Sumario: Los ojos carmesíes se ocultaron mientras la cabeza negaba, como relacionando todo ello con algo intrascendente y efímero. Y quiso darse la vuelta, como si aquella pelirroja jamás hubiese existido en su vida. "Yo sólo quería ser tu amiga…", Nanoha sonrió dolida. NanoFate.

MUTE

Por: Kida Luna

I: Me da miedo de tan sólo pensar…


"When everything is made to be broken… I just want you to know who I am."
(Cuando todo está hecho para romperse... Sólo quiero que sepas quién soy yo.)

Iris, Goo goo dolls.


Nunca antes en mi vida me había llamado la atención el tener una relación seria. Es decir, sí, había tenido novias amables y lindas pero… No sé, supongo que jamás me interesaron en el fondo.

Era Nanoha Takamachi, después de todo –pensé mientras tomaba un sorbo de mi malteada y reía ante uno de los comentarios de Signum-. Me agradaban los cero problemas y la sensación de ser libre como el viento.

Un poco distraída, sí, tal y como ahora me lo reafirmaba Carim entre risas. ¿Qué puedo decir?

Creo que jamás me tocó el estar enamorada de alguien.

No hasta que me la topé con la mirada, sentada a unas cuantas mesas de mí…


-"¿Nanoha?"

La mano de una chica de cabellos naranjas se pasó por su cara, en un intento por hacerla reaccionar. Al ver que los intentos de Teana Lanster eran en vano, Signum decidió intervenir.

-"¿Qué estás mirando, Takamachi?"

Al ver que no había respuesta, las otras tres dirigieron la vista hacia sus espaldas. Signum alzó el entrecejo, comenzando a ponderar la idea de que tal vez el sol ya le estaba quemando el cere…

-"Ya veo –Carim comenzó a reír, volviendo la vista al frente, y por ende, ganándose la mirada de las otras dos-. Es muy bonita, Nanoha-chan."

La aludida parpadeó, de alguna manera regresando a la realidad al escuchar su nombre. La pelirroja rió tontamente e imitó a su amiga rubia, tomando un sorbo de su malteada de vainilla.

-"¿Quién es bonita?"

-"Nadie" –Nanoha le sacó la lengua a la pelirrosa.

-"¡Oh, vamos! –Tía chilló-. ¿De quién están hablando?"

Carim apartó la boca de su bebida y ocultó su risa tras la palma de su mano. Después, miró a Nanoha con diversión, antes de dirigirse a sus demás compañeras.

-"Rubia, un poco alta, ojos rojos. A las 12 en punto de Nanoha. Está sentada sola en la mesa, parece muy entretenida en ver a los transeúntes pasar."

-"¿Qué significa a las 12 en punto?"

-"Significa –la pelirroja hizo énfasis-, que está justo al frente mío, Signum."

-"Ohh… ¿Por qué no pueden hablar normal?"

-"No es divertido" –Carim contestó, revolviendo su malteada con la pajilla en su mano.

-"Me pregunto cuál es su nombre" –soltó en voz baja, recostando su mejilla en su palma derecha.

-"¿Para qué? –Signum la miró divertida-. ¿Sabes? Siempre que te ves envuelta con alguien, no duras demasiado tiempo. Ella parece una muchacha amable, tal vez deberías dejarla por la paz, Takamachi."

-"Pero quién sabe –le respondió con una sonrisa tímida-, puede que esta vez sea diferente."

-"¿Estás segura? –Teana habló entre risas-. Porque parece que ya se va."

Nanoha pegó un gritito y se puso de pie de golpe. Comenzó a voltear a todos lados e hizo el ademán de caminar, no dando nunca más de dos pasos hacia la derecha o hacia la izquierda.

-"¡Qué hago, qué hago!"

-"¡No sé, no sé! –Signum negó rápidamente en son de mofa, ganándose un mohín al instante-. Ya, va en serio. Parece que va a pagar a la caja, ¿por qué no vas y pagas lo nuestro también?"

-"¿Lo pago?"

-"¡Sí, sí, rápido! ¡Ya se va!"

-"¡Kyaa! ¡De acuerdo, lo pago!"

Nanoha salió corriendo hacia donde se hallaba la cajera, y justo cuando hubo llegado, se dio la media vuelta al recordar algo:

"¡Un momento! ¡¿Yo voy a pagarlo todo?"

A lo lejos, vio cómo Carim y Tía la saludaban mientras le sonreían inocentemente; Signum tan sólo se limitaba a terminar de tomar su bebida para después pedirle a otra a uno de los meseros que pasaba por allí. Nanoha suspiró abatida –sacando sin muchas ganas su billetera- y volvió la vista delante sólo para chocar ligeramente con la persona al frente suyo.

-"¡L-Lo siento mucho!" –se le salió por inercia.

Cuando se dio cuenta, un par de ojos borgoñas la vieron confundidos. La pelirroja abrió la boca para decir algo más, siendo cortadas sus palabras al ver a la rubia voltear la cara al escuchar a la cajera llamarle.

Nanoha la vio pagar su cuenta y dar la media vuelta. Volvió a repetirle que en verdad lo sentía, a lo que la joven la miró de nuevo, apenas unos segundos, para después asentir y retirarse.

Al momento en que regresó con sus amigas, Signum fue la primera en preguntar al ver el desánimo en el rostro de su amiga.

-"Ella… ni siquiera me dijo una sola palabra" –explicó, mostrando una sonrisa algo triste.

-"Pero, ¿le dijiste algo?" –Carim intervino.

-"Mhmp –asintió-, me disculpé por haberla empujado por accidente. Lo hice dos veces."

-"No, pues sí. Yo tampoco te hubiera dirigido la palabra por atentado a la vida" –sonrió de lado la pelirrosa.

-"¿Ni un gracias?" –preguntó Tía, ignorando el comentario anterior.

-"Mmhp" –negó.

-"Está bien –Signum habló al ponerse de pie, obligando así a las otras a hacer lo mismo-. Puede que no le agraden mucho los extraños. Vamos, no es la única rubia en la cuadra."

La sonrisa de Nanoha se avivó un poco al sentir la mano de la pelirrosa revolver sus cabellos cariñosamente, en un intento por confortarla. Las cuatro comenzaron a marchar entonces, entablando una nueva conversación entre ellas.

Sin embargo, Takamachi no pudo evitar dirigir una última mirada a la rubia que se alejaba calles atrás.


Ésa fue la primera vez que la vi. Así es, era tan sólo la primera de las demás veces que habría de verla en los días siguientes.

Como a mí, ella parecía gustar de aquel modesto café al aire libre. Regresé a los dos días después, esta vez sola. A esas alturas me había convencido de que el incidente que había sucedido entre las dos, no tenía por qué afectarme demasiado.

Yo no la conocía. Era simplemente una extraña con quien me topé por mera y caprichosa casualidad. Nada más, nada menos.

Finalmente me puse de pie, sumida todavía en mis pensamientos, aunque dispuesta a abandonar la cafetería. Cuál sería mi sorpresa al verla pasar a mi lado, de largo; yo me quedé congelada en mi lugar.

Para mí, el mundo se detuvo.

Para ella… mi mundo no parecía afectar siquiera el suyo.


-"¡Oye!" –Nanoha se dio la vuelta y la llamó.

La joven estaba ordenando algo en caja mientras rebuscaba su bolso de mano, probablemente por su billetera. La ojiazul trató de llamarla una segunda vez. De repente, la rubia se detuvo por unos segundos, como si todas sus acciones se volvieran de piedra en aquel instante.

Takamachi sonrió. Seguro que fue la sonrisa más corta de toda su vida…

Entonces, al siguiente momento, la extraña retomó su búsqueda y Nanoha pudo percibir cómo la confusión se apoderaba de sus facciones. ¿Qué había sido eso? ¿Acaso no la había escuchado?

No. Negó.

Habló claro. La demás gente había volteado a verla también, así que no cabía duda de que había hablado lo suficientemente alto.

Entonces… ¿por qué?

¿Por qué ni siquiera la tomaba en cuenta?

Sus ojos azules siguieron el recorrido de aquella delicada figura que se dirigió a la misma mesa donde estuvo la última vez. La vio sentarse mientras tomaba su café y concentraba su rojo mirar en las personas que iban y venían al otro lado de la avenida.

Nanoha se quedó allí, de pie, un rato. Tenía la esperanza de que en cualquier momento ella voltearía a verla y quizás, sonreiría apenada y se disculparía por su actitud tan frívola.

Y porque tenía la esperanza, no le importó las miradas raras que recibía. No le importó permanecer parada a medio camino, obstruyendo el paso de la gente que andaba por ahí.

Esperó por unos minutos. Pero nada sucedió.

La pelirroja suspiró bajito y se dio la vuelta entonces, consciente de que por ese día ya sólo quería marcharse a su casa. Y así lo hizo.

Se marchó de aquel lugar, dándole la espalda al par de ojos rubíes que la observaban discretamente a lo lejos.


Volví a regresar a la mañana siguiente. Y a la siguiente, y a la siguiente, y… Bueno, el punto es obvio. En resumen, volví toda una semana completa.

Tomaba cualquier mesa que estuviera disponible, bebía algo y ordenaba mi cabeza mientras le lanzaba miradillas de vez en cuando. No sé si eran las evasiones o el hecho de que me gustara tanto lo que me causase querer acercarme a ella cada vez más.

Y realmente lo intenté. Traté de hablarle, preguntarle cualquier cosa, hacer un chiste e inclusive recuerdo haberle sonreído una vez que volteó a verme; pero nada funcionó. La rubia extraña sólo negaba o asentía y seguía su camino, a veces no me escuchaba –la verdad es que pienso que pretendía no escucharme-.

Suspiré y dejé mi rostro caer contra la mesa de plástico en lo que mis brazos se estiraban por encima. De verdad que yo quería hablarle; sin embargo, cada intento frustrado tiraba mis ánimos más abajo del suelo.

¿Será posible que no le agrade?

¿Hice algo mal?

¿He sido muy persistente? ¿O es que no he insistido como debería?

Sacudí la cabeza y me enderecé sobre el asiento, fingí que estaba cansada y me pasé una mano por los ojos.

Reí tontamente. ¿Por qué la urgencia de llorar por una extraña?


Nanoha lanzó un profundo suspiro, queriendo controlarse. Recordó las palabras de Signum, que amablemente le pedían abandonar el asunto por la paz; la gentileza de Carim diciéndole que quizás no valía la pena, porque cada día la veía más desanimada.

Ella estaba consciente de que el deprimirse no era algo común en su persona. Le fastidiaba, por supuesto. Takamachi Nanoha era una persona alegre, no tenía por qué permitir que una ex…

Y ahí sucedía de nuevo.

La rubia cruzaba hasta la caja y la ojiazul no podía evitar romper su tren de pensamientos orgullosos al verla. Claro que Takamachi Nanoha era una persona alegre.

No obstante, si tan sólo pudiera acompañarla, lo sería todavía más...

Hubo una venia por parte de la extraña, en seña de que se despedía de la cajera y se dirigía, probablemente, a su casa. O a lo mejor al trabajo. O…

Aquello entristeció a la pelirroja. ¡Cómo iba a saber a dónde iba cuando ni un "hola" le había sacado! De repente, sus manos se hicieron puños y una urgencia en su interior hizo doler su pecho.

¿Frustración?

¿Congoja?

¿Arrepentimiento?

¿Coraje…?

Nanoha no supo qué había sido, o si había sido una mezcla de todos ellos. Pero para el instante en que se dio cuenta, su cuerpo se impulsó de pie y de un momento a otro, a unos metros de la cafetería favorita que las dos compartían, la pelirroja sostenía a la rubia por la muñeca, impidiéndole avanzar.

La extraña se volteó a verla sorprendida. Los ojos azules la vieron con sorpresa también, incrédulos ante lo que su dueña había hecho sin conciencia alguna.

-"L-Lo siento. Yo sólo…"

Sus labios se partieron apenas, dejando salir débiles balbuceos. Los ojos carmesíes se ocultaron entonces tras unos delgados párpados mientras la cabeza negaba, como relacionando todo ello con algo intrascendente y efímero.

Después, quiso darse la media vuelta.

Nanoha reconoció el gesto de indiferencia. Hubo un profundo dolor reflejado en sus pupilas. Enseguida, el desazón fue sustituido por una clase de melancolía resentida, forzando a su propia mano apretar la que tenía sujetada para halarle hacia atrás.

Lo suficiente para hacerse notar. Lo suficiente para no dañar a la rubia extraña.

-"¿Por qué…?" –fue tan sólo un susurro, mas el sentimiento de angustia impreso hizo eco entre las dos.

Los ojos rojos la miraron de nueva cuenta, el doble de sorprendidos que la primera vez.

-"¿Por qué te niegas a hablarme? –la pelirroja entrecerró los párpados, como el niño que reclamaba al infante de primaria que le ha robado su almuerzo-. ¿Fue por algo que hice? ¿Crees que soy una mala persona? ¡¿Acaso te importo tan poco como para siquiera decirme que te deje en paz? Podrías sólo habérmelo dicho en un principio… –en este punto, la última frase se revolvió con quedos sollozos; los orbes celestes prediciendo el ardor de las lágrimas acumularse en ellos-. No habría intentado acercarme a ti sino quisiera conocerte; ¿por qué tenías que ignorarme? ¿Realmente eran necesarios los gestos fríos y las acciones rudas de tu parte?"

Los ojos borgoñas observaron a la joven al frente suyo agachar la cabeza, la mano que le sostenía aflojando su agarre gradualmente. Aquellas facciones antes distantes, se deformaron en unas preocupadas hasta el tope por las lágrimas que sabía la otra luchaba por retener.

El arrepentimiento se dibujó en su faz y la rubia extraña volteó a ver a todos lados, como si la respuesta estuviese esperando a que la encontrase en el cesto de la esquina.

-"Yo sólo quería ser tu amiga…" -Nanoha sonrió dolida.

Esa frase mató a la desconocida. Una ola de culpabilidad embargó su rostro, pero el sentimiento que oscurecía su mirada continuó allí. No sabía qué hacer.

O más bien, estaba muy insegura de hacerlo.

Pudiendo más la culpa que el sentido común, reafirmó el agarre que la hubiera dejado allí varada, y envolvió con su otra mano la de la pelirroja que la había estado siguiendo todas esas mañanas.

No sabía cómo empezar o cómo disculpase mejor, por lo que elevó sus puños y le dirigió una mirada de absoluta compunción. Desvió la vista a un lado y luego pegó los párpados, volviendo a negar con la cabeza como si quisiera encontrar las palabras que manifestaran su profundo remordimiento.

-"¿Lo sientes?" –Nanoha preguntó suave, contemplando los rasgos sumamente contrariados de la otra.

Por respuesta, recibió un asentimiento.

-"Mmhp –la ojiazul negó esta vez, quedando cabizbaja-, quien lo lamenta soy yo. Realmente no debí haberte dicho esas cosas, fue muy grosero de mi parte" –admitió con vergüenza, todavía percibiendo el ligero ardor en sus ojos.

Takamachi alzó la vista al sentir un apretón en sus manos. Casi no pudo creerlo cuando vio a la extraña sonreírle con gentileza, e inclusive, llegó a considerar la idea de que tal vez estaba llorando y sus lágrimas habían desconocido la imagen al frente suyo.

Antes de que pudiera ir más lejos, aquella joven que no conocía la soltó de una mano y la jaló por la otra, llevándolas de vuelta a la cafetería. Tomaron una mesa –aunque en realidad Nanoha no acordó, tan sólo imitó los movimientos de la muchacha- y de inmediato, un mesero pasó junto a ellas.

Cuando la rubia hizo el ademán de decir algo, el mozo sonrió y dijo:

-"Café negro con leche y dos tarros de azúcar. Anotado."

La joven sonrió agradecida, mirando ahora a Nanoha, quien entendió que era su turno de ordenar.

Para cuando el mesero se marchó con su orden de capuchino, la pelirroja agachó la cabeza unos segundos. Pensó en lo que había sucedido, en los malos modales que había demostrado ante su desesperación.

Pero ella era Takamachi Nanoha. No desaprovecharía la oportunidad que tenía delante y que tanto le había costado conseguir.

-"Disculpa…"

La ojiazul sonrió con timidez a pesar de que levantó el rostro.

-"¿Te importaría si somos amigas?" –terminó su pregunta.

La rubia se mordió los labios, aparentando indecisión por una fracción de segundo. Sin embargo, sonrió y asintió, pareciendo encantada con la idea a pesar de lo frío que había sido su interacción en un inicio.

El alivio que no se había dado cuenta la ojiazul estaba contenido en su garganta, salió como un suspiro.

-"Mi nombre es Takamachi Nanoha."

Takamachi Nanoha sonrió de nuevo y alargó una mano para estrechar la que había estado sosteniendo minutos atrás. La calidez que volvió a cosquillear sus dedos la hizo sentir muy feliz y nerviosa por dentro.

Cerró los ojos por un momento, disfrutando la sensación. Y después, los abrió para dedicarse a contemplar los borgoñas que le veían fijamente.

-"¿Cuál es el tuyo?"

Nanoha se destanteó al sentir la palma blanca zafarse de la suya lentamente. El rostro de la rubia extraña le pareció pesaroso por unos cuantos instantes, por lo que llegó a preguntarse si el gesto había sido real o había sido sólo su imaginación.

La otra liberó un suspiro bajo, tan bajo que Nanoha no pudo siquiera escucharlo.

Después, la de los ojos rojos alzó una mano.

Plegó el pulgar y el meñique, señalando con los tres dedos restantes hacia abajo. Hizo la mímica de una garra de oso. Hizo un barrido con una palma al frente.

Con el pulgar y el índice imitó la forma de la L, mientras el resto de sus dedos permanecían doblados. Movió la L de izquierda a derecha. Hizo un puño y dejó el pulgar fuera, para después abrir la palma por completo. Volvió a repetir el primer gesto que hizo. Copió la forma de la O. Otra vez la mímica del barrido.

La seña de "Ok" apareció ahora, pero con los tres dedos señalando hacia arriba pegados. Nuevamente el puño y el pulgar afuera, la palma se abrió enseguida. La mano se cerró en un puño de nueva cuenta, ahora el pulgar haciéndose un espacio entre el dedo medio y el índice. La garra de oso vuelve a aparecer.

Conforme los gestos se fueron dando, la mirada de Takamachi se inundó de más y más incertidumbre mientras los de la rubia se cubrían con un pesar que la pelirroja notaba le resultaba ser vagamente familiar.

Para cuando las señales cesaron, los ojos rojos la miraron con pena y tristeza.

Nanoha juntó los labios y la contempló con shock durante lo que aparentó ser un largo lapso, aunque en realidad hubiesen sido sólo dos minutos.

Pasó saliva y cerró los párpados para luego abrirlos muy despacio, como si aquello le resultase algo muy difícil de hacer.

Finalmente, cuando recuperó el habla, le dijo:

-"Eres muda."


M E / Barrido / L L A M O / Barrido / F A T E


Al fin he podido escribir algo. Esta idea (junto a muchas, bastantes otras…) me ha estado rondando por la cabeza desde hace ya un buen tiempo, por lo que me siento contenta de poder comenzarla al fin.

Es una historia corta, probablemente unos 4 ó 5 capítulos a lo sumo, aunque no puedo asegurar que actualice tan rápido como me gustaría; gajes de la universidad, ya ando en los últimos pasos así que hay más presión.

Muchas gracias por las personitas que se han molestado en leer. Todavía me falta investigar más sobre el lenguaje sordo-mudo, pero estoy haciendo mi mejor esfuerzo para que la historia sea lo más fiel posible a este tipo de contexto.

Saludos y espero que hayan tenido una agradable lectura ^^

Kida Luna.

P.D. Sí, Fate es muda. Lo siento pero, todos tenemos defectos xD!