Bueno, como sabéis los personajes no me pertenecen son propiedad de JKR
LLUVIA
Era mediodía en medio de Londres, la lluvia no cesaba y si no tenías cuidado un paraguas te podía arrancar un ojo.
Era una odisea encontrar un lugar donde buscar refugio de la lluvia.
Con el pelo empapado, con el agua goteando por la cara, con el poco maquillaje que llevaba estropeado, Harry encontraba a Hermione la mujer más hermosa del mundo, tan natural, tan sencilla, tan...Hermione, solo ella y nadie más podía hacer que su corazón latiera a un ritmo acelerado.
La amaba, de un modo que no era normal.
No podía dejar de mirarla, de pensar en como serían sus días con ella a su lado, amanecer en la misma cama es el mejor sueño que se le cruza por la mente. Imaginar una vida sin ella le escuece el alma.
En ese momento no puede evitar entrelazar su mano con la de ella, tan menuda, tan suave como el terciopelo, parece de algodón y cristal a la vez, le da miedo poder hacerle daño, a alguien tan puro
Están en la entrada de un pequeño portal de color verde, esperando que la lluvia pare, para poder regresar al hospital para poder visitar a la pequeña Allegra y a sus felices padres, un rubio con malas pulgas y una pelirroja con el corazón de fuego.
Siente como el corazón late más, las manos le sudan, y la voz no parece suya cuando pronuncia esas dos palabras.
-¿Cásate conmigo?-lo dice con un susurro pero está seguro que ella le ha escuchado perfectamente.
Ya. Ya está hecho, ya se lo ha dicho, ahora viene la parte más difícil, esperar para saber cual será la respuesta.
Pasan los minutos y Hermione parece haber entrado en shock, tiene la mirada titilante, un amago de sonrisa y sin duda se ve preciosa, aunque la respuesta sea no, solo por ver su expresión intentará la hazaña cuantas veces sea necesario.
-No sé que decirte, esa es la verdad.
No es ni un sí ni un no, no es nada y eso le da esperanza, la balanza está igualada y si juega bien sus cartas puede inclinarla a su favor.
-Solo mira en tu corazón y dime que ves, dime donde te ves dentro de diez años.
Hermione cierra los ojos, sus párpados tapan los preciosos ojos marrones, que hacen que Harry tenga ganas de gritar de alegría cada vez que brillan. Suspira y levanta la vista, le mira directamente, le traspasa con la mirada.
-Si – pronuncia alto y claro y nunca nada ha sonado tan bien
-¿De verdad? ¿Aceptas casarte con este loco? ¿conmigo?
-Sin duda, acepto, quiero ser tu esposa para siempre.
-Casémonos entonces aquí y ahora que la lluvia sea testigo de nuestro amor y el cielo vele por nuestro futuro.- suena cursi, pero no le avergüenza ser así ya que ella le conoce perfectamente y no puede ocultarle nada.
Era una tarde gris en la que Londres lloraba de emoción, las gotas de lluvia caían lentamente rodeando a una pareja enamorada, lavando al mundo del dolor para dar paso a las buenas nuevas.
Bueno espero que les haya gustado, gracias por leerlo.
