Naruto es de Kishi...

Kushina era posesiva. Y no le gustaba que los demás abusasen con lo que le pertenecía.

Posesiva


Kushina miraba a las desvergonzadas que pasaban a su lado, con los ojos entrecerrados. No les importaba ver que ella estuviese colgada del brazo de Minato, o que el rodeara su hombro. ¡Nada! ¡Eran unas descaradas viendolo de arriba a abajo sacándole una radiografía-fotocopia-escaneo de cuerpo entero sin importarles que ella estuviese en frente .

Se detuvieron a comprar ramen en Ichiraku. Apenas se habia enterado que estaba embarazada y los antojos por su, ya de por si comida favorita, aumentaron sobremanera, haciendo que la pareja visitase el local con mas frecuencia.

Su vientre aun no se notaba abultado, si mal no recordaba, Tsunade le habia dicho que tenia 2 meses de embarazo.

Minato era cuidadoso como nadie, la trataba como a una muñeca de porcelana, y no es que le molestase los grados de atencion que le proveia su rubio, pero de alli a no dejar que hiciese nada... ¡Por dios!

Algunas de las mujeres que pasaban por el local, y otras cuantas sentadas e inmiscuidas en sus propios asuntos, le echaban una que otra ojeada al trasero del rubio como si tal cosa. Y sí, minato estaba muy bien dotado en todos, absolutamente todos los sentidos.

No es que le molestase que le vieran. Le encantaba que la gente envidiase el prospecto del que era dueña.

El problema del asunto, era que las jodidas aldeanas y kunoichis podian saltarle encima a Minato y violarlo alli mismo. Ella lo haria si fuese ellas. Pero como ella era la esposa, dueña y señora de aquel cuerpazo, no permitiria ningun toqueteo fuera de lugar (que había pasado, no sin graves consecuencias para la atrevida).

-Mina-chan

Kushina le habia susurrado al oido aquel sutil apelativo. Sonrio para sus adentros al ver que le recorrio un calosfrio, notandose éste en su piel erizada.

-¿Qué pasa?

Preguntó el rubio mirándola a los ojos.

La mujer tomo las mejillas del rubio y le planto un beso en los labios mirando de reojo, y con malicia a las mujeres que ahora le observaban con una envidia y odio absolutos.

Al separarse del rubio, sonrio satisfecha. Ahora aquellas idiotas sabian que estaban jugando con fuego.

Ichiraku les sirvio dos tazones humeantes de ramen. Minato comenzo a comer con lentitud. Ambos eran amantes de ese insano alimento y probablemente el bebe que venia en camino tambien, porque los dos tazones que comia la pelirroja normalmente, no le eran suficientes.

-Minato

-Mmm?

-¿Me quieres mucho?

-Te amo

-¿No me vas a dejar jamás?

Le preguntó acariciando su cabello con malicia, mirando de reojo a las envidiosas cercanas.

-Nunca

Respondió el rubio entre bocado y bocado.

-¿Cuando vas a cocinar? El bebé tambien tiene derecho a probar tu comida- Preguntó el rubio como quien no quiere la cosa

Glotón. Minato era un gloton. Solo ponía excusas para que cocinase. ¡Pero si era su día de descanso!. Además, ¡Joder estaban comiendo! Le insistia a cada momento que la comida que hacia era mil veces mejor que el ramen. Con tanto que comía, no sabia como demonios estaba tan jodidamente bueno. Para comerselo a besos y... bueno...otras cosillas más.

Al terminar de comer Minato tomó la mano de Kushina como cuando eran novios. Sus mejillas se sonrojaron por el hecho, y es que ya no eran unos chicos. Sin embargo, ¡Qué mas daba! Una sonrisa estupida adorno sus labios y un deseo interno le embargo. Felicidad. Eso deseaba para ella, para Minato y el bebé. Una familia unida y feliz. Era lo que más anhelaba para el futuro.


Fin

Por fin un MinaKushi! Me encanta esa pareja!

Gracias por leer!

Ja nee!