Los juegos del hambre no me pertenecen.
Solo escribo por diversión, mi recompensa son sus comentarios.
Capítulo 1
Es doloroso despertar, hay algo que me impide abrir los ojos y cada vez que mis parpados se despegan tengo que volver a cerrarlos. Una luz, tal vez el sol, me ciega momentáneamente. Trato una vez mas y cuando acostumbro mi vista me doy cuenta de que no es mas que un reflector muy potente, que cuelga encima de mi. Ahora que mis ojos no son un problema me doy cuenta del resto de mi cuerpo, tengo las muñecas adoloridas y pronto se el porque, unas agujas se clavan en las venas mas gruesas de mis antebrazos haciendo que sobresalga un poco la piel.
Lentamente trato de incorporarme y lo logro, pero sin poder evitar sentir un pinchazo que me taladra la cabeza, me la agarro con ambas manos y las agujas se doblan infringiendo mas dolor. En ese momento escucho pasos, muevo mis ojos a ambos lados y veo una silueta detrás de la mampara transparente, no podría decir quien es, se acerca cada vez mas y hago lo que me parece mas conveniente en ese momento, me acuesto y finjo que duermo.
La puerta se abre y un ruido chirriante la acompaña en el proceso, unos pasos se van acercando hacia mi y me tocan el brazo dedos calzados en látex.
-¿presión? -habla una voz masculina y se detiene un momento
-estable -contesta otra un poco mas aguda, luego la mano deja caer mi brazo hacia la fina y suave sabana- despertara en cualquier momento
-perfecto -al escucharlo siento que esta sonriendo, pero no puedo decirlo con seguridad. Medito sobre abrir los ojos o no, decido hacerlo y averiguar que esta sucediendo, entonces, siento un liquido espeso recorriendo internamente mi brazo derecho. Me desmayo enseguida.
Cuando despierto noto un ácido sabor en la garganta, seguido de una picazón que la reseca. Esta vez no trato de abrir los ojos porque noto voces a lo lejos. Alguien con un ridículo acento dice:
-creo que esta despertado -a lo que otra persona, de voz mas grave, probablemente el hombre de antes, contesta:
-Katniss ¿como te sientes? -sus dedos me queman la piel, por lo que corro el brazo rápidamente y ahora si abro los ojos, de golpe la luz potente me ciega por un momento, hasta que el hombre pide que la apaguen. Lo veo, por la bata y el pedazo de tela que tapa su boca, diría que es un doctor aunque su vestimenta colorida y su pelo alborotado y extravagante me hacen presentir que no es mas que un demente.- parece estar en shock -mira hacia su derecha y atrás, una mujer de labios gruesos y las uñas mas largas que vi en mi vida, asiente. El hombre se gira hacia mi de vuelta y veo mi propia confusión en su mirada- Katniss ¿estas bien? -pregunta esta vez de manera mas paternal, esto me hace sentir mejor aunque aun estoy meditando que posibilidades tendría de salir corriendo de allí. Mi cuerpo esta débil por lo que no sabría si tendría la fuerza necesaria para levantarme, a parte, las otras dos personas en la habitación parecen estar preparados para cualquier movimiento que me atreva a hacer.
Asiento, porque no puedo hacer otra cosa, la garganta esta tan seca que las palabras no pueden salir. El sonríe, casi como si de verdad se alegrara.- de acuerdo, te hemos traído ropa -una bolsa que no había visto antes cuelga de su muñeca, acto seguido la apoya lentamente al lado mio, como si temiera que se la lanzara a la cara- también agua y comida, supongo que querrás alimentarte por ti misma, debes estar cansada de los cables -suelta una risa como si hubiera echo un chiste que yo no entiendo y esto me hace fruncir el ceño -de acuerdo -dice luego de un largo suspiro, dándose por vencido- te dejo para que estés tranquila, procura comer ¿si? -esta vez no contesto, ni siquiera hago algún movimiento de cabeza, él solo se despide y se va.
La mujer se acerca a mi vacilante y luego sonríe abiertamente, trato de averiguar que hay en su sonrisa que me da tanta desconfianza pero no me doy cuenta y lo abandono. Finalmente hago una mueca, que trata de ser una sonrisa, solo por complacerla. Ella parece satisfecha y se va.
Cuando me quedo sola me invade de pronto una sensación de malestar, como si temiera de mi misma, trato de convencerme de comer un poco para distraerme. Primero tomo un poco de agua del baso al lado mio, tiene puesto un sorbete para que no me la vuelque encima, parece que pensaron en todo. Siento como el frío y la humedad pasan por mi garganta y me dan fuerzas para hablar, aunque ahora que no hay nadie junto a mi, me sentiría ridícula hablándole a la nada, por lo tanto no lo hago. En el plato hay de todo, desde pan, lo cual me produce una intensa tristeza, hasta unas fresas, que son deliciosas, pero solo como unas cuantas porque, por alguna razón, me dan dolor de estomago. No es que estén en mal estado, es solo que algo dentro de mi mente no me deja saborearlas y termino escupiendo en una servilleta que han colocado cerca de mi.
Me doy cuenta de que comer va a ser imposible, parece como si los alimentos me trajeran recuerdos en los cuales no estoy dispuesta a pensar. Aun no estoy segura de cuales son, pero se que si lo descubro eso va a terminar destruyéndome, así que trato de no darle mas vueltas al tema. Me dedico, con los ojos, a investigar a fondo la habitación, no hay mucho que ver para ser sincera, solo cuatro paredes blancas, que, según lo que alcanzo a observar, son acolchadas. Trato de distraerme preguntándome porque lo son, y para que fin, pero el olor del pan recién orneado me llega a la nariz y me invaden las nauseas, me levanto lo mas rápido que puedo y escapo a un pequeño baño escondido en la esquina derecha del cuarto. Me arrodillo junto al inodoro y vacío lo poco que mi estomago contiene, cuando termino me percato de que tengo sangre en los brazos, al principio me asusto pero luego recuerdo las agujas, estas debieron arrancarse en cuanto me incorpore súbitamente.
Ahora estaba lastimada, con hambre y enferma. Genial. No quería llamar a nadie, sabia que debía hacerlo, pero no confiaba en esas personas. Tal vez fueras las sonrisas falsas o sus alocados atuendos, no lo se, pero de algún modo no me daban la confianza necesaria para hablarles. Así que me quedo allí, junto al retrete por lo que habrán sido dos horas, cuando siento que mis rodillas no aguantan mas me levanto lentamente, y me lavo la cara. En el baño no hay espejo, lo que, por un lado me alivia, no quiero verme en este estado, seguro me compadecería de mi misma, y eso seria algo que no podría permitirme.
Vuelvo a la cama, sin ganas de nada. Pongo mi cuerpo de costado y me ovillo como si fuera una niña, me quedo dormida al instante.
Me despierta el olor potente de rosas, es tan fuerte que me tapo la nariz con dos dedos, tratando de alejarlo de mi, pero este aun esta ahí, como si fuera parte de mi misma, como si no pudiera apartarlo aunque quisiera. Siento nauseas otra vez, pero al saber que probablemente no vomitaría, dado que no comí nada, trato de tranquilizarme. Me obligo a cerrar los ojos y pensar en algo bonito, pero nada viene a mi mente, es casi como...
-Katniss -una voz que no había escuchado antes me llega a los oídos. Abro los ojos y lo veo.
Un hombre mayor se alza ante mi, parece sonreír, pero no es una sonrisa que dice "me alegro de verte" mas bien esta grita "por fin te tengo". Eso me da mas desconfianza. El hombre no parece ser doctor, como el anterior, y tiene una persona a cada lado, que, a pesar de que no me miran, intuyo que son muy desdichados y siento una profunda compasión hacia ellos.- ¿como te encuentras? -pregunta él mismo, lo miro mas atentamente y siento repulsión de su gran y blanca barba. Yo aun sigo con los dedos en la nariz y él parece divertido por eso. Se sienta frente a mi y me mira por un largo y tedioso rato, luego se acerca un poco mas y con la misma sonrisa de antes cuestiona: -¿que recuerdas? -es conciso y va al grano, como si no quisiera andar con vueltas. Eso me molesta e intimida, pero trato de mostrarme fuerte. Pienso en su pregunta, esa que yo misma no me atrevía a hacerme y pronto descubro el por qué.
No recuerdo nada. Ni un solo momento de mi vida. ¿Como es posible? me tapo la boca con ambas manos, soltándome la nariz, el olor de rosas putrefactas y de algo mas potente y desagradable me invade. Trato de hacer caso omiso de mis sentidos porque hay algo mucho mas importante aquí, algo de lo que no me había dado cuenta, pensamientos de diferentes clases pasan por mi cabeza. Confusión, horror, tristeza, soledad, dolor, olvido...
Trato de hacer memoria, al menos recordar algo de mi misma, pero no, no hay nada, es como si me hubieran vaciado. Alzo la cabeza y miro al hombre desagradable que sigue con la vista en mi, esta vez no sonríe sino, que mas bien, intenta adivinar en que estoy pensando. Me aclaro la garganta una vez y con voz fuerte y clara digo: -Me llamo Katniss Everdeen -y eso es todo.
Hoola vengo con una nueva historia, si, no pude resistirme a escribir algo sobre los juegos del hambre, mas concretamente sobre Peeta y Katniss, porque, les advierto que ira mas que nada sobre ellos dos. No sera muy larga, y me tendrán que tener paciencia porque no se cuando haré el próximo capítulo ni cuando lo publicare. Confío en que me den ideas para continuarlo.
De momento les dejo esto, se que es cortito, pero es solo para introducirlos a la trama. Como dice la sinopsis ira de que, esta vez, es a Katniss la que atrapo el capitolio y no a Peeta, creo que lo peor que pueden hacerle a ella es robarle sus pensamientos, y eso es lo que hice. Van a tener que esperar hasta que llegue nuestro héroe, el chico del pan, a rescatarla, pero no demasiado no se preocupen ;). Y veremos como actúa él al darse cuenta de que la ha perdido, al menos a su memoria y como la ayudara a recuperarla. Siempre quise saber que haría Peeta en esta situación, Katniss en Sinsajo se comporta algo distante con él, pero bueno es obvio porque quería matarla, acá no tendremos ese problema tranquilos! Bueno eso es todo, espero que les guste y si es así déjenme sus reviews, siempre me animan a continuar! Gracias por leer :)
