N/A: Lol. No hay nada que decir. Oficialmente es la secuela de Alma de Metal

Summary: Había perdido la memoria después proteger a alguien que no recordaba de una bala. Ahora, venía dos chicos castaños a complicarle la vida. Uno queriendo hacerla recordar y otro olvidar. ¿Qué fue lo que olvidó Lynda Murtons?

Género: Romance/Horror

Parejas: [Freddy Fazbear x Lynda M./OC x Toy Freddy] [Robots humanizados]

Advertencias: Robotfilia -Robot x Humano-, OC insert, malas palabras, ligero OoC, faltas de ortografía, ligeras menciones sexuales -sólo eso. Ligeras-, violencia, sangre y etc...

Disclaimer: Five Nights at Freddy's no me pertenece, sino al sexy Scott y bueno... ya saben. La imagen de portada es de BlasticHeart que tiene cuenta tanto en Deviantart como en Tumblr. Lynda Murtons es la única que me pertenece.

PD: Seré conscisa y breve. Si vienes a joder con que no te gusta el fic, gustosa borraré tu jodido comentario y maldeciré tu existencia. Si no, ¡disfuta!

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Lynda no era estúpida, sí, pero había veces en las que su estupidez era extrema.

Su edad actual era los tiernos y jóvenes 19 años. Castaña ligeramente oscuro que le llegaba apenas debajo de los senos, orbes chocolate con un destello miel invisible a simple vista, piel pálida, un curioso lunar en el pómulo izquierdo y una extraña cicatriz pequeña en la frente. Con estatura de 1.59 metros y siendo la más baja de la preparatoria, solicitó el empleo de guardia de seguridad de manera permanente en Freddy's Fazbear Pizza. Su madre había muerto hacía unos pocos días y era la única que podía mantenerla. Quedando sola, necesitaba dinero. El Mánager la contrató sin problemas, sólo le dio un jodido papel para que firmara y punto.

Pero no estaba sola, eso sí. A su lado había dos personas. Una chica un dos años menor que ella, Laili, su única prima y única familia restante además de sus tíos que no podían cuidarles y el mejor amigo de ambas, Jeremi Fehrman, un chico de 18 de orbes color miel fanático de la música hipster.

La castaña de orbes chocolate bostezó de aburrimiento, caminando en círculos por The Office. Laili miraba entretenida las cámaras, aunque con mucho miedo y Jeremi estaba soñando pesadillas, removiéndose bruscamente de un lado a otro en el sillón de oficina en el que estaba sentado.

—Ah, esto es aburrido.—Lynda gruñó, jugueteando con la bufanda negra que se había puesto en el primer día de trabajo. La menor de los tres le miró con interés.

—¿Eso crees? Yo lo estoy pasando bien aquí.

La mayor le lanzó una mirada asesina.—Juro que si no fueras mi única prima ya te hubiera descalabrado la cara a golpes. Considérate afortunada.—Finalizó para sentarse en la misma silla que Jeremi, quedando apretujados. El chico aún no despertaba del mundo de Morfeo.

—Me halagas, Lynda.—De su mochila, Laili sacó un libro y se puso a leerlo con sumo interés dejando a Lynda aún más aburrida. La de orbes chocolate gruñó de manera silenciosa, para ponerse de pie de nuevo.

—Quiero ir a hacer del baño.

—Estamos en la pizzería Fredbear Family Dinner y en horario "animatrónicos violadores de niños", ¿no puedes esperarte un poco?—Laili le preguntó sin despegar su vista del libro.

—No. Quiero ir a cagar. Realmente me anda, Laili.

La menor suspiró. Contrario a lo que muchos creían, Lynda era cuidada más por Laili que por ella misma, a pesar de ser una maníaca obsesiva por protegerla.

—No te tardes.

Y salió corriendo de The Office. La castaña apenas salió del enorme pasillo, se dio cuenta de una cosa.

—Ah caray, ¿cómo se llegan a los baños?

Pudo evadir a Toy Bonnie y a Toy Chica con suma facilidad, sintiéndose orgullosa de ello. Pasó por Kid's Cove, todas las salas de Party Room, Show Stage y llegó a una gran puerta.

"Parts and Service" se leía en ella.

—No es una buena idea... ¡pero aquí voy!

Entró.

Ahogó un grito de terror cuando vio la jodida escena.

Habían cuatro animatrónicos humanos en el suelo. Uno era de cabello púrpura sin cara, piel color crema, de traje púrpura, moño rojo, tenis converse lilas, guantes blancos. Otra era rubia de coleta alta, piel clara y de orbes púrpura con un extraño delantal con las palabras "Let's Eat" con camisa amarilla, shorts de mezclilla blancos con rayas amarillas, calcetas y tenis amarillas; su mandíbula abierta de manera que no parecía poder hablar y faltante de ambos brazos. Otro era un pirata pelirrojo ojiámbar moreno de camisa café claro y chaleco rojo, pantalón café con cadenas y botas del mismo color. Su ropa lucía rasgada y algunas partes del endoesqueleto eran visibles. El último era castaño oscuro, de orbes azules cielo. Piel ligeramente morena, con un sombrero y moño negro. Con un traje café que le sentaba bien. Delgado, alto -lucía mayor de dos metros- y de facciones atractivas. Su ropa estaba algo maltratada y estaba faltante de un ojo, el derecho con exactitud.

Los cuatro miraron a la guardia fijamente, el último pareciendo sorprendido.

—... Eh... ¡perdón!

Dicho y hecho, la guardia salió de ese salón como si hubiese visto a la misma muerte. No miró cuando el pirata, la cocinera y el bajista miraron al cantante que lucía bastante atontado. Ni oyó el llamado de aquel chico, que más que sonar como pregunta, sonó a necesidad.

—¿Lynda?

Por otra parte, la castaña estaba pegando carrera hacia la oficina, totalmente asustada. Gritando como si fuese exorcisada, se dirigió a The Office, pero antes de llegar al pasillo, chocó contra alguien.

—¡No me lastimes! ¡Tengo sabor a Jeremi!—Imploró asustada, casi rogando al haberse arrodillado y juntando su manos.

—¿Q-Qué diablos?

Era otro castaño pero de tono esta vez claro y de orbes azul océano. Con sombrero negro -con una franja roja- y moño del mismo color. Llevaba casi el mismo traje que el otro chico, a excepción de que el marrón era más claro. También lucía atractivo, aunque el raro sonrojo de la cara era intrigante... y tétrica de alguna manera u otra.

—Eh...

El chico entrecerró los ojos, mirando fijamente a la chica. Su reconocimiento facial hizo efecto, sonriéndole de manera afectuosa. Le extendió a la guardia una de sus manos enguantadas -guantes color blanco elegantes que cubrían sus manos-. La chica parecío dudar unos momentos pero después de meditarlo, la aceptó.

—Hola, señorita.—Saludó de manera coqueta, haciendo sonrojar de vergüenza a la castaña. Apartó el agarre y decidió presentarse, ignorando el hecho de que ambos estaban en el pasillo que conectaba The Office con los demás salones.—Mi nombre es Toy Freddy Fazbear.

El último nombre hizo reaccionar a la guardia, haciendo que un fuerte golpe en la cabeza le asaltara de repente, haciéndole gemir demaciado. Una imagen borrosa pasó por su mente como un flash, una sombra al parecer protegiéndola de un rubio idéntico al chico de traje que vio en Pasts and Service contrario a que lo café era dorado y lo negro azul marino. Lynda se tambaleó, confusa ante el sentimiento que llenó su pecho, haciendo latir con demaciada fuerza.

—... ¿señorita?

La joven parpadeó con sorpresa una, dos, tres, cuatro veces, volviendo totalmente en sí. Los latidos se calmaron y gracias a los dioses pokémon pudo hablar con naturalidad:—Eh... Me llamo Lynda...

—Murtons.—Terminó él, con una sonrisa.—Tengo tus datos en mi base de datos. No sabía que había recibido una bala hace dos años.

La chica se mostró algo nostálgica.—Eh... sí. Me dijeron que recibí el disparo protegiendo a alguien. No recuerdo bien por qué, dicen que el trauma hizo que mi cerebro borrara el 90% de mi memoria, solo recuerdo parte de mi infancia, famila, mi madre que acaba de fallecer y mis datos personales.

La mirada de aquel Fazbear se mostró aliviada al oír aquello.—¿Perdió la memoria?

—¡Ahá! Y si me disculpas, ¿sabes dónde está el baño?—Aprovechó para preguntar, el castaño sonrió acariciando los cabellos de la jovencita y ahí Lynda notó que el chico tenía que inclinar la cabeza y ella alzarla para poder verle.

—Está en cercas de Show Stage, al lado del escenario.—Respondió Toy Freddy, acariciando las hebras castañas de la chica de manera amable.—Puedo escoltarla si gustas.

—Por mí está bien.—Y ahí fue cuando la curiosidad le ganó.—Otra cosa. ¿Cuánto mides?

El chico ahogó una risa silenciosa, deleitándose con la mirada confundida de su acompañante. El joven del sonrojo se limitó a encogerse de hombros.

—Dos metros y dos centímetros.—Volvió a sonreír a verbla cara desencajada de la menor. Decidió continuar, solo para ver como reccionaba aquella chica.—Soy demaciado alto para aparentar veinticinco años, ¿verdad?

—¡Es una buena estatura!—Reaccionó ella, ruborizándose ligeramente.—Es mi culpa por ser tan baja. Mido apenas 1.59 para ser ya mayor de edad.

Freddy 2.0 le sonrió de manera dulce.—Yo creo que luces adorable.

¿Qué había sido eso?

Toy Freddy la llevó hasta el baño. Lynda entró en él, hizo de sus necesidades y el oso marrón volvió a escolatrla hasta el pasillo, quedando en el mismo lugar. Murtons suspiró, bastante confundida al ver una sombra acercarse a ambos. Toy Freddy tensó los hombros al ver al otro castaño, que lucía cruzado de brazos. Lynda quedó en shock, ¡ambos medían lo mismo y parecían jodidos gemelos!

—¿Freddy?—Preguntó el chico al lado de la guardia, con tono amenazante.—¿Qué haces aquí?—Cuestionó seriamente.

Pero el chico lo ignoró totalmente. Miró a la guardia, examinando sus facciones. Se acercó a ella hasta quedar frente a frente y sus cejas se fruncieron al darse cuenta de un hecho importante para él...

—¿Cómo dices que te llamas?—Freddy quiso saber, ligeramente esperanzado.

—Lynda Murtons, eh... —La guardia miró a la versión actualizada de Fazbear casi con súplica al no saber que decir o hacer.

—De acuerdo.—El recién llegado ignoró la mirada asesina del Toy. Suspiró. Quería tocarla.—Nos vemos... Lynda.

Otro dolor de cabeza le asaltó. Su voz... esa voz...

¿Por qué se le hacía tan familiar...?

—¡Nos vemos, Fredo!

La mirada del viejo Fazbear se iluminó con eso. La chica solo miró al castaño alejarse y al Toy relajarse de nuevo. Su relación con el ojiazul... no era precisamente la mejor del mundo. Mas bien, parecía que se odiaban a muerte.

—Yo también debo irme. Debo arreglar las cosas en Show Stage.—Toy Freddy se inclinó y le regaló a la guardia un caballeroso beso en la mejilla, haciéndola sonrojar.—La veré luego.

—Eh... sí.

._._._._./Parts and Service 3:50 A.M\._._._._.

—¿Boss Freddy?

Foxy divisó al castaño llegar al pequeño lugar. Chica y Bonnie se pusieron de pie y llegaron a recibirlo de manera amistosa, pero Fazbear solo se sentó, recargándose en la jodida pared -en la posición que sale Bonnie en las cámaras de la segunda entrega, en el mismo lugar-. Bonnie le musitó la siguiente pregunta que, a pesar de no tener cara, pudo formular,

—¿Es ella, Freddy?

El castaño entrecerró los orbes azules que tenía, poniéndose en posición fetal.

—¿Boss? ¿Hay algo malo con la marinera?—Foxy se atrevió a preguntar.—¿No es ella?

—Sí, es ella.—Respondió el gran oso, cortante.—Pero hay algo malo con ella, que explicaría la razón del por qué huyó de nosotros.

—¿Cual es?—Chica cuestionó, curiosa.

—Nos olvidó a nosotros.

Silencio total...

._._._._./The Office 3:51 A.M\._._._._.

Lynda estaba de nuevo en la oficina junto a su prima y su mejor amigo. Se talló los ojos con bastante sueño y observó a Jeremi mirar fijamente la tableta de las cámaras, específicamente Show Stage.

—¿Pasa algo, Jeremi?

El chico gruñó algunas maldiciones mentales antes de responder.—Esa rubia está fea. Prefiero a la Chica anterior.

—Yo no soy de criticar pero extraño al Foxy anterior.—Musitó Laili nostálgica, suspirando de manera casi enamoradiza.

Otro ligero dolor de cabeza. Miró Show Stage, Toy Freddy era el único en ella. Lynda lo decidió entonces. Sobreviviría la primera noche y buscaría recordar aquél accidente.

Había cosas que no le cuadraban del todo.

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N/A: ¿Qué les pareció? Aún sigo con mi obseción con Freddy. Pedí de navidad un peluche de Freddy, ¡me lo dieron! Fue hecho a mano y, pesar de que me costó una navidad, valió la pena

Bueno, espero que me den algunos reviews y favoritos n_n.

ATTE:

Karoru Gengar.