Hola, espero que esta historia sea de su agrado, todavía estoy pensando si hacerla en base al Manga o del Anime, dependiendo de cuál decida se los hare saber en su momento.

Por lo general me toma tiempo escribir (trabajo, juegos, etc.), pero esta es una historia que tengo en mi cabeza desde ya hace mucho tiempo (10 años o más :S) y tengo planeado terminarla, así que espero que sean pacientes.

NOTA: Esta es la segunda versión, revise bien y creo que me falto hacer un quality check antes de realizar la publicación, unas palabras mas unas menos, pero conserva la idea principal.

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Origen

Prólogo

Japón, era Edo.

El canto de las aves se escuchaba sutilmente en los alrededores, mientras la luz del sol empezaba tomar brillo iluminando todo a su alrededor con más intensidad, a lo lejos cerca de una pequeña colina sobresale una casa que a simple vista se ve chica pero esta no era así. Estaba rodeada de grandes árboles los cuales cubrían gran parte de aquella casa con estilo japonés, dejando entrever que la propiedad abarca un gran territorio.

Una colina humo empieza a salir de una chimenea, desde tempranas horas aquel ducto empezaba a guiar el humo hacia el cielo, aquellos cantos matutinos de las aves eran opacados poco a poco por el sonido de metales chocando entre sí, algunas veces golpes suaves otras veces con fuerza.

Aquella casa de la colina era conocida por los habitantes quienes vivían por los alrededores ya que en ella habitaba una familia de herreros los cuales creaban utensilios para uso de casa, campo u otros usos. De igual manera eran reconocidos por muchas personas porque esa familia de herreros forjo armas en los tiempos de guerra y lo más reconocido era su arte para la creación de Katanas, las cuales eran de la más alta calidad y en aquellos tiempos proveían de armas a ejércitos y algún otro espadachín de renombre.

Era un taller donde se encontraban 3 personas centradas en su labor forjando algo que pareciera una espada, la coordinación con la que contaban era perfecta. El herrero principal guiaba a sus 2 estudiantes los cuales eran sus hermanos menores quienes todavía estaban aprendiendo las técnicas para forjar utilizadas por varias generaciones anteriores.

Aunque ya no forjaban comúnmente armas, algunas veces tenían encargos especiales para coleccionistas quienes pagaban altas sumas de dinero por tener algo único o algunos señores feudales a los cuales regalaban instrumentos o armas para adornos.

Al caer la tarde una jovencita muy alegre de alrededor de 14 años corría por los pasillos de la casa, al ser verano usaba un kimono corto para poder moverse más libremente y poder mitigar el calor que había últimamente. Ella se dirigía al taller donde estaban sus hermanos, ya era hora en la cual debería de terminar sus labores y se dirigía a avisarles que fueran a comer.

Mientras llegaba al taller apresurada al querer deslizar la puerta uno de sus hermanos la sorprende abriéndola primero rápidamente haciendo que se asustara haciendo que callera al piso sentada. El hermano que era 4 años mayor que ella se da cuenta de que estaba sentada en el piso y la observa con los ojos entrecerrados, ambos se miran unos segundos hasta que le pregunta que es lo que hacía sentada ahí, a lo que ella reacciona haciendo un puchero algo enojada reclamándole que porque no la ayudaba a levantarse.

Él se ríe un poco por la reacción de su hermana menor, extiende su mano derecha para ayudarla a ponerse en pie mientras le pregunta que hacía por el taller, ella le contesta que los estaban esperando para comer. Otro de los hermanos mayores al escuchar a su hermana sale apurado para ir a degustar sus alimentos, estar gran parte del día encerrados en el calor era agotante y al verlo correr le alza la voz para diciéndole que se aseara primero antes de presentarse a comer.

Algunas veces se sentía desesperaba un poco ya que sentía que nunca le hacían caso y no le prestaban la atención que se merecía, ser la integrante más pequeña de la familia le llegaba a molestar porque tenía que esforzarse mucho para ser reconocida por sus hermanos mayores.

Escapa un ligero aire de derrota, pero reacciona al sentir que alguien le pone la mano en la cabeza, voltea a ver y se topa con el mayor de los hermanos el cual le sonríe y le agradece por haber venido a avisarles. El mayor de los hermanos extiende su mano hacia ella y juntos se encaminan caminando hacia la casa, después de unos pasos le dice a su hermano mayor que se aseara primero antes de ir a comer, el empieza a reír afirmándole que es lo que haría primero.

La familia estaba integrada por el padre Aoyama Katashi y su esposa Aoyama Sakura y sus 4 hijos, la menor era Hana de 14 años, los gemelos Taichi y Jin de 18 años y Akira de 24 años, el mayor de los hijos desde temprana edad había aprendió las técnicas de la forja de su padre y llevaba apenas 1 año como el herrero principal de la familia.

Su padre se dedicó a transmitir todos los conocimientos que adquirió a través de los años, al ver que ya estaba listo decidió bajar el escalón y dejar el puesto a su primogénito para que tomara el rol principal y así el poder descansar al fin de la herrería la cual había ejercido por más de 40 años.

Akira fue el último en sentarse a comer, los demás recién empezaban a degustar los alimentos, des pues de unos minutos Hana le pregunta al mayor de sus hermanos sobre el regalo que estaban haciendo para su padre, él le contesta el forjado está terminado, hacía falta pulirla y sacarle filo, esos últimos pasos quedarían en unos días más.

Era tradición familiar que cuando un nuevo líder de forja fuese nombrado tenía como tarea forjar una Katana aplicando los conocimientos trasmitidos por la generación anterior y así poder comprobar la habilidad del herrero. Katashi tenía plena confianza en las habilidades de su primogénito y sabía que cumpliría e incluso superaría las expectativas como el nuevo líder.

Cuando ya habían terminado de comer Sakura se levanta de la mesa y unos minutos después regresa con unas botellas de sake dejándolas sobre la mesa, katashi toma una de ellas vertiendo la bebida en unos pequeños vasos y se las ofrece a sus hijos los cuales aceptan con gusto. El padre empieza a contar la historia de cuando él tenía la edad de Akira y lo difícil que fue vivir día a día presionado ya que pasaba gran parte de su tiempo forjado armas para ser utilizadas en las batallas.

Katashi se sentía tranquilo por el hecho de que esos tiempos ya habían pasado y sus hijos no tendrían que pasar por situaciones difíciles, aun así la familia desde sus inicios en generaciones anteriores se dedicaban a la forja de armas lo primero que se le enseñaba a los aprendices eran a crearlas, ya después de aprender las cosas básicas y las técnicas de forjado podrían aplicar las bases para otro tipo de instrumentos de uso común.

Akira tenía como aprendices a los gemelos Taichi y jin, ellos llevaban desde los 14 años aprendiendo todo sobre la forja, por su lado el llevaba ya 10 años desde que su padre lo tomo como aprendiz, con el tiempo empezó a investigar más sobre los minerales y métodos para forjar.

Era una persona bastante inteligente y devota a seguir los pasos de su padre como herrero pero a su propia manera, había estudiado mucho e investigado a lo largo de esos 10 años de entrenamiento para poder crear nuevas técnicas que le permitieran forjar cosas únicas que nadie más hiciera. El fruto de todo el esfuerzo estaba depositado en aquella katana que creaba para su padre y quería que esta nueva generación sobresaltara para poner el nombre de la familia en alto.

Hana al ver que su padre termina de platicar con sus hermanos se levanta y camina hacia el para darle un abrazo, diciéndole que le quería mucho, Jin le comenta que todo está en buenas manos, ellos tres iban a hacer lo mejor para seguir sobresaliendo. Taichi se levanta y se posiciona a lado de su hermano mayor poniendo su mano derecha en el hombro mientras le sonríe a sus padres afirmando lo que había dicho su hermano gemelo.

Akira voltea a ver al gemelo, mira la mano de su hermano y lo muerde haciendo que Taichi forcejeara para poder liberarse de la mandíbula de su hermano mayor mientras le gritaba de dolor. Hana se posiciona en medio de su padre y su madre y los tres ven como los dos hermánanos se pelean como si fueran niños, Jin se disculpa antes sus padres, da media vuelta y se abalanza en contra de sus hermanos para ponerse a pelear con ellos.

Así termino el resto del día en la casa de la familia Aoyama, los tres hermanos agotados tirados en el piso riéndose, mientras su hermana y padres sonreian al verlos rendidos, Akira se pone de pie ayudando a los gemelos a levantarse y nota que su madre lo observa detenidamente, toma asiento y da un sorbo al sake y en ese momento su madre le hace una pregunta, una pregunta que hasta el más firme lo desarma, "Y cuando vas a darme nietos".

Sorprendido con aquella pregunta el joven herrero empieza a toser, voltea a ver su madre y ve aquella mirada penetrante, voltea a ver a su padre esperando que lo apoye pero este desvía la mirada, ve a su hermana hacer lo mismo, los gemelos empiezan a reírse tapándose la boca ante la situación, derrotado en frente de su familia suelta un suspiro y le contesta que en estos momento no tenía la idea de comprometerse, eso fue lo único que pudo decir en ese momento.

Su madre ve como su hijo le contesta de forma nerviosa, ella le comenta que todavía está a tiempo para conseguirse una esposa y tener hijos, despues le dice que un día encontrara a una mujer que lo haga feliz y que esperaba que fuese pronto porque quería ser abuela. Habia sido un momento incómodo para el mayor de los hijos, pero su madre era muy observadora, sabía que su hijo era algo solitario y le costaba hacer muchos amigos, eso no quitaba el hecho de que fuese buena persona.

Ya había caído la noche, la luna brillaba a su máximo esplendor iluminando toda la colina, corría una leve brisa que movía las hojas de los árboles, ahí se encontraba el mayor de los hijos sentado observando la luna detenidamente, suelta un suspiro de derrota, las palabras de su madre eran ciertas, como el siguiente líder de familia tenía como deber casarse y tener descendencia.

Tenía claro que para seguir con el legado de la familiar debía hacer una, pero algo muy dentro de él le decía que no era el momento indicado, no es que realmente no quisiera pero él creía que el destino le tenía preparado algo distinto, nuevos retos o experiencias que le harían ver el mundo de otra manera.

En un abrir y cerrar de ojos ya habían pasado 4 días, las labores de la Katana estaban terminadas, se había pulido e incrustado varios diseños a la espada, al igual se le saco filo y por último se preparó la saya (funda), esta última fu hecha por un artesano en una ciudad a unas cuantas horas de camino, una de las habilidades que le faltaba de pulir al primogénito era las habilidades con la madera, todavía le hacía practica para poder él crear las propias y así no depender de nadie. El trabajo hecho por el artesano era de la más alta calidad, aquella saya era de madera de pino de un color claro con algunos dibujos de hojas de cerezo, tomo esa decisión por el gran cariño a su madre.

"Destino" fue el nombre que había puesto a aquella arma, sus sueños y aspiraciones a ser alguien que generara un cambio y convertirse en alguien importante. Akira nunca fue ese tipo de personas que solo les interesaba el poder y la riqueza, su sencillez era notable, aun así siempre aspiro a ser alguien respetado y reconocido por los demás.

Iba camino de regreso a su casa para hacer entrega del regalo a su padre, aquel día era bastante agradable para ser verano, el sol brillaba a su máximo pero una brisa fresca corría por el lugar donde caminaba lo cual ayudaba a que el regreso no fuese molesto por el calor que se sentía. Mitigaba los rayos del sol usando un sobrero hecho de paja el cual generaba la sombra suficiente para evitar estar en contacto directo contacto de los rayos del sol.

A medio camino paso por una vereda amplia la cual daba vista a un valle que tenía grandes árboles los cuales se movían ligeramente por el viento que corría, en eso repentinamente esa pequeña corriente de aire incremento removiendo el sombrero del herrero haciendo que el brillo del día lo cegara un poco. Tardo unos segundos en recuperarse de la encandilada, al quere enfocar la vista se da cuenta de que hay alguien en frente de él, se talla un poco los ojos y trata de ver más detenidamente quien era la persona que estaba enfrente.

El joven herrero se sorprende al ver que la persona que estaba enfrente era una mujer, era esbelta de piel clara y alta, el herrero media alrededor de un metro con ochenta y pareciera que estaban a la misma altura. Era muy bella, sus rasgos obviamente no eran japoneses sus ojos eran de un color azul cielo y su pelo negro llegaba hasta sus hombros, él se quedó observándola detenidamente, era la primera vez que una mujer le llamaba tanto la atención.

Intentó decirle algo pero estaba nervioso, no tenía muchas conversación con mujeres, cuando por fin se animó se llevó una gran impresión haciendo que este retrocediera unos pasos. Él no podía creer lo que veía aquella hermosa mujer estaba flotando, se talla los ojos varias veces para poder analizar lo que veía, estaba flotando en verdad.

Akira era una persona bastante inteligente y en estos momentos su cabeza trataba de asimilar lo que estaba viendo, aquella hermosa mujer estaba levitando, este mira hacia ambos lados del camino buscando si habían más personas que pudieran ver lo mismo y así le pudieran creer. Era inimaginable la idea de poder levitar, por su mente pasó la idea de que sucedería si acudiera con la policía, claramente no le creerían y lo tacharían de loco.

El joven herrero se arma de valor y le dice la hermosa mujer que se acercara a la orilla, añada a su comentario que era peligroso estar en la orilla mientras el joven herrero se acercaba, ella ríe un poco por aquella reacción y empieza a caminar lentamente. Los pasos eran cortos, ella baja la mirada y observaba como sus pies acercaban a la orilla, al tocar piso mira al joven hombre y le sonríe.

Akira se acerca a ella y le toma de la mano halándola hacia el para alejarla de la orilla, la mujer se sorprende por lo hace el joven herrero, al estar cerca ella empieza a analizar el rostro del joven para después sonreír. No se había dado cuenta que al haber hecho eso estaba bastante pegado a la hermosa mujer, a los pocos segundos reacciona y voltea a verla, fue en ese momento que sus miradas se cruzaron, esto hace sonrojar al herrero y se separa bruscamente.

Mientras se retiraba algo lo detiene, la hermosa mujer le había toma la mano evitando que se alejara, el agarre era firme y nota eso inmediatamente, forcejea un poco para liberarse y logra retroceder. La mirada dulce de aquella mujer desapareció, cambiando por completo a una mirada seria, el joven herrero sintió que algo no estaba bien y pensó que algo estaba por suceder.

El mira de reojo miro hacia los lados, tratando de distraerla voltea hacia un lado aparentando haber visto a alguien, ella voltea alarmada para ver si alguien se acercaba por aquella dirección, el joven herrero aprovecha esa oportunidad y empieza a correr lo más veloz que su cuerpo le permitía. Cuando creía haberse alejando lo suficiente voltea rápidamente sin detener su paso y logra ver que la mujer lo miraba, en un parpadeo ella desaparece de su vista, haciendo que se asustara regresando su mirada de nuevo al frente para seguir corriendo.

Justo en el momento en que regresa la mirada hacia el frente ve que ella está ahí delante de él, trata de esquivarla pero algo lo detiene bruscamente, siente que lo habían halado por la espalda con tal fuerza que termino cayendo al piso.

Ella lo miraba con enojo y le dice que porque había hecho eso, el herrero se sorprende al darse cuenta de que podía entenderla a la perfección, pero también pasa por su mente que tenía un voz dulce y eso le agradaba, reacciona y recordó que no estaba en una situación favorable, trata de poner en pie pero ella se lo impide empujándolo de nuevo al piso evitando que se levantara.

El joven herrero le empieza a cuestionar quién era y que tenía que ver con él, la hermosa mujer solo le contesto que era el uno de los elegidos y tenía que acompañarla, lo ayuda a incorporarse y le empieza a decir que tenía órdenes de llevarlo a su mundo volviéndolo a sujetar de la ropa ahora tomándolo del pecho. Confundido el joven herrero le pregunta a que mundo se refería, a lo que ella solo le respondió que pronto lo sabría, extiende su mano derecha y empieza a brillar haciendo que el joven herrero se cubriera los ojos por el destello.

Cuando el brillo cedió se sorprende al ver algo parecido a una espada solo que esta tenía únicamente el mango, era de color negro con algunas marcas blancas, empieza a sentir temor a lo que pudiera suceder, pero no le quedaba opción más que defenderse.

Dentro de la familia Aoyama no solo había herreros si no también espadachines, muy buenos de hecho para ellos era lógico que si hacían armas por ende deberían saber usarlas, Akira no era la excepción era habilidoso y cuando se ponía serio su semblante cambiaba bastante. Al ser la primera vez que usaba una espada real en un combate y se sentía inquieto, observaba las acciones de la mujer, se percata que tenía los ojos cerrados empezó a desenvainar la espada que le iba a dar a su padre lentamente.

Buscaba un momento para poder librarse y enfrentarla, sintió que el agarre que tenía perdía un poco de fuerza, ella se da cuenta de lo que intentaba hacer el herrero y le dice que no lo intentara, a lo cual el hizo caso omiso y saco la espada dirigiendo la hoja de acero hacia la mujer que por reacción lo suelta para evitar ser lastimada, ella al verlo decidido por pelear suelta un suspiro y cambia a una estancia de defensa.

El pregunta su nombre a aquella bella mujer, a lo cual ella le contesta que se llamaba Míria, al escucharlo él le agradece, el presenta como Akira y sale corriendo hacia ella, eso la sorprendió un poco se prepara para defenderse. De aquella arma que tenía Míria en su mano derecha empieza a expedir un brillo y de pronto aparece una espada de luz, el joven herrero se da cuenta de ello y trata de no distraerse lo que ve decidiendo atacar por su costado izquierdo lo más rápido que pudiera.

Este da un último paso deteniéndose para tomar impulso lanzando un ataque el cual no había acertado, se sorprende al ver que no había nadie enfrente de él, voltea de reojo hacia los lados de forma rápida y no logra verla, escucha que el sonido de la tierra cuando alguien la pisa y se da cuenta que estaba detrás de él.

Entiende a la perfección que no era alguien normal, su cabeza trataba de entender cómo es que había movido tan rápido, ella se encontraba a espaldas del joven herrero y le dice que no siguiera intentando o podría salir lastimado. Decide volver atacar de nuevo girando sobre su eje pero al volver hacerlo sucede lo mismo, de pronto se escucha alguien tosiendo, el joven herrero voltea hacia atrás girándose y sonríe, ella había sido golpeada por la Saya de la Katana, se había confiado y al verla entendió que no sabía nada del estilo de pelea con este tipo de espada decidiendo usar eso a su favor.

Míria recuperaba el aire poco a poco, entendió que se había confiado, pero decidió que era la hora de dejar de jugar y regresar, ya había perdido mucho tiempo, el joven herrero corre hacia ella a toda velocidad, ella al verlo toma un medallón que traía como colgante en su cuello apretándolo con su mano izquierda empezando a brillar. Ambos se miran a los ojos directamente cuando ambas armas chocan empezando a forcejear, para después volver a intercambiar ataques continuamente.

El joven herrero empezaba a mostrar cansancio, sus ataques eran cada vez más lentos y todos sus intentos habían sido bloqueados fácilmente por la bella mujer. Ella desaparece de su vista alarmando al joven herrero, se gira rápidamente a todas las direcciones sin poder verla, cuando logra hacerlo nota que se acerca por su lado derecho, era primera vez que ella atacaba y no sabía que era lo que iba a hacer.

La hermosa mujer ataca de frente blandiendo su espada de luz en contra de Akira, el intenta repeler el ataque poniendo la espada en ángulo para desviar el ataque, pero este traspasa la Katana como si nada al igual que a él. La Katana se había partió en dos, el joven herrero pierde el conocimiento cayendo al piso, Míria voltea a ver el medallón que sostenía en su mano, se inclina y lo toca, de pronto una luz empezó a cubrirlos a ambos, aquella luz se convirtió en un rayo que se elevó hacia el cielo.

Una persona caminaba en la obscuridad a pasos pequeños, pareciera que estuviese perdido, recuerdos regresaban como destellos, uno por uno empezaron a pasar rápidamente por su mente, reacciona y se detiene, trata de ver a su alrededor pero no logra ver nada a lo lejos. El último recuerdo que llegaba a su mente fue lo que había sucedido antes de perder el conocimiento, trataba de entender que fue lo que hizo aquella hermosa mujer.

Ella tenía mucha habilidad y eso le había quedado claro, a lo lejos empieza a escuchar su nombre, una voz le llamaba y voltea a su alrededor tratando de escuchar de que dirección provenía esa voz pero solo había obscuridad. Después de varias veces buscar por donde venía esa voz de pronto un destello hizo que se iluminara todo, un dolor empezó a recorrer su cuerpo, sentía como si miles de agujas lo estuviesen punzando una tras otra.

El dolor que sentía era insoportable apoyándose en el piso, esta vez la voz que escuchaba fue bastante clara y logro entender bastante claro lo que esa voz decía, quería que despertara, en eso el joven herrero se levanta de golpe mientras respiraba agitado. Varios minutos de haber recobrado el conocimiento, reconoce aquella voz que lo llamaba en sus sueños, mira a su alrededor pero ve algo borroso, no sabía dónde se encontraba pero era un lugar obscuro, ella se acerca y lo ayuda acomodarse mientras se disculpaba.

Él le pregunta que había hecho ella para despertarlo, esa pregunta había hecho que ella se pusiera nerviosa desviando la mirada, la reacción de la hermosa mujer hizo extrañar al herrero y voltea a verla a los ojos, el empieza a contarle que en su sueño de pronto empezó a sentir mucho dolor en su cuerpo, ella empezó a ponerse más nerviosa y empieza a mirar hacia los lados mirando de reojo hasta que sus miradas se juntaron, ella lo veía bastante serio y se rinde.

Míria le explico que había usado magia, al ver que no entendía decidió explicarle de una manera más explícita, extiende su mano y empieza a expedir una corriente eléctrica, esto sorprende al joven herrero, le pregunta cómo es que hacia eso y ella le responde que era magia. Acumuló corriente en su dedo índice y le dice que la toque, en un principio dudo en hacerlo, pero decidió confiar en ella mientras acercaba su mano lentamente y con la punta de su dedo índice la toca recibiendo una pequeña descarga, no había sentido mucho dolor pero le parecía conocido esa sensación.

Ella empieza reír notoriamente nerviosa y le comenta que había usado algo más fuerte para poder despertarlo, el entiende que no lo había hecho para hacerle daño y se lo hace saber diciendo que se encontraba bien.

Desde que despertó no había puesto atención de donde ese encontraba, sentía inquietud de preguntarle a Míria, observando un poco se dio cuenta que estaban en una cueva, lo cual le extraño ya que por la zona donde vivía no tenía conocimiento de que hubiesen cuevas, la observa haciendo que cruzan sus miradas.

El joven herrero se vuelve a sonrojar al que le hablaba, ella le decía que le llamara por su nombre aquello hizo que saliera de aquel trance en el que se encontraba, la belleza de Míria lo había cautivado, para él era la primera vez que una mujer le ocasionaba esas sensaciones, muy dentro de él admitía que le gustaba.

Akira le pregunta que donde se encontraban, ella le contesta preguntándole si podía caminar, el joven herrero fue poniéndose en pie , ella toma la espada Akira y se la entrega disculpándose, el recordó lo que había sucedido pero no hace entender que se encontraba bien. Una sensación de tristeza lo rodeo, ella lo noto y le pregunta que si la espada le era importante para él, a lo que le responde que era el fruto de la enseñanza de su padre y era un regalo para honrarlo.

Ella se disculpa de nuevo a lo que el joven herrero y le contesta que no se preocupara cuando llegara a su casa volvería a dejarla como nueva, ella al escucharlo se queda callada y empieza a caminar hacia la salida, el joven herrero apaga la pequeña fogata que había y prosiguió a seguirla. Habían caminado alrededor de 20 metros y una luz se empezó a ver, faltaba poco para salir y al acercarse más a la salida él nota que la actitud de Míria se había vuelto fría y decide preguntarle qué es lo que sucedía pero al llamarla ella no le responde y sigue caminando sin voltear a verlo.

Cuando llegaron a la salida, Akira este se cubre los ojos ya que al haber estado un buen tiempo en un lugar obscuro le resultaba molesto el brillo del día, cuando empezó a acostumbrarse de nuevo a la luz del sol el joven herrero se queda congelado al ver el lugar donde estaba. El lugar no era la colina por la cual regresaba a su casa, Míria lo observaba con algo de tristeza, sabía que era mucho que asimilar para el en tan poco tiempo.

Él empieza a retroceder sentándose en el piso mientras se apoyaba con ambas manos, lo que veía era increíble, apenas estaba asimilando lo que había visto cuando se enfrentó a Míria, se pone de pie y se acerca a la orilla de la montaña, ella le dice que tuviese cuidado que podría llegar a caerse tomándolo de la mano.

Se acerca un poco más la orilla para mirar hacia abajo y se da cuenta de que no está en tierra firme, levanta la mirada y empieza a observar a su alrededor, habían montañas flotantes surcando los cielos, sus ojos trataban de procesar todo lo que veía y le parecía impresionante. Respira profundamente lo más que puede y nota que el aire era totalmente diferente al de su casa, era más puro y limpio.

Mientras seguía explorando con la mirada logra ver diferentes montañas flotantes, unas con cascadas otras con estructuras de cristal, empieza a caminar por la orilla de la montaña mientras observaba todo a su alrededor, voltea a ver a Míria quien lo seguía y le pregunta que donde estaban, en eso por detrás de él pasa volando una criatura la cual lo asusta.

Akira ve que aquella criatura era un tipo de pescado con aletas grandes las cuales movía para poder volar, eso lo dejo sin palabras mientras seguía observándolo, otro tipos de criaturas volaban por los cielos libremente, en eso Míria se situó a lado del joven herrero y ambos se quedan viendo aquel paisaje abundante de vida y lleno de maravillas, después de unos minutos ella voltea a verlo diciéndole unas palabras que le habrían de cambiar la forma de ver la vida "Bienvenido a Céfiro".

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Tokio, año 2005.

Era como cualquier día en la ciudad, gran movimiento sobre las calles, cientos de personas desplazándose de un lugar a otro, semáforos dando la señal para detenerse y seguir avanzando. Era alrededor del mediodía y el sol estaba a su máximo esplendor. Dentro de aquella multitud caminaba una persona tranquilamente, por lo brillante que estaba el día lo que resaltaba de esa persona era el rojizo de su cabello.

Mientras esa persona se desplazaba ocasionaba que algunos cuantos hombres voltearan a verla, provocando algunos suspiros y sonrojos a una gran cantidad de ellos, era una mujer hermosa la provocaba esas reacciones la cual caminaba alegremente. Detiene su paso en un cruce, ella levanta un poco la mirada y observa el lugar que le traía recuerdos el cual era la torre de Tokio y un semáforo en rojo era lo que evitaba en estos momentos llegar a su destino.