Hola de nuevo, bueno pues como ven he decidido hacer la secuela, pensé en hacer otro fic diferente, pero ya estoy tan metida en la historia, conozco ya muy a los personajes que me es facil seguir con esta a acostumbrarme a unos nuevos.
Esta historia tendrá de todo un poco de lo que les gusto en la primera, drama, angst, romance, accion, aventura, misterios... y mucho debraye mas.
Ahora si hay gente que va a leer esta y no ha leido la anterior, pues les doy un rápido resumen aunque seria bueno que leyeran "Trampa Chocolatosa", los que la leyeron pueden irse directo mas abajo y empezar a leer.
Los personajes principales, ella Gabrielle una asesina a sueldo contratada por Slugworth (competencia directa de Willy en el mercado de dulces) envio a matar a Willy, al no poder hacerlo porque descubre que el es una persona muy diferente a las demás, los dos se enamoran y Slugworth al no obtener lo que quería (recetas secretas) chantajea a ella para que traicione a Willy, al final de todos modos quiere matar a Willy enviando un nuevo asesino, Gabrielle al lado de una amiga de ella, salvan a Willy de una muerte segura, los 2 afrontan problemas fuera de la fabrica por la culpa de Slugworth con los medios de comunicación, todo estaba bien y feliz cuando "El jefe" antiguo superior de Gabrielle y su amiga (Vicky) las acusa de alta traicion y manda por ellas para que paguen lo que han hecho, Gabrielle debe huir del pais dejando a Willy solo...
Ese es el resumen a grandes rasgos claro que hay muchas otras cosas mas, por eso vayan y lean si no lo han hecho.
Esto pasa después del Final A. Ahora si aquí esta la historia.
CAPITULO 1
"Solo"
FABRICA DE WILLY WONKA
2:30 AM
Willy dormía en su cama, todo estaba en absoluto silencio, tan solo nieve que alcanzaba a golpear contra su ventana hacia algún ruido. De pronto Willy se empezó a mover inquietamente en su cama.
-no... por favor.. no – decía el dormido, al parecer estaba teniendo una pesadilla.
En su mal sueño volvía a revivir un momento muy triste en su vida.
-Willy... yo tengo que irme...
-pero a donde? – pregunto el totalmente confundido.
-tengo que huir fuera del país... – dijo ella bajando la cabeza, para evitar que el viera sus lagrimas que inundaban sus ojos.
-Que! No! Tu... tu me dijiste que jamás me dejarías!
-NO! – el se despertó sentándose sobre su cama, había vuelto a tener esa horrible pesadilla. Willy vio a su alrededor, todo esta a oscuras, el odiaba tener esa pesadilla una y otra vez, se paro de su cama y camino a la ventana, observo como caía la nieve, toco el frió vidrio, recargo su cabeza sobre el unos minutos, como tratando de olvidar la pesadilla, pero el sabia que era imposible.
-quisiera que solo fuera eso... una horrible pesadilla... – el se alejo de la ventana y se volvió a meter a la cama, tratando de conciliar de nuevo el sueño...
Habían pasado casi diez años desde que Gabrielle se marcho, durante un tiempo el tuvo contacto con ella por cartas, pero de pronto un día las cartas cesaron y jamás volvió a tener noticias de ella, el no perdía la esperanza de volver a verla, porque ella se lo había prometido.
Ocho años después que se marcho Gabrielle, Willy hizo un concurso a nivel internacional para buscar un heredero y así la fabrica siguiera produciendo, el ganador de aquel concurso fue Charlie Bucket un niño, de buen corazón y familia pobre, el junto con su familia se habían mudado a vivir a la fabrica de chocolate hacia ya 2 años, y de alguna manera Willy había llenado el vació que dejo Gabrielle cuando se fue... aunque obviamente no era lo mismo.
A la mañana siguiente Willy se levanto de su cama y se alisto para ir a desayunar, desde que la familia Bucket estaba ahí, sus alimentos lo comía junto con ellos. Una vez listo tomo el ascensor de cristal para ir al cuarto de chocolate que era donde la familia Bucket vivía, por mas que el les ofreció un lugar mas cómodo a todos, ellos rehusaron la oferta de Willy, así que seguían viviendo en su pequeña casa solo que ahora tenían un rió de chocolate que pasaba al lado de su ventana.
Willy salió del ascensor y camino a la casa de los Buckets, toco la puerta y como era costumbre Charlie salió a recibirlo.
-Buenos Días Willy! – le saludo con una sonrisa, Charlie desde que llego a la fabrica no había cambiado en absoluto, seguía igual de escuálido que siempre, tal vez había crecido unos cuantos centímetros mas, pero fuera de eso, seguía igual.
-Buenos Días, Charlie – dijo mientras entraba a la casa, se quitaba su sombrero y dejaba su bastón al lado de la puerta – Buenos días Buckets – el saludo al resto de la familia y se sentó en un lugar libre
-Buenos días Willy, desayunas lo de siempre? Leche con chocolate y pancakes? – le pregunto la señora Bucket.
-si, por favor – contesto Willy.
-Willy, no te ves nada bien, seguro que dormiste lo suficiente? – le pregunto el señor Bucket, dejando a un lado el periodico que estaba leyendo.
-Ha-ha! Si, porque no abría de dormir bien! – dijo el con su sonrisa nerviosa
Todos los Buckets sabían perfectamente que Willy estaba mintiendo, hacia días Willy estaba muy extraño, mas de lo normal, nadie dijo nada mas y todos continuaron con su desayuno en silencio hasta que Charlie dijo.
-estoy ansioso por la celebración anual del cacao, quiero ver que de nuevo hacen los oompas loompas este año – el chico estaba completamente feliz.
-oh si, preparan deliciosos bocadillos – dijo la abuela Josephine.
-Se equivocan! – grito el gruñón abuelo George – lo mejor es el vino de cacao.
-y a ti Willy? Que es lo que mas te gusta de la celebración – pregunto la señora Bucket.
Willy azoto su cubierto contra el plato, haciendo un espantoso ruido, se paro de la mesa tomo su bastón y su sombrero y salió azotando la puerta al salir, la pobre casa de los Buckets, tembló por completo, todos se quedaron en silencio, no sabían porque Willy se había puesto así.
-Dije algo malo? – pregunto la señora Bucket a su marido.
-no, cariño, pero te has dado cuenta que también el año pasado Willy actuó muy extraño? – le dijo el señor Bucket.
-tienes razón... hijo porque no vas con el señor Wonka y tratas de averiguar que es lo que le pasa
-si mama – Charlie respondió al instante, termino de tomar su vaso de leche y salió corriendo de la casa en busca de Willy. Era la hora en que Willy organizaba todo lo que haría en el día, el tomo el ascensor y se dirigió a la oficina de Willy.
El chico entro al cuarto de inventos, los oompas loompas estaban muy ocupados en los experimentos de Willy, camino por todo el cuarto hasta llegar a la puerta donde estaba la oficina de Willy, al llegar noto que la puerta estaba semi-abierta.
-Willy? Estas bien? – pregunto Charlie desde la puerta.
-déjame en paz... – le respondió Willy sentado desde su escritorio, el estaba recargado tapándose la cara con las manos – quiero estar solo.
-Willy mi mama me mando para saber si te encuentras bien, si regreso sin ninguna noticia me va a regañar... – Charlie se acerco a Willy y se paro junto a su escritorio, el pudo ver sobre el escritorio de el que había varios papeles, que al parecer eran cartas – esas son cartas Willy?
-eso no te importa... – dijo el tomando todas las cartas de su escritorio y metiendolas en su cajón – por que no vas a mejor a ver como van los preparativos para la celebración, seguro eso te hace mas feliz y te importa mas... – Willy cerro con llave el cajón donde guardo las cartas – quiero estar solo, no me molestes...
Willy salió de la oficina dejando a Charlie sin palabras. No entendía porque Willy había cambiado tan drásticamente, hacia pocos días el estaba perfectamente normal, pero cuando todos empezaron los preparativos para la fiesta del cacao, Willy tomo un comportamiento muy extraño, el chico regreso a su casa y contó a su mama lo que había ocurrido.
-es extraño, tal vez a Willy a no le agrade la fiesta después de todo – le dijo a su hijo.
-no seas tonta mujer, como crees que ese hombre que adora al chocolate, no le gusta celebrar el cacao – dijo el abuelo George – para mi que Wonka oculta algo mas... – dijo el muy pensativo.
El resto día nadie vio a Willy Wonka, no fue comer, ni se apareció en el cuarto de inventos ni en ningún otro lugar de la fabrica. Era la hora de la cena y Willy no aparecía.
-no va a venir Willy a cenar Charlie? – pregunto su papa
-no lo se papa, nadie lo ha visto en todo el día... seguro esta en el cuarto Ideal – le respondió su hijo.
-porque no vas a verlo y le dices que venga a cenar – le dijo su padre.
-no puedo papa...
-porque? – pregunto
-nadie puede entrar al cuarto ideal, mas que el o los oompas loompa y eso solo cuando es la celebración al cacao.
-no se preocupen, ya se le pasara... – dijo la señora Bucket sirviendo la cena.
Pronto la familia se tuvo que ir a dormir, pero Charlie seguía preocupado por Willy. El estaba en su cama tratando de dormir, cuando escucho como el ascensor llegaba al cuarto de chocolate, el por un momento pensó que Willy iba a ir a su casa, pero se equivoco, desde la ventana vio como Willy salía por la puerta que llevaba hasta la salida.
-el señor Wonka va a salir? Pensé que nunca salía... y menos sin el ascensor... – Charlie se quedo muy pensativo y salió de su casa, el cuarto de chocolate estaba casi oscuro, el había tomado la decisión de esperar a que regresara.
Willy camino por el pasillo que llevaba hasta la salida, saco su juego de llaves y abrió la puerta de la fabrica, el sintió una corriente de aire, hacia mucho que no salía, y la sintió completamente extraña, salió de la fabrica y cerro la puerta, bajo por las escaleras y camino hacia un lado de la fabrica, saco un dispositivo que usaba para controlar las puertas automáticas de la fabrica, presiono un boton y se abrió una gran puerta como si de un garage se tratara, dentro había un auto tapado con una gran manta, el se acerco al auto y de un solo tirón descubrió por completo el coche, era el auto deportivo de ella.
-espero que un día me perdones por utilizar tu auto – de la bolsa de su pantalón saco el control remoto del auto, quito los seguros y se subió en el.
Puso su huella digital y el auto prendió. Willy aun recordaba que trabajo les había costado a el y a los oompas loompas lograr insertar en el código de seguridad la huella digital de el y así también el pudiera prender el coche.
Willy arranco el coche y salió de la fabrica, no había absolutamente nadie en la calle, eran cerca de las 2 de la mañana, el necesitaba salir de la fabrica y distraerse un poco, le gustaba ir en el auto de ella, así sentía que la tenia algo de ella un poco cerca, normalmente daba una vuelta cerca y regresaba antes que alguien se enterara que había dejado la fabrica, era increíble que hubiera podido engañar a tantos diciendo que el nunca salía, pero después de todo, así era la gente de ingenua, en opinión de Willy.
Esa noche el se sentía mas triste de lo usual, dentro de un par de días iban a ser 10 años desde que Gabby se fue, así es que decidió ir a un lugar donde el iba cuando se sentía solo.
Willy agarro la carretera que llevaba a la ciudad principal, como no había trafico pudo llegar en muy poco tiempo, el había hecho ese mismo recorrido mas veces desde que ella se fue. Salió de la carretera y se adentro a las calles de esa gran ciudad, por fin después de estar manejando llego al edificio donde se encontraba el departamento de ella, metió el auto al estacionamiento y lo dejo donde ella siempre lo dejaba, para evitar encuentros con la gente, el subía siempre por las escaleras, era mas tardado pero así no había peligro de que alguien lo viera.
Cuando llego a su piso rápidamente se metió al departamento, que estaba completamente oscuro y frió, seña de que nadie lo habitaba en mucho, pero mucho tiempo, Willy prendió la luz, el miro a su alrededor viendo si todo estaba en orden, los muebles estaban tapados con mantas para evitar que se deterioran, Willy camino a la sala y miro el mueble donde se encontraban algunas fotos de la familia de ella, o bien con sus amigos, y por supuesto fotos de ella. El retiro el plástico transparente que cubría el mueble y tomo una foto de ella, se la quedo observando un largo tiempo.
-si supieras cuanta falta me haces... – dijo el con tristeza, se dio la vuelta hacia el sillón, quito la manta que lo cubría y se sentó en el – ...de que sirve tanto éxito, tanta fama, tanto prestigio alrededor del mundo si no puedes estar conmigo... – saco la foto del marco y la guardo en el bolsillo interior de si saco.
Se paro, apago las luces de la sala y camino hacia la habitación de ella, sus pasos sonaban en todo el departamento, que carecía de alegría, el había decidido hace mucho tiempo atrás, comprar el departamento que en su momento ella rentaba, conservo el departamento para que el día que ella regresara lo encontrara tal como cuando se fue.
Willy llego a los pies de la cama y quito la manta que la cubría, miro su reloj eran casi las 3 de la mañana, decidió quedarse a dormir ahí esa noche, se quito su saco y chaleco y los puso a un lado de la cama, levanto las sabanas y se sentó a quitarse los zapatos, se metió a la cama y tapo con las cobijas, era una noche muy fría, a pesar de los años, el podía seguir oliendo el aroma de ella, cerro lo ojos e imagino que ella estaba ahí junto a el, tomo las sabanas entre sus manos tratando de imaginar que a ella la que sujetaba, una lagrima salió de sus ojos, lentamente el se quedo dormido.
A la mañana siguiente la luz que entraba por la ventana lo despertó, vio su reloj y eran las 8 de la mañana en punto, había dormido mas de la cuenta, ahora se arriesgaba a que alguien lo viera, no podía permitir eso, se paro, se puso sus zapatos y camino al closet de ella, lo abrió y busco desesperadamente.
-vamos, vamos yo se que por aquí debe de estar... – después de buscar por fin encontró lo que buscaba – AH! Aquí estas... – era la camisa color vino le había comprado Gabrielle cuando tuvieron que ir a declarar, rápidamente se quito la de color verde olivo con estampado dorado y se puso la de color vino, se miro al espejo y se vio completamente diferente a como se veía con ella hacia diez años, mas que nada por su pelo, antes era corto y ahora casi le rozaba los hombros.
-me sigo viendo igual, debo se ponerme algo mas para que la gente no me reconozca... – el regreso de nuevo al closet y siguió buscando, por fin encontró una gorra de color negro y unas gafas para el sol. Se las puso y una vez mas se miro al espejo, se veía graciosísimo, pero aun reconocía algo de el mismo, se desfajo la camisa, se volvió a ver esta vez estaba mas convencido del resultado.
-listo, así esta mejor – cerro el closet de nuevo, tomo su ropa con la que había llegado, busco una maleta y la encontró debajo de la cama, metió ahí su sombreo y la ropa, su bastón no cabía dentro, así es que no tuvo mas remedio que dejarlo, ya regresaría por el después. Volvió a tapar con mantas los muebles que había destapado y salió del departamento, miro hacia ambos lados si no había nadie, como no vio ningún movimiento, corrió a las escaleras, bajo hasta el sótano y se metió lo mas rápido que pudo al auto. Se encontró a un par de personas pero al parecer no lo habían reconocido.
Prendió el coche y regreso a la fabrica lo mas rápido que pudo. Claro el trafico de la mañana no se lo hizo tan fácil, cuando por fin llego a la fabrica eran ya casi las 10 de la mañana y la calle donde estaba la fabrica ya no estaba tan sola, pero no tenia otra opción, desde la distancia abrió las rejas de la fabrica, entro con el coche rápidamente y lo escondió donde siempre lo tenia, bajo del vehículo cargando su maleta, tapo de nuevo el coche con la cubierta y entro corriendo a la fabrica, solo esperaba que nadie lo hubiera visto.
-Buuf... no debo tardar tanto la próxima vez – se quito la gorra y los lentes, dejo todo tirado en la entrada como era su costumbre, camino por el pasillo y abrió la puerta que daba al cuarto de chocolate.
Trato de pasar al lado de la casa de la familia Bucket sin ser visto, pero Charlie estaba esperando el momento que llegara.
-Willy! – le grito el niño desde la puerta de su casa.
-casi lo logro... – dijo el entre dientes mientras le daba la espalda a Charlie – Hola como estas hoy! – dijo el volteándose dándole una forzada sonrisa.
-no vienes a desayunar?
-oh claro! – Willy regreso sobre sus pasos y entro a la casa. El observo que solo el padre y la madre de Charlie estaban en la mesa, los abuelos aun seguían dormidos.
-Willy donde estuviste toda la noche! Charlie se quedo muy preocupado cuando vio que saliste de madrugada – le dijo la señora Bucket sirviéndole su leche con chocolate. El al oír las palabras de ella se quedo sin habla.
-y porque traes esa ropa? – dijo el señor Bucket que estaba sentado al lado de el – tuviste una cita nocturna?.. – le dijo al oído para que no Charlie ni su esposa lo escucharan.
-CLARO QUE NO! Como puede decir eso!... jamás podría... – el pego con un puño en la mesa
-Calma Willy, no es para que te enojes – le dijo el señor Bucket.
-Willy has estado muy raro los últimos días... que es lo que pasa, yo creía que con el festival de cacao tan cerca estarías mas feliz – pregunto la señora Bucket
-ustedes no entienden...
-Willy si nos explicaras te comprenderíamos y tal vez te podríamos ayudar en algo... – la señora Bucket le hablo en un tono totalmente maternal.
-no pueden ayudarme... nadie puede hacerlo... – dijo el muy triste.
-cuéntanos, puedes confiar en nosotros... – le dijo la señora Bucket mientras se sentaba al lado de su marido.
-esta bien... de todos modos, algún día se iban a enterar... – dijo con un suspiro – Hace 10 años Slugworth mando a alguien a matarme... – Willy les contó todo lo que había pasado, desde que conoció a Gabrielle hasta que ella se fue.
-vaya que triste historia... – dijo la señora Bucket.
-es por eso que estas triste Willy, no es así? Porque mañana que es la celebración anual del cacao serán 10 años que Gabby se fue... – dijo Charlie.
-así es... pero cada vez pasan mas años y creo que es imposible que ella algún día regrese... – Willy se paro de la mesa y se dirigió a la puerta – me iré a cambiar... Charlie te espero en el cuarto de inventos dentro de una hora... – Charlie solo asintió con la cabeza.
-nada es imposible Willy – le dijo la abuela Georgina... toda la familia creía que ella estaba un poco sorda pero la verdad es que ella escuchaba a la perfección, tan solo mentía porque de ese modo se enteraba de mas cosas y eso fue lo que paso con la historia de Willy.
Willy sonrió un poco y salió de la casa de los Buckets.
-pobre Willy jamás me imagine que podría estar sufriendo tanto por dentro – dijo la señora Bucket.
-así es...
El día transcurrió con normalidad, pero ninguno se imaginaba que las cosas estaban por cambiar.
