"Me enviaron lejos para encontrarles una fortuna.
Un cofre lleno con diamantes y oro,
la casa estaba poseída,
con sombras y monstruos."
El vampiro sonrío y clavó nuevamente sus colmillos en el cuello de la chica.
«No perdonaré a nadie que ingenuamente lama tus heridas.»
«Nuestros cuerpos se unen, nuestros labios se entrelazan. El amor está muy lejos.»
El infierno apenas comenzaba para Akira, las peores cosas las estaba por ver, sus mayores miedos iba a sentir.
Ellos se encargarían de hacerla sufrir.
La harían pedazos.
La harían llorar.
La harían gritar.
Caería, como todas las novias de aquella mansión.
Y finalmente...
Ella se enamoraría.
De alguno de esos demonios.
Los ángeles y los demonios nunca se llevaron bien,
pero...
Ella era un ángel caído.
¿Quién tiene el control?
