Comenzando Mi Nueva Vida
Como sabrán los personajes no son míos, sino de la maravillosa y creativa Stephenie Meyer. La historia es mía, espero que les agrade :S... Me gustaria saber si le gusto o no, espero que me tengan un poco pasiencia ya que soy nueva u.u :P
¡Viva Crepusculo! xD, Saludos Tomo-Cullen :D
Llegando a mi peor pesadilla: Forks
Bella POV:
Mi nombre es Isabella Marie Swan , aunque me gusta que me digan solo Bella, tengo 17 años y vivo con mi madre Renne y mi padrastro Phil, bueno en realidad ahora me estaba mudando a la casa de mi padre Charlie en Forks.
El motivo simple mi madre Renne era una famosa artista y Phil un famoso jugador de béisbol, los dos siempre tuvieron muchas propuestas de trabajo, pero todos eran en países lejanos, pero había un problema quien cuidaría de mi, o eso era lo que pensaba Renne aunque no lo demostraba, lo cual decidí tomarme por decir de alguna manera una vacaciones a vivir con mi padre Charlie, aunque igual tendría que ir al instituto.
Lo que extrañaría era Phoenix (Arizona) era un lugar lleno de sol, esté daba un cálido calor lo cual siempre me hacia sentir contenta, su clima era perfecto para mi, aunque todos me miraban extraño ya que era la única pálida en todo el instituto al que iba, también extrañaría a mi alocada y atolondrada madre que parecía mi hermana envés de mi madre, su comida rara; y me preguntaran porque no mencione a Phil, no tenía ningún problema pero tampoco éramos tan cercanos, tan solo nos hablábamos cuando teníamos que decirnos algo sino cada uno hacíamos lo que teníamos que hacer.
Lo que opinaba de Forks es que era todo lo contrario a Phoenix, era mi peor pesadilla. Si no fuese por mi madre y su trabajó, nunca me hubiese imaginado que iría a este lugar, ya que desde que tenía diez años decidí no visitar mas a mi padre por el clima de este lugar. Forks era todo el contrario que Phoenix, por empezar el clima, odiaba el frio, la humedad, la lluvia y todo lo que tenga que ver con eso. También Forks era chico, creo que había quinientos habitantes, un poco menos, un poco más, da igual.
-yo lo siento bella, si quieres me quedo contigo- decía mi madre, mientras me abrazaba, cuando quería tenía fuerzas, estuvo a punto de asfixiarme, aunque no me importo ya que no sabría hasta cuando nos veríamos y me daría uno de sus abrazos.
-está bien Renne, igual hacia mucho que quería ir a visitar a Charlie- decía mientras intentaba poner una buena excusa y una sonrisa algo forzada. Lo cual tan solo se le notaba en su rostro lo apenada y triste que estaba, la noche anterior que le había dicho que acepté una oferta muy tentadora en Italia y le dije que estaba decidida ir a Forks a visitar a Charlie. Lloro toda la noche diciendo que había sido una mala madre y que me quería ir por eso; lo cual tarde horas en que intentaba que entendiera que me quería ir aunque no me mostraba muy decidida, pero por fin accedió y ahora nos encontrábamos aquí despidiéndonos y no sabríamos cuando nos volveríamos a ver.
Después de abrazar a Renne, me acerque a Billy y lo abrase, tan solo nos dijimos un "Adiós" y empecé a caminar hacia el avión donde iría a mi nuevo "hogar", antes de entrar me di vuelta para volver a mi madre, que está estaba llorando mientras que Phil la abrazaba. Extrañaría lo dramática que podía ser Renne.
Después de aterrizar, baje algo mareada, ya que nunca me gusto viajar en avión; me puse algo nerviosa ya que no veía, por ningún lado a Charlie, lo cual me mordía los labios por los nervios. Después de unos segundos lo había encontrado, me acerque a él y nos abrazamos.
-tanto tiempo Bells- dijo mi padre mientras me abrazaba fuerte, siempre le había dicho que no me digiera Bells, lo odiaba pero él no entendía.
-sí papa, que te eh dicho de que no me llames mas Bells- dije mientras me soltaba y nos íbamos al auto de Charlie. Me había olvidado de contarles, que Charlie es el Jefe de la policía de Forks, lo cual su coche era un auto de patrulla.
Después de dejar mi pequeño equipaje en el baúl, abrí la puerta del copilotó, me senté y cerré la puerta. Todavía nos quedaba una hora en llegar a la casa de Charlie, y después por fin iba a poder descansar.
-¿y cómo está tu madre?- preguntaba mi padre, lo cual demostraba en su cara lo incomodo que estaba ya que intentaba sacar un tema de conversación. El y yo éramos iguales, ya que a los dos no nos gustaba hablar mucho.
-bien- respondí, mientras miraba por la ventana. El paisaje era unos árboles, y el cielo que estaba nublado. Después de unos minutos, que a mí me parecieron horas de un raro e incomodo ambiente de silencio habíamos llegado a la casa.
Salimos del coche, mi padre saco mi equipaje y entramos a la casa. Lo primero que vi fue la cocina, unas dos o tres alacenas, la cocina color blanco, la heladera que era del año en que nací, todavía me preguntaba como seguía andando, pero mi padre simplemente se negaba a comprar otra, supuestamente era porque tenía varios recuerdos hermosos para él y yo simplemente lo entendía; tuvo que ser difícil ver que su esposa se llevase con ella a su única hija cuando era bebe y el quedarse solo, cada vez que lo pensaba me ponía triste. Mientras seguía viendo la cocina veo una mesa cuadrada color marrón oscuro con sus tres sillas de distintos colores.
Después pase al otro lado donde estaba el living este era más grande y amplia que la cocina, estaba la televisión mediana de Charlie, un juego de sofás, una pequeña biblioteca, y una mesa ancha y larga color marrón claro, encima de esta estaba todos los papeles de trabajo de Charlie desparramados; había una escalera al costado del televisor donde nos dirigía a mi habitación, la habitación de Charlie que se encontraba con la puerta cerrada y el baño era chico, tenía el lavamanos, el inodoro , un inodoro y un espejo mediano.
Entre a mi habitación, habían cambiado el color de las paredes de un rosa a un purpura claro, las sabanas era de un color blanco y ahora tenía un nuevo y amplio escritorio con una silla, donde ahora podría hacer mi tarea tranquila. Corrí las cortinas verdes con flores, para abrir la ventana para que entrara aire, escuche como golpeaban mi puerta era Charlie que dejaba arriba de mi cama mi equipaje.
-espero que te pongas cómoda- dijo mientras cerraba la puerta, se podía escuchar como bajaba las escaleras, me tire sobre mi nueva cama, que por lo cierto estaba demasiado cómoda. A continuación pude oír como Charlie me llamaba, aunque me costaba mucho escucharlo; lo cual baje enseguida.
-¿me llamabas?- pregunte mientras que mi rostro mostraba lo confundida que estaba, Charlie estaba sonriendo.
-no me mires así, y ¿Qué te parece tu nueva camioneta?- me dijo mientras me señalaba donde estaba estacionada, no lo podría creer. Era maravillosa, por fin tendría mi propia camioneta, aunque era un poco vieja pero no me importaba; era de color naranja, no podía de dejar de sonreír.
-¿e-es para mí?- pregunte aunque era un poco obvia la respuesta
-claro, pero si no te gusta se la devuelvo a Billy- dijo levantando una ceja, lo cual negué varias veces con la cabeza.
-muchas gracias- dije abrazándolo contenta, lo cual podía oír como Charlie se reía.
Después de horas contemplando mi camioneta, note que ya había anochecido, lo cual entre a la casa donde Charlie ya había preparado la cena, nos sentamos y conversamos un poco. Al terminar lave los platos y me fui a despedir de Charlie y después irme a dormir.
-buenas noches- dije mientras le daba un beso en su mejilla
-buenas noches querida, no te olvides que mañana tienes que ir al instituto- me dijo mientras se sentaba en el sillón y prendía la tele para mirar su amado futbol.
-si- dije mientras fruncí mi labio y di un pequeño bostezo, como verán no quería ir. Era mi pesadilla, prefería quedarme en casa y limpiar la casa de Charlie, antes que conocer nuevas personas, profesores, nunca me sentía cómoda con demasiadas personas y lo peor es que iba a ser la chica nueva.
Abrí la puerta de mi habitación busque mi pijama. Era una remera color rosa con marrón, la remera me quedaba hasta la cintura y un short de color rosa, me cambie y me fui a lavarme los dientes, volví a mi habitación y me tire sobre mi cama, poniéndome mi almohada arriba de mi cabeza. No podía dejar de pensar en el nuevo instituto, quienes serian mis compañero e profesores y si podría conseguir un amigo o amiga…me costó dormir, daba vueltas en mi cama hasta que decidí buscar mi celular para ver si Renne había dejado un mensaje o sino escuchar música hasta que pudiera dormir. Me levante y agarre mi celular del escritorio donde lo había dejado, lo prendí, y no había ningún mensaje, me desilusioné un poco aunque sabia como era Renne y después me fije la hora eran las tres de la mañana y todavía no conseguía tener un sueño. Lo cual puse una canción tranquila y inmediatamente me quede dormida.
