Bueno, aquí estoy con mi primer fic de Bleach, cuya historia y personajes pertenecen a Tite Kubo, pero que me ha dado por hacer algo así como una comedia parida. Aunque, tengo que avisar que esto es siguiendo el manga, des de que Ichigo perdió sus poderes y por tanto, Karin y Toushiro nunca se conocieron. Pues eso, espero que lo disfrutéis. :)
Arreglo de un hermano desesperado.
… dormir.
¿Por qué? ¿Por qué siempre a mí? ¿por qué tendré tantas fans que hagan que el capitán Yamamoto siempre me envíe a mí en las misiones que envuelven a Ichigo Kurosaki? Estoy un poco harto, pero en fin, qué le voy a hacer, además, sienta bien pasearse por el mundo real de vez en cuando.
Esto de que Ichigo haya perdido sus poderes de shinigami… cansa bastante, porque ahora… ¿se supone que le tengo que proteger yo? Vale, sí, ¿qué más da?
Me dirijo a casa de Ichigo, y veo que vuelve… pero, parece que siente algo… ¿siente mi presencia?
-¿Eres un hollow?-grita
-¡Ichigo!-le saludo, a ver si reconoce mi voz.
-Esa voz… ¿eres Toushiro?-me vuelve a gritar con voz de esperanza.
-¿Qué te hace tan feliz?- le pregunto con una sonrisa macabra.
-Que al menos pueda oírte.- me responde con otra sonrisa.
No le digo nada. Pero… ¿cómo ha pasado?
-¿Sabes? Me encontré a unos tipos que querían devolverme los poderes de shinigami… y mira, parece que estén haciendo un buen trabajo…
-Ya veo… -le respondí algo confuso.
Kurosaki entró en su casa y me quedé por los alrededores. Pero noté una presencia. Me puse a perseguirla, no sabía bien qué era. De repente sentí otra presencia extraña de estas detrás mío y… por una extraña razón que no consigo entender, ya que soy capitán del décimo escuadrón del seiretei, me atravesó algo metálico y me dejó inconsciente.
Volvía del instituto con Yuzu, Jinta y Ururu, aunque notaba a Yuzu algo nerviosa. La cogí por el brazo y la alejé un poco de los otros dos.
-¿pasa algo, Yuzu? ¿Es que has visto algún fantasma? –le pregunté con voz seria, aunque, si no los veía, no se lo tomaría a pecho.
-¿Pero qué dices tú ahora de fantasmas? –me contestó poniéndose roja.
-¿Yuzu? ¿Pero qué te pasa?-estaba realmente sorprendida. Si no estaba rara por ver fantasmas… ¿por qué debía ser?
-Es que yo… Karin… verás… -dijo mirando al cielo, luego hacia delante, a mí un momento, y al suelo.
-¿Pero qué miras?- pregunté perdiendo la cabeza
-Estoy ejercitando los músculos de mi cuello y mis ojos.-respondió simplemente.
-Ah, eso está bien. ¿Y tal es tu preocupación por esos músculos que te pasas el día absorta? Además, ¿hacer eso trae fiebre?
-¿Pero qué dices, Karin?- dijo prácticamente gritando, de eso se giraron Jinta y Ururu, y se puso más roja.
-Espera… -le dije con cara pícara –no me digas que… -le dije haciendo una visión suspicaz en Jinta. Yuzu siguió mi mirada, puso los ojos en blanco y bajó la cabeza.- jajaja! Pero Yuzu, por favor, ¿se puede saber qué gusto tienes?
Eso la hizo enfadadar.
-¡Pues al menos tengo algo!-me gritó- ¿es que a ti nunca te ha pasado?
Miré hacia arriba un momento para pensar.
-Mmm… no, pero… aún así, nunca me enamoraría de alguien con el pelo rojo –le contesté divertida con la mirada medio cerrada y una gran sonrisa.
Yuzu se puso aún más roja y yo me reí de ella. Pasamos por el quiosco de Urahara, y cuando Jinta y Ururu se despidieron no pude evitar fijarme en la mirada de Yuzu.
En fin, ya iría más tarde a ver a Urahara, porque ahora no podía con Yuzu a que me diera aparatejos suyos.
Volviendo a casa noté un poco de reiatsu, pero era muy débil, así que pensé que sería el shinigami encargado en ese momento de Karakura.
Ichigo no estaba en casa. Se había vuelto a ir al sitio ese raro que nadie sabe dónde estaba. Pero últimamente lo notaba más animado, y notaba como crecía su reiatsu, y que se fijaba en los fantasmas que pasaban por su lado. Eso, de algún modo, me hacía feliz. Al menos, me aseguraba de que no se iba al lado oscuro, que sólo quería recuperar lo que había perdido.
Pero antes de cenar lo oí entrar alarmado, y antes de que me dejara verlo se dirigió corriendo a su habitación, se pasó ahí como media hora haciendo no se qué.
-Hola familia- nos saludó muy animado al bajar.
-Ichigo, si bajas tan tarde no te extrañe de que la cena esté fría.-le dijo Yuzu un poco molesta.
Dirigí una mirada furtiva a Yuzu. Se percató y gruñó.
-¡Para Karin!
-¿Pero qué he hecho ahora?-le grité riéndome.-¡estás más seria, Yuzu! ¿Qué ha pasado?
Isshin al vernos y no saber qué hacer decidió que era su momento de pelearse con Ichigo, y, pues nada. Cenamos en nuestro modo habitual. De la manera que lo habíamos hecho toda la vida. Veía a Ichigo tan contento, que, ¿qué le iba a decir?
Después de cenar subí las escaleras y escuché unos ruidos en la habitación de Ichigo. Piqué a la puerta y salió él.
-Eehh… Karin, ¿te importa dormir en la habitación de Yuzu?
-¿eh? ¿Pero por qué? ¿Qué pasa? –no dijo nada y miró hacia abajo.- ¡Espera! ¿Qué me estás escondiendo?
Aparté a mi hermano de la puerta sin que él pudiera hacer nada y al entrar vi un cuerpo en su cama.
Era un shinigami, por lo que podía suponer por sus ropas. Estaba girado cara a la ventana. Sólo podía ver el número de su haori. Era de la décima división…
-Ichigo… ¿lo puedes ver?
-Pues claro. Si no, no lo habría subido aquí ni le habría vendado las heridas.-me contestó como si fuera tonta. Eso me enfureció.
-Oye, ¡idiota! ¡No me hables así! ¡Que des de hace poco no veías ni fantasmas!-le grité preparando mis puños.
-¡No grites, Karin! Porque… ¡1! Si te oye Yuzu, ¿qué? ¿eh? Y ¡2! ¿No ves que está durmiendo? –dijo señalando al shinigami.
Puse una cara fea y le dije con tono aburrido.
-Pues no entiendo por qué alojas en tu casa y te tomas tantos cuidados cuando es un viejo encarcarado…
-¿Viejo encarcarado?-preguntó riéndose.- ¡Pero si es el capitán más joven que hay en el seiretei!
-En ese caso, ¿cómo deben ser los otros?-pregunté con cara de pánico. (Recordad que Karin sólo ve una figura pequeña con el pelo blanco)
-Eeeh… Karin, es que prácticamente se podría decir que es un adolescente…
-¿Qué?-pregunté encendiéndome de la vergüenza.
Pero como no me lo podía creer de las palabras de mi hermano, porque en el fondo siempre podía estar metiéndome una trola, me acerqué a la cama de Ichigo, me subí y acerqué mi cabeza al shinigami de manera que pudiera verle el rostro.
Era verdad… era un chico… era joven y era… muy guapo…
Me alejé de allí y lo único que pude decirle a Ichigo fue:
-¿No es un poco bajo?
-Eso nunca se lo digas.
Me dirigí hacia la puerta y le dije:
-Puedes llevarlo a mi habitación. Ya duermo yo con Yuzu.-y le sonreí.
-Gracias Karin. Habría sido un poco raro para mí tener que dormir con alguna de vosotras.
-Mira que llegas a ser estúpido, Ichi-nii! –le grité y me dirigí a mi habitación, pero él ya cargaba al shinigami y lo llevó a mi habitación.
-¿No te importa, no?-preguntó algo confuso por mi reacción.
-No,no, si te lo acabo de decir.-le sonreí.
Ichigo volvió a su habitación, y entonces caí en que mi pijama estaba bajo mi almohada. Mierda, porque ahora tenía a un shinigami durmiendo ahí.
La habitación estaba a oscuras. Veía la silueta del shinigami. Tragué saliva y me acerqué a su cabeza… otra vez.
¡Operación cuidado summun de Karin! ¡Coger el pijama sin que el shinigami despierte! También podría matarlo, pero Ichigo me mataría… con lo contento que estaba de poder verlo… ¿será porque era gay? No, no, no. No podía ser. Había dado la vida prácticamente por salvar a Rukia y después a Orihime… pero eso tampoco quería decir que le gustara alguna de ellas, aunque con Rukia…
Espera Karin, ¿qué paranoias te estás montando? Déjalas y prepárate para la operación rescatar el pijama. Séeeh!
Le cogí la cabeza con la almohada y la acerqué a mí, para que con la otra pudiera coger el pijama que había debajo. Fue un éxito. Bajé mi brazo lentamente y lo retiré de ahí. Miré otra vez al shinigami durmiente.
-Mmm… no creo que sea la princesa adecuada.-dije con una media sonrisa.
Fui al baño para cambiarme, y entré en la habitación de Yuzu.
-Yuzu… ¿puedo dormir contigo?-le pregunté con ojos de cachorrita.
-¿Qué? ¿Pero qué te has creído, Karin? Después de reírte de mí…
-Vaa, así me cuentas más cosas de eso que sientes por… Jinta…
-Aagh, ¡Karin! ¡Pero qué tonterías dices!
-Bueno, vale, no diré nada. ¿Pero puedo dormir contigo? Es que tengo gemelitis aguditis –LOL ¿qué era eso? Lo primero que se me ocurría decir.
Yuzu me miró raro. Pero pareció que aceptó.
-De verdad que tienes unas cosas, Karin… -me dijo haciéndome hueco en su cama.
Esa noche dormí muy bien xD
Se acabó el capítulo. No tengo calculado lo que durarán los capítulos ni cuantos habrá, pero prácticamente ya la tengo acabada.
Por favor, enviádme reviews, quiero saber vuestra opinión, tanto buena o mala. Espero ir publicando seguidamente.
Hasta el próximo.
Mashetsu.
