Sexto cumpleaños de Scorpius Malfoy:
-Iremos a comer a casa de tus abuelos y luego, por la noche, cenamos los tres juntos. Lo prometo, Scor... -le dijo Astoria, arreglando la camisa de su hijo de seis años.
-Pero mamá...
-Son un par de horas, mi vida. -insistió Astoria.- Listo, guapísimo.
-Astoria, ¿estamos listos? -preguntó Draco, desde la puerta del cuarto de su hijo, tratando de atarse la corbata. Su mujer sonrió, caminó hacia él, apartó sus manos y ató correctamente la corbata. Cuando terminó le dio un pico ante lo que su marido se puso colorado.
-Ahora sí.
-Gracias. -le dijo Draco.- Vamos, hijo, llegaremos tarde. -le dijo a Scorpius. Que miró sus pies balancearse en el borde de la cama. Cuando levantó la mirada su madre le sonrió y estiró la mano hacia él. Saltó de la cama y caminó hasta su madre, cogió su mano y los tres se aparecieron en la puerta de la Mansión Malfoy, esa casa con la que Scorpius tenía tantas pesadillas.
-¡Draco, hijo mío! -gritó Narcisa al verlo aparecer. Vestida de negro y su pelo canoso recogido en un moño. Abrió los brazos y avanzó hacia su único hijo. Lo abrazó y él le sonrió.- ¿Cómo estás, Scorpius?
-Bien, abuela. -dijo él en voz baja y mirando al suelo.
-¿No le vas a dar un beso a tu abuela? -se quejó Narcisa. Astoria apretó un poco la mano de su hijo que estaba unida a la suya y Scorpius le dio un beso en la mejilla a su abuela.
-¿Y no vas a saludar a tu abuelo? -interrumpió Lucius Malfoy, apoyado en su bastón, tras su mujer. Scorpius miró a su madre que le sonrió y él se acercó al anciano mago. Lucius le extendió la mano y Scorpius se la estrechó. Aquel hombre le daba realmente miedo.
-Padre, es un niño. -le dijo Draco a Lucius. Pero su padre lo ignoró.
-Pasemos, el elfo está preparando la comida. -dijo Narcisa.
Los cinco se acomodaron en una mesa en el jardín. Todos llevaban esos trajes oscuros y serios, menos Astoria que se vistió con un vestido a rayas blancas y azules. Scorpius no paraba de mirar a su madre, cada minuto. Ella le inspiraba confianza con sonrisas y guiños de ojos que no les gustaba nada a sus abuelos. Pero a ella le daba igual.
-¡Trae el pastel, elfo! -ordenó de mala manera Lucius a un pobre elfo doméstico.
-Sí, amo. -dijo él. Minutos después apareció con una tarta blanca y verde, recordaba a Slytherin, por supuesto, que dejó ante el niño. No había velas, ni una canción de cumpleaños. Lo que sí que tenía eran muchos regalos de sus abuelos, una montaña que apenas había mirado en toda la comida. Después del postre, Astoria se excusó y volvieron a casa, como le había prometido a su hijo.
Sexto cumpleaños de Rose Granger-Weasley:
-¡Abuelo! -gritó Rose nada más ver a su anciano abuelo en el jardín de la Madriguera. Corrió hacia él y saltó a sus brazos. Ron llevaba en brazos a Hugo y caminaba al lado de Hermione.
-Hola, princesa. ¿Cómo está la cumpleañera? Pero que vestido más bonito. -le dijo Arthur a su nieta. Ella sonrió y dio una vuelta sobre si misma para enseñarle a su abuelo su vestido amarillo.- Ve a enseñárselo a tu abuela, mi vida.
La niña corrió al interior de la casa. Nada más atravesar la puerta se escucharon los gritos y felicitaciones de sus primos y tíos. Ron sonrió y abrazó a su padre. Hermione le dio un beso en la mejilla y Hugo pasó de los brazos de su padre a los de su abuelo. Los cuatro entraron tras Rose y saludaron al resto de la familia. En pocos minutos y con la ayuda de todos, la mesa para cenar estaba lista en el jardín, bajo uno de los enormes árboles sobre el que colgaban farolillos.
Bill y su familia no habían podido asistir por que estaban de vacaciones en Francia. Pero habían mandado su regalo y una bonita carta de felicitación. Charlie seguía en Rumanía y le había mandado a su sobrina un dragón en miniatura y una foto que se habían sacado juntos en la última visita de la familia de Ron a Rumanía rodeados de dragones que Rose había pegado en la pared de su habitación. Percy tampoco podía estar, él y su familia habían viajado con el Ministerio, pero mandaron un regalo y una felicitación. Aunque no estuvieran presentes, Rose los sentía presentes.
Quienes sí estaban eran sus padrinos, Harry y Ginny. La tía Ginny estaba sentada, con Lily sobre sus piernas, las dos vestían parecido con una camiseta -cada una de diferente color- y unos jeans. Tras ella, de pie y con las manos en los hombros de su mujer, estaba Harry, con su camisa de cuadros, su botón desabrochado que le daba una imagen divertida, unos jeans y sus gafas redondas. Al lado de Ginny estaba Teddy, que formaba parte de su familia, él y su pelo que cambiaba de colores. Al lado de Teddy, estaban James y Fred, haciendo bromas continuamente. Del otro lado de la mesa estaba Roxanne, rodeada por la espalda por sus dos abuelos Weasley. Al lado de ella, estaba Hugo, a quien abrazaba por los hombros. Detrás de Hugo, el tío George y la tía Angelina, que se reían y cantaban. Al lado de éstos estaban sus padres, Ron y Hermione, abrazados, mirándola con una sonrisa. Y a su lado estaba su primo favorito y su mejor amigo, Albus, que sonreía mirando a su familia.
-Vamos, Rosie, tienes que soplar las seis velas juntas, eh. -la animó Ron. Miró a su familia y todos entonaron el "Cumpleaños feliz". Nadie podría negar que los adultos Weasley eran los peores cantantes del mundo mágico. Rose sopló sus velas y todos gritaron y aplaudieron.
Nueva historia, esta vez protagonizado por la pareja por excelencia de la Tercera Generación. Los capítulos ésta vez serán siempre muy parecidos a este, mostrando pequeños detalles de la vida de Scorpius y Rose, sobre todo, de su vida juntos.
Espero que os guste,
Un besote :*
