Hello~

Bueno, aquí estamos con la continuación de "Atrapados en the Old Haunt". Quería hacerla en la misma historia, pero veía que no tenía mucho sentido así que preferí acomodarla como una historia nueva, aun así sigue siendo una continuación de la misma.

Pido disculpas por la tardanza, era ayer la subida, pero volver a los estudios y trabajo quita demasiado tiempo y ganas. Sin más que decir los dejo leer tranquilos.


-entonces ¿Te veo más tarde? Estaremos solos

Ante el asentimiento de Kate, Rick sonrió y se marchó del lugar sin poder dejar de mostrar su felicidad. Muchos debieron atribuir esa alegría al cierre del caso, como siempre, pero la detective sabía que eso no estaba ni cerca de la verdad. Aquel sentimiento que profesaba el escritor tenía que ver exclusivamente con ella, quien por lo demás, se sentía de la misma manera sin poder retenerlo demasiado ¿Cómo hacerlo? Nunca la había pasado tan bien en su vida con una pareja, mucho menos con alguien como Richard Castle.

Negando con la cabeza, se mordió el labio inferior y vio por última vez al ascensor donde las puertas comenzaban a cerrarse, aun así logró observar a su pareja guiñándole con un ojo justo antes de desaparecer. El muy infantil no podía retenerse ni un poco en la estación de policía.

Volviendo a la realidad, Kate miró su computadora unos segundos y se puso de llenó en el trabajo intentando que los recuerdos de su viaje a Europa con el escritor no la desconcentraran, pero era imposible.

París había sido maravilloso, no solo porque presentaba una gran atracción turística, sino porque pudo actuar tan libremente con su pareja que ni siquiera Rusia había sido tan divertido. Lo mejor de todo eso, fue que el viaje represento un pequeño preámbulo a lo que se le venía diariamente en sus días.

Cualquiera creería que el romance y la pasión morirían luego de un viaje a París, era normal controlarse ¿No? Pues la verdad es que eso no pasó con ellos.

Como si fueran amantes necesitando recuperar todo el tiempo perdido, ambos encontraron la forma de poder juntarse en algún departamento y soltar toda la pasión siempre que podían. No importaba si estaban demasiado cansados o no, el primer mes lo dieron para conocerse por completo de manera física, pero eso no requería dejar de lado el romanticismo meloso. Los dos pudieron congeniar bien todos los aspectos de su vida de tal manera que la detective creía estar viviendo en el mismo paraíso.

De todos modos, eso seguía sin ser lo mejor, porque lo que era la verdadera perfección fueron los intercambios de opiniones en el caso. Ese momento en el que se conectaban a tal punto de que todo el resto dejaba de importar, pero que también los dejaba con las ganas de irse a un rincón solo para besarse.

El momento era demasiado excitante como para no desear poder arrancarle la ropa a ese escritor presumido.

Un tanto azorada por sus pensamientos, Kate terminó de tipiar en su computador lo último de su informe y sonrió con satisfacción. Eran recién las ocho de la noche así que aún tenía tiempo para irse a dar una ducha rápida a su casa. Lo que menos deseaba era llegar con todo el peso del trabajo acumulado en sus hombros. Además, como si fuera poco, necesitaba un cambio de ropa si no quería levantar sospecha el día de mañana en su trabajo.

Sabiendo que no tenía por qué seguir ahí y que deseaba fervientemente llegar a acurrucarse a la cama con Castle, Beckett se levantó y se puso el abrigo con tranquilidad. Justo en ese momento su capitán asomó la cabeza por la puerta con el semblante un poco rígido, no sabía que pasaba, pero aun así asintió cuando este le pidió que pasara por su despacho antes de marcharse. Si la llamaba debía ser importante, solo esperaba que no durara mucho.

Entrando a la oficina vio como el semblante de su capitán cambió radicalmente. Él siempre tenía una expresión para los oficiales recién llegados y otra muy distinta con sus detectives favoritos, un ejemplo de ellos era la mujer que tenía al frente. Roy siempre la trataba como una hija y por lo mismo no dudaba en dedicarle una sonrisa amable junto a un trago de su mejor Whisky mientras le daba la noticia. Ya sea buena o mala.

Algo nerviosa, soltó un suspiro y agradeció en silencio cuando este le ofreció el vaso como de costumbre, pero no pudo beber de él. Últimamente le estaba desagradando la sola idea de tomar un poco de ese refinado Whisky, no porque alguna vez tuvo un percance con el alcohol, sino porque simplemente su cuerpo se había despertado con las ganas de rechazarlo.

Encogiéndose de hombros, lo volvió a dejar en la mesa bajo la atenta mirada de Montgomery. Este no hizo mayor comentario sobre ese suceso, siempre había una primera vez para que la grandiosa Katherine Beckett te rechace un trago tan caro como ese.

Pasando a lo importante, Roy comenzó a hablarle sobre unos casos que pudieron ser tratados a la mañana siguiente, aun así ella intentó mantenerse atenta y dispuesta para el capitán lo mejor posible. Lo que menos deseaba era faltarle el respeto a uno de los seres que más admiraba en la vida. La mayoría de sus logros se dieron porque él deposito completa confianza tanto en su instinto como en su entrenamiento.

-¿Te has sentido bien últimamente Kate? – Sin preocupación bebió un poco más de su propio trago antes de hacer ese típico gesto donde disfrutaba como el líquido quemaba su interior

-si capi…

-Roy, a estas horas ya no soy tu capitán – Sonriendo ampliamente, vio como ella asentía con la cabeza – las cosas con Castle ¿Van bien? – Riendo se suave por la expresión de su mejor detective, negó con la cabeza – no tienes por qué inventar una escusa

-¿Desde cuándo lo supo?

-supongo que solo era cuestión de tiempo, pero si quieres una fecha… desde que Josh dejó de frecuentarte abruptamente lo supuse

-yo… todo va bien – Sonriendo como quien no quiere, sintió levemente sus mejillas arder. Odiaba ser sentimental, pero su vida en ese punto era un sueño. Mucho más de lo que se esperaba

-y lo mejor de todo es que siguen comportándose en el trabajo

-¿Esto era un interrogatorio para saber si seguiré siendo profesional? – Alzando una ceja, negó con la cabeza- sabes de sobra Roy, que puedo hacerlo

-de eso no tengo duda, sé que lo harás, pero no se Castle… él es hmm ¿Demasiado impulsivo?

-eso es poco – Riéndose junto al mayor, le miró con verdadera honestidad en sus ojos – trabajaremos bien, él sabe las reglas del juego

-vale, porque esas miraditas que se lanzan luego de intercambiar conjeturas me ponen nervioso y a los chicos igual – Encogiéndose de hombros ante los ojos sorprendidos de Kate, tomó lo último de su vaso – tenemos miedo cuando desaparecen, no queremos que nadie entre al baño o a la sala de descanso para no encontrarnos con una escena

-¡Roy!

-como amigo te apoyaría Kate, pero como tu capitán… no puedo hacer nada por ti y no quiero despedirte

Riéndose con más ganas por los nervios de su detective, el capitán dejó ir a la mujer luego de pedirle que siguiera manteniendo a raya su relación. A pesar de todo el apoyo, no quería tener problemas con los de arriba. Esos tipos siempre buscaban una manera para cortar las alas a sus mejores detectives, incluso arruinaban sus vidas y no quería que le pasara eso a Kate.

Más tranquila y con el mismo deseo de llegar a dormir a la casa de Rick, salió del precinto agradeciendo que el tráfico le permitiera andar con rapidez.

El momento en que llegó a su hogar pudo soltar el bostezo retenido, fue en ese momento en el que se preguntó si realmente deseaba ir a verlo, pero pronto desecho la duda. Las veces que se juntaban para tener su momento de intimidad no eran tantas como las de una relación completamente asumida así que debía hacer el esfuerzo. Después de todo solo eran quince minutos en auto.

Haciéndose de los ánimos necesarios, Kate fue hasta el baño y se dio una ducha tranquila sintiendo que su cuerpo cada vez se ponía más débil. No entendía porque estaba tan cansada esos últimos días, pero lo peor de todo es que en ese momento no se creía capaz de conducir completamente consiente hasta el hogar de Rick ¿Y si le pedía que se viniera a su departamento? No era la idea, pero la otra opción era cancelar todo y realmente no quería llegar a esos extremos. Castle se quejaría.

Mordiéndose el labio inferior, salió de la ducha, se envolvió una toalla alrededor del cuerpo y se quedó observando unos instantes en el espejo. Tal vez todo ese agotamiento era únicamente porque Rick llenaba sus días aburridos con diferentes proyectos en lo posible. Ya no era solamente pasar el tiempo tranquilo en casa sin hacer mucho, sino que ahora él le invadía su hogar para cocinar, ver películas, jugar o tener sexo.

Tampoco era algo de lo que se quejara realmente.

Sonriéndose por todos los recuerdos, salió del baño mientras negaba con la cabeza. Ese hombre no tenía remedio y de seguro se iba a quejar por no pasar su noche juntos, pero tenía que cancelar. No hallaba los ánimos para dejar su cuarto luego de observar esa tentadora y hermosa cama perfectamente ordenada.

Colocándose el pijama con desgano, Kate tomó su celular y puso el marcador rápido para llamar a Castle. El momento en que este le contestó, ya estaba recostada en la cama buscando la mejor posición para dormir en cuanto cortara.

-supongo que si llamas es porque no vienes – Su voz sonaba algo decepcionada, pero no era su culpa - ¿Muy cansada?

-si manejo de seguro chocare y me echaran la culpa a mí– Dijo divertida volviendo a moverse antes de tapar sus ojos con su antebrazo - ¿Arruine algún plan?

-solo un espléndido masaje que hubiera terminado en algo muy divertido para ambos o… en que tu durmieras como un bebe mientras yo me debato entre lo aceptable y no

-pervertido

-¿Quieres que valla para allá? Puedo dormir en el sofá y luego prepararte el desayuno, sabes que soy bueno en eso

-no gracias, las últimas dos veces que preparaste el desayuno me hiciste tener nauseas todo el día – Riéndose por las quejas de él, se colocó de lado – no quiero volver a reprimir las ganas de vomitar en la cara de un sospecho

-tengo dos defensas… la primera es que tus ingredientes siempre están vencidos –Ante la queja de ella, carraspeó fuerte para que se callara – en segunda ese tipo tenía un olor asqueroso, hasta a mí me dieron ganas de vomitar en su cara

-Rick, tu comes helado de papas fritas, no me salgas con que mis reservas están malas… lo segundo te lo concedo

- si lo probaras sabrías que te gustaría, pero más importante que eso… hoy me quedo solo – Haciendo un sonido de perrito abandonado, aceptó su derrota en cuanto ella solo se dignó a reír – espero me llames mañana para un caso o realmente me sentiré traicionado

-claro, prefiero que trabajes conmigo a que andes de vago en tu casa y con pijama

Despidiéndose, Kate cortó la llamada. Realmente le hubiera gustado que el hombre viniera a verle, pero, con el estómago descompuesto por las últimas dos comidas, lo que menos quería era enfermarse aún más. Tendrían que saber esperar hasta que ella pudiera recuperarse perfectamente. Tampoco era una enfermedad de largo plazo.

Al día siguiente no hubo mucho cambio la verdad. Tuvo su entrenamiento matutino como de costumbre, desayunó algo demasiado ligero y esperó a que la llamaran para un caso. Uno simple que verdaderamente no hacía necesaria la presencia de Castle, mas su promesa le obligó a ofrecerle asistir.

Obviamente él aceptó encantando y en no menos de cinco minutos el escritor ya se encontraba husmeando en la escena para dar sus consejos como todo creído. Cosa que a Beckett solía ver con verdadero placer. Esa faceta de niño sabiondo le encantaba.

El resto del día se la pasaron haciendo conjeturas e interrogando sospechosos, pero la verdad no podían avanzar demasiado cuando aún faltaba que las pruebas del forense llegaran a sus manos. Por lo mismo Javier y Ryan fueron los primeros en escapar para tener su tarde de juegos. Por su parte, Rick la acompañó tranquilamente para ver si encontraban algo más, aun así no encontraron nada.

Sin nada más que hacer, cuando dieron las siete de la tarde, el hombre se marchó con una disculpa, pero ¿Tenía que hacerlo? Claro que no, él debía que llegar y pasar tiempo con su hija cosa que Kate entendía más que nada. No solo porque lo encontraba encantador, sino porque ante todo, para Richard siempre estaría su pequeña primero.

Sonriendo, ella se volvió a quedar sola. Pero esta vez no pudo terminar su trabajo como la noche anterior, porque tan pronto como tomó una carpeta Lanie apareció por el ascensor y la llaóo con urgencia.

-junta, con urgencia en mi casa… ahora

Sin más la mujer desapareció en el mismo transporte haciendo que Kate quedara únicamente con la boca abierta ¿Había escuchado bien? ¿Junta? Para que la morena llamara con tanta urgencia a una reunión era que pasaba algo malo.

Sin pensarlo más, guardó todas las cosas en el lugar correspondiente y se fue hasta el ascensor para ir a su auto. Ahí mismo era donde la forense la estaba esperando, mas no hizo ningún comentario. Solo se subió al vehículo y nerviosamente esperó que la detective condujera hasta su casa para poder hablar.

Respetándole el silencio, Beckett intentó acelerar el viaje lo mejor que pudo, aun así no pudo evitar que los veinte minutos fueran tan incomodos para ambas. Solo por el hecho de que hace mucho tiempo ningún viaje entre ellas fue tan silencioso.

Al llegar hasta la casa de Lanie, esta entró con rapidez para servir dos copas de vino. Obviamente Kate se sorprendió por su forma de actuar, pero no hizo comentario, solo pasó a servir unas cuantas cosas para picar y se fue a sentar al sillón esperando escuchar el problema.

Todo esto tenía que ver con Javier, no había forma de que Parísh estuviera así si no era por el hispano rompecorazones que pertenecía a su equipo.

-él es un imbécil – Frunciendo aún más el ceño, Lanie dio un largo trago a su copa – es el peor bastardo del mundo y me las va a pagar

-ahora que hizo Espo – Rodando los ojos, Kate le dio un trago más mesurado a su copa para luego comer un poco de papas - ¿Esta con otra mujer?

-algo similar – Bufando con molestia, negó con la cabeza – me ha dicho que no quiere que nos sigamos viendo por un tiempo

-¿Por qué? –extrañada por la petición, Kate no dejó de ver como esta bebía cada vez que podía

-porque desea probar otros horizontes – Ante la ceja alzada de Kate, volvió a beber – no fue con esas palabras, pero da la casualidad que justo llegó Tori, esa niñita computadora ¿Lo puedes creer? ¡Con suerte está cumpliendo los 18!

-dudo que sean 18 – Riéndose por la mirada de su amiga, negó con la cabeza – así que se acabó la exclusividad

-él quería que nos mantuviéramos en contacto, pero sin exclusividad ni relación así que me negué… yo me hago valer amiga – En su parada de mujer dolida y despechada negó con la cabeza –se va a arrepentir, esa mocosa no haría ni la cuarta parte que yo le hice

-y te creo… de seguro como forense tienes mucha imaginación

-pero no más elasticidad que tu – Riendo desganada, soltó un suspiro - no puedo creer que siga siendo un idiota como ir tras de una mocosa cuando me tiene exclusivamente

-ni yo, pero debes admitir que exclusividad sin relación es extraño… da paso a esto – Teniendo la aceptación de la morena, se encogió de hombros – ya solucionaran esto

-¿Y tú? ¿Qué pasa con Rick? – Viendo la sonrisa de Kate, no pudo evitar soltar un gemido de emoción – que envidia Kate, todo es hermoso en tu vida

-sí, pero últimamente no mucho – Ante la ceja alzada de Lanie, se encogió de hombros mientras miraba al techo – me he sentido enferma así que no hemos podido hacer muchas cosas

-pero que te cuide, es su deber

-y lo hace con ganas, pero sabes lo pesada que soy… si estoy enferma prefiero curarme sola y ya luego hacemos cosas mejores

-pero mira que suelta me has salido – Riéndose, alzó una ceja en cuanto se fijó que Kate se devoraba las cosas saladas - ¿Tenías hambre? Te puedes traer el paquete completo si quieres

-mierda – Sorprendida, se metió la última papa a la boca y se la tapó con la misma boca mientras observaba a Lanie – lo siento, creo que por el desayuno dulce de Rick ahora quiero solo cosas saladas

-bueno, pídeselo a tu hombre, aprovéchalo antes de que te deje – Sirviéndose más vino, le rellenó el vaso a Kate

-no seas pesada, sabes que Javi está en un proceso, ya volverá a tus brazos

-si claro, pero no se lo dejare… le voy a dar un escarmiento – Ante la curiosidad de su amiga, alzó la copa únicamente para chocarla con la ajena – tengo un haz bajo la manga – Bebiendo un largo trago al igual que la detective, mostró su amplia sonrisa – voy a tener una cita con alguien de vicios

-oh dios… esto me huele a problemas

-tu solo apóyame

Riéndose, Kate escuchó todo el plan de su amiga en silencio. En ocasiones negaba con la cabeza queriendo decirle que era el acto más estúpido de despecho, pero era Lanie y ella no aceptaba quejas en sus planes. Lo iba a hacer con o sin consentimiento de su mejor amiga ¿Qué le afectaba salir con otro tipo mientras Javier jugaba con una mocosa? Pues no mucho según ella porque Beckett tenía claro que ese era un juego peligroso

Pasando la noche en la casa de su amiga, pudo tomar y comer tanto como quiso, de hecho ni siquiera se reprimió en ir a buscar el paquete de papas fritas, pero lamentablemente a la mañana siguiente se tuvo que arrepentir.

Sin contenerse, Kate había corrido hasta el baño muy temprano en la mañana para vomitar gran parte de lo que comió. No solo lo de la noche, sino que algo más que quedaba en su estómago haciendo que maldijera otra vez los desayunos de Castle. El hombre no era mal cocinero, pero de seguro debió haber ocupado algo demasiado podrido para que ahora estuviera con problemas en el estómago ¿Cómo no se dio cuenta? ¿Por qué él no se enfermó? No tenía respuesta para la primera pregunta, pero si para la segunda. Rick podía comer de todo, hasta sus inventos más extraños, y no sentirse ni remotamente mal. Era como un hoyo negro para las comidas.

Habiendo botado todo lo que pudo en la taza del baño, Kate se apoyó en el lavamanos para levantarse y lavarse la boca con agua. Se sentía demasiado asqueada de su reciente acción, aun así no pensó demasiado en ello para no seguir vomitando.

Alzando la vista, vio cómo su amiga le miraba con un gesto preocupado por todo el ajetreo de la mañana y aunque quiso disculparse esta no se lo permitió. Solo le pidió que se lavara bien la cara y que ocupara su cepillo de dientes nuevo mientras hacía el desayuno. Ya luego hablarían mejor de lo que estaba pasando.

Una vez lista, salió del baño acariciándose el estómago con desagrado. Odiaba sentirse así, pero más odiaba saber que tenía que ir al médico para que le diera medicamentos ¿Por qué no podía curarse en dos días? Joder que nunca una enfermedad le duro tanto. De hecho nunca nada le afectaba como para sentirse tan desganada, pero ahora solo quería dormir y olvidarse del trabajo de una vez por todas. Qué bonito seria que ese día se lo dieran libre tanto de los vómitos como del trabajo.

-cuidado amiga, no vaya ser que estas embarazada

Aquella frase sumada a una risa liberal por parte de su amiga hizo que se le pusieran los pelos de punta ¿Y si era así? ¿Si estaba embarazada? Eso era imposible porque tenía una carrera que mantener, asesinos que atrapar, lugares que recorrer. Lamentablemente ninguna de esas cosas detenía por completo el embarazo.

Negando con la cabeza se rió y le dijo que dejara de hablar tonterías, ella nunca podría estar embarazada ¿Cómo estarlo? Solo habían sido dos veces con Castle sin protección y ella se mantenía regularmente tomando las pastillas ¿Cómo tener tanta mala suerte? No, eso era estúpido. Solo era una enfermedad al estómago y ya.

Un poco más nerviosa, comió el desayuno con su amiga haciendo comentario sobre cualquier cosa menos sobre su enfermedad. Al parecer ella también había captado el nerviosismo de Kate, ya que intentó por todos los medios desconcentrarla, pero eso era imposible. Beckett ya tenía la preocupación metida en su mente.

Al terminar Lanie le dijo que esperara en el sillón y se fue aludiendo que tenía que comprar algo en la farmacia.

En realidad la detective tenía claro que esa cosa que compraría sería una prueba de embarazo, pero no dijo nada. No quería estar embarazada y sabía perfectamente que dentro de los planes de Castle tampoco lo estaría ¿Cómo lo estarían? ¡Maldición! Ambos estaban en el apogeo de su carrera – Rick más que ella – y un bebe solo sería un obstáculo en sus vidas. Por mucho que esa noche hayan dicho que lo aceptaban, hoy era un tema totalmente diferente.

Recordando nuevamente la escena donde ella lo había detenido con la protección, se abrazó el estómago y gruñó con frustración ¿Por qué dejó que la excitación y el placer ganaran poder en su cabeza? Diablos que desde la muerte de su madre había decidido ser centrada con sus decisiones. Incluso se había obligado a dejar de creer en el amor para que nadie interfiriera en su trabajo o en su vida.

Mordiéndose el labio inferior, supo que no podría seguir en ese lugar mucho más tiempo. Entendía que Lanie quisiera ayudarla en todo el proceso, pero necesitaba hacerlo sola o de seguro se le saldría el corazón. Ya luego la llamaría para disculparse.

Saliendo del departamento, vio en el piso una bolsa con dos pruebas y una nota en ella. típico de Lanie.

Kate, no creas que es fácil dejarte, pero sé que quieres huir y como sigues aquí el shock debió ser muy fuerte. Amiga tomate el día que yo le avisare a tu capitán sobre tu "enfermedad" y distraeré a los chicos. Si quieres que le diga algo a Castle mándame un mensaje.

Pd: por favor, avísame aunque sea que estas bien. Te quiero y tienes que saber que independiente de, cuentas conmigo.

Sonriendo, negó con la cabeza antes de mirar a todos lados y salir del lugar con la frente en alto. Lo menos que quería era preocupara a una persona que no conocía o que, si alguien conocido la encontraba, le hiciera preguntas desagradables que ni ella misma podría responder.

El camino en auto fue mucho más rápido de lo que se imaginó, tanto que ni tuvo tiempo para pensar en lo que haría si salía positivo, pero eso no duro en el interior de su hogar. Ahí se dio cuenta que el silencio y la soledad le permitió a su mente pensar en miles de posibilidades para su futuro. Mucho más de las que tuvo en el departamento de su mejor amiga y que ella misma hubiera deseado.

Tragando con fuerza, consideró en llamar a Lanie y pedirle que se viniera dejando el trabajo de lado, pero su mano no tuvo la fuerza suficiente de levantar el aparato. Estaba sola en esto por decisión propia.

Soltando el aire retenido en sus pulmones, apretó con más fuerza la bolsa en su mano y fue directamente al baño con la intención de hacerse esa prueba ¿Era increíble no? Aun recordaba cuando, hace años, conversaba con su madre sobre este asunto. Meses antes de que esta muriera en aquel trágico incidente.

Ella le había comentado que la sensación de tener un hijo fue estupenda. No solo porque ya estaba casada con el amor de su vida, sino porque realmente deseaba tener un hijo propio y en cuanto se enteró de que este resulto ser una chica su dicha fue mucho más. Definitivamente ella había nacido para ser madre y una abogada excelente.

¿Cómo ella podría tener un bebe? Joder que ni siquiera se alegraba del todo de aquella sensación ¡Tenía pánico! Beckett no estaba preparada para tener un bebe, entonces ¿Por qué la hacían pasar por esto? Ya empezaba a creer que el destino le tenía cierta manía a su persona y por ende le gustaba verla en problemas. Valla vida que llevaba.

Inspirando hondo, Kate llenó de aire sus pulmones antes de ver la prueba que ya mostraba su resultado con orgullo. Solo con verlo todo el aire acumulado se le fue nuevamente, incluso podía afirmar que el alma se le escapó del cuerpo por breves segundos.

Negando con la cabeza, botó el diminuto objeto al suelo y se abrazó a si misma sin saber qué hacer. Era en estos momentos en los que necesitaba más a su madre, su padre podría servir como ser racional, pero ¿Qué sabría él? Es decir, Jim aprobaba el hecho de que se casara con su trabajo, pero ¿Un bebe? ¿Qué venia después? ¿Matrimonio? de seguro se caería de espaldas al saber que eso le pasó a su hija. A esa chica que siempre dijo que primero estaban sus metas y luego formar una familia porque tenía tiempo de sobra.

Escuchando su celular sonar, respiró hondo y se dijo que si era necesario iría a trabajar como si nada pasara. Ya tendría tiempo para ordenarse y ver cómo proceder

-Beckett – Con voz dura, se quitó el mechón que estorbaba en su cara mientras mantenía sus ojos cerrados, su cabeza no era la mejor para un caso

-ahora si me estoy preocupando – La voz de Richard sonaba evidentemente preocupada - ¿Pasó algo malo? Roy me dijo que te tomaste el día y nadie sabe de ti

-si… estoy bien – Escuchando como Rick se quejaba, soltó un suspiro – estoy bien, te lo prometo

-Kate puedo estar haya en quince minutos, lo sabes

-¿No me dejaras tranquila cierto? – En cierto sentido necesitaba abrazarse a Castle, sentía que podría conseguir fuerzas de solo tocarlo un poco aunque este no quisiera

-soy escritor, está en mi naturaleza – Hizo un sonido como si estuviera sonriendo, aun así soltó un suspiro - ¿Puedo ir a verte? Íbamos bien…

-en tu bar, llega en treinta minutos y baja a la bodega, yo llegare pronto

-¿Debo preocuparme?

-no lo sé

Colgando el teléfono sin siquiera despedirse, respiró hondo y se dijo que debía ser fuerte. De seguro Castle tendría una reacción más eufórica, para bien o para mal, él se expresaría por los dos así que solo debía mantenerse tranquila.

Viéndose en el espejo del baño, sonrió ante lo pésimo que se veía, pero no tenía ganas ni de bañarse, por lo que solo se quitó el maquillaje de la cara y se delineó un poco los ojos. Así al menos se veía aceptable.

Ya lista, se cambió de ropa con lentitud e hizo el tiempo necesario pensando en cómo darle la noticia ¿Por qué se le hacía tan difícil? ¡Joder! Porque era la primera vez que pasaba por esto. Rick gozaba de experiencia en esto, pero ella no.

Yendo hasta el bar, Kate se mantuvo nerviosa en todo el camino. Su cabeza comenzó a hacerse más preguntas de las que podía resolver si quiera en una hora.

Al estacionar, vio el auto de su pareja ya aparcado y respiró hondo. Las cosas serían sumamente difíciles a partir de ahora, pero esperaba poder hacerlo la mitad de bien que lo hizo su madre. Solo así podría asegurarse de no dar marcha atrás con aquel suceso en su vida.

Entrando al bar, vio al cantinero que los libero en aquella ocasión y le sonrió con algo de miedo. El chico al instante le dijo que Rick la estaba esperando abajo, pero que no se debía preocupar porque no tenía cara de problemas. Eso era irónico porque quien tenía los traía era precisamente ella y no el hombre.

Haciéndose de las fuerzas necesarias, Kate bajó las escaleras y pasó por la puerta que tanto emociono a Rick en el caso que tuvieron.

Asomando su cabeza en la bodega, sonrió en cuanto lo vio tan concentrado revisando las reservas de whisky que tenía. Era un hombre despreocupado en todo sentido, de hecho el sentido de supervivencia en él era bastante pobre por culpa de su tan alta curiosidad, pero aun así se preocupaba de otras cosas. Claro ejemplo de ello era mantener vivo uno de los lugares que le dio la fuerza para impulsarse.

Él valoraba la historia.

-llegaste – Sonriéndole como un niño, se acercó para poder besarle en los labios – podía ir a tu casa, no te ves demasiado bien.

-es mejor aquí… creo que la culpa fue de este lugar – Dijo con una media sonrisa antes de ver la cara asustada de Rick

-¿Cortaras conmigo? – Soltándola, se fue hasta la caja donde una vez estuvieron sentados e hicieron el amor. Ya había comprado la mesa y sillas, pero parecía no querer hacer mención de ellas - ¿Josh volvió?

-¿Qué tiene que ver Josh en esto? y no pretendo cortar… bueno, no si tu no quieres – Jugando con sus dedos, se sintió una tonta. Parecía más una mocosa apunto de mencionar una mala calificación que otra cosa –Rick… no es fácil para mi decirte esto, pero…

-Kate me estas asustando. No me salgas con que tienes una enfermedad terminal o algo irremediable que yo…

-estoy embarazada

-¿Qué?

Mirándolo tal como si hubiera cometido un acto de estupidez y ahora quisiera remediarlo, asintió con la cabeza. Sabía que no tenía que repetírselo, Richard había escuchado bastante bien, sino, ahora no le estaría mirando con los ojos bien abiertos mientras la cara se le iba desfigurando poco a poco. Kate estaba segura que recién ahora estaba comprendiendo el significado de esas dos palabras.

Lo único que esperaba de todo esto era que madre estuviera en algún lado apoyándola para hacer las cosas bien porque si perdía a Rick, como ahora suponía que lo estaba haciendo, estaba muerta. Ella no había nacido para ser madre, pero aquello no fue impedimento para que el destino le dijera que lo iba a ser dentro de unos cuantos meses.

-¿Estas embarazada?


Hasta aquí llegamos~

Espero de todo corazón que les haya gustado el capítulo o, en su defecto, que les guste en un futuro. Aun no tengo claro cuantos capítulos serán, así que solo les puedo prometer que nos veremos en otro capitulo de momento.

No tengo mucho que agregar, solo que intentare hacerlo semanalmente y que espero sus comentarios.

Se me cuidan, un beso y un abrazo

Atte

Zack Engel~