¤ Claim: Akira/Makino.
¤ Prompt: No me lo esperaba.
¤ Extensión: 527.
¤ Advertencia: Spoiler de algún tomo pasado del 20, no recuerdo cual lol. Y basado en el omake "Luna Creciente" (sino mal recuerdo).
¤ Notas: No parece tener ni pies ni cabeza, quedo raro (como casi todo lo que escribo últimamente *gota*). Hecho para el DTM de Crack&Roll.


Cuando Tsukasa se marchó a Nueva York, sin querer parecer pretenciosa o algo por el estilo, Tsukushi se dedicó a pensar en quienes, probablemente, se dedicarían a consolarla.

No había dudas de que Yuki lo intentaría, no por nada era su mejor amiga y confidente. Ella sabría encontrar las palabras justas y, de seguro, planearía salidas donde pudiera animarse y recordar la tranquila que tenía cuando vivía rodeada solo de gente de clase baja.

Kazuya, lo más probable, exageraría todo, queriendo acaparar su atención a cada segundo, para aprovechar el recuperar por completo a su amiga ahora que el F4 no le presta atención. Aunque, pobre de él, porque era más que obvio que ya se había hecho buena amiga de los otros tres integrantes del grupo y estos no querrían perderla (sobre todo porque era quien lograba calmar a Tsukasa cuando nadie más podía).

Tal vez también Hanazawa Rui intentaría algo, puesto que desde hace tiempo su amistad iba por buen camino. No sería una gran cosa, de eso estaba segura, posiblemente sólo sus platicas en la escalera del servicio y una que otra salida a tomar algo.

Pensó en Tsubaki, y en que posiblemente viajaría desde América con tal de visitarla y prometerle que le daría un escarmiento a ese tonto hermano suyo por dejarla sola.

Pero, de todas las posibilidades, Tsukishi no se imaginó lo que sucedió en realidad. No había pensado nada relacionado con Akira o Sojiro, porque era más que obvio que ese par solo se divertía a costa suya y nada más. Y, entonces ¿por qué había terminado en la casa de Mimasaka?

Akira se había portado muy condescendiente con ella, pero de tal modo que sólo Tsukushi fuera la que viera ese lado maduro de su personalidad. La llamaba de vez en cuando, incluso hasta llegó a invitarla a tomar un café varias veces. Makino se dio cuenta que, en realidad, siempre había tenido una idea errada sobre Akira.

Por eso aceptó la invitación de ir a tomar algo en su casa, sorprendiéndose mucho por el diseño de la misma (y entendiendo mejor el comportamiento de hermano mayor que tenía hacía los otros integrantes del F4).

Tsukishi no pudo evitar reírse al verlo entrar a la sala, pues el chico llevaba consigo un peluche de conejo blanco atado a la cintura.

―No preguntes ―le advirtió, haciéndola reír a un más.

Tal vez fue por eso, por lo relajada que se encontraba, y por la paz que se respiraba en el ambiente. Si, tal vez fue por eso que terminó diciendo aquello de manera inconsciente. Palabras que quedaron grabadas en la mente de ambos y que nunca se atreverían a repetir.

―Si no fuera por Tsukasa, de seguro me hubiera enamorado de ti, Mimasaka.

Palabras dichas con total inocencia, pero que terminaron haciéndole daño a Akira, puesto que aquellos sentimientos que había encerrado en un pequeño baúl volvieron a surgir, llenándolo de una sensación extraña y pensamientos impropios.

Porque estaba (muy) mal que la esperanza de un "quizás... " se instalara en su interior. Y, aún así, no pudo evitarlo.

¿Cómo hacerlo cuando él había pensado lo mismo, hace algún tiempo?


¿Review? :3