Disclaimer: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto.
Aviso: Este fic participa en el reto Palabras al azar del foro La Aldea Oculta entre Las Hojas.
Notas: Palabra sorteada: Anhelo. Decidí arriesgarme con éste personaje tan poco leído con temor a que no la recuerden. ¡Espero equivocarme!
Palabras: 426
De antemano, ¡gracias por leer! Respondo reviews por MP.
.
.
ɸ Catálisis ɸ
Yugao no sabe lo que anhela.
Espada. Penetra el cuerpo. Corta todo a tu paso y no dejes nada. Deja que el rojo explote, que salga.
Con una media sonrisa balancea la espada, jugando con ella. Los demás ninjas la ven por unos segundos más y después emprenden la huida. Yugao quiere reírse ahí mismo. Como si fuera a dejarlos escapar. La kunoichi salta. Con agilidad sube por el tronco del árbol hasta empezar una carrera, su cabello largo y purpura como un cardenal ondea al aire. Hunde su espada en la pierna de uno. Esa es su venganza raquítica. Imagina que el tiempo no ha pasado y que el responsable por la muerte de Hayate es quien está frente a ella.
Odia a Konoha. No puede perdonarla.
La arena lo mató. Controlados o no por Orochimaru, fue la arena. Y después Konoha formó una alianza precisamente con Suna. Hace años, cuando Yugao se enteró que ambas aldeas eran amigas, sencillo, quiso huir del mundo. Todos habían olvidado a Hayate. Al Sandaime. Ella quería guerra, que la sangre corriera.
La oscuridad le estruja el corazón.
Anhelo. Venganza.
Yugao mira al cielo. Está nublado, como su alma.
―Es una buena noche, ¿no le parece, Capitán? ―exclama mientras carga sobre su hombro a una mujer ninja casi inconsciente. Yugao la deposita en el suelo, dejándola caer como si fuera una muñeca inservible. En ANBU no hay mujer que tenga comparación con ella. Es de las pocas mujeres que lograron entrar en la organización. ¿Su sensei? Shimura Danzo, por supuesto. A veces eso justifica sus acciones violentas.
―Uzuki ―La dice Ibiki mientras la observa alejarse ―, buen trabajo.
Yugao se detiene, voltea la cabeza y asiente. Puede ver algo más en los ojos vacíos de Ibiki. Puede ver comprensión y eso la asquea. Regresa por donde vino. No quiere saber más de ninjas de Konoha por esa noche. No le aguarda nada especial cuando llega a casa. La soledad la saluda y le abre la puerta. Yugao, muy educada, agradece y se sienta en el viejo sofá. Por la ventana puede ver la luna brillosa de cara triste.
Se queda esperando por algún efecto que desate una reacción desfavorable para Sunagakure. Una noche más se queda en una pausa dolorosa.
A veces piensa que ese anhelo nunca llegará.
Pero ella sigue ahí. Paciente. Espera un poco más. Los ojos al frente y los músculos tensos. La espada ya casi se hunde. Penetra el cuerpo. Corta todo a tu paso y no dejes nada. Deja que el rojo explote, que salga.
