ʕ•ﻌ•ʔ
Con el tiempo, Logan notó que Peter nunca tenía frio. Era como si su capacidad de reaccionar frente a bajas temperaturas fuera nula. Jamás lo verías abrigado o temblando de frío. Pero de que lo sintiera o no, ese era otro tema.
Por ejemplo, casi siempre dormían juntos. Y Logan fumaba todo el día, y la ventana de su habitación estaba abierta todo el día, y por las noches siempre estaba helada.
Y al dormir juntos, algunas noches, Logan sentía los pies helados de Peter escabullirse bajo sus piernas. Entonces volteaba, y Peter se acurrucaba entre sus brazos, pegando su fría nariz contra su pecho.
Definitivamente, Logan amaba esas raras ocasiones en que Peter sentía frío.
ʕ•ﻌ•ʔ
Su relación era de las más extrañas, y cualquiera que los conociera se preguntaría cómo pueden soportar cada día sin matarse luego de cada ridícula pelea. Pero esto queda por confirmar, ya que nadie que los conociera sabía de su relación.
Volviendo a las peleas, que no eran pocas, siempre ocurrían por culpa de Peter. Y siempre era este quien duraba más tiempo enojado. ¿La adolescencia, tal vez? ¿O la resignación de Logan a que tarde o temprano iba a olvidar todo?
El punto es, que luego de cada pelea, dejaban de hablarse. Y Logan se ponía a fumar, y Peter se quedaba quieto. ¡Quieto! Era inquietante.
Y se quedaba sentado en un sofá de la sala, de brazos cruzados y amurrado. Tratando de forma infantil de llamar la atención, con Logan totalmente dispuesto a ignorarlo.
Y Peter se hartaba, y no tenía nada que hacer, porque la casa de Logan era aburrida.
Entonces iba a asaltar la cocina, y se preparaba un emparedado. Y se odiaba internamente al no poder abrir el frasco de mantequilla de maní, luego de muchos intentos.
Y respiraba hondo, suspiraba, se tragaba su orgullo, e iba donde Logan a que abriera el jodido frasco.
Frasco que, minutos antes, Logan se dio el tiempo de apretar lo más que pudo.
ʕ•ﻌ•ʔ
Logan entró a su casa y por costumbre miró el felpudo en el suelo, ya desgastado y hasta quemado de las incontables veces que Peter cruzó ese umbral.
Suspiró y cerró la puerta a sus espaldas, y antes de voltear Peter ya estaba frente a él.
―¿Dónde estabas? ―le preguntó.
―También te extrañé. ―Logan le sacudió el cabello y le sujetó la cabeza para darle un brusco beso en la frente. ―Y ya sabes dónde estaba.
―¿Me trajiste algo? ―Peter sonreía, y Logan le miró con fastidio.
―No insultes a ninguno de los dos fingiendo que no me revisaste antes de que cruzara por esa puerta.
Peter volvió a sonreír.
―¿Y qué es?
―Revísalo.
Peter sacó el sobre de papel arrugado que había guardado en el bolsillo trasero de sus jeans y rompió la parte de arriba, vaciando el contenido en la palma de su mano.
Una llave atada a una pequeña cinta de color plateado cayó, y Peter la observó, ladeando la cabeza de forma involuntaria.
―¿Es mía?
Logan asintió.
―Prácticamente vives aquí, así que...
No alcanzó a terminar la frase, porque Peter estaba envolviendo su cuello con sus brazos, sin dar luces de que lo soltaría.
Logan se dio cuenta de que sus pies ni siquiera tocaba en suelo, y sonrió, correspondiéndole el abrazo.
Sabía que Peter pasaría aún más tiempo en su casa ahora, pero al menos ya no lo escucharía sacudiendo su ventana a mitad de la noche.
ʕ•ﻌ•ʔ
Habían momentos adorables entre ellos, como esas veces en que Logan prendía un cigarrillo y no alcanzaba a llegar a su boca cuando Peter ya lo estaba pisoteando.
―Yo compré eso. ―se quejaba Logan.
―Robaré algunos cuando te vayas, pero en mi casa no vas a fumar.
―Creí que no te molestaba el humo.
―No, pero hay una pequeña niña bailando en el piso de arriba que no quiero que lo respire. Si estás estresado, sal a caminar.
Logan olvidó el cigarrillo pisoteado y le entregó la cajetilla a Peter, quien la recibió y en un segundo lo escuchó en el baño tirando de la cadena. Sonrió.
No volvió a fumar desde ese día, y nunca volvió a necesitarlo.
ʕ•ﻌ•ʔ
Pero también tenían momentos terribles.
El primero, y el peor según Logan, fue cuando recibió aquella llamada telefónica de un número desconocido a altas horas de la noche, luego de semanas sin ver a Peter.
La temblorosa voz femenina que le habló de manera cortada desde el otro lado de la línea provocó que todos sus vellos se erizaran.
―Se fue. ―dijo, un poco más claro que lo anterior, y fulminó con un: ―Hace horas.
Logan no sabía cómo su madre había averiguado su número de teléfono, ni de porqué le avisaba; pero si no hubiera sentido tanta preocupación, habría estado agradecido.
―¿No le dijo nada antes de salir? ―valía la pena intentarlo. Era extraño, normalmente era él quien se iba sin decir donde, y Peter casi nunca salía de su casa, salvo para llegar a la suya.
―Estaba molesto conmigo. Fue bastante grosero, pero me temo que yo lo fui también. Hubiera llamado antes, pero no creí que pasaría la noche fuera.
Logan colgó el teléfono y lo lanzó sobre la cama. Horas. Pensar en qué tan lejos Peter podía llegar en horas le provocó dolor de estómago.
Entonces recordó aquella vez que salieron juntos, y Peter le dijo que podría vivir en esa playa por siempre.
Unos segundos bastaron para que Logan tomara su moto y partiera a máxima velocidad hasta ese lugar, rogándole a dioses en los que no creía que Peter estuviera ahí.
Unas cuantas horas más, y Logan se encontró caminando lentamente hasta donde Peter estaba, sentado en el balcón de una alta cabaña desocupada.
Le dedicó una severa mirada que hasta el momento Logan nunca le había visto, pero se acercó de todos modos.
―Lárgate. ―escupió la palabra con un tono bastante duro.
Logan siguió acercándose, y Peter lo esperó de frente.
―Me largaré sólo cuando te subas a esa moto conmigo.
―Llegué solo y me iré solo. Vete.
Logan dio otro paso hacia él.
―Deja de actuar como un niño.
Peter frunció el ceño. Se había enojado. Logan sabía que no había nada que le molestara más que cuando lo trataba de niño, pero en el momento fue la palabra que mejor definía su actitud.
―Deja de actuar como si fueras mi padre. ―fue la respuesta de Peter.
Le dolió. En especial porque no lo decía en el sentido de estar dándole órdenes, sino con el único fin de compararlo con una de las personas que Logan más detestaba en el mundo.
―Pudiste haber hablado conmigo primero. Pudiste haberme llamado.
Peter sonrió con amargura, y le dio un empujón cuando Logan dio otro paso hacia él.
―¡Vete!
Logan le sujetó de las muñecas, y en el forcejeo notó que sus ojos poco a poco se ponían vidriosos, dándole a sus pestañas el especial brillo de las lágrimas que amenazaban con salir. ¿Lo estaba lastimando? Soltó sus muñecas.
―¿Por qué no me dijiste?
―¡Porque no estabas aquí!
Volvió a darle empujones, esta vez acompañados de golpes de puño, mientras Logan lo detenía, con firmeza y suavidad, mientras su enojo poco a poco iba cesando, convirtiéndose en llanto.
Unas pocas lágrimas, luego unos sollozos, y unos temblores constantes fueron suficientes para que su ira se disolviera por completo, dando paso al chico sentimental y arrebatado que en el fondo aún era.
Fue como si su cuerpo se hiciera más menudo con cada lágrima que recorría sus mejillas, provocando que el corazón de Logan se ablandara, y sintiera las ganas incontrolables de cubrirlo con sus brazos.
Lo hizo, y lo sostuvo en todos los sentidos posibles, como debió haberlo hecho durante todo ese tiempo en que estuvo desaparecido. Lo sostuvo entre sus brazos, aún luego de que Peter había dejado de llorar.
ʕ•ﻌ•ʔ
―¿Me amas?
La pregunta lo tomó por sorpresa, ya que ni siquiera notó cuando el chico llegó a su lado.
Lo tuvo que pensar un momento. La palabra cada vez perdía más significado en su vida, como si cada vez que amara a alguien, esa persona se llevara todo ese amor que Logan entregó, dejándole vacío.
Amar. Para Logan, eso significaba dar todo, entregar y arriesgar todo por alguien. Y esto le hacía pensar en que, tal vez, nunca antes arriesgó todo por alguien. Tal vez era que simplemente no tenía la capacidad de amar a nadie.
Entonces aparecía el chico, sonriente, preguntándole si lo amaba. No sabía a qué se debía el repentino interés, pero necesitaba responderlo. Necesitaba respondérselo a si mismo.
Se tomó un segundo para analizar su rostro, su sonrisa en especial. Su cabello claro y sus ojos oscuros, en los cuales le gustaba perderse de vez en cuando. Y pensó, con toda la sensatez que fue capaz de reunir: Este chico. Inmortal o no, yo moriría por este chico. Yo daría mi propia vida por este chico, y eso no significaría para mí sacrificio alguno.
―Te amo. ―fue la respuesta, pronunciada sin titubear ni apartar la vista de sus oscuros ojos.
ʕ•ﻌ•ʔ
Tal vez todos estos han sido pésimos ejemplos, pero Peter no siempre está con ese humor difícil.
Hay veces en que está solo, toma un teléfono y las cosas para Logan comienzan a torcerse.
―¿Quieres venir?
Logan comienza con su discurso de que está ocupado y que no puede ir cada vez que Peter se aburre.
Entonces a Peter no le queda de otra que pronunciar las palabras mágicas.
―Las chicas no están en casa.
Un no tan prolongado silencio por parte de Logan, hasta que responde, provocando la risa de Peter.
―Estaré allí en cinco.
ʕ•ﻌ•ʔ
Oh, no sé. Perdón, ya me rindo. No sirvo para esto, y esta pareja no se me da para nada.
Tenia más ideas para esto, y las olvidé, entonces rellené y quedó feo. Si las recuerdo las agrego, si no... meh.
Felices Fiestas Patrias, o algo~
17/09/16
Santiago de Chile
