi las 11 de la noche.

Justo a tres cuadras del restaurante, Diamond manejaba tranquilamente, esperando el verde del semáforo para seguir su camino, a pesar de que había muy pocos autos pasando frente de él, después de todo, no le gustaba estar en problemas con la ley.

—Espero que tengan huevos, si hubiera sabido, los compraba en la mañana —suspirando, mientras apretaba el acelerador por estar el semáforo en verde.

Diamond siguió su camino, llegando finalmente a su destino, estaciono su coche y procedió a realizar sus compras; solo tenían dos paquetes de huevos, los cuales compro de inmediato para no tener que volver después.

Saliendo de la tienda, dejo sus compras en el asiento trasero de su auto azul, y cuando procedió a entrar a su vehiculo por la parte del piloto, pudo notar como unos cuatro adolescentes corrían por un callejón, lo cual llamo poderosamente su atención.

Los siguió hasta llegar a la parte trasera de su restaurante, donde se escondió tras un bote de basura y trato de mirar que pasaba.

Se encontraban los cuatro adolescentes junto a cuatro Bagon, rodeando a una pequeña niña, con una bolsa de bayas y un Shuppet flotando en su hombro derecho, esa niña, era la misma chica que había conocido Diamond en la mañana y esas bayas, eran las que le había dado.

—Más te vale que nos des esas malditas vayas —comento uno de los adolescentes que portaba una camisa morada a rayas.

—¿Perdona? No les daré nada a ustedes, porque no consiguen un maldito empleo y me dejan sola —reclamo enojada la niña

—¿Para qué trabajar? Si podemos conseguir beneficios de los pobres miserables como tú, a cambio de un poco de comida, ahora damos esas bayas, y la forma de entrar a este lugar —ordeno otro chico de camisa blanca fina.

—No les daré nada, y si quieren tanto entrar a robar, háganlo con su propio cerebro, o ¿Acaso son tan idiotas que no saben cómo entrar? —se burló un poco nerviosa la chica.

—Mira niña, hagamos esto más simple, honestamente no tienes oportunidad, somos cuatro contra una, solo danos lo que queremos y te dejaremos ir, no hagas esto más complicado —propuso el más alto de los cuatro.

—Si tengo que luchar, lo hare hasta el final, no importa cuántos sean, listo Shuppet

El pokemon se puso en posición de batalla, aunque estaba igualmente temeroso de lo que podría ocurrir.

—Si tú lo quieres así…

—¡Hey chicos! —un grito masculino se escuchó por detrás.

Todos voltearon para ver el origen del grito, que era nada más ni nada menos que Diamond, quien estaba un poco nervioso.

—Vamos a calmarnos un poco quieren —tratando de calmarlos y levantando sus manos en señal de calma.

—¿Quién demonios eres tú? —pregunto el ultimo chico que no había hablado.

—Oigan calmados, vengo en son de paz, solo quiero que dejen en paz a la niña.

—Qué hace usted aquí, yo sola puedo encárgame de ellos —reclamo la chica un poco asustada.

—¿Lo conoces? —pregunto el mayor.

—Sí, es el dueño del lugar.

—Miren chicos, estoy seguro de que podemos llegar a un acuerdo, no querían pasar un mal rato ¿o sí?

—No te interesa, es más, ahora que estas aquí, tu serás el que pase un mal rato ¡Bagon, usa Furia Dragon! —ordeno.

El pokemon dragon se puso delante y lanzo potentes ráfagas de energía a Diamond, impactando y llenando todo de polvo, la niña se molestó y a la vez preocupo un poco del hombre, hasta que el humo se dispersó, revelando a un Torterra delante de Diamond, quien usando Protección, protegiendo del ataque a su entrenador.

—¡Que rayos! —grito el chico a rayas.

—Bueno chicos, yo se los advertí… ¡Wig, usa Hojas Navaja! —ordeno Diamond a su Pokemon.

El pokemon entonces soltó muchas hojas a su alrededor y las lanzo a los 4 pokemon dragones, debilitándolos de un solo ataque, cosa que dejo asustado a los chicos, y sorprendida a la niña.

—Eso pasa cuando no entrenan bien a sus Pokemon, ni siquiera pueden soportar un ataque al que son débiles —comento Diamond, mientras los chicos estaba en shock por ser derrotados tan rápido —Bueno, será mejor que acabemos con esto, Wig, usa Látigo Sepa y mantenlos atrapados.

Desde el suelo donde se encontraban los chicos, salieron lianas que atraparon los pies de los chicos, impidiéndoles escapar, mientras que Diamond saca su teléfono y llamaba a la policía.

—Bueno, la policía viene en camino, espero hayan aprendido la lección y…

—¡No necesitaba tu ayuda! —interrumpió de un grito la niña, dejando extrañado a Diamond.

—Oye, pero tu Shuppet no era lo suficientemente fuerte —contesto Diamond algo confundido.

—¡No importa, deja de meterte en mis asuntos, no necesito de nadie, toma tus estúpida bayas! —la niña grito más fuerte y le lanzo la bolsa en la cara.

—¡Espera! —grito Diamond mientras corría para alcanzarla.

Diamond entonces decidió correr a ayudarla, no era bueno que una niña estuviera sola a estas horas, tomo la bolsa y fue la persiguió, mientras que su Pokemon se encargaría de la situación.

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Platinum estaba en su grandiosa sala, esperando a su esposo para irse a dormir, no permitiría que prepara un pay a estas horas, mientras que disfrutaba un libro de filosofía del autor Hegel, "La femenologia del espíritu" un libro que le había llamado su atención.

Mientras disfrutaba de su lectura, tomando un café para no dormirse, el hijo de su viejo mayordomo, que ahora cumplía la función de su padre, apareció frente a ella.

—Disculpe señorita, estuve revisando el correo y encontré una carta de la clínica —comento el mayordomo.

—¡Que! —Grito Platinum, saltando y tirando el libro al suelo —¿Por qué no me habías dicho antes?

—Perdone, no la había visto la primera vez, tome —dándole la carta

Platinum se lo agradeció, y le pido al mayordomo que se retirara, para estar sola en ese momento.

Analizo el sobre, totalmente blanco, con el logo del hospital de ginecología al que fue, tomo una navaja para abrir sobres, lentamente la abrió, tomando los resultados en su mano y procediendo a leerlos.

De repente, Platinum pudo sentir como una flecha traspasaba su corazón, matándolo de un disparo certero, dejando caer la carta, así como sus ganas de seguir, al suelo, donde se alcanzaba a dilucidar, el escabroso resultado:

"Diagnóstico: Cáncer de útero, daño severo a la matriz"