Prólogo

Mayo, 2017

Ubicación Clasificada.

Las ventanas fueron tapiadas, si antes o después de su llegada, Meghan no estaba segura, pues no sintió el interés suficiente para comprobar.

La luz emitida por el tubo led sobre sus cabezas parpadeaba, y dicho objeto se movía en un suave vaivén, esperando a la víctima perfecta.

El lugar estaba frío, y a pesar de la pequeña estufa que Natasha colocó justo junto a Meghan, la vengadora estaba tiritando.

Pietro colocó una manta sobre el sucio suelo, y luego una almohada. Se enderezó y le dio una sonrisa con intenciones reconfortantes, pero no ayudó en nada.

En un milisegundo estaba a su lado. Sus ojos suaves no se desviaron de los de Meghan mientras sus manos encontraron una de las suyas, tomándola con cuidado. La mujer notó que estaban mucho más cálidas que la de ella.

-¿Estás segura de esto?-le preguntó en voz baja, para que solo ella lo escuchara.

Meghan intentó darle un afirmativo, pero descubrió que había perdido la voz, por lo que se limitó a aclararse la garganta y asentir de forma temblorosa.

En ese momento entró Wanda, sus largas botas apenas hacían ruido al caminar y llevaba su su cabello sujeto en una trenza floja para que no se interpusiera en su camino.

-Ya casi estamos listos-anunció la sokoviana, cada palabra delataba su acento, que se estaba perdiendo rápidamente. Era parte del entrenamiento de Natasha.

-Tal vez no es buena idea-dijo Pietro, mirando a su hermana pero sin moverse de su lugar.

Wanda desvió la vista, buscando a Meghan, haciendo la pregunta sin hablar.

-Está bien, fue mi idea y quiero hacerlo-se volvió hacia Pietro y con su mano libre acarició su mejilla. A pesar de su insistencia, se rehusaba a afeitarse, a pesar de que a ella le gustaba bromear sobre que la barba dejaba en aún más evidencia su cabello teñido. Pietro cerró los ojos por un momento, pero enseguida los volvió a abrir-.Necesito hacer esto.

En ese momento, la gran puerta de hierro se abrió, y por ella entraron Natasha, Sam y Steve. El último esperó a que los primeros dos entraron antes de cerrar la puerta y trancarla.

-El perímetro es seguro, pero no podemos quedarnos aquí mucho tiempo-informó la pelirroja a Wanda, deteniéndose a su lado y colocando ambas manos delante suyo-¿Cuánto crees que demorara esto?

Steve se reclinó contra una columna y Sam se acercó a una ventana, donde Redwing patrullaba los terrenos abandonados que rodeaban la vieja fábrica de textil.

Wanda lo consideró por un momento, para luego exhalar con pesadez.

-Es difícil saberlo-comenzó, rodeando la manta que su hermano había colocado en un mente es única, y la de Meghan ha visto más que la mayoría. Todo depende de qué tan fuerte sea su cerebro y cuanto pueda alcanzar.

-¿Cuanto crees poder alcanzar?-preguntó Meghan, cambiando el peso de un pie a otro. Notó que estaba temblando, no de frío, sino de nervios, algo que no sentía desde hacía décadas.

Pietro colocó ambas manos sobre sus hombros, pero eso no le ayudó a calmarse.

Wanda volvió a tomarse un momento antes de responder, Meghan no estaba segura de si intentaba buscar una respuesta tranquilizadora o si de verdad estaba considerando los límites de su poder.

-No estoy segura. Nunca hice esto.

-Eso es alentador-comentó Sam, presionando un botón en su reloj de muñeca, viendo a través de Redwing.

-Imagino que alcanzarás bastante. La memoria no puede ser borrada, solo bloqueada-contribuyó Natasha, lanzando dagas con los ojos a la espalda de Sam por atreverse a asustar a su mejor y única amiga.

-Se supone, pero ustedes me creen invensible-intentó bromear Wanda, quien parecía estar contagiandose de los nervios de Meghan.

-Bueno, no sabremos hasta que lo hagamos, ¿verdad?-habló Meghan, tomando un paso al frente hasta que estuvo sobre la manta. Se recostó sobre ella y acomodó su cabeza sobre la almohada.

Natasha movió la estufa un poco.

-¿Tienes frío? ¿Necesitas una más?-le preguntó, ante lo que la otra vengadora negó.

-No, no, solo quiero empezar. Cuanto antes lo hagamos mejor.

Miró a Pietro una vez más e intentó asegurarle que estaba bien.

-Si sucede algo, las sacaremos a ambas-advirtió Steve, ante lo que la bruja y la agente asintieron.

-Necesito que la sueltes, no quiero mezclar sus recuerdos por accidente-dijo Wanda a su hermano, quien luego de un último apretón soltó la mano de Meghan.

Meghan se acomodó de nuevo sobre la manta, clavando la vista en el alto y oxidado techo, colocando ambas manos sobre su estómago y cerrándolas en puños alrededor de la tela de su camisa a cuadros. Lo pensó un momento y se enderezó con rapidez, quitándose su chaqueta negra, que fue tomada por Natasha.

Wanda se arrodilló al borde de la manta.

-Si llego a sentir que estoy causando el mínimo daño, te voy a sacar de inmediato-le avisó la castaña, ante lo que Meghan hizo un minúsculo sonido para indicar que entendía.

-Nos vemos cuando despiertes, drug-escuchó la voz de Natasha.

Wanda alzó ambas manos, y de estas salió un peculiar humo rojo. Se inclinó sobre la espía y colocó cada mano a cada lado de su sien. Meghan no podía ni quería verlo, pero sentía como el humo rojo se acercaba a su cabeza.

Se le aceleró la respiración, y entonces sintió un dolor punzante a cada lado de la cabeza. Vio que Wanda cerró sus ojos, y ella hizo lo mismo.


Traducción del ruso (asumiendo que el traductor de google y Wordreference no me mintieron):

Drug-Amigo/a.