La maldición de Bastet
Capitulo I : La alianza de los tres reinos
Mi nombre es Arkantos hijo de Miolnir, soy capitán de las fuerzas de Nicht, una de las tres ultimas ciudades humanas de la tierra, estas tres regiones tienen sus cualidades, las cuales las han hecho permanecer en pie frente a numerosos ataques durante todos estos años, Nicht es propia de ser dueña de los mejores jinetes del territorio.
Tuve que unirme a la milicia a la edad de doce años para sustituir a mi padre, caído en el calor de la batalla, varios meses despues se me unieron mis cinco hermanos pero a lo largo de ocho años de sangriento combate solo queda Balder él más pequeño de ellos al que jure proteger con mi vida si es necesario.
Esos monstruos aparecieron hace mas de mil años, cuando el reino del hombre era uno solo, era la época del hombre y este sabía gobernar con prudencia y sabiduría, pero la ambición de unos pocos hizo que ese gran poderío se dividiera en innumerables reinos, uno en particular gobernado por Bastet era el peor, Bastet era un hechicero que cegado por su ambición de ser el hombre mas poderoso sobre la faz de la tierra reunió un poderoso ejercito, con el cual destruyo cientos de reinos, los demás reinos preocupados por su futuro decidieron aliarse contra Bastet, la lucha persisitio por dos años hasta que en la famosa batalla de Gestern al fin Bastet fue derrotado, de nuevo la paz reinaba en el mundo pero no por mucho tiempo ya que Bastet había sobrevivido al encuentro pero ya loco por haberlo perdido todo creó a las mas terribles criaturas que hayan pisado la tierra, además de espantosas no sabían lo que era el honor porque destruyeron a su creador, este hecho fue el que atemorizo mas al hombre ya que lo que ellos no pudieron hacer en dos años estas criaturas lo realizaron en pocos minutos.
Desde entonces a lo largo de estos mil años que han transcurrido han ido acabando reino por reino, lo peor es que ellos cada vez son mas y nosotros cada vez menos.
**************************************************************************** ***************************
Capitán!, Capitán Arkantos! Por fin llegaron los representantes de Woche y Meer (Los otros dos reinos)- dijo el guardia -; lo están esperando en el comedor.
Me levante entonces de mi cama y tome mi ropa lo mas rápido posible, había olvidado que hoy era el día de dicha reunión en el que discutiríamos puntos para una alianza entre los tres reinos para actuar como uno solo y formar un ultimo ejercito, es difícil de aceptar pero esta es nuestra ultima esperanza si se llega a formar tal ejercito y este es derrotado entonces el hombre desaparecerá y estas criaturas reinaran por siempre.
Salí de mi cuarto corriendo aún vistiéndome, tenia que estar presentable para ver a tan importantes personas así que me puse el unico traje de ceremonias que tenia ya que solo suelo usar mi armadura de batalla, era un traje verde obscuro de una fina tela que yo desconozco solo sé que era de mi padre, los botones al frente eran de madera y el contorno del cuello era verde claro, el pantalón era del mismo color nada decorado solo con una cuerda que actuaba como cinturón para que no fuesen a caer y por ultimo tome los zapatos, los tenia en la boca mientras todavia bajaba corriendo las escaleras, estaban nuevos nunca los había usado y eran de piel de udjat criatura que mencionare despues, intente ponérmelos mientras bajaba las escaleras pero el resultado fue muy malo ya que lo único que conseguí fue tropezar y rodar por las escaleras, al levantarme y observar que nadie hubiera visto mi ridícula caída seguí corriendo hasta llegar a la puerta del comedor, para mi fortuna había un espejo al lado izquierdo de la puerta y aproveche para examinar mi aspecto, ahí estaba mi reflejo, mi cabello negro ondulado y despeinado que desde hace tiempo he intentado dejarlo crecer como el de mi padre el cual lo tenia hasta el hombro pero hasta ahora no he podido, solo he conseguido que me llegue hasta el nivel de la oreja, mi barba que al igual que sucede con mi cabello no esta muy crecida sin embargo si cierra bien y así me gusta su apariencia, y mi traje que no me había percatado que despues de la caída quedo completamente empolvado, como ya no tenia tiempo lo unico que hice fue sacudirme, lamer mi mano y pasármela por el cabello para intentar peinarme.
En ese momento entre al comedor, a pesar de que nunca antes he visto otro comedor se que este es muy humilde pero en sus buenos tiempos fue de los mejores, la mesa era de madera ya corroída por el tiempo, las sillas cubiertas de una tela roja pero igual de antiguas que la mesa, las paredes estaban llenas de moho, tanto que ni siquiera se podían apreciar las figuras talladas en las paredes, la única figura que se podía apreciar es la de un rey en su trono y debajo de él hay una figura que nunca he podido distinguir porque parte de ella esta cubierta por el moho, mi padre me dijo alguna vez de quien se trataba pero nunca le preste atención, el piso estaba lleno de restos de comida donde a menudo se alimentan las ratas, busque a los representantes sin embargo no encontré a nadie en el comedor, estaba a punto de retirarme un poco desilusionado cuando oí a alguien detrás de mi, con una voz ronca que por lógica pude deducir que era la de un hombre, y dijo :
- A quien buscas?
Yo sin voltearme pero con una gran curiosidad de saber de quien se trataba ya que esa voz no era familiar para mí, le conteste:
A los representantes de Woche y Meer, se supone que estarían aquí para discutir una alianza entre los tres reinos.
La voz no dijo nada más que:
Quién los busca? Arkantos hijo de Miolnir, Capitán de la fuerzas de Nicht. Respondí.
Se oyeron unas carcajadas y la voz me dijo:
- Voltea somos nosotros, no cabe duda, eres igual de inpuntual que tu padre, mientras llegabas nos dimos la libertad de recorrer el castillo.
Mi curiosidad me obligo a voltear, eran cuatro personas todas con sus armaduras de batalla lo cual me hizo arrepentirme de no usar la mía, el mas joven de ellos fue el primero en presentarse sin moverse de su lugar, a pesar que tengo pocos segundos de conocerlo creo que es alguien muy solitario -Mi nombre es Hefesto hijo de Freya, yo soy el capitán de las fuerzas de Meer - dijo. Estaba con los brazos cruzados y parecía ser de mi edad, tenia el cabello castaño y corto, era mas bajo que yo, le llevaba unos diez centímetros, su armadura era un poco extraña no era de metal como las que yo conocía sino de piel, no obstante parecía ser bastante resistente a los golpes, tenia un martillo en la espalda al parecer muy pesado, lo pude apreciar por que las cuerdas de la funda en el que se encontraba estaban muy tensas.
También presento a su compañero que tenia a su derecha que no hablo en un solo instante - Su nombre es Heimdall hijo de Einheriar, es el mejor Huscarle (Infantería de elite) de la región de Meer- . De ese hombre puedo decir que era un gigante, tenia un casco enorme, este si era de metal que solo le cubría la cabeza y con una pieza de metal en medio que le llegaba hasta la nariz, era rubio con una gran barba y cabello largo como el de mi padre, tenia los ojos tristes pero a la vez intimidaban, su armadura era de malla y tenia una capa verde en la espalda bastante desgastada por los viajes, en su brazo derecho portaba un enorme escudo de metal con el símbolo de Meer (Un gran dragón rojo de temible aspecto) en el centro, del mismo lado a nivel de su cintura estaba su espada la cual no podía ver porque estaba cubierta por la funda pero era como todas sus pertenencias, de dimensiones enormes, era la espada mas grande que había visto en mi vida, no me gustaría enfrentarme a él por nada del mundo.
El siguiente en presentarse ya era de mediana edad, se podían observar muchas canas en su cabello, sus ojos ya estaban muy cansados sin embargo tenían un brillo muy peculiar, lo que más me llamo la atención es que tenia una cicatriz en el ojo derecho lo mas seguro es que era una herida de guerra de mucho tiempo atrás. Dando un paso al frente y una reverencia dijo: -Yo soy Cadmus, señor de las tierras de Woche, me recuerdas Arkantos?-
Su cara se me hacia muy familiar pero por mas que buscaba dentro de mí nunca supe de quien se trataba y creo que él al verme a los ojos lo supo, porque sonriendo me dijo:
- No te preocupes Arkantos, me conociste cuando tenias seis años de edad por eso no me recuerdas, yo era el mejor amigo de tu padre, bueno, déjame presentarte a Hathor es mi aprendiz- . Solo puedo decir que Hathor era bastante risueño era exactamente de mi edad, tenia cabello corto y negro, era bastante alto y muy musculoso supongo que es el resultado del entrenamiento con Cadmus.
- Pues ya que no hemos conocido, les mostrare sus habitaciones y mañana empezaremos a discutir los puntos de la alianza- . Les dije; Pero al parecer mis palabras no les agrado mucho.
- Lo siento pero no puedo quedarme aquí a descansar mientras mi gente se encuentra esperando ansiosamente mi llegada, además nos necesitan tanto a mí como a Heimdall ya que en cualquier momento esas malditas criaturas pueden aparecer - . Dijo Hefesto con cierto enfado.
- Tiene razón - .Continuo Cadmus; - Es mejor que los discutamos ahora para partir durante el alba -.
- Como gusten- . Respondí; - Les parece bien en este lugar - . Pude notar que ahora si, todos estaban de acuerdo con lo que dije.
Después de varias horas de discusión acerca de las pros y contras de esta alianza, nos pusieron de acuerdo y todos acordamos en que uniríamos nuestras fuerzas para derrotar a las criaturas que amenazaban la existencia del hombre.
Sin embargo ninguno se atrevía a sacar a su ejercito de su país ya que al hacerlo su gente se quedaría sin defensas y su reino podría ser atacado y destruido en cualquier momento. - Ya sé lo unico que tenemos que hacer es visitar al oráculo él nos dirá que hacer- . Dijo Cadmus muy seguro de sí mismo.
- Estas Loco!!!!!!!! - . Grito Heimdall , esta era la primera vez que lo oía hablar, - El oráculo nos puede dar la respuesta eso es cierto pero sabes todo lo que tenemos que hacer?, además de tener que atravesar Woche y Meer, tendríamos que pasar por los volcanes de Sein y la montaña de Gluck, son diez días de viaje y todo el hombre que entra allá nunca se le ha visto salir - . Exclamo Hefesto.
Hubo un gran desorden en el comedor y Cadmus viendo esto se levanto de su lugar inmediatamente y le dio tal golpe a la mesa que de nuevo se restauro el silencio. - Lo sé, ya he oído muchas veces esa historia- Dijo; - pero acaso prefieren dejar expuesto a su pueblo a estos monstruos, pues yo no, voy a ir ahí aunque tenga que ir solo - .
Al instante Hathor se paró y dijo -Yo lo acompañare Maestro -, el siguiente en pararse fue Heimdall y dijo: - Heimdall también va -, le siguió Hefesto y sin titubear exclamo: -Te seguiré a donde sea -. Yo dudaba en ir ya que sin mí quien dirigiría a mi pueblo pero también me levante, - Muy bien partiremos mañana al salir el sol, así que es propio que cada uno vaya a dormir -. Les dije, pero en ese mismo instante llegó el guardia encargado de vigilar la puerta, su rostro no podía disimular su miedo. Le pregunte que pasaba y me dijo algo que definitivamente a ninguno de nosotros nos dejaría descansar.
Capitulo I : La alianza de los tres reinos
Mi nombre es Arkantos hijo de Miolnir, soy capitán de las fuerzas de Nicht, una de las tres ultimas ciudades humanas de la tierra, estas tres regiones tienen sus cualidades, las cuales las han hecho permanecer en pie frente a numerosos ataques durante todos estos años, Nicht es propia de ser dueña de los mejores jinetes del territorio.
Tuve que unirme a la milicia a la edad de doce años para sustituir a mi padre, caído en el calor de la batalla, varios meses despues se me unieron mis cinco hermanos pero a lo largo de ocho años de sangriento combate solo queda Balder él más pequeño de ellos al que jure proteger con mi vida si es necesario.
Esos monstruos aparecieron hace mas de mil años, cuando el reino del hombre era uno solo, era la época del hombre y este sabía gobernar con prudencia y sabiduría, pero la ambición de unos pocos hizo que ese gran poderío se dividiera en innumerables reinos, uno en particular gobernado por Bastet era el peor, Bastet era un hechicero que cegado por su ambición de ser el hombre mas poderoso sobre la faz de la tierra reunió un poderoso ejercito, con el cual destruyo cientos de reinos, los demás reinos preocupados por su futuro decidieron aliarse contra Bastet, la lucha persisitio por dos años hasta que en la famosa batalla de Gestern al fin Bastet fue derrotado, de nuevo la paz reinaba en el mundo pero no por mucho tiempo ya que Bastet había sobrevivido al encuentro pero ya loco por haberlo perdido todo creó a las mas terribles criaturas que hayan pisado la tierra, además de espantosas no sabían lo que era el honor porque destruyeron a su creador, este hecho fue el que atemorizo mas al hombre ya que lo que ellos no pudieron hacer en dos años estas criaturas lo realizaron en pocos minutos.
Desde entonces a lo largo de estos mil años que han transcurrido han ido acabando reino por reino, lo peor es que ellos cada vez son mas y nosotros cada vez menos.
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Capitán!, Capitán Arkantos! Por fin llegaron los representantes de Woche y Meer (Los otros dos reinos)- dijo el guardia -; lo están esperando en el comedor.
Me levante entonces de mi cama y tome mi ropa lo mas rápido posible, había olvidado que hoy era el día de dicha reunión en el que discutiríamos puntos para una alianza entre los tres reinos para actuar como uno solo y formar un ultimo ejercito, es difícil de aceptar pero esta es nuestra ultima esperanza si se llega a formar tal ejercito y este es derrotado entonces el hombre desaparecerá y estas criaturas reinaran por siempre.
Salí de mi cuarto corriendo aún vistiéndome, tenia que estar presentable para ver a tan importantes personas así que me puse el unico traje de ceremonias que tenia ya que solo suelo usar mi armadura de batalla, era un traje verde obscuro de una fina tela que yo desconozco solo sé que era de mi padre, los botones al frente eran de madera y el contorno del cuello era verde claro, el pantalón era del mismo color nada decorado solo con una cuerda que actuaba como cinturón para que no fuesen a caer y por ultimo tome los zapatos, los tenia en la boca mientras todavia bajaba corriendo las escaleras, estaban nuevos nunca los había usado y eran de piel de udjat criatura que mencionare despues, intente ponérmelos mientras bajaba las escaleras pero el resultado fue muy malo ya que lo único que conseguí fue tropezar y rodar por las escaleras, al levantarme y observar que nadie hubiera visto mi ridícula caída seguí corriendo hasta llegar a la puerta del comedor, para mi fortuna había un espejo al lado izquierdo de la puerta y aproveche para examinar mi aspecto, ahí estaba mi reflejo, mi cabello negro ondulado y despeinado que desde hace tiempo he intentado dejarlo crecer como el de mi padre el cual lo tenia hasta el hombro pero hasta ahora no he podido, solo he conseguido que me llegue hasta el nivel de la oreja, mi barba que al igual que sucede con mi cabello no esta muy crecida sin embargo si cierra bien y así me gusta su apariencia, y mi traje que no me había percatado que despues de la caída quedo completamente empolvado, como ya no tenia tiempo lo unico que hice fue sacudirme, lamer mi mano y pasármela por el cabello para intentar peinarme.
En ese momento entre al comedor, a pesar de que nunca antes he visto otro comedor se que este es muy humilde pero en sus buenos tiempos fue de los mejores, la mesa era de madera ya corroída por el tiempo, las sillas cubiertas de una tela roja pero igual de antiguas que la mesa, las paredes estaban llenas de moho, tanto que ni siquiera se podían apreciar las figuras talladas en las paredes, la única figura que se podía apreciar es la de un rey en su trono y debajo de él hay una figura que nunca he podido distinguir porque parte de ella esta cubierta por el moho, mi padre me dijo alguna vez de quien se trataba pero nunca le preste atención, el piso estaba lleno de restos de comida donde a menudo se alimentan las ratas, busque a los representantes sin embargo no encontré a nadie en el comedor, estaba a punto de retirarme un poco desilusionado cuando oí a alguien detrás de mi, con una voz ronca que por lógica pude deducir que era la de un hombre, y dijo :
- A quien buscas?
Yo sin voltearme pero con una gran curiosidad de saber de quien se trataba ya que esa voz no era familiar para mí, le conteste:
A los representantes de Woche y Meer, se supone que estarían aquí para discutir una alianza entre los tres reinos.
La voz no dijo nada más que:
Quién los busca? Arkantos hijo de Miolnir, Capitán de la fuerzas de Nicht. Respondí.
Se oyeron unas carcajadas y la voz me dijo:
- Voltea somos nosotros, no cabe duda, eres igual de inpuntual que tu padre, mientras llegabas nos dimos la libertad de recorrer el castillo.
Mi curiosidad me obligo a voltear, eran cuatro personas todas con sus armaduras de batalla lo cual me hizo arrepentirme de no usar la mía, el mas joven de ellos fue el primero en presentarse sin moverse de su lugar, a pesar que tengo pocos segundos de conocerlo creo que es alguien muy solitario -Mi nombre es Hefesto hijo de Freya, yo soy el capitán de las fuerzas de Meer - dijo. Estaba con los brazos cruzados y parecía ser de mi edad, tenia el cabello castaño y corto, era mas bajo que yo, le llevaba unos diez centímetros, su armadura era un poco extraña no era de metal como las que yo conocía sino de piel, no obstante parecía ser bastante resistente a los golpes, tenia un martillo en la espalda al parecer muy pesado, lo pude apreciar por que las cuerdas de la funda en el que se encontraba estaban muy tensas.
También presento a su compañero que tenia a su derecha que no hablo en un solo instante - Su nombre es Heimdall hijo de Einheriar, es el mejor Huscarle (Infantería de elite) de la región de Meer- . De ese hombre puedo decir que era un gigante, tenia un casco enorme, este si era de metal que solo le cubría la cabeza y con una pieza de metal en medio que le llegaba hasta la nariz, era rubio con una gran barba y cabello largo como el de mi padre, tenia los ojos tristes pero a la vez intimidaban, su armadura era de malla y tenia una capa verde en la espalda bastante desgastada por los viajes, en su brazo derecho portaba un enorme escudo de metal con el símbolo de Meer (Un gran dragón rojo de temible aspecto) en el centro, del mismo lado a nivel de su cintura estaba su espada la cual no podía ver porque estaba cubierta por la funda pero era como todas sus pertenencias, de dimensiones enormes, era la espada mas grande que había visto en mi vida, no me gustaría enfrentarme a él por nada del mundo.
El siguiente en presentarse ya era de mediana edad, se podían observar muchas canas en su cabello, sus ojos ya estaban muy cansados sin embargo tenían un brillo muy peculiar, lo que más me llamo la atención es que tenia una cicatriz en el ojo derecho lo mas seguro es que era una herida de guerra de mucho tiempo atrás. Dando un paso al frente y una reverencia dijo: -Yo soy Cadmus, señor de las tierras de Woche, me recuerdas Arkantos?-
Su cara se me hacia muy familiar pero por mas que buscaba dentro de mí nunca supe de quien se trataba y creo que él al verme a los ojos lo supo, porque sonriendo me dijo:
- No te preocupes Arkantos, me conociste cuando tenias seis años de edad por eso no me recuerdas, yo era el mejor amigo de tu padre, bueno, déjame presentarte a Hathor es mi aprendiz- . Solo puedo decir que Hathor era bastante risueño era exactamente de mi edad, tenia cabello corto y negro, era bastante alto y muy musculoso supongo que es el resultado del entrenamiento con Cadmus.
- Pues ya que no hemos conocido, les mostrare sus habitaciones y mañana empezaremos a discutir los puntos de la alianza- . Les dije; Pero al parecer mis palabras no les agrado mucho.
- Lo siento pero no puedo quedarme aquí a descansar mientras mi gente se encuentra esperando ansiosamente mi llegada, además nos necesitan tanto a mí como a Heimdall ya que en cualquier momento esas malditas criaturas pueden aparecer - . Dijo Hefesto con cierto enfado.
- Tiene razón - .Continuo Cadmus; - Es mejor que los discutamos ahora para partir durante el alba -.
- Como gusten- . Respondí; - Les parece bien en este lugar - . Pude notar que ahora si, todos estaban de acuerdo con lo que dije.
Después de varias horas de discusión acerca de las pros y contras de esta alianza, nos pusieron de acuerdo y todos acordamos en que uniríamos nuestras fuerzas para derrotar a las criaturas que amenazaban la existencia del hombre.
Sin embargo ninguno se atrevía a sacar a su ejercito de su país ya que al hacerlo su gente se quedaría sin defensas y su reino podría ser atacado y destruido en cualquier momento. - Ya sé lo unico que tenemos que hacer es visitar al oráculo él nos dirá que hacer- . Dijo Cadmus muy seguro de sí mismo.
- Estas Loco!!!!!!!! - . Grito Heimdall , esta era la primera vez que lo oía hablar, - El oráculo nos puede dar la respuesta eso es cierto pero sabes todo lo que tenemos que hacer?, además de tener que atravesar Woche y Meer, tendríamos que pasar por los volcanes de Sein y la montaña de Gluck, son diez días de viaje y todo el hombre que entra allá nunca se le ha visto salir - . Exclamo Hefesto.
Hubo un gran desorden en el comedor y Cadmus viendo esto se levanto de su lugar inmediatamente y le dio tal golpe a la mesa que de nuevo se restauro el silencio. - Lo sé, ya he oído muchas veces esa historia- Dijo; - pero acaso prefieren dejar expuesto a su pueblo a estos monstruos, pues yo no, voy a ir ahí aunque tenga que ir solo - .
Al instante Hathor se paró y dijo -Yo lo acompañare Maestro -, el siguiente en pararse fue Heimdall y dijo: - Heimdall también va -, le siguió Hefesto y sin titubear exclamo: -Te seguiré a donde sea -. Yo dudaba en ir ya que sin mí quien dirigiría a mi pueblo pero también me levante, - Muy bien partiremos mañana al salir el sol, así que es propio que cada uno vaya a dormir -. Les dije, pero en ese mismo instante llegó el guardia encargado de vigilar la puerta, su rostro no podía disimular su miedo. Le pregunte que pasaba y me dijo algo que definitivamente a ninguno de nosotros nos dejaría descansar.
