Los personajes usados le pertenecen a Masashi Kishimoto. La historia si es toda mía. ¡NO la copies!

¡Se la dedico a Zaphyr Bell y Adrit126, por leer todos mis fanfics y siempre regalarme un review donde me motivan a seguir!

¡Muchas gracias a todos!

.

.

.


Un baile, una promesa.

Primera Parte

.

.

—¿No lo has visto?

—No frentona.

Sakura miraba cada una de las caras de los invitados, buscando la presencia de su amigo rubio, pero para sorpresa suya y de todos, él no asistió. La respuesta de Ino la desilusionó terriblemente, pues anhelaba que en algún momento Naruto se presentara y la acompañara en su boda.

No pudo ocultar la tristeza, le hacía falta tenerlo en ese momento tan importante de su vida. Yamanaka notó su reacción y colocándole una mano en el hombro le dijo —Tranquila, seguro que vendrá en cualquier minuto. Tal vez se le presentó algún inconveniente.

Era mentira, lo sabía. Hace semanas atrás cuando Naruto se enteró de la boda, había ido a buscarla y pedirle que por favor no lo hiciera, que la amaba y estaba dispuesto a casarse con ella y hacerla feliz. Pero Sakura sin dudarlo lo rechazó.

Aunque sabía perfectamente que él no iría, conservaba la esperanza de equivocarse. Ya poseía el anillo en el dedo de la mano, mostrando ante todos que ya era una mujer casada, y que debía absoluto respeto y fidelidad a su marido, Sasuke Uchiha.

La razón por la cual aceptó casarse con él, fue amor según pensaba ella misma. Pero un hilo de duda existía en lo profundo de su corazón, no sabía si era por saber la causa de la propuesta de Sasuke, o la sensación de haber lastimado a su mejor amigo y confidente.

Asintió con la cabeza, quitándose con el dedo una pequeña lagrima que comenzaba a escaparse de sus ojos. Deseaba con toda su alma, ver por lo menos cinco minutos al Uzumaki y hablarle, pedirle disculpas por la discusión que tuvieron semanas atrás.

Caminó por las mesas asegurándose que todo marchara bien, aunque su deber era estar al lado de su esposo, sentía la necesidad de respirar un poco y ausentarse unos minutos de la presencia de Sasuke. Éste no hacía más que mirar y tener la boca cerrada, sin mostrar un sentimiento de emoción o felicidad. Algo muy normal en él.

Iba a continuar recorriendo los centros de mesas y saludando a los invitados cuando Sai la tomó bruscamente del brazo, sin querer llamar la atención de los demás.

Ella se volteó frunciendo el ceño, extrañada de la actitud tan inusual del dibujante —¿Qué sucede Sai?

—Está aquí— respondió sin aflojar el agarre.

Sakura arqueó una ceja, no entendía a quien se refería y menos si le presionaba el brazo de un modo extraño.

—Suéltame— exigió severamente, una vez que tuvo el brazo libre se lo sobó con la otra mano —¿De quién hablas?

—De Naruto.

El corazón de la chica inició una secuencia de latidos alocados y frenéticos, una sonrisa se dibujó en su rostro y los ojos le brillaron de felicidad.

—¿Dónde?— preguntó emocionada.

—Ven conmigo.

Ambos caminaron varios metros lejos del evento, llegando a un área despejada, sin ninguna persona merodeando por allí. Haruno miraba a todos lados buscando la figura del rubio, pero no lo encontraba por ningún lado. Sai la observaba de reojo, preguntándose internamente porque si amaba a Sasuke, le llenaba de tanta felicidad la presencia de Naruto.

De pronto él se detuvo a unos pasos delante de ella, sin voltear a verle. Sakura intrigada lo imitó.

—¿Dónde está?— volvió a preguntar la joven.

—¡Naruto! ¡Ya estamos aquí!— gritó a todo pulmón, esperando que su amigo apareciera.

De repente una figura masculina comenzó a distinguirse entre los árboles, dando unos pasos adelante y mostrándose a los dos presentes. Sakura se llevó las manos a la boca, con los ojos aguados, apunto de llorar. Más de felicidad, que por tristeza.

Naruto vestía un traje formal, compuesto por una corbata, camisa blanca, pantalón y saco negro, al igual que los zapatos. Con las manos en los bolsillos, miraba a una Sakura emocionada, sumamente hermosa por el traje de novia que llevaba. No pudo evitar sonreírle.

—¡Naruto!— exclamó la pelirrosa corriendo hacia él para abrazarlo fuertemente. El rubio sacó las manos del pantalón y los extendió hacia el frente, atrapando a la chica y correspondiendo enérgicamente al abrazo.

Sai los veía confundido, no comprendía las reacciones de esos dos. Miró unos segundos más, y después entendió que su presencia sobraba. Dio unos pasos hacia atrás desapareciendo del lugar.

Naruto apretaba la silueta femenina como si su vida dependiera de ello, hundiendo el rostro en su cuello y absorbiendo la fragancia a flores de cerezo. Haruno hizo lo mismo, rodeando el cuello del chico con los brazos y acariciando el cabello rubio entre los dedos. Cerró los ojos para permitir que unas lágrimas salieran, olvidándose de que podría arruinarle el maquillaje.

—Pensé que no vendrías— confesó ella aguantando las ganas de llorar.

Uzumaki no contestó, prefirió apegarla más a su cuerpo y alargar un rato más el abrazo. Respirando lentamente en el cuello femenino, provocando que su propio corazón acelerara el ritmo de las palpitaciones.

Uno, dos, tres, cuatro… hasta ocho minutos transcurrieron sin que se separaran siquiera un poco, al contrario, entre más tiempo pasaba más reforzaban la unión. Sakura no resistió y lloró en el hombro del chico.

—Hey…— susurró él apartándose un poco de ella —no llores. Estás muy linda, no quiero que te pongas mal por mi culpa.

Ella bajó la cabeza, ocultando las lágrimas tras los mechones rosas que le caían en la frente. Sollozaba suavemente.

El kitsune subió una mano hasta la mejilla de la fémina, quitando con el dedo pulgar las lágrimas que derramaba. Verla así le destrozaba el corazón.

—Yo estoy aquí…— suspiró apoyando la frente en la suya —no te dejaré. Siempre estaré aquí para ti.

—¿Acosta de que te lastime verme con Sasuke?— interrogó sin alzar la mirada.

Luego de unos segundos de silencio, respondió —Sí, a pesar de que te ame y tú no me correspondas. Me lastimaría más si rompiéramos nuestra amistad.

—Nunca he pensado hacerlo.

—Yo tampoco.

Sakura continuaba con la cabeza gacha, con los ojos desbordándose de lágrimas y remordimiento de conciencia. En el fondo le dolía herir al rubio de esa manera, no quería hacerle más daño.

De pronto una romántica melodía sonó en el lugar, la música provenía de la fiesta pero llegaba hasta donde se encontraban ellos. Naruto le tomó las manos a la pelirrosa y habló con dulzura —¿Quieres bailar? No soy muy bueno, pero al menos se lo básico.

La confesión le pareció muy graciosa a Sakura, sin querer soltó una risa, llena de tristeza y regocijo. Se liberó del agarre de las manos para subirlas a su propio rostro y quitarse el rastro del llanto. Levantó la cara y asintió, mostrando la mejor expresión posible. Por dentro estaba confundida.

Ubicó las manos en la espalda de su compañero, apegándose a él y moviendo lentamente los pies. El ritmo de la canción era lento, tal cual como debía ser el baile. Él la abrazó hundiendo el rostro en el hueco localizado entre el cuello y hombro de la fémina. La imitó en el movimiento de los pies.

La melodía de la canción era suave, lenta y romántica. Se trataba de una balada cuya letra reflejaba sentimientos prohibidos y amor oculto, algo que pareció concordar con la pareja distanciada del lugar, quienes bailaban tan apretados y concentrados, que ningún ruido podría interrumpirlos.

Cinco minutos después la canción comenzaba a finalizar, junto con el baile de los jóvenes. El ojiazul aflojó un poco el abrazo para distanciarse de su compañera, que al parecer, no tenía intenciones de culminarlo.

Un silencio se instaló en el lugar: la canción había terminado. Sin embargo, los jóvenes aún no se habían separado por completo. Sakura inclinó el rostro hacia el cuello masculino, encontrándose con la mejilla abigotada. El ninja percibió el movimiento y apartó un poco el rostro de su cuello, llevándolo hacia el lado dónde estaba seguro que se toparía con la ruborizada mejilla femenina.

Se movieron un poco más provocando un encuentro entre ambas bocas, las respiraciones se chocaron. La medico se distanció unos centímetros, impulso ocasionado por una corriente eléctrica que viajaba libremente por su espalda, subió la mano hasta la mejilla del chico, acariciándole con extrema suavidad.

Naruto cerró los ojos por el tacto, sin distanciarse más de ella, aun la tenía presa entre sus brazos y no planeaba soltarla. Esa escena enterneció a la pelirrosa, haciendo que toda su atención se centrara en los labios masculinos. Los observó con enorme fascinación, en especial el inferior, por lo provocativo y carnoso que se veía.

Cuando el rubio abrió los ojos, la pilló de inmediato. A propósito separó los labios, como señal de una propuesta que la chica no captó. Para evitar que ella se separara, ubicó la mano en su rosada nuca, enredando los dedos en el sedoso cabello.

La ojiverde seguía con la mirada fija en la boca masculina, había algo que la obligaba a no apartar los ojos de allí, posiblemente era la cercanía, o las repentinas ganas de besarlo. Su compañero apoyó la frente en la suya, acercando muchos más sus rostros y apegándola a su cuerpo. La mano que hasta ese momento posaba en la mejilla de él, la ubicó tras la nuca, enredando sus dedos en el cabello rubio.

Sus narices se rozaron, previniendo que dentro de poco, la distancia sería eliminada. Cerraron los ojos al unísono, entreabrieron los labios y se acercaron un poquito más. El espacio era reducido, la cercanía más grande y el suspenso más fuerte.

La kunoichi por instinto abrió un poco más la boca, buscando encontrarse con el labio inferior masculino, y perderse en su sabor. Y así fue, pues casualmente el chico entreabrió los labios, con la clara intención de profundizar.

La suavidad y lentitud con que la chica lo besó, fue demasiado para seguir conteniéndose, así que para liberar la pasión que lo mataba por dentro, reforzó el agarre en la nuca femenina y delineó con la punta de la lengua los labios de su amiga. Incitándola a que aquel roce, pasara a convertirse en el beso más desenfrenado.

Ella le siguió el ritmo.

Las lenguas se abrieron paso entre la cavidad ajena, recorriendo el más pequeño e insignificante rincón que encontraran. Naruto parecía querer devorarse con suma rapidez la boca de la chica, en ningún momento le permitió respirar cómodamente, le estaba robando el más mínimo aliento.

Sakura para no desmayarse por la falta de oxígeno, ladeó la cabeza hacia otro lado, aprovechando el movimiento para poder inhalar suficiente aire. No tenía intenciones de culminar el acto, no todavía. Su mente viajó a otro lugar, abandonándola en el instante cuando más necesitaba una migaja de cordura.

Solo su cuerpo y corazón eran los dominantes de su conciencia.

Naruto quedó con el labio inferior encerrado entre los dientes de la chica, pues ella lo mordía con una suavidad y devoción, que por poco le hace olvidar la existencia del mundo. Utilizó los brazos para apretarla mucho más, tenerla tan unida a él como fuera humanamente posible.

Una sensación extraña e indetenible se instaló en la figura femenina, provocándole un tremendo calor en muchas partes, creía estar en medio de un incendio. Gotitas de calor aparecieron en su frente, parte baja de la espalda, muslos de las piernas y el camino entre sus senos.

La intensidad de beso comenzaba a prenderla de una forma que nunca imaginó, irremediablemente, se estaba acalorando. La respiración pronto se volvió irregular, adquiriendo un ritmo entrecortado y algunas veces acelerado. Todo empeoró cuando el joven colocó la mano en su espalda, bajándola suavemente hasta la parte baja, deteniéndose en la línea de la cintura.

¿La estaba provocando?

¡Inocentemente, pero la estaba provocando!

El pecho le bajaba y subía frenéticamente, como prueba de que el cuerpo la estaba traicionando, y de la peor manera. Posó las manos el pecho masculino, haciendo un esfuerzo sobrehumano para empujarlo y detener lo que pronto sucedería.

Naruto abandonó la boca de ella y descendió hasta su cuello, regalándole besos hambrientos, dejando algunos rastros de saliva. Haruno aprovechó la oportunidad y ejerciendo fuerza en las palmas de las manos, le dio un empujón que casi le provoca una caída. Él la miró desconcertado y apenado, el rostro ruborizado y labios húmedos.

—¿Q-que te pasa?— preguntó alterada y respirando con dificultad —¿Cómo te atreves a besarme?

—Tú también me besaste— contraatacó él.

—Olvidémonos de todo esto Naruto, por favor…— suplicó optando por sonar convincente y segura —entiende que yo amo a Sasuke.

—Sakura-chan, yo te amo. Estoy dispuesto a huir contigo y hacer una nueva vida, divórciate y formemos una familia juntos.

—¡Basta!— gritó con los ojos vidriados conteniendo el llanto —yo amo a Sasuke, acabo de casarme con él y no se hablará más del tema.

—¿Y el beso que nos acabamos de dar?— interrogó dando unos pasos hacia ella —tú me correspondiste, no quieras negarlo.

—Fue en un momento de debilidad…— respondió mirando a otro lado —eso es todo.

—¡Mientes!— exclamó seriamente. Sabía que el beso fue dado con amor por ambas partes. La conocía como la palma de su mano, sabía cuando mentía y cuando no.

Ella volvió la vista hacia él —Piensa lo que quieras, para mí las cosas están muy claras. Tú y yo somos amigos, y lo seguiremos siendo siempre. Nunca habrá algo más.

—¿Segura?— preguntó desconfiado y acercándose un poco más —porque no lo pareces.

Sakura quedó muda, debatiéndose por dentro. Pero más podía la conciencia que los impulsos alocados de su corazón.

—Claro que sí.

Uzumaki asintió lentamente, bajando la mirada y clavándola en el suelo. Esperaba el momento indicado para contestarle, pero no de forma verbal.

Ella creyó que él se había resignado, más tranquila se dio media vuelta y empezó a caminar. Pero el chico no la dejaría irse así, por eso la agarró de la muñeca, deteniéndola y jalándola a su propio cuerpo. Ella quedó mareada por el brusco movimiento, para cuando logró estabilizarse el chico ya la tenía prisionera entre su pecho y sus brazos.

—Naruto, suéltame.

—Sakura-chan…— nombró bajito mientras se acercaba a la boca femenina.

Ella se dio cuenta de lo que quería, para evitarlo empezó a moverse enérgicamente, intentado soltarse a como dé lugar del agarre.

—No, no…— repetía suplicante —por favor, para.

Demasiado tarde.

Naruto le cubrió la boca con sus fogosos labios, besándola con una pasión envidiable. Ella se negó a participar, trataba por todos los medios de no corresponder. Pero su cuerpo le jugó una mala pasada.

El ojiazul abrió la boca para profundizar, ella lo imitó metiendo la lengua en su cavidad bucal, explorando lentamente cada lugar. No había remedio, ella estaba cediendo al beso.

Pronto el roce se volvió apasionado, ardiente y muy exigente. El cuerpo pedía más, mucho más de lo que hasta ahora ellos le estaban ofreciendo. Deseaban unirse en todos los sentidos, pasar el límite de lo prohibido, perderse en la piel ajena. No estaba bien, pero lo querían.

Las lenguas peleaban por ganarse el mayor territorio, al mismo tiempo que empezaban un erótico baile, bañándose con la esencia indebida.

—¡Sakura!— gritó alguien a la distancia. Interrumpiendo el candente beso de los jóvenes.

La aludida sumamente acalorada se retiró del rubio y volteo hacia atrás, descubriendo que habían sido descubiertos por Sasuke, el cual por su semblante transmitía ira y humillación. Naruto también se quedó asombrado.

—Sasuke— pronunció con vergüenza la chica.

El Uzumaki frunció el ceño viéndolo acercarse a ellos.

—Los vi— confesó irritado, como pocas veces sucedía —Sakura, eres una…

—¡Cállate!— exigió el jinchuriki —¡Respétala!

Haruno asustada vio al Uchiha —Hablemos, te aseguro que todo esto tiene una explicación.

El azabache miró con odio a la kunoichi y luego al kitsune, acercándose peligrosamente a éste último con intenciones de enfrentarlo.

—Ella es mi esposa ahora, no tienes nada que hacer aquí.

El rubio no tenía argumentos o palabras para responderle, así que prefirió callarse.

—Y tu…— agregó el Uchiha mirando a su mujer —no volverás a acercarte a él. Ustedes no me verán la cara de idiota.

—No me alejaré de su lado— dijo Naruto enojado —siempre me tendrá a mí para defenderla. Tú no la harás feliz, yo sí puedo.

La pelirrosa se encontraba en medio de ellos dos, dispuesta a evitar una posible pelea.

—Pero me ama a mí y se casó conmigo— contraatacó sonando orgulloso y victorioso. Lo arrogante nadie se lo quitaba.

El ojiazul perdió el control y dio unos pasos al frente, con claro propósito de golpearlo y contestarle, pero antes de que lo hiciera Sakura lo detuvo, colocándole las manos en el pecho.

—No complique más esto, Naruto. Por favor vete.

Sasuke observaba la situación con aire de altanería y desinterés.

—Sakura-chan…

—Por favor. Estaré bien, no me pasará nada.

Luego de unos breves segundos él asintió, pero no sin antes mirar a su ex amigo que se burlaba silenciosamente de todo. Apretó el puño para contenerse.

—Sabes dónde buscarme— susurró bajito, para que el azabache no lo escuchara. Con algo de duda e indecisión, se dio la vuelta para marcharse, desapareciéndose entre la sombra de los árboles.

Una vez solos, Sakura tomó valor y encaró a su actual esposo —Bien, ahora si podemos hablar tranquilos.

—No hay nada que hablar.

—¿Qué?

—Sabes la razón de porque me casé contigo, necesito reconstruir mi clan, y lo hare con o sin tu ayuda. Pero eso no quiere decir que me verán la cara de idiota.

—¿Solo eso te importa?

Un gruñido por parte del ninja, le fue suficiente respuesta.

Sakura en el fondo deseaba haber escuchado un "me importas" o "te quiero" pero todo eso era imposible. El Uchiha no sentía absolutamente nada por ella, solo la utilizaría, sin tomar en cuenta sus sentimientos.

¿Ella lo amaba realmente? La respuesta le era terriblemente desconocida.

Después de un incómodo silencio y miradas desilusionadas y decepcionantes, Sakura pasó caminando al lado de él sin dirigirle siquiera la mirada, no deseaba seguir teniendo su presencia por al menos unas horas.

.

.

—Sakura— llamó Ino suavemente.

La nombrada giró, y le sonrió —Dime.

—Toma…— le dijo estirando la mano con un sobre envuelto —te lo mandaron.

—¿Quién?

—Naruto.

El corazón de la ojiverde tembló —¿Qué dice?

—No lo sé, no lo he leído.

Sakura aceptó el papel y lo miró con miedo, no sabía que encontraría allí.

—Gracias, Ino.

—Ya me voy, frentona. Nos vemos.

La pelirrosa asintió con la cabeza sin mirarla y esperó unos segundos, necesitaba estar sola para leer la carta. Solo tuvieron que transcurrir diez minutos para que sucediera.

Con rapidez rompió el borde del sobre, sacó la carta del interior y la estiró para leerla completamente.

"Hola Sakura-han.

No he ido a verte para que Sasuke-teme no te haga daño. Aunque yo te ame y quiera protegerte, él es tu esposo y tiene todo los derechos de retenerte. Pero nunca olvides que me tienes a mí, te ayudaría sin dudarlo. Le pedí de favor a Ino que te entregara esta carta, sé que ella no se lo contará a nadie más.

Me duele que seas una mujer casada, que lo hayas preferido a él antes que a mí. A él que te hizo daño, te abandonó y nunca se preocupó por ti.

Y yo, lo único que he hecho es amarte. Él jamás te querrá como yo, nunca te besara igual que yo, no sabrá valorarte como lo haría yo. Pero respeto tu decisión, y aunque me duela, aceptaré que ya tienes una vida con él.

Solo recuerda que siempre te he amado y te amaré. No importa donde estés, yo te siento conmigo. Te llevo dentro de mí.

Cuando necesites a alguien que te escuche, te comprenda y te haga sentir lo que él no puede, aquí estoy yo. No dudes en buscarme, te estaré esperando siempre. Aunque lo niegues, sé que sientes algo por mí. Lo sentí en ese beso.

Te amo, dattebayo.

Naruto."

La médico no ocultó las lágrimas que se desbordaban por sus ojos, la sensación de herir a quien más amaba la mataba. Sí, debía admitirlo, un sentimiento fuerte había nacido en su corazón. Era amor, amor que por poco la hace cometer la peor locura.

Dejó la carta abierta en el escritorio y se levantó, caminando en dirección a la ventana y observando la luz resplandeciente del sol. El color anaranjado que bañaba el atardecer, le recordaba a Naruto.

Se apoyó en el marco de la ventana, cruzando los brazos a la altura del pecho y clavando la vista hacia el sol que se asomaba por las altas montañas. Y una pequeña y cristalina lágrima se escapó de su ojo izquierdo, muriendo en su barbilla.

Nadie más que ella, era la culpable de su propio destino.

.

.

Continuara...


¿Saben lo que me provocó esta historia? ¡¿Lo saben?! No, porque les hubiera dado un susto terrible. El corazón se me quería salir del pecho con cada palabra de escribía, la emoción hizo que me hirviera la sangre, provocando que la inspiración se apoderara de mi mente y diera esto como resultado. Como bien dije al principio, esta historia se la dedico a dos de mis flamantes lectoras que siempre andan leyendo cada uno de mis fanfics xD Los demás no se pongan celosos(as) poco a poco iré creando más :D No se enojen jeje. Algunos me dirán: "esto tiene leve SasuSaku" si créanme que lo sé, no fue fácil colocar la boda por evidentes razones. ¡Soy NaruSaku! Y en mi mente no puedo imaginar a Sasuke con Sakura, sería ir en contra de mi corazón U.U amo demasiado el NaruSaku. Pero al menos, me desquité al final con revelar los sentimientos ocultos de Sakura y el besote que se dio con Naruto. ¡Oh, por Dios! Creo que me excedí con la descripción hahahahaha naahh en serio, ustedes saben cómo escribo. ¡Rayos! Soy muy intensa xD le pongo amor y corazón a todo lo que hago, en especial, cuando se trata de escribir.

Bueh, ya basta de tanta charla y díganme que les pareció. Espero y les haya gustado tanto o más que a mí.

Esto va para Zaphyr Bell: Amiga, se me dio el impulso de husmear en tu perfil y ¿con que me encuentro? ¡Con que harás un fanfic NaruSaku llamado "Entre lo Moral y lo Carnal! Te juro que casi me voy de espaldas, pero de la felicidad que me causó. Ni siquiera lo has publicado y ya me muero por leerlo. Es que el titulo da muuuuucho que entender… tú me entiendes hahaha. Esperaré con ansias el primer capítulo, me comeré las uñas de los nervios. Presiento que ese fic será el número uno en mi lista de favoritos xD

Para Adrit126: Adriana xD así te llamas según la información de tu perfil. También se me dio por visitarlo y me di cuenta que no has escrito ningún fic, pero espero que pronto te decidas y nos regales uno. Me has motivado mucho a escribir, yo te hago lo mismo. ¡Anda, arriésgate! Quien sabe y te salga una historia sorprendente. Es una recomendación, pero la decisión es tuya. Gracias por dejarme tu review en casi todos mis fanfics, de verdad me alegra que me motiven. Seguiré escribiendo más de Naruto y Sakura, imposible no colocarlos en mis historias.

¡Viva el NaruSaku!

Solo una cosita más… ¿me regalan un review?