N/A: Bones no me pertenece, yo solo juego con sus personajes.


Brennan siempre se caracterizó por ser una persona muy racional pero, en una situación como esa, ha perdido el control. No sabe qué hacer. Exceptuando a sus amigos, estaba sola.

Ahora se encuentra sentada en el sillón de su apartamento con Ángela a su lado, mirándola con preocupación.

—Cariño, ¿qué piensas hacer? Ya sabes, como ahora Alex no está... —Pregunta la artista suavemente, tratando de no hacer sentir mal a la antropóloga.

A pesar de que Brennan detecta la suavidad de la pregunta, no puede evitar ponerse a llorar. Ella, la siempre racional mujer se encontraba llorando y por una vez, no es Booth la causa. Conoció a Alex, un profesor de arqueología, en un bar y congeniaron de inmediato, es por ello que se mantuvieron en contacto. Luego de la marcha del agente del FBI al ejército, se sentía... fuera de lugar, como si le faltara algo. Quiso convencerse de que Alex lograría llenar ese vacío pero no solo no funcionó si no que acarreó un problema.

Embarazada.

Aun en su cabeza no logra descifrar cómo es que no reparó en la protección cuando se acostó con su ex amante, supone que fue por el momento de debilidad en que su cerebro decidió no razonar. Se enteró hace una semana y en cuanto notificó al profesor, éste decidió desligarse y desaparecer. Quedó abandonada, como siempre. Es llamativo que aun no se acostumbre a esa sensación. Sus padres, su hermano, Booth...

El agente del FBI decidió aceptar la oferta que le hizo un hombre perteneciente al ejército de los . Lo poco que sabe sobre él es por Parker, quien llama cada cierto tiempo a la antropóloga como una manera de aferrarse a lo más cercano, a parte de él, a su padre.

—Brennan, ¿estás bien? —Ángela no sabe cómo sacar del trance a su mejor amiga.

—No, no lo estoy Angie. —Contesta abatida la doctora. —Estoy sola y tú sabes a lo que me refiero. Tienes conocimiento de que te quiero porque eres mi mejor amiga pero... extraño a Booth. Extraño su apoyo incondicional. —Las lágrimas se acumulan en sus ojos.

—Lo sé cariño como también el hecho de que si lo llamaras y le contaras esto, él vendría corriendo.

—No, él decidió irse y no seré yo quien lo obligue a volver.

Angela ya no quiere discutir con Brennan, más en su estado. —Ven, hoy me quedaré contigo y no aceptaré un no por respuesta.

Temperance asiente sin resistencia y esto no le gustó nada a Angie. Su amiga no era así. Debía actuar ella si no lo hacía la doctora.

Llamaría a Booth.