Disclaimer: Los personajes son de Stephenie Meyer.
Claim:Jacob/Lizzie
Summary: Aquella chica tenía el don de la palabra y la capacidad de hacer sentir mejor a los demás tan solo con hablar un poco. Y por eso en ese instante Lizzie era todo lo que Jacob necesitaba.
Notas: Para el reto Palabras Para El Recuerdo, del Foro LOL. (Palabra clave: Hablar)
El don de la palabra
Cuando la vio por primera vez en el parque de diversiones mientras ella era una más de tantas caras que no significaban nada, que no le provocaban nada, jamás habría pensado que aquella pelirroja podía llegar a cambiarle ese pésimo estado de ánimo que cargaba.
Se sentía destrozado. Ella moriría y él no podía hacer nada por evitarlo. Su única solución era esperar que el último latido de su corazón resonara, esperar a ver como moría, como se convertía en uno de ellos. Fría, eterna y asesina.
Ya afuera del parque, mientras pensaba en todo lo que estaba sucediendo en su vida y en la de Bella y se hundía un poco más en su propia miseria, la pelirroja se acercó. Parecía ansiosa, se podía ver claramente en sus ojos color canela, pero aún así estaba dispuesta a echarle una mano a un desconocido y eso era algo que, a pesar de todo, Jake valoraba y mucho.
Lizzie, aquel era su nombre. Pecas por doquier y rosados y carnosos labios. Dulce y simpática. Un humor un tanto ácido, brillante sonrisa y un tierno hoyuelo. Simple y encantadora. Era graciosa y encima entendía de autos. Lizzie era perfecta. Era todo lo que Jacob alguna vez deseo encontrar en una chica, pero no era Bella y tampoco se había imprimado de ella y eso era una mierda.
Bastó con cruzar un par de palabras y ella ya lo había hecho sonreír. Tal vez no era suficiente para que se sintiera completamente bien y definitivamente, por más que él lo intentara y lo deseara con todas sus fuerzas, ella no era su imprimación, pero aquella chica tenía el don de la palabra y la capacidad de hacer sentir mejor a los demás tan solo con hablar un poco. Y por eso en ese instante Lizzie era todo lo que Jacob necesitaba.
