N/A: Y os estaréis preguntando qué hago subiendo un reto en vez de los fics que tengo pendientes...y la respuesta es que soy una retoadicta. Es superior a mis fuerzas, aún así no me olvido del resto de fics, pero son muchos y el día no tiene tantas horas. Pero quiero que sepáis que me he hecho un calendario para organizarme mejor, como propósito de año nuevo :) y espero poder subir algún capítulo antes de año nuevo.
Disclaimer: este fandom no me perteneces blahblahblah no soy GRRM blahblahblah.
Aviso: Este fic participa en el Reto#92:El malo de la película, del foro Alas negras, palabras negras.
Capítulo 1: Valar Morghulis.
Pocas veces se preguntaba Jaqen H'ghar porqué hacía lo que hacía, él era un siervo del dios de muchos rostros, del dios de la muerte lo llamaban algunos. Él era una herramienta, él se limitaba a ponerse una máscara y matar a la gente que se lo pedía. Era un siervo fiel y devoto y no se cuestionaba el porqué de las cosas. Pero había días, o situaciones más bien, en las que le era inevitable hacerse la pregunta. Y esa noche era una de esas veces.
Llevaba mucho tiempo viviendo en Poniente, más del que había planeado de hecho, llegó con un cometido claro y simple, matar a un mercader por orden de un antiguo socio que había ordenado su muerte. Rastrearle y seguirle la pista no había sido complicado, tampoco acabar con su vida; pero una vez en Poniente no había podido evitar querer conocer un poco más esas tierras; por supuesto había seguido ejerciendo su profesión, cambiando que cara y matando gente, pero también aprendiendo esa cultura y a sus dioses.
La gente por el contrario no le pareció digna de mención, hasta que la conoció a ella. una chiquilla asustada, vestía e intentaba actuar como un chico pero sus ojos decían claramente que no lo era, tampoco de tan baja cuna como pretendía, pero le extrañaba que una niña con fortuna no se molestara en ensuciarse las manos y trabajar como un hombre, haciendo un largo camino hasta el norte.
Le pareció cuanto menos curiosa y, aunque sabía que la niña haría preguntas, le dijo a la niña que le debía 3 nombres. Tres sacrificios, para su dios. Podía perfectamente haber escogido él mismo a esas personas, pero la niña le había salvado a él y sus dos compañeros de viaje, por lo que le pareció justo que fuera la niña la que escogiera los tres nombres.
El primero fue sencillo: un hombre al que le gustaba torturar y beber. Su muerte no fue complicada y sirvió para su dios. Aunque se permitió una licencia; como sabía que la niña le había dado un hombre para probar si era cierto lo que él decía, su muerte fue pública y cuando la niña estaba por los alrededores. Ahora sabía que lo que le había dicho era cierto.
El segundo fue algo más complicado, más que nada por la prisa con la que tuvo que hacerlo. Pero tenían un acuerdo y aunque no le gustaba que le dieran órdenes, la mirada de terror de la niña le dijo que ya no le decía un nombre por probar, sino que era una situación de vida o muerte, su vida o su muerte. Por lo que acabó con el soldado. Poco le importaban los problemas que su muerte causara, en la mismísima estancia de Tywin Lannister.
Pero la hecatombe vino con el tercer nombre.
-Jaqen H'ghar.
-Una chica carece de honor-le dijo tras intentar razonar porqué él no iba a darle más muertes de las que habían acordado en un principio. Pero había subestimado a la niña, era astuta y sabía lo que debía hacer para sobrevivir. Eso le enfureció, no le gustaba aceptar órdenes de una niña, pero acabó accediendo.-Si hago esto, una chica debe obedecer.
-Una chica obedecerá.
-Una chica y sus amigos pasarán a medianoche por las puertas.
No le gustaba esa situación. Las reglas eran bien sencillas, alguien pedía una muerte y él la concedía. La niña había evitado tres muertes y él debía tres muertes a su dios, y sin embargo ahora estaba entregando más muertes de las correspondientes. ¿Pero qué otra cosa podía hacer para seguir sirviendo a su dios? Por lo que ahí estaba él, en las puertas, con la armadura de los Lannister manchada de sangre de varios soldados a los que había entregado al dios de muchos rostros. Había sido muy fácil, como de costumbre, los soldados apenas se habían dado cuenta de lo que pasaba hasta que fue demasiado tarde. No dieron la voz de alarma. Pero él no se podía quitar de encima la sensación de no estar haciendo lo correcto, ¿eran adecuadas esas muertes? No las enviaba por que el dios lo necesitara, sino por el capricho de una niña. ¿Era lo que su dios quería? ¿Tenía la niña algún propósito en todo ese asunto? ¿O era una coincidencia fortuita del destino? Algo que se salía de lo común y le ponía a él en un punto de inflexión en su vida. ¿Acaso era alguna clase de prueba? La niña no parecía nada del otro mundo y sólo quería volver a su casa. No obstante no le había pasado desapercibido el brillo en sus ojos cuando le habló del acuerdo, de su dios y de las muertes que le debía. A lo mejor, con las indicaciones adecuadas la niña volvería a cruzarse en su camino.
Pasados unos minutos la niña y sus amigos salieron por las puertas sin problemas. Él sonrió.
-Valar Morghulis-dijo pasando de largo las puertas, con los soldados ensartados en ellas y acariciando una moneda que llevaba encima en todo momento.
¿Tomates? ¿Lechugas? ¿Reviews? Recuerdad que un fanfic con reviews es un fanfic feliz 0:)
