DISCLAIMER: Skip Beat! no me pertenece.
Aclaraciones: Semi AU, porque los hermanos Heel existen.
La historia se situa dos años más tarde del tiempo actual en el manga.
Avisos: Aunque he intentado que no haya OoC, los hay. No sabría decir si poco o mucho.
Para mutemuia, tu regalo de cumpleaños. Espero que te guste.
"El tiempo puede curar a corazones heridos, pero también puede cansar a corazones que esperan."
Los primeros rayos de sol se infiltran por la ventanilla. El sujeto que reposa en esa estancia abre los ojos y se despereza.
"Haré que esa zorra se arrepiente de haberse acercado a mi hermano". Las palabras de Setsu resuenan en su cabeza. Ha pasado meses desde que su 'amiga' había dicho eso, pero ahora vuelve con más intensidad que nunca.
Se toma una ducha. Al sentir el agua caliente hacer contacto con su piel siente que se quita un peso de encima y se relaja. Pero el efecto es sólo momentáneo. Se viste y se maquilla. Cuando se mira al espejo no se reconoce. ¿Dónde queda la dulce Kyoko, esa que creía en los cuentos de hada? No lo sabe. Tampoco le importa. Lo único que sabe es que jamás volverá ser igual que antes.
Da un sorbo al café y vuelve a concentrarse en la lectura. Alguien se le acerca. Ella siente su presencia. Sabe quién es.
— Kyoko —susurra él. El causante de sus males, Caín Heel. Intenta ignorarle.
— Kyoko —repite él. Intenta ignorarle de nuevo, pero fracasa. No puede resistirse. Quizás sea por la manera en que pronuncia su nombre.
— Caín —dice ella a modo de saludo.
— No has contestado a mis llamadas. —Su voz tiene un matiz peligroso, desesperado. Le conoce. Está enfadado. Kyoko no dice nada.
*Silencio*
Por fin reúne el valor para mirarle. La mirada de ella revela culpabilidad.
— Setsu... —comienza a decir Kyoko.
— No he venido a hablar sobre ella.
Kyoko niega la cabeza haciéndole entender que no quiere seguir con la conversación. Se levanta y con paso firme decide irse.
Caín la imita y le alcanza. La atrapa con un abrazo. No uno protector ni cariñoso. Es uno posesivo, de la marca Heel. Porque así eran ellos: posesivos.
Intenta librarse del abrazo porque sabe que vendrá a continuación. Y sabe que no podrá resistirse. Pero es tarde. Demasiado tarde. Ella ha caído. Él la ha atrapado en su telaraña de sabanas blancas.
Caín yace dormido a su lado. Sus brazos la aprisionan. No hace ningún esfuerzo para que él lo retire. De hecho, le gusta. Siempre ha sido así. Antes de dormir se asegura que ella no pueda separarse de él, como si tuviera miedo de que se escapara. Cierra los ojos, esperando a que eso le ayude a dormir. No lo consigue. Se queda contemplando el rostro de su novio. Recuerda cómo empezó todo.
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Se encontraba en el parque. Llorando. Semanas antes había acudido allí para refugiarse de ese dolor que su madre le había causado. Tsuruga-san estaba allí. Esa vez no. Lory le había dicho que su senpai se había ido. No por trabajo ni por vacaciones. Que volvería pronto. Pero ella supo que no era cierto; no le vería en mucho tiempo.
Alguien se le había acercado. No se molestó en mirarle. Este le tendió un pañuelo y ella lo aceptó. Para cuando quiso darle las gracias se había esfumado.
Días más tarde, se encontraron. Más bien, Caín le encontró. Ella no sabia quién era aquel que le había dado el pañuelo. Él era un cliente; ella una camarera. Sintió que una mirada se clavaba en ella y no tardó en localizar de quién era. Cuando fue a tomar su pedido tuvo miedo. Caín intimidaba. Solo cuando tuvo el valor de mirarle a los ojos lo comprendió todo.
A partir de ese día Caín frecuentaba al Darumaya. Los primeros días se trataban como cualquier cliente y empleado. Con cortesía. Poco a poco fue convirtiéndose en clases de lengua. Y de clases a paseos nocturnos para hablar de temas 'sin importancia'. Al final, se formó una sólida amistad.
Dejó de pedir consejos a su Moko-san porque acudía a él. Eso desde que supo que era actor. Su actuación en Tragic Marker le había asombrado. Y hizo lo que nunca antes había hecho: afirmar que alguien (Caín) era igual de bueno que Tsuruga-san. Pasaba más tiempo con él que con cualquiera que había conocido. Cuando se dio cuenta de que sus sentimientos por él habían cambiado tuvo miedo. No por que temía que se lo rompiesen de nuevo, sino por no cumplir su objetivo: esperar y confesarse a Tsuruga-san. Sus charlas con él le dieron esperanza y ánimo para hacerlo. Ella le esperó y luchó hasta donde pudo, pero su corazón estaba cansado de esperar y cada día estaba más enamorada de Cain.
Un día, cuando recibió la noticia de que Caín había tenido un accidente en uno de sus rodajes su corazón dio un vuelco. No pudo conciliar sueño durante día y noche. Entonces allí le vio. Sentado en el mismo lugar de siempre, esperando a ser atendido por su camarera. Un impulso le llevó a besarle. No le importó que hubiese gente. Lo único que importaba era que él estaba bien. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo intento separarse de él, temiendo la reacción de este. Pero a él no le importo. De hecho, ya llevaba siglos queriendo probar sus labios. Eso fue el beso que les marcó. Apasionado y demandante.
Ella pidió que su relación no se revelara hasta después de un tiempo, pues temía lo que vendría a continuación. Su relación fue mejor de lo que pensaba. Caín no era romántico, pero sabia qué hacer para complacerla. Cuando Kyoko se sintió preparada se entregó a él. Suponía que ese momento es cuando dejó de lado a su antigua yo.
El presidente Lory los descubrió. Él la ascendió por ello y también organizó una fiesta. Pero ella percibía esa mirada de decepción que ponía cuando estaba de espaldas. Se preguntaba por qué. Ella había conseguido lo que él quería desde hace tiempo. Sus amigas estaban al mismo tiempo felices y enfadadas. Felices por que se había graduado de la sección de Love Me y enfadadas porque no les hubiera dicho nada sobre su relación. Y cuando pensó que no podía ser más feliz, el destino le hizo otro regalo: una nueva amiga.
Le recordaba mucho a Kanae. Se conocieron en el parque, en unas circunstancias parecidas a la suya y a la de Caín. Al principio rehusaba su compañía, pero después se volvieron muy amigas. En su agenda, tenía los miércoles por la tarde reservados para hablar con ella. Solo faltaba que la presentara a Kanae y a Chiori. Su amiga le había revelado que sospechaba que el hombre que amaba estaba viéndose con otra mujer. Que vio una pulsera, pero nunca la recibió. Quién iba a decir días más tarde, sería ella (Kyoko) la dueña de aquel accesorio. Le había descrito cómo era y la que Caín le había regalado encajaba perfectamente con la descripción, pero no advirtió este hecho. Más tarde se arrepintió. Su amiga Setsu era ni más ni menos que la hermana de Caín. La que había jurado atentar contra la vida de la chica que se había atrevido a interponerse entre ella y su hermano. Cuando Caín las presentó, Setsu se sintió traicionada y se lo hizo saber a Kyoko. No le hablaba, dejó de acudir los miércoles por la tarde. Caín le había dicho que ya se le pasaría.
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Ya había transcurrido dos meses y seguían sin ningún progreso. En los últimos días se ha planteado romper con Caín. Pero no puede. Le ama demasiado. Y porque él nunca lo permitiría.
El león se ha despertado y la mira. La mira de una forma que debería ser ilegal. Que clama 'eres mía'. Vuelve a tomar posesión de su cuerpo y lo cubre de besos. Cuando se siente satisfecho aparta sus brazos de ella y coge algo en el cajón del armario que está a su lado. Le muestra una caja pequeña y lo abre. ¡Un anillo!
Se queda contemplándolo por un instante. Le sonríe y con un beso dice que sí a la propuesta no formulada de Caín. Muy astuto, Heel
Ahora todo es más fácil.
El presidente de LME le ha dicho que no viniese a LME, que le da el dia libre (aunque lo primero sonaba más a una súplica). Pero no puede esperar a dar la noticia a sus amigas que se casa. Se habían enfadado bastante por mantener su relación con Caín en secreto. Espera compensarlas con esto. Pica a la puerta y después de diez minutos sin resultado decide irse. No sin antes pasar a saludar su jefe.
Cuando llega allí su sorpresa es tan grande que no hay palabras para describirlo. ¡Tsuruga-san está enfrente de ella! Él también está sorprendido.
Lory está al borde de la desesperación. No tenían que haberse visto. Al menos, todavía no.
N/A: Gracias por leer.
Sé que no estáis acostumbrados a este pairing; es una combinación algo peculiar. Pero quería probar algo nuevo.
El final no está bien... lo sé. Habría sido más fácil terminarlo en la parte donde Caín se le propone, pero no me perdonaría si Ren no hacía una aparición de verdad. ¿Debería borrar la última parte y así todos felices?
mutemuia: Perdón por este tardío regalo. Espero que te haya gustado. Tengo guardada alguna más, pero tú decides si esta locura continua o me lo guardo.
6/10/2015 - Gladys Ashenbert
