Ok, posteando de nuevo en Fanfiction. Con un proyecto salido de la nada, y que va para largo, pero se quedara como OneShot aqui...

Disclaimer: Inazuma Eleven y sus personajes no son de mi pertenencia, sino de sus respectivos autores.

Sin Mas...


Inclinación By Madoka

Les he comentado a mis padres sobre mi inclinación sexual; no lo han tomado tan mal, saber que su único hijo resulto homosexual no es la gran cosa, a mi parecer.

No diré que al fin me siento libre de algún pesar o culpa, que puedo andar con quien quiera sin preocupaciones; ciertamente, no me importa lo que ellos me puedan decir, lo que los demás me digan, yo no soy homosexual, me considero, una persona normal, con un ligero derroche de extrañez. Y mi gusto por el mismo sexo no es precisamente por mañosidad, es más, a mí no me atraen los hombres en general, solo uno: Kiyama Hiroto.

Es perturbante a primeras toparte con alguien que le puedas gustar, a mi pensar es la misma situación de un hombre y una mujer, ¿cómo saber que no le gustas a tu mejor amigo si eres chica?

Mi ''atracción'' no es relevante; no soy de esos enamorados que suspiran al verla o pensar en dicha persona. Al contrario, permanezco al margen de cualquiera con respecto del tema, siquiera le he hablado en mi vida.

En efecto.

Hiroto me ha llamado la atención por ser alguien perfecto. Y lo repito; él es perfecto. Aunque mi cociente no me da la seguridad de categorizar a una persona perfecta, al contrario, aquellas personas no existen. Pero siempre hay exclusividad.

Me refiero a él como perfecto, ya que, según el diario escolar, se ha categorizado como el más sexy de las últimas generaciones. Fue coronado el rey supremo del baile de navidad. Su belleza es tal, dicen las chicas (y lo postean en las paredes del baño con lápiz labial), que ni siquiera un ángel lo podría comparar. Y otras tantas agregan; ''él es un ángel''.

No quiero parecer fan descontrolado, o miembro de un club de fans sobre él.

En sí, nadie sabe al respecto sobre lo que siento por él.

Es soso esa fascinación por un ser perfecto, ya que no existen, pero en mi búsqueda, me he encontrado a alguien que alcanza los límites de lo perfecto.

Estos últimos pensamientos me han costado mucho de mi vida. De buenas a primeras, termine con mi novia, estando ya en plena armada. Le dije que no estaba seguro sobre mi inclinación sexual, y ella me respondió con una bofetada y un ''no quiero a un gay leproso''. Eso fue absurdo, no tengo lepra, dudo que sepa que es eso, y solo lo haya dicho para que el insulto sonase decente y bien hablado. Termino con sus palabras, y me marche, sin voltear atrás.

No me siento culpable de terminar a mi novia de casi dos años por ''un simple capricho''. Ya muchos me habían dicho que éramos una mala pareja, que ella es muy celosa y posesiva, además de odiosa. Que no era la indicada para mí, un tipo como yo con alto carisma, ingenuidad, inteligencia, y simpatía. Agua y aceite; no van.

Conociéndola, ya debió haber esparcido el chisme, que la corte por ''otro''. Pobrecilla, su autoestima es tan bajo, que su único reconforte es arruinarle la vida a los demás.

Kinki siempre ha sido así, y no se compadecerá de un tema tan serio como este.

Y no mejora con mi compañero de química; Nagumo con sus respuestas contradictorias de ''perdiste oportunidad. Es buena chica, solo ve su cabello, sus ojos, su color de piel, su cuerpo'' babea, y sigue con un discurso de ''chica linda''.

Suspiro cansado de tanto oír lo mismo. Y en definitiva admito que Kinki tiene buen cuerpo, que eso fue lo primero que me llamo la atención, pero ya conociéndola, es ojete a más no poder. No lo culpo a él ni a nadie, con la morena que se consiguió, quien fuera el mismo para hablar de algo así.

Mis días escolares se han reducido, el tiempo vuela cuando estas solo, y la mayoría de tus amigos (al ser lavados sus cerebros por la ex) te abandonen.

En la clase de salud, con el doctor que siempre nos inspira con sus fotos de enfermedades de transmisión sexual, nos entretiene hablando sobre inclinaciones sexuales. ¿Qué es tan difícil? Lo que dice, es que hay inclinaciones al lado derecho y al lado izquierdo, derecho: Hombre-Mujer. Izquierdo: Hombre-Hombre, Mujer-Mujer. No me siento precisamente en el izquierdo, sino en el recto. Recto: Hombre-Mujer-Mujer, Mujer-Hombre-Hombre. Y al final de su choro de hora entera, nos da una tarea; hacer una investigación sobre la sociedad y los matrimonios homosexuales.

La verdad es que no la hare, y me sobrare el sermón y el reporte. No asistiré a clases mañana. No por temor a que sepan sobre mis dudas existenciales, por así decirlo. El miedo solo es una emoción que nos hace pensar y actuar mal, sin saber qué hacer, atrofiados. Por desgracia, esa emoción me recorre la espina, y no es como que no saben, sé que detrás mío murmuran sobre mis inclinaciones, divulgues de Nozomi, y no se atreven a encararlas frente de mí, eso es lo que me molesta. Como dije antes; no me considero homosexual, ni raro, solo un chico dudoso (o quizás bisexual) con un poco de extrañez, eso es todo.

Pasado mañana tendré un justificante preciso sobre mi inasistencia. Me iré a dar vueltas por el parque, o comeré helado, paseare con gente desconocida, o en el tranvía, que se yo.

Al término de las clases, los clubs deportivos entrenan. Iba pasando cuando el equipo de baloncesto pasó a mi lado, donde vi a Hiroto.

-Hoy entrena con ellos.

Una persona perfecta hace de todo, y Hiroto lo hace. Está en el club de rugbi, de baloncesto, de tenis, de karate, de esgrima, en natación, atletismo, etc. Él es vocal del presidente de la asociación de alumnos, postulado para ser nuevo presidente. Jefe de grupo en nuestro grado. Editor y dibujante del diario escolar. Tiene excelentes calificaciones, pero siempre llega tarde a la primera hora. ¿Por qué? Todos sabemos la respuesta, lo mencionare más tarde.

Su estadía en todos los clubes no es en sí, concreta, sino que es auxiliar; cuando lo necesiten para algo, él está presente; su verdadero club es el de soccer, donde se ha rumoreado (por los chicos que le tienen envidia (por traer a las chicas a sus pies)) es que el gusta del capitán del equipo, Endou Mamoru.

No pienso que esos rumores sean ciertos, yo creo que él es hombre, heterosexual, nada de homosexual. No suspiro por lamentar el no tener oportunidades, me basta con solo (que cursilería diré) verlo. Él es perfecto, y mi búsqueda me ha dado su paradero: es amable, inteligente, sentimental, no le hace mala cara a nadie, simpático, carismático, ¡más que yo en todos sentidos!, adorable, encantador (…).

Regresando a porque llega tarde siempre, es más que obvio; por Yagami Reina. Una chica mediocre, con dotes de modelo, muy poca cosa para él, y no hablo como si estuviera celoso, no, solo que esa es vulgar, nada se compara con él. Con su cabello azul, tirado a marino, con dos mechones platinos, ojos verde agua, y un cuerpo voluminoso en zonas bajas y altas (busto y glúteos).

Dicen que viven juntos, que están casados (cosa que no creo), que llega tarde porque cada noche tienen relaciones, y despiertan con cruda sexual (cosa que no existe); ella por igual llega tarde, ¡es un año mayor que él! Inconcebible.

Luego de suspirar varias veces al verlo pasar, camine, como costumbre, hasta el campo de rugbi. Si, antes lo practicaba, pero luego de mi rompimiento con Nozomi, lo deje, ya que su mejor amiga Reem, es porrista y practica al lado de nosotros. Y con lo que creo, ya le debió haber comentado sobre todo y ella chismoseando al equipo. Los deje por temor a que se burlaran o se sintieran incomodos con mi presencia. ''Como si fuera el primer chico que está confundido en el mundo''.

Me recargue en el cerco, observándolos con melancolía, amo el rugbi, y solo por una estupidez lo deje. ''Que me importa lo que digan de mi''

Mi vista se perdió de inmediato, al ver la cancha de baloncesto, y a Hiroto entrenando. Se ve muy bien con el uniforme sin mangas, resalta su tono de piel: blanco como la nieve, me recuerda a la primera vez que vi nevar, fue un glorioso y helado día.

Se sentó agotado en la banca, secándose el rostro con una toalla. Esa escena me tentó a acercarme, y así lo hice.

-Hola- musite despacio, no por timidez, pero, no quería asustarlo.

-Que tal- me sonrió con una calidez digna del sol. Me estremecí por completo, pero me controle, y seguí.

-Sé que no hemos hablado nunca, así que me quiero presentar: soy Midorikawa Ryuuji, es un placer conocer a alguien tan perfecto como tú- mi comentario salió solo, y no me arrepentí, note en su expresión que ya estaba fastidiado de que le dijeran que es perfecto, pero fue más sorprendente, que un chico se lo dijera en la cara, y no que murmurara por lo bajo, lo mal que le caía.

-Ah… bueno, no sé qué decir, es… extraño, pero… gracias, supongo- rio nervioso y rasco su nuca, Dios, eso casi me mata, pero soy bueno disimulando mis emociones.

-No hace falta que digas nada- me le acerque, y antes de que pudiera reaccionar, lo bese justo en los labios –Es todo. Espero y volver a hablar contigo- me le separe y me marche del lugar tan tranquilo como cuando llegue, con su rostro y mirada de mera estupefacción sobre mí, saboreando el dulce sabor de sus labios.

Saben a cereza…


Nos Leeremos...