Disclaimer: No tengo ese encantador acento inglés ni soy multimillonario. Por lo tanto, no soy J.K. Rowling y nada de lo que reconozcan en esta historia (personajes, lugares) me pertenece. Sí lo hacen la trama y la alocada idea de escribir algo de estas características...
Summary: Todo el mundo se merece una segunda oportunidad, incluso si es en otra vida. Lily Luna Potter conoce a un chico solitario, de largo cabello negro y nariz aguileña. ¿Acaso puede ser…?
Nota de autor y advertencias: Bienvenidos a uno de mis nuevos delirios. Sólo quería advertirles (para que luego nadie se sienta traicionado), que Severus Snape (a pesar de ser mencionado como personaje de este fic en la descripción del mismo), no aparece, al menos, en carne. Si aún así la historia les da curiosidad, pues adelante, y luego me cuentan qué les ha parecido ^^
1
Yo te conozco
—Solamente digo que tal vez exista una mínima posibilidad de que acabes en Hufflepuff…
Lily rodó los ojos y no le hizo caso a su hermano. James podía tener casi dieciséis años, pero disfrutaba de picar a las personas aun con las cosas más mínimas, cómo si todavía fuese un crío. Que lo era, vale, pero uno supone que estar a punto de ingresar a quinto año en Hogwarts conlleva cierto grado de madurez implícito. Pues bien, evidentemente, aquel no era el caso de su hermano.
—Imagínate que decepción será para papá y mamá —continuó James— enterarse que su pequeña Lily tampoco fue seleccionada en Gryffindor. Albus ya no será la oveja negra de la familia, eso sí, pero…
—¡Oye!
Albus, que estaba por comenzar tercero, le propinó a su hermano mayor un codazo. Él también había tenido que soportar los molestos comentarios de James dos años atrás. Su hermano le había augurado que el Sombrero Seleccionador lo enviaría a Slytherin, algo que había terminado por ocurrir, para sorpresa de todo el mundo. Aquello había tenido como consecuencia que James eligiera "Adivinación" como una de las materias optativas aquel año, para ver si así su "ojo interior" se ampliaba y le permitía hacer predicciones un poco más… útiles.
La menor de los Potter ignoró a sus hermanos, que de repente habían comenzado a discutir. Para variar. Eran discusiones tontas, no ese tipo de peleas fuertes que a veces puede distanciar a dos hermanos. Pero aún así, Lily no tenía ganas de escucharlos. Estaba demasiado nerviosa por el acontecimiento que tendría lugar en cuestión de horas, cuando finalmente el Expreso de Hogwarts arribara al colegio. No le tenía miedo a la ceremonia de selección, estaba prácticamente segura de que acabaría en Gryffindor (aunque tampoco le molestaría que el Sombrero la enviara a cualquier otra casa), sino que se encontraba ansiosa, expectante. Y aquellas sensaciones le ponían los nervios de punta.
—¡Hugo! —exclamó Lily cuando, tras abrir la puerta de uno de los compartimientos, se topó con la pelirroja cabellera de su primo más querido—. Al fin te encuentro, ¿dónde te habías metido?
Hugo Weasley estaba sentado sobre sus piernas, comiendo algunas ranas de chocolate. Él también comenzaría su primer curso en Hogwarts aquel año y, al igual que el resto de los Weasley, acabaría siendo seleccionado en Gryffindor. Eso seguro.
—Tú fuiste la que se quedó rezagada —le dijo Hugo, que ni siquiera se dignó a mirarla.
Estaba demasiado ocupado desenvolviendo una nueva rana de chocolate. A menudo, su tía Hermione decía que Hugo había heredado el apetito monstruoso de su padre.
—Sí, ya sé, ¡pero es que James se ha puesto tan pesado!
—Oye, yo te conozco —la interrumpió entonces una voz que sonó algo apagada en medio del murmullo general del tren.
Lily pestañeó, confundida, y entonces observó que había alguien más en aquel compartimiento aparte de ella y Hugo. Era un chico de lacio cabello negro que le llegaba a la altura de los hombros y que lucía un poco descuidado. Sus ojos eran tan negros como su cabello, poseedores de una mirada profunda, y tenía una nariz puntiaguda, semejante al pico de un águila. Lily sintió la tentación de reírse, porque la ropa que llevaba puesta aquel niño resultaba demasiado grande y anticuada para él, pero no le pareció que aquello fuera correcto.
—Oh, disculpa, no te había visto —se excusó—. ¡Hugo! ¿Qué modales son los tuyos que no me has presentado a tu amigo?
Hugo, que intentaba masticar tres ranas de chocolate al mismo tiempo, se encogió de hombros y masculló algo que sonó a "Ese rarito no es mi amigo". Lily, ofendida, frunció el ceño y cruzó los brazos, como hacía su prima Rose cuando quería meterle miedo a su hermano menor. Pero Hugo no le hizo caso, lo único que le importaba era seguir zampándose las ranas de chocolate como si la vida se le fuera en ello.
—Yo te conozco —repitió el otro chico.
—Mmm… no lo creo —terció Lily—. Me llamo Lily Potter, ¿y tú?
—Septimus Seaver —respondió el niño, y se puso de pie para acortar la distancia entre ellos.
Era bajito. Medía lo mismo que Lily, lo cual era igual a decir poco. La observaba con curiosidad, como si se tratara de un animal exótico de esos que exponen en el zoológico, al cual sus padres la habían llevado un par de veces. Lily se sentía incómoda y sabía que se le notaba, pero a Septimus no pareció importarle. Se tomó su tiempo para mirarle el cabello rojizo y las pecas de la nariz, casi intentando descubrir si eran de verdad o no. Pero entonces, cuando se detuvo en los ojos castaños de la niña, su curiosidad se transformó en desilusión.
—Bah, puede que al final no te conozca —sentenció, y regresó a su asiento.
—Te lo dije —habló Hugo. Las ranas de chocolate se le habían acabado—. Un rarito.
~·~·~
—Potter, Lily —la llamó Neville.
Lily inhaló y exhaló un par de veces, para tranquilizarse. Se alisó arrugas inexistentes en la falda de la túnica, y avanzó con paso decidido entre el resto de los niños que aún esperaban ser seleccionados. Podía sentir las miradas ansiosas de James y sus primos desde la mesa de Gryffindor, y de Albus desde la mesa de Slytherin. Hugo le palmeó la espalda cuando pasó junto a él, dándole ánimos.
Y Septimus Seaver la taladró con la mirada, nuevamente con curiosidad.
Cuando Neville colocó el Sombrero Seleccionador sobre su pelirrojo cabello, Lily cerró los ojos y se aferró a los bordes de la banqueta. "Otra Potter…" susurró el Sombrero, aunque Lily sabía que solamente podía oírlo ella en su mente. "Nada parecida a tus hermanos, no señor. Eres audaz, decidida, inteligente y con un claro sentido de la justicia. Aún así, no hay duda alguna de que perteneces a…"
—¡GRYFFINDOR! —exclamó el Sombrero Seleccionador, esta vez sí en voz alta.
La menor de los Potter le entregó el Sombrero a Neville (a quién debería empezar a llamar Profesor Longbottom), y salió corriendo hacia la mesa de Gryffindor. Allí la recibió James con un gran abrazo, y luego el resto de los Weasley se turnó para apachurrarla hasta prácticamente dejarla roja.
Un par de alumnos fueron enviados a Ravenclaw y luego el Sombrero anunció que Seabrooke, Malcolm, pertenecía a Hufflepuff, donde los tejones lo recibieron muy cálidamente. Entonces le llegó el turno a Seaver, Septimus. Lily observó, atenta y curiosa, cómo Septimus se abría paso entre sus compañeros y se sentaba en el taburete, esperando a ser seleccionado. Su mente había comenzado a divagar cómo sería tenerlo de compañero de Casa cuando el Sombrero dictaminó:
—¡SLYTHERIN!
Y Lily no pudo evitar sentirse desilusionada, aunque no sabía por qué. Tenía ganas de conocer un poco más a fondo a aquel niño misterioso, que en el tren había aclamado conocerla, aunque luego se había arrepentido. Mientras el profesor Longbottom continuaba llamando a los últimos alumnos, Lily observó cómo Septimus se integraba en la mesa de las serpientes. Los Slytherin no se mostraban muy afectuosos, solamente su hermano Albus y Scorpius, amigo de éste, aplaudían con real interés.
Entonces Septimus dirigió una mirada escudriñadora en dirección a la mesa de Gryffindor, más precisamente en dirección a Lily. Había algo en aquellos ojos negros que le resultaba muy familiar. Y en ese momento, a pesar de que no estaba muy convencida, la pequeña Lily susurró para sí: "Yo también te conozco, Septimus…"
Nota:
1. Si llegaron hasta este punto, gracias, antes que nada, por leer la historia. Todos los capítulos van a ser así de cortitos, porque sinceramente no me quería liar mucho en este nuevo proyecto. Ya tengo escritos los primeros cuatro (que comprenden el primer año de Lily y Septimus en Hogwarts) y, en un principio, actualizaré todos los viernes.
2. En fin. Creo que no me olvido de nada. Comentarios de apoyo o tomatazos. Lo que consideren necesario :)
