Después de largo y ajetreado día solo anhelas tomar un baño.

Vivir en la mansión Sakamaki es desgastador, pero no te quedo otra alternativa tras la muerte de tus padres… subes los escalones de la escalera y de forma automática caminas hacia tu habitación, al entrar te despojas de tus ropas y te adentras en el baño.

Abres todo el grifo del agua caliente y te recargas en la blanca bañera, no piensas entrar en ella hasta que el vapor abrume la habitación, jugueteas un poco con tus manos dentro del agua mientras esta se llena.

Aun recuerdas el día que llegaste aquí.

El agua está a punto de desbordarse, cierras el grifo, vacías un esencia de jasmine y decides a entrar, tu pie es el primero en sentir la calidez del agua y poco a poco te sumerges en ella.

-Ahh…se siente tan bien-

Apenas tienes cinco minutos dentro cuando alguien toca la puerta, lo ignoras pero tu visitante es insistente.

-Estoy tomando una ducha, no puedo atender…lo siento- elevas la voz, aunque es claro que esta familia no conoce la palabra "privacidad".

Te asombras al ver que se ha abierto la puerta y tras de ella una larga sombra que ha ignorado tus palabras.

-He dicho que me estoy bañan…¡Reiji-san! ¿Qué haces aquí?...Yo...- Inmediatamente te escondes en el agua aunque claramente es inútil

-Te he visto hoy con ese Mukami- te dice con su voz seria y elegante, acaso no se da cuenta de que estas ¡Desnuda!

-Pensé que habíamos establecido reglas acerca del acercamiento a "esa familia"-Te dice mientras cierra la puerta detrás de él.

-Sí, pero Reiji-san ahora yo…estoy-

-No me malinterpretes, solo he venido para asegurarme de que "ese olor" que él ha dejado en ti sea eliminado de forma correcta- Te dice de forma seria disfrazada de amabilidad, su forma de hablar sobre "ellos" es algo narcisista.

-¿Acaso no lo sientes?- Te dice tras adentrarse en la pequeña capa de vapor que acapara el baño.

De todos los Sakamakis él es el más difícil de tratar, así que tratas de tenerlo "contento" es decir no quieres limpiar las ventanas de toda mansión otra vez, solo porque "olvidaste" el toque de queda.

-Reiji yo solo le pregunte sobre Yui-chan, el no hizo nada conmigo- abrazas tus piernas tratando de cubrirte pero el solo te ignora y sigue doblando sus mangas.

-No puedo permitir que "ese olor" siga llenando esta casa- Él se ha acercado, no solo se ha doblado las mangas, su camisa esta entreabierta y se ha quitado sus gafas.

-Él tiene unos ojos muy hermosos pero muy despiadados- piensas mientras él se sigue acercando, su mirada sobresale dentro de la bruma.

-Bien…entonces ¿Qué debo hacer?- Le preguntas resignada a su presencia y aceptaras su petición con tal de no cumplir otro agotador castigo.

-Dame tu mano- Su voz dentro del baño se hace un pequeño eco, aun cubriéndote la extiendes.

Volteas la cara hacia el lado contrario no lo quieres ver, es una situación muy incómoda y vergonzosa, toma tu muñeca y sientes como una esponja de baño toca tu piel -EL…EL ME ESTA…-GRITAS MENTALMENTE mientras te ruborizas a su vez intentas zafarte pero él toma tu muñeca con fuerza acercándote más hacia el.

-¡Cielos! ¿No crees que ya has ocasionado bastantes problemas hoy?-

-Lo siento es solo que no pensé que tu fueras a…- no terminas la frase cuando el sigue hablando.

-Por favor no malinterpretes mis acciones, la compañía de Laito te ha afectado- de un momento a otro ha cambiado su tono molesto por ese tono sarcástico que lo distingue.

–¡El SE ESTA BURLANDO DE TI!- piensas mientras giras tu rostro para encararlo, pero…su rostro, debe ser por el calor del agua, esta ruborizado…

Hace caso omiso de tu reacción y sigue limpiándote, sin darte cuenta de su postura, este se ha incado en una sola rodilla, tiene fija su mirada en tu piel.

-Listo, dame el otro brazo- Obedeces de forma automática aun sigues embalsamada por ese rostro y una ligera risa se te escapa.

-¿Qué te causa gracia?- Levanta el rostro y su ceja para fijar su mirada en la tuya.

-Nada importante, recordé algo- dices mientras esquivas su mirada, pero en tu mente se ha impregnado su mirada, es tan imponente, cautivadora…

-Lo siento, no quería ocasionar líos, solo quería que Yui-chan regresara a casa y que todo fuera como antes – Te disculpas por avisarle a Ayato donde se encontraba Yui-chan y que este sin dudarlo fuera por ella, pero la extrañas, lidiar con los seis es menos doloroso si esta Yui, además se han hecho amigas.

-Tu castigo por desobedecerme te lo daré después, ahora dame una de tus pierna, por favor- Te ordena sin prestar atencion a tu disculpa.

-Y-yo…yo puedo hacerlo no te preocupes- quieres que él se vaya pero hace ese típico gesto de desagrado al parecer lo has desafiado y ha metido su mano en la bañera buscando tus piernas, sientes el ligero roce de sus dedos con en tu pierna derecha.

-¿Acaso piensas desobedecerme?- esboza una ligera sonrisa a forma de victoria mientras toma te toma del tobillo, y con la otra humedece de nuevo la esponja.
-No me iré hasta que "ese olor" desaparezca ¿De acuerdo?- debajo del agua el sigue limpiándote, te tensas al sentir el roce de su mano con tu muslo y cierras tus piernas de forma precipitada, más aun en forma de defensa.

-Deberias dejar de ser tan hostil...Bien, te daré 10 minutos para que termines de ducharte- se ha enfadado pero al menos se ira.

-Si, enseguida- afirmas y ves cómo se marcha de la habitación con ese aire despreciativo. Es tan cambiante, algunas veces disfrutas de su compañía pero ese carácter tan peculiar que tiene, hace que dudes y premedites tus acciones, Laito es divertido y predecible en cambio Reiji, en cambio Reiji, parece trasparente si lo ves desde al ángulo equivocado pero del ángulo correcto es borroso incluso profundo, peligroso como la noche y el mar.

Suspiras aliviada recostándote en la bañera, han pasado minutos y te acurrucas ya no quieres pensar más, no quieres salir, tal vez dormir te haga sentir mejor.

Te has quedado dormida en la bañera incluso el agua ahora esta helada, pero no es por el agua que te has despertado sino por cierta presencia...