¿Quién os juzga?

1ra Parte

"Hoy les voy a contar parte de la historia de un niño que conocí. Pero no se engañen, él puede parecer un niño (Y ciertamente, es aun más inocente), pero no lo es.

El niño me robo el corazón con su gran sonrisa y ojos rotos. Niño de eterna sonrisa y bromas inquebrantables; que es fiel y leal hasta lo imposible. Él es la fuerza de sus amados y la esperanza encarnada.

Un niño que llora con la muerte de un animal inocente, pero no le tiemblan las manos para acabar con aquellos que ponen en peligro a los que él protege; aunque no duden de que llorara con gran dolor, porque la muerte no es un poder que él quiso ejercer.

De este niño, sólo unos pocos son los afortunados de conocer su historia, de saber lo que él es realmente. Él es un rey, un caballero y un verdadero guerrero. El más valiente, el más leal, el más fuerte y poderoso. Pero también es la persona más triste y humilde, que no busca ni buscaría reconocimiento por sus actos. Es el más puro y amable, el más grande a existir nunca.

Un niño que por lo que es, por el poder con el que nació, se lo condenaría y se lo tacharía de monstruo.

El niño vivió temiendo el día que alguien descubriera quien era y lo que era, porque sabía lo que ningún niño debería experimentar, que si se hacía conocer, moriría.

Pero con los años, su poder se hacía más grande y fuerte, por tanto, más difícil de controlar y ocultar. Su madre, aterrada y preocupada, lo mando lejos, al único lugar en el que sabía que podía aprender, pero el último en que alguien como él, debía vivir.

En ese lugar, conoció a su Verdugo, mostrándole desde el primer día, cuál sería su destino si alguien lo descubriera, llamando a los que son como él, el Mal.

Ese mismo día, salvo a quien se convertiría en su Guardián, usando su poder, que es tan instintivo como respirar, revelándose a sí mismo.

También ese día se gano la enemistad del Hijo del Verdugo.

En su segunda noche oyó nuevamente como alguien lo llamaba desde las profundidades de su mente. Al seguir la voz, conoció a quien se volvería en su amigo y Consejero, como el último miembro de su familia ancestral.

Su Consejero le quiso explicar que su destino y deber era proteger y acompañar al Hijo del Verdugo. El niño se rió de esto, negando que fuera el susodicho, digno de todo lo que predicaba su Consejero.

A la noche siguiente, salvo la vida del Hijo del Verdugo, como estaba predicho que él debía hacer.

Desde aquella noche, no volvió a separarse del Joven, cuidando de él, protegiéndolo en las sombras. Aunque el Joven lo insultaba y menospreciara, aunque lo obligara a contemplar como morían de forma horrorosa los que son como él, el Mal. Pero el niño también pudo ver más allá, pudo ver al hombre oculto en tanta arrogancia y prepotencia, vio a un buen hombre, alguien digno del amor y lealtad de su pueblo, que era algo más que la sombra del Verdugo.

Vio con orgullo al hombre que un día (Admitiendo sólo para sí mismo) llamaría un amigo, un hermano.

Pero el niño, cada día que pasaba, lloraba más, cada día más pesadillas inundaban su mente. Soñaba que el Joven, un día descubriría quien es el niño y lo odiaría, lo acusaría sin escuchar, sin comprender al Traidor de nacimiento.

El niño que sueña con los que perdió, con todos los que había visto morir en sus brazos. Perdió a su primer amigo, que murió protegiendo al Hijo del Verdugo. Que murió haciéndose responsable del don de su amigo.

Perdió a su amor, en manos del Hijo del Verdugo, sin que él pueda hacer algo para protegerla. Pero el niño no pudo odiar a su amigo, no pudo culparlo por matarla, sin importar que ella era una niña inocente, maldecida por haberse protegido. Siendo él, el único presente en su ceremonia fúnebre, en un lugar idéntico al que habían soñado para vivir juntos.

Perdió a su padre, al que sólo conoció de un día; sólo un día estuvo a su lado. Padre que perdió antes de nacer, porque el Verdugo no se detuvo en sus fronteras para dar caza a un antiguo amigo. Su padre murió en sus brazos como el resto, pero en esta ocasión, tuvo que esconder sus lágrimas, porque el Hijo del Verdugo desconocía sus lasos. Murió protegiendo a su recién descubierto hijo.

Perdió a su amigo más cercano, el único aparte del Guardián del niño que sabía quién era el niño. Lo descubrió después de que el niño uso su don para destruir a un monstruo, que más tarde, le atribuirían a él, un simple campesino de corazón Noble con sueños de caballero. El niño lo perdió, porque su amigo, conociendo sus planes, tomo su lugar para sacrificarse para el Hijo del Verdugo.

Casi perdió a su madre porque ofreció su vida para el Joven, pero lo engañaron y quisieron tomar a su madre. Para más tarde, casi tomar la de su Guardián.

Casi perdió a su Guardián más de una vez. Casi lo perdió porque quiso sacrificarse para proteger al niño, o cuando el Joven no quiso escuchar al niño cuando le advirtió que lo habían secuestrado y que no había traicionado al Hijo del Verdugo.

Perdió a su amiga, cuando ella dejo de ser una paloma para ser un cuervo. Cuando ella decidió traicionarlos.

Perdió otra de sus amigas porque el Cuervo jugó con el cuerpo del Noble de corazón, usándolo como una marioneta, un juguete. Trayendo con magia oscura sentimientos que hace mucho que habían muerto.

Perdió a un montón de personas, porque no pudo protegerlas, porque no podía exponerse y abandonar a su amigo.

Cientos de veces el niño fue tentado para traicionar al Hijo del Verdugo. Cientos de veces reafirmo su lealtad a su amigo.

Era tal su lealtad a su amigo, que incluso protegió y salvo la vida de su Verdugo. Incluso evitando que el Joven lo matara en venganza y dolor, mintiéndole, diciendo que le habían engañado con respecto al mal que el Verdugo hizo. Diciendo que jamás debería haber confiado en quienes son el Mal. A pesar del gran sufrimiento que eso implicaba para el niño.

Protegió al Verdugo porque sabía que su amigo no podría vivir sabiendo que mato a su propio padre.

Tanto a llorado este niño, tanto a sufrido que hasta su propio cuerpo puede contar su dolor. Se piel surcada de marcas que se grabaron con tantas formas que no pueden ser contadas.

Pero aunque el niño llora y se quiebra cada vez más. Sólo él sabe que tan roto esta. El resto sólo puede contemplar un vestigio de lo que le pasa. A veces, en sus ojos o sus sonrisas, en sus gestos o bromas, en la forma en que su cuerpo parece cansado a pesar de su aparente energía. La forma en que su piel parece la de un muerto, o como sus manos siempre parecen crisparse al menor ruido.

Con los años, con cada día que pasaba al lado de su amigo-hermano, su mayor miedo cambio. Ya no teme a ser descubierto y morir; sino que teme el día que se quede solo. Porque teme que no quieran comprenderlo y lo rechacen, que lo obliguen a permanecer aislado.

Solo el niño quedara, porque de la tierra es, por lo que, sólo cuando la tierra deje de ser, él se irá.

Porque ni el fuego o la espada, ni la magia o el hombre, ni por nada de lo que existe o sea creado, podrá darle descanso.

Porque el niño, con horror, descubrió que no se puede acabar con aquello que nació para jamás morir.

Porque su mayor condena es que jamás podrá evitar, que un día, todos los que ama, morirán.

Ahora, este niño espera a que todos contemplen su incapacidad de ser finito. Porque el Hijo del Verdugo, como el Verdugo actuó, condenando al niño aun sin desear escuchar su historia. El Hijo del Verdugo traidor es, porque deliberadamente olvido al niño que lo impulso a seguir adelante, aun cuando él había dejado de creer en sí mismo.

Al niño que con sus palabras y acciones, le juro su lealtad y amistad…"