Buenas aquí traigo otro fic,sí sé que ya tengo algunos a la espera pero ya estaba harto,tenía que publicar este fic. Es distinto a los otros,como veran tanto en el modo de narrar como en la inocencia. Este es bastante más fuerte pero igualmente si quereis leerlo aquí lo teneis:
Capitulo 1: Las llamas de la venganza
El fuego ha sido y será un elemento extraño y peligroso. Reflejo del progreso y del avance,gracias a él el hombre es hoy en día lo que es,pero si bien su control promueve todo lo bueno,cuando escapa al dominio del ser humano puede acabar con todo,casas,aldeas,poblados y ciudades. Incluso las altas y poderosas montañas pueden convertirse en nada si el fuego es lo suficientemente grande. Pero el fuego del que debemos hablar es otro,es aquel que habita en nuestros corazones,la pequeña chispa que nos mantiene con vida. Esa que nos hace luchar y vivir día a día. Sin embargo,puede suceder que esta chispa al igual que antes se descontrole,acabe formando una inmesa llama que acabe con todo lo que encuentre a su paso,una llama que no se alimenta del aire y la madera. Una llama que se nutre de la rabia y la ira,de la maldad y el odio y que puede consumir el propio corazón del hombre volviendolo más oscuro y negro que el propio carbón...
-Vamos- Dijo mientras daba un tiron. Un chico de estatura media acababa de avandonar el reino que le había visto crecer,en su cara lo único que mostraba era una siniestra sonrisa de blancos dientes que desgarraría el alma de cualquier ser bondadoso. Portaba una capa manchada de ceniza y algo quemada,en parte por la llama de su corazón. Esta le cubría todo el cuerpo impidiendo ver el resto de su rostro y su ropa, lo único visible era un pequeño destello rojo que de vez en cuando podía verse en sus ojos. Agarrando firmemente llevaba una cuerda entre las manos que iba enganchada a otra persona,que le seguía forzadamente,pues la cuerda le tenía atada las manos y era imposible oponerse a los tirones de esta. Otra capa,igualmente o más quemada que la del chico cubría a la misteriosa figura que le acompañaba sin quererlo. El corazón del humano atado tañía una insonora canción de pena,pues hoy un inmenso dolor había llegado a su alma. Su reino y todo en lo que un día creyó estaba desapareciendo detrás suya. Tenía razón,ya que a sus espaldas dejaban toda una ciudad en vuelta en llamas,grandes nubes de humo cubrían el oscuro cielo que había aquel día,gritos y llantos podían escucharse provenientes de las paredes de edificios y calles. El propio reino lloraba su temprana muerte,para colmo la sangre de sus habitantes cubría y pintaba las calles. Algunos asesinados,otros simplemente abrasados por las llamas incapaces de huir ante tan terrible enemigo.
-Chico lo has echo bien muy bien- Pudo escucharse decir al humano que iba en cabeza para sí mismo,escapa del horrible destino que otros compartían; sin embargo era distinta,esta segunda voz era mucho más bronca que la primera y bastante más malvada,además esta voz solo podía oirse cuando los ojos del muchacho cambiaban al color rojo,cosa que aterrorizaba a la persona que se veía arrastrada por el humano.
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Apenas un día había pasado desde la quema de aquella gloriosa ciudad,un caballo cabalgaba veloz cruzando otro de estos maravillosos reinos cuya señal era un rayo y cuya grandeza era respetada y conocida por los otros. El corcel iba lo más rápido posible pues su dueño llegaba tarde a una importante cita.
-¡Vamos cabalga,cabalga rápido!- El hombre que iba montado encima era un chico con el cabello largo,suelto de color oro y unas brillantes púpilas rojas. La cita a la que tenía que acudir era una importante reunión entre reinos,pues había que tratar un importante asunto,esta se celebraba en el castillo del reino del Rayo y hacia poco que había comenzado.
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-¡¿Me estas acusando de algo?!- Rugió furioso el monarca del pais del Fuego mientras golpeaba la mesa en la que se encontraba sentado,ya que acababan de echarle la culpa de todo lo currido. Llevaba una brillante armadura roja que hacía juego con el color de su pelo en forma de pinchos.
-Nadie te esta echando la culpa Nagumo,solo decimos que es un metodo muy parecido al tuyo- Dijo el monarca que se encontraba en frente suya. Se trataba del monarca del pais del Conocimiento,sus extrañas lentes,además de su fama como estratega y su armadura de color verde oscuro confirmaban dicho echo. A parte de ellos dos había algún que otro monarca más,en un extremo se encontraba el monarca anfitrión,el monarca del pais del Rayo, y a parte de él otros cuatro o cinco monarcas habían acudido a la reunión,el monarca del pais del Hielo que estaba sentado al lado de Nagumo,el monarca del pais del Poder Latente que se encontraba un poco al margen de todo y algún que otro pais menor.
-Vamos Kido,no tienes por que darle explicaciones al idiota de Nagumo- habló friamente el monarca del pais del Hielo,su pelo era de punta y medio plateado.
-¡¿Cómo osas Suzuno?!- Dijo encarandose con el mencionado poniendose en pie,este se mantuvo en su asiento
-Vamos vamos,hemos venido aquí para hablar de un problema que nos afecta a todos,no para despertar viejas rivalidades olvidadas- Intentó calmarles el anfitrión,este llevaba una banda naranja en la frente.
-Me calmaré por que tú me lo pides Endo,pero no olvidaré las palabras que me ha dicho. Además esta reunión esta siendo una perdida de tiempo,faltan casi todos los reinos.¿ A quién queremos engañar? La alianza entre los reinos se ha roto ya a nadie le importa-
-A mí sí- Dijo el chico que antes cruzaba velozmente las calles del reino entrando por la gran puerta que daba acceso a la sala.
-Ya llegó el presumido de Terumi,como siempre tarde- Comentó el monarca del reino del Poder Latente sin ni siquiera mirarle.
-Es cierto que llego tarde Hiroto,pero lo de presumido no es cierto,no del todo- Le guiñó un ojo al de pelo rojo que solo apartó la vista indignado.
-Me alegro de que hayas podido venir monarca del reino Divino- Dijo Endo con una sonrisa mientras el mencionado tomaba asiento en frente suya.
-Sí,siento el retraso pero otros asuntos me tenían ocupado en mi reino- Una vez en su sitio miró a los que habían acudido a la llamada del reino del Rayo- Somos pocos,nuestros lazos se desvanecen,dinos,¿qué asunto reclama nuestra presencia?- Pidió impacientemente el chico,el resto de los presentes le miraron con mala cara
-¿Es que acaso vives en otro planeta,no te has enterado de lo que le ha pasado al reino de las Flores?- Preguntó molesto Nagumo,el otro chico le sostuvo la mirada mientras parecía observar de arriba a bajo su brillante armadura.
-Podría decirse que sí,vivo en otro mundo- Contestó con cierta chuleria,ciertamente las rivalidades entre los reinos estaban siempre presentes,pero ultimamente se habían visto acentuadas enormemente,quizás algunas guerras se estuvieran acercando,quizás lo ocurrido en el reino de las Flores fuera el desatante.
-El reino de las Flores ya no existe,fue quemado ayer mismo. Los daños son incalculables,muchas personas han muerto y los que quedan no tienen donde vivir- Se hizo un silencio mientras Afuro parecía asimilar la información,hacia más de 5 años que no atacaban a otro reino. -¿El culpable?- Prosiguió Endo
-Nagumo,las llamas es su signo- Interrumpió el monarca del pais del Hielo solo para molestar a su compañero,cerró los ojos y sonrió mientras esperaba la respuesta de este.
-Sabes perfectamente que ni yo soy tan cruel como para quemar a personas vivas
-¿Entonces de quién se trata?- Preguntó Kido que había permanecido en silencio
-¿Un reino de fuera de los dominios de Inazuma tal vez?- Razonó Terumi mientras jugaba con su largo pelo.
-Ni mucho menos- Endo hizo una pausa para darle más intriga a la respuesta- Según los testigos fue una sola persona
-¡¿Qué blasfemia es esta?! El reino de las Flores contaba con al menos un centenar de soldados solo en las afueras de la ciudad,ningún ser humano normal podría acabar con ese reino- Dijo Nagumo incrédulo ante lo que estaba oyendo.
-Estoy con Nagumo,hasta a nosotros mismos nos costaría realizar semejante proeza,los aldeanos han debido de equivocarse- Argumentó Kido dandole la razón al monarca que tenía en frente. Endo les miró mientras sonreía amargamente
-Creo que para ellos es díficil equivocarse cuando delante suya se encuentra quién podría acabar con sus vidas,quemando sus casas con ellos dentro y destruyendo todo en lo que basaban su existencia. Todas las descripciones coinciden. Una persona con una capa que se movía como una bestia impulsada por el odio. Todo lo que quedaba a sus espaldas acaba en llamas. Además a la mayoria de ellos le temblaba la voz cuando me hablaban sobre el rostro de la persona. Ninguno de ellos dice haber visto su cara,lo único que vieron fue un brillo rojo que les dejó helada la sangre
-¿Un brillo rojo? No será que...- Habló Hiroto que por primera vez parecía interesado en la conversación.
-Todavia no sabemos nada- Contestó Endo mientras suspiraba
-¿Eso es todo? Es decir esta claro que el culpable es alguien muy peligroso pero solo ha atacado un pequeño reino,solo basta con capturarle. Tu reino es famoso por su ejercito compuesto por soldados de otros reinos Endo. No debería ser motivo de una reunión.- Habló Afuro mientras con soberbia miraba por encima del hombro al resto,Endo sonrió igual que antes.
-Si solo fuese eso no hos hubiera echo venir. Esta claro que tarde o temprano acabariamos encontrandole. El problema es que los testigos aseguran que secuestró a alguien.
-¿A quién?- Dijo el monarca del reino del Hielo,tampoco le importaba mucho lo que hoy se dijera en esta reunión,pero ya que estaba prefería conocer todos los detalles.
- A la princesa del pais de las Flores.
-¿A la princesa?- Preguntó sorprendido Nagumo,Endo solo asintió
-¿Por qué alguien que acabó con el reino secuestraría a su princesa?- Dijo Kido,después se colocó las lentes para darse aires de grandeza ante el resto
-¿A que te refieres Kido?- Preguntó Endo
-Es fácil,hubiera sido mucho más sencillo y mejor para él que hubiera secuestrado al rey,sin embargo acabó con este y secuestró a su hija. No tiene sentido- Dedujo el estratega.
-Pues ahora que lo dices tienes toda la razón. En cualquier caso es primordial encontrar a la princesa,por eso os he llamado es necesario que todos colaboremos para encontrarla.
-Entiendo,asique así estan las cosas...-Comentó Afuro mientras la reunión proseguía. Pero lo que ninguno de ellos sabía es que el humano mencionado por ellos se encontraba ahora muy lejos de allí,se había porpuesto ir a otro reino,¿el movito? Solo él lo sabía.
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-¡Sueltame de una vez!- Gritó la princesa en un desesperado intento por librarse de su apresor.
-No puedo soltarte,si lo hago intentarías escapar y tendría que atraparte de nuevo- Dijo el chico girandose para ver a su capturada,la chica se había quitado la capa quemada al igual que él y por primera vez estaban hablando después de un largo viaje en silencio. La chica era de estatura media,tenía un largo y brillante pelo moreno que llevaba suelto,fruto de los cuidados que le daban en palacio. Vestía una ropa bastante elegante,simbolo claro de su pertenencía a la realeza. Los rasgos de su cara eran finos y delicados. Poseía unos preciosos ojos verdes de gran tamaño y una perfecta nariz. En cuanto al chico, tenía el pelo bastante corto y de punta,desordenado y moreno. Sus rasgos faciales denotaban una barbilla de buena forma y unos grandes y penetrantes ojos marrones que más que mirar lo que parecían era atravesar cruelmente el corazón de todo aquel que tenía la desdicha de cruzarse en su camino. Llevaba puesto una camiseta de manga corta de color rojo con dibujos de llamas por toda ella. La camiseta iba a juego con sus pantalones y zapatillas todas del mismo color y con el mismo dibujo.
-No soy tonta,sé que no puedo escapar pero necesito ir al baño- Dijo la chica con un tono entre molesto y soberbio,el chico se giró y se la quedó mirando durante unos segundos. Esta solo giró un poco la cara algo incomoda. Tenía los ojos bastante rojos ya que había estado llorando durante toda la noche y no quería que el chico la viera así.
-No la dejes,los humanos son traicioneros,en cuanto la des la espalda comenzará a correr- Comentó la segunda voz del chico mientras sus ojos cambiaban a esa tonalidad roja de color sangre. La chica seguía sorprendiendose de cómo el chico hacia eso,ya le había visto hacerlo muchas veces pero seguía igual o más confusa que al principio. Estaba claro que si hablaba consigo mismo estaba loco,pero conseguir tonos tan distintos además de la diferentes personalidades y sobre todo que sus ojos cambiasen de color no le hacia decantarse por ello. No sabía qué clase de ser era el chico,ni por qué la había raptado,lo único que sabía era que no podía ser humano,por lo que le había visto hacer,no tenía corazón y sin corazón no se puede ser humano.
-Yo decido,adelante pero solo te daré un minuto,sino vuelves iré en tu busqueda y tendrás bastantes problemas- El chico se acercó a la chica y con mucho cuidado la quitó las cuerdas mientras esta procuraba no cruzar las vistas con él. Una vez liberada la indicó donde podía ir y esta se introdujo entre los árboles.
-Dime Meil,¿porqué no has matado a esta chica como al resto?- Preguntó la otra voz,el chico dudó un segundo.
-Por que era el único ser humano con un corazón puro de todo el reino- Mientras hablaba encendió un fuego cochando un pequeño puñal con una peidra,las chispas saltaron sobre unas ramás secas que el mismo había recogido encendiendo el fuego. Empezaba a oscurecer y tendrían que pasar la noche allí.
-¿Cómo dices?- La segunda voz parecía sorprendido,conocía de sobra a Meil y nunca pensó que el chico pudiese respetar algo así. Por su parte la chica ya había terminado,en realidad nunca había necesitado ir,solo lo había echo para tratar de dejar algún tipo de señal,pero era inútil,no había forma de escapar. Antes de volver,se había quedado escondida entre los árboles y espiaba al chico mientras parecía hablar solo.
-Ella fue la que le denfendió a él cuando era pequeño.- Hizo una pausa mientras veía el fuego que tenía delante- Además anoche cuando fui al castillo,mientras veía como todo lo que la importaba desaparecía delante suya por mi culpa no dijo nada,lo único que hizo fue mirarme en silencio. La sangre de sus padres goteaba entre mis manos,detrás mia podía ver arder toda la ciudad y a escasos metros,en el suelo se encontraban los cuerpos sin vida de todo aquel que se encontraba en el castillo. Sin embargo a pesar de todo,no encontré ni una pizca de odio hacia mí en su mirada,nada. Me miraba con una mirada que solo mostraba pena y compasión por mí. ¿Por qué? ¿Por qué no se enfadó conmigo? La única explicación que encuentro es que tiene que tener un corazón puro- La chica que estaba entre los árboles no podía creer lo que estaba diciendo el chico,pero en el fondo sabía que tenía razón. Ni ella misma sabía porqué era incapaz de sentir odio hacia ese chico,a pesar de todo el daño que le había echo. Entonces un puñal pasó por encima de su cabeza y se clavó en el árbol. La chica se asustó enormemente mientras veía acercarse al chico hacia ella.
-¿Has terminado de espiarme?- La dijo mientras recogía el puñal que hacia algunos segundos había usado para encender el fuego. La chica se pusó de rodillas consciente de su complicada situación. El chico solo la pusó en pie mientras la ataba de nuevo,después hizo que se sentase junto al fuego al igual que él. Las llamas hacían brillar el rostro de la humana,era realmente hermosa,por su parte en el chico creaban una sensación opuesta,las llamas no hacían más que resaltar que más que un humano parecía un demonio sin corazón.
-Bien,¿cúal es el plan ahora?- Preguntó la segunda voz
-¿El plan?- El chico de ojos marrones sonrió- El plan sigue siendo el mismo...¡La venganza!
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Bueno aquí termina este episodio que podría decirse es como un prologo. Lo primero muchas gracias por leerlo. Para aquellos que se pregunten. ¿Porqué esto? No tengo respuesta. Sencillamente debía publicarlo,no tardaré en continuarlo,no se preocupen no dejaré de lado las otras historias pero trataré de centrarme en esta algo más.
