DE RESFRIADOS Y SUS CONSECUENCIAS
Habían pasado dos días desde que se habían encontrado en ese parque en la mitad de la noche. El recuerdo de Kyoko llorando desconsoladamente aun hacia sufrir su corazón. Cada vez que lo pensaba sentía que le dolía profundamente. Así son las ironías de la vida. Él muriendo lentamente por el amor de la joven y su madre, que tenía la oportunidad de ser amada amplia y sinceramente por el objeto de sus afectos sin mayores esfuerzos, menospreciaba incluso su existencia. ¿Qué no diera él por recibir tan siquiera una pequeña porción de ese amor que él sabía que Kyoko tenía por su madre? Él estaba seguro que, pese a todos los desplantes y sufrimientos que esa mujer había provocado, Kyoko aun la amaba, de otra forma no habría llorado como lo hizo, de otra forma la noticia no la habría afectado en tal grado. Precisamente por eso le preocupaba tanto la situación. Aunque sus compromisos laborales le habían mantenido bastante ocupado, su mente se reservaba gran parte de sus neuronas a analizar una y otra vez qué podría hacer para ayudar a Kyoko. Temía que ella recayera en su depresión y tomara una decisión apresurada…incluso el suicidio había pasado rápida y fugazmente por su cabeza, pero entendía que Kyoko no era de las que se rendían fácilmente, por ello había descartado la opción…pero temía que algún actorucho con pretensiones oscuras hacia su querida kohai quisiera valerse de la situación para aprovecharse de ella y peor aún, que Fuwa Sho, hiciera lo propio, él era su principal amenaza, el solo pensarlo, hizo que su aura se oscureciera, haciendo que los actores que estaban a su alrededor, en medio del descanso de una filmación para un comercial de perfumes, se alejaran un poco.
—Ren…Ren…
—¿Eh? Yashiro, ¿qué ocurre?
—Te he estado hablando, te decía que cambies esa expresión, estás asustando a los demás.
—¿Yo?
—Así es, ¿qué te pasa? ¿Por qué estas así? No entiendo si estas deprimido o enojado, ¿o tal vez ambas cosas? ¿Acaso es por Kyoko chan?
Ren mantuvo su expresión impasible, tratando de disimular sus tormentos.
—Yashiro, dime, ¿cómo está mi agenda para esta noche?
—Bueno, hoy terminamos a las 8 en TBM, tienes una entrevista a las 7:30 y si no hay retrasos terminaremos a eso de las 8, despejé tu agenda ya que has tenido días pesados esta semana. Por lo menos disfruta de este viernes, el lunes debes retomar las últimas escenas de Tragic Maker, ¿de acuerdo?
—Sí, está bien. De hecho, es perfecto, pensó el actor, parándose de su silla tan pronto Yashiro terminó de hablar. Sacó su celular con prisa y sostuvo la tecla 1 hasta que la marcación rápida de su móvil indicó que estaba conectando la llamada. Ren observó cómo en su pantalla se veía Mogami K. y en cuanto escuchó el primer bip acercó el teléfono a su oreja.
Bip…bip…bip…la joven no contestó. Ren meditó por un momento si parecería un enfermo acosador si volvía a marcar, sin embargo, se convenció a si mismo que lo parecería si insistía después de tres llamadas.
Finalmente, la tercera fue la vencida.
—¿Hola? Respondió una voz que no reconoció como la de Kyoko. Miró de nuevo su pantalla, constatando que en efecto se trataba de ella.
—¿Mogami – san?
—¿Tsuruga – san? Dijo Kyoko roncamente, para luego escucharse un estridente ¡Achú!, seguido de unos cuantos cof.
—Eh…Mogami san… ¿te encuentras bien?
—Oh, Tsuruga san, discúlpeme, qué atrevimiento el de esta kohai al hablarle de esta forma.
—¿Estás en tu casa? Preguntó preocupado.
—No. Estoy en LME terminando un encargo. Luego debo ir a la escuela, hoy me han programado algunas clases extras para reponer un poco las que he perdido durante las últimas semanas.
—Pero estás enferma.
—No, no lo estoy.
Ren puso sus ojos en blanco. Cuando ella no quiere reconocer algo puede ser bastante obstinada.
—¿Ah no?
—No, estoy segura que es solo una pequeña alergia. Sé de resfriados, ya se lo había dicho y no estoy enferma.
—Mogami san…
—¿Si?
—Tu…recuerdas lo que me dijiste cuando estuve enfermo.
—Amm, no muy bien la verdad. Dijo, disimulando, pues tenía una idea del punto al que quería llegar su sempai.
— Mogami san, ¿hace cuánto estas estornudando?
—No hace mucho.
—¿Más de un día?
—…
—¿Mogami san?
—…
—Tomaré eso como un sí.
—¿Tienes fiebre?
—Creo que no.
—¿Crees o estás segura?
—Creo…
—Ya veo.
—¿Tienes dolor de cabeza?
—Un poco… dijo con voz apenada.
—¿Te llorosean los ojos?
—Solo a ratos.
—Y aun insistes en que no estás enferma
—Si. Dijo con vehemencia una Kyoko auto engañada, solo para escuchar a su sempai suspirar sonoramente por su teléfono.
—¿A qué horas terminas Mogami – san?
—A las 7
—De acuerdo, pasaré por ti, ¿está bien? No quiero que empeores con el frio de la noche.
—¡Pero, Tsuruga san, no puede!
—¿Por qué no? ¿Tienes planes? ¿Te incomodo?
—No es eso.
—¿Entonces?
—Bueno…es solo que usted debe tener planes u otros compromisos.
—No, no los tengo. De hecho, te llamaba porque quería verte, dijo sin meditar muy bien sus palabras.
—¡¿A mí?!
—Sí, quería preguntarte algo personalmente, dijo inventando una excusa sobre la marcha…aunque era cierto, quería saber cómo seguía después de su encuentro en el parque…pero preguntarle por teléfono solo haría que no pudiera encontrarse con ella.
—¿Pasó algo Tsuruga san? Cof cof
—Mmm, lo sabrás cuando nos veamos.
—Está bien, hasta pronto Tsuruga san. Dijo Kyoko, quien estaba tan exhausta ante su resfriado que claudicó demasiado pronto.
—Te veo pronto Mogami san.
Mientras tanto, un Yashiro conmocionado, lo miraba fijamente. Increíble, pensó. Debe tratarse de Kyoko chan, de otra forma, ese hombre jamás haría una llamada en medio del trabajo y mucho menos insistiría tres veces. Es más, ¿Cuántas veces lo he visto marcando tan insistentemente? No. Solo puede tratarse de ella. Y lo supo sin duda cuando él se giró y lo encaró. Su mirada era tan seria como la de hace tres noches cuando hablaron con el presidente acerca de la madre de Kyoko chan y al final, él había decidido ir a buscarla.
—Yashiro.
—¿Si?
—Necesito un favor ¿Crees que podrías adelantar la entrevista? ¿Puede ser grabada antes?
—Pero…no han terminado de filmar el comercial.
—Solo faltan mis escenas. No tardaré, ya verás que salimos antes.
Yashiro ni siquiera se atrevió a ponerlo en duda. Cuando Ren se proponía algo, no había quien lo detuviera y mucho menos si, como sospechaba, estaba intentando librar tiempo para verse con Kyoko chan.
—Está bien. Haré algunas llamadas y te confirmaré.
—Bien. Dijo Ren, mientras se acercaba al plató. Acababa de ser llamado. Era su turno. Y no había tiempo que perder.
N.A.: Bueno, siempre he dicho que no puede ser solo Ren el que se enferme. Él también tiene derecho a cuidar a su querida kohai en "tiempos de dificultad".
Por favor dejen sus review, siempre son fuente de motivación.
A quienes les interese la historia, ya tengo casi finalizado el siguiente capítulo, aspiro subirlo próximamente. Y a quienes siguen otros fics, tengo ya varios capis pendientes por subir, pero el trabajo me ha impedido bastantes cosas últimamente U.U ¡Pero me pondré al día! :)
