Pokémon y sus personjes pertenecen a Game Freak y Sathosi Tajiri, yo solo lo uso para mis descabelladas ideas :3


Capítulo 1: Prólogo.

La suave brisa nocturna hizo que su azulado cabello se revolviera ligeramente.

Dirigió la vista al pequeño invernadero colocado a la derecha de la ventana. Sus pokémon dormían tranquilos. Volvió a cambiar la dirección de sus ojos, esta vez apuntando hacia el despejado cielo.

Esa mañana era el día del adiós, el comienzo del viaje de su pequeña. Ambas habían ido días antes a comprar todo lo que le hacía falta. La gran cantidad de víveres que había cogido su hija habían sido sustituidas por unas pocas, las necesarias.

Sonrió al recordar como, con resignación, devolvió todo lo que había cogido. Ese gesto le hizo recordar tanto al primer día de su viaje, cuando su madre le cambió su gran maleta fucsia por una mochila, pequeña y amarilla, donde metió lo indispensable.

Giró sobre sí misma y comenzó a avanzar, tranquila y pausada por el largo y oscuro pasillo.

Eran altas horas de la mañana, tenía que estar durmiendo. La falta de sueño y las lágrimas harían que pareciese una muerta andante en la foto. La foto. Vieja tradición de su madre. Tenía la costumbre de cuando comenzaban una nueva etapa de su vida o algo que la cambiaría se hacían una foto familiar, para luego, cuando estén llenas de arrugas, poder añorar tiempos mejores.

Apoyó su pequeña y blanca mano en la puerta de roble, empujándola suavemente y dejando al descubierto una desordenada habitación.

Caminó hasta la cama, esquivando las pokéballs y la ropa que estaba esparcida por el suelo. Su hija siempre había sido así de desordenada, y ese era un defecto que había heredado de su desconocido padre, desconocido para ella.

Al llegar, pudo ver como su pequeña, de ya diez años dormía abrazada a su Piplup, que tenía un gracioso gesto de agobio por el fuerte abrazo al que estaba siendo sometido por la niña.

Se sentó tranquila, y comenzó a acariciar su suave mejilla, que tenía esa marca tan particular que hacía que cada vez que la veía, recordase a su padre.

- Amaya - Susurró en voz inaudible.

Sabía que le costaría mucho separarse de ella, nunca lo había hecho desde que nació.

Ella era su razón de vivir y si se marchaba, se sentiría tan vacía. Pero era ley de vida, y lo sabía. Desde que la cogió por primera vez, y la vio ahí, tan pequeñita e indefensa lo sabía, algún día tendría que dejarla volar. Y ese día, en cierto modo, había llegado. Los niños que comenzaban su viaje para convertirse en entrenador pokémon, volvían ya maduros y hechos todos unos adultos. Y eso no lo quería. Deseaba que su pequeña siguiese siendo eso, su pequeña.

Pero no. Su hija ya había tomado una decisión y ella la respetaría. Lo único que podía hacer ahora era apoyarla y alegrarse por ella, abrazarla fuertemente y desearle lo mejor en su viaje.

- ¿Mamá? - La niña de cabello color caoba y ojos aguamarinos se giró al notar a alguien sentado en el borde de su cama -. ¿Estás bien?

- Sí cariño, no pasa nada - Se frotó los ojos eliminando las pequeñas lágrimas que se habían formado -. Duerme, mañana es el gran día.

- ¡Sí! Al fin ha llegado … al fin - Dijo volviendo a dormirse.

Suspiró, tomo una bocanada de aire y se puso en pié.

Arropó bien a su niña y le dio un beso en la mejilla.

- Te quiero mi pequeña - Le dijo, para luego salir de la habitación y volver a su cama, para esperar caer de nuevo en los brazos de Morfeo.

Al día siguiente, su niña empezaría su viaje, que significaría gran cambio para ambas, pero su intuición le decía que sería un cambio para mejor.


Holaaaaaaaaaaaa! ¡¿Qué tal?! Bueno, como habréis visto, he comenzado un nuevo fic, esta vez de Pokémon jijijji. Cada vez que comienzo algo se me pone la piel de gallina jaja.

Espero que os guste, y deseo haber podido expresar la tristeza de una madre al tener que separarse de su hijo, que empieza una nueva etapa en su vida.

Dejad vuestros reviews para felicitarme o lanzarme tomates, lo que querais!

Un beso para todos ^.^