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Se acerca el cumpleaños de Piccolo, así que la mujer ciega quiere hacer algo especial para su amigo y maestro. Se acerca el cumpleaños de Piccolo, así que la mujer ciega quiere hacer algo especial para su amigo y maestro.

En su oficina.

Izbet: Jenny ¿Puedes ayudarme con algo personal?

Jenny: ¿Qué necesitas?

Izbet: Pronto será el cumpleaños de un amigo, y quiero darle algo distinto.

Jenny: ¿Tienes algo en mente para ir a verlo al mall?

Izbet: Sé exactamente que quiero para él, pero no hay que comprarlo, lo haré yo.

Jenny: ¿Cómo?

Izbet: Como escuchas, tráeme por favor una tela de un metro por un metro que sea resistente pero suave por un lado, hilo, agujas y una cinta de algodón de un metro y medio - su amiga le hace más consultas, para saber más o menos qué material sería mejor, pero por más que lo intenta no logra que le diga exactamente quién es .

Jenny: Es para un amigo tuyo... que no conozco...

Izbet: Sí, es del grupo del esposo de Videl, con quien te comenté que entreno.

Jenny: Entiendo... te traeré todo mañana, iré hoy después del trabajo.

Izbet: Tómate la tarde libre, pero por favor trae todo temprano. Necesitaré tu ayuda para algunas cosas más.

Jenny: No te preocupes, cuenta conmigo, como siempre.

Al otro día temprano en la mañana, Jenny se sienta con su amiga en el living de su oficina.

Izbet: A ver, esto es lo que quiero, creo que dibuje bien las proporciones en el cartón.

Jenny: Hay que ponerlo en la tela, marcar y cortarlo.

Izbet: Sólo dime que hacer y yo lo haré... a ver... ¿Qué tal quedó?

Jenny: Bien, pero hay que cambiar un detalle... yo lo arregló...

Izbet: No, dime donde está el error y lo hago de nuevo...

Costó casi la mitad de la tela que quedará bien el corte, desde ese día todas las mañanas Jenny ayuda a Izbet con su sorpresa, pero...

Jenny: ¿No sería mejor mandarlo a hacer? Te pinchas mucho los dedos y cuando sangras debes parar para no mancharlo. Al ver tus manos parece que peleaste con un puercoespín.

Izbet: No, quiero hacerlo yo.

Jenny: Eres demasiado testaruda.

Izbet: Igual que tú - se ríe - entiende, quiero hacer esto porque él es importante para mí. Por favor, ayúdame a enhebrar la aguja, se me salió de nuevo el hilo.

Ese fin de semana, cuando va a entrenar con Piccolo, a pesar que es primavera, tiene puesto guantes.

Piccolo: ¿Por qué traes cubiertas las manos?

Izbet: Tengo frío.

Piccolo: Humm...

Al otro fin de semana decide averiguar qué oculta, le toma uno, se lo quita, y le toma la mano fuerte, le ve los dedos pinchados.

Piccolo: ¿Qué te pasó?

Izbet: la retira rápidamente - nada... tropecé y me caí... habían... cactus...

Piccolo: ¿Y por qué no querías que me diera cuenta?

Izbet: ... para que no te rías de mí por ser tan torpe - el namekuseijin no dice nada, sabe que le oculta algo, es tan difícil para él entenderla.

El siguiente fin de semana ya no lleva guantes, pero aún así él le pide ayuda a Dende para saber qué pasó, pero tampoco logra nada.

Al otro día es el cumpleaños de Piccolo, como siempre ella amanece en el Templo Sagrado, Gohan y los demás van a felicitar a su amigo, la mujer ciega espera que todos se vayan y antes que él la acompañe a su casa, le entrega su regalito.

Izbet: Ten, espero te guste

Piccolo: al abrir el sobre de papel encuentra un saquito color café con una pequeña cuerda de seda alrededor para ajustarlo, muy parecido al que usa para las semillas del ermitaño, se nota que fue hecho a mano. Inmediatamente mira los dedos de su amiga - ¿Lo hiciste tú?

Izbet: Sí - esconde las manos atrás de su espalda - ¿Se nota mucho? - avergonzada - te lo hice por si el otro se te rompe tengas uno de repuesto.

Piccolo: Gracias.

Izbet: De nada, ahora vamos a mi casa.

Piccolo: Espera - saca de su cinto el que usa, cambia las semillas al nuevo, y desaparece el otro - me gusta tanto que lo empezaré a usar desde ahora.

Izbet: Que bien... gracias.

Camino a su casa, ella va con una sonrisa de oreja a oreja al lado de su amigo.

FIN