Disclaimer: Hetalia no me pertenece, este es de su respectivo creador.


La francesa miraba el techo de su habitación. Aun escuchaba los gritos provenientes de la cocina. El siempre furioso Scott no paraba de maldecir. Que su comida estaba fría, que el café no tenia suficiente azúcar, que Edith no servia para nada. Cual sea que fuese la ocasión o el motivo, su padrastro escocés siempre gritaba.

El ruido de un plato haciéndose añicos contra el suelo la estremeció, después, escuchó pasos en la escalera, pasos apresurados que venían en dirección a su habitación.

Toc toc toc.

—¡A mi no me vengas con estupideces Francine!— Grito el hombre iracundo al mover el picaporte una y otra vez, comprobando que le habían echado el seguro— ¡Abre la maldita puerta! ¡Es mi maldita casa!

La joven se puso de pie y corrió a abrir. Un temor ligero la invadió cuando el pelirrojo abrió la puerta de golpe, con el rostro colorado y las mejillas infladas.

—Ya se lo dije Edith y ahora te lo diré a ti— La señalo y comenzó a picarla con su dedo indice, justo encima de donde nacía su seno derecho— Tienes una semana para conseguir empleo, de lo contrario te vas de aquí. Y no me importaran los lloriqueos de la cerda que tienes por madre. ¿Te quedo claro?.

Fra asintió en repetidas ocasiones. Se estremeció y bajo la mirada cuando el dejo caer su dedo, rozándole de arriba a abajo el pecho. Apestaba a tabaco y alcohol. A depravación y obscenidad.

Se fue cerrando la puerta de golpe y yendo a su propia habitación. Su madre entro después. Tenia la mejilla izquierda ligeramente hinchada y moteada de morado. Una superficie purpura le invadía la parte superior del brazo.

—Cariño, lo siento pero no pude hacer gran cosa... ademas mi esposo tiene razón, deberías conseguir un trabajo.—La mujer le sonrió y se acerco a su hija, comenzando a acariciar su mejilla.

Francine asintió. De nada servia que le dijera que desde que supo que no lograría pagar la universidad, cada día de los pasados tres meses había intentado encontrar empleo. Que precisamente aquella tarde le habría mandado su pobre curriculum a una agencia de trabajo. Supo que con ello no lograría nada. Que en la cabeza de su sumisa mamá, el y solo el siempre tendria la razón.

—Mañana iré a primera hora a otra oficina de empleos, ademas, vi algunos anuncios en Internet que requieren mano de obra en fabricas— Fra le dio una tímida sonrisa— Quizás logre encontrar algo.

—Oh cariño, espero que si, no importa en que trabajes, solo espero que te empleen. Eso tranquilizara mucho a mi querido Scott.

Su madre se fue sin dejar que la joven respondiera algo. Cuando ella cerro la puerta, Francine echo de nuevo el seguro y atranco la puerta con la silla de su escritorio. Mientras lo hacia, no dejaba de hervir en indignación y furia.

Despertó antes de que el alba se alzara completamente. Se dio una ducha y se vistió con sus pantalones azul oscuro, una blusa gris de manga larga y una suéter del mismo color que el pantalón, se amarro las agujetas de sus botines grises y emprendió su viaje hacia la cocina. Francine ojeaba el periódico mientras bebía un poco de té. Desgracias, robos, políticos corruptos, estrellas de la farándula vistos en situaciones comprometedoras, el cóctel que se veía todos los días en el mundo del cual era habitante. Checo el clima, temperatura máxima de 15C y una mínima de 4C. Suerte que el suéter que llevaba era de lana. Subio de nuevo a su alcoba y tomo su bolso y la bufanda. Solo por si acaso.

Mientras venia en el subterráneo luego de una larga jornada de búsqueda, la francesa miraba un chicle seco que estaba firmemente asido del suelo del vagón.

—No tienes la experiencia necesaria.

Le habría dicho un supervisor de una tienda de ropa al sur de Londres. Con los dientes chuecos, una horrible corbata de moño y una vestimenta que no cuadraba del todo bien rechazo a una chica que tenia a ese establecimiento como su ultima esperanza.

—Tal vez no tenga experiencia, pero sin duda tengo mejor gusto que usted, hasta un niño de tres años tiene mejor ojo que tu.—Murmuro al piso y al chicle. Levanto la mirada y una anciana le mira extrañada.

Claro, solo las locas hablan consigo mismas.

La vieja se bajo en la siguiente estación, y después de un par de paradas, Francine hizo lo mismo. Eran las once de la mañana y no quería volver a su casa, no deseaba escuchar el griterío y los las acciones que tanto la incomodaban de Scott. No quería ver a su sumisa madre dándole la razón a su padrastro con tal de que no la golpeara.

Suspiro y echo a andar por la calle, el estomago le gruñía y en la esquina alcanzo a ver un Pub. El letrero en la entrada del establecimiento rezaba "St George Dragons". La joven se encogió de hombros y entro allí. Una banda de moteros hacia un escándalo impresionante desde una de las esquinas del lugar. Calculaba que unos quince hombres con chaquetas de cuero que estaban embriagándose, riendo o fumando y expulsando humo como locomotoras. Un mesero iba y venia sirviendo Fish n' Chips por las distintas mesas cargadas de gente. La mayoría de las personas sostenían tarros, vasos o copas llenas de líquidos con distintos grados de alcohol.

Crazy Train de Ozzy Osborne inundaba el lugar. La canción se metía en los oídos de Francine con tanta intensidad que parecía que el cerebro le iba a explotar. Sacudió la cabeza y se dirigió al único lugar disponible de la barra. El cantinero iba y venia satisfaciendo a los clientes con cerveza dorada y burbujeante.

De pronto, el hombre se detuvo y la observo.

—Que vas a pedir niña—Pregunto toscamente al tiempo en que la miraba inquisitivo.— ¿Y bien?

—Oui, si quisiera Fish n' Chips y un poco de vino tinto.

El inglés rió mientras negaba con la cabeza.

—Lo siento primor, pero no tenemos jugo de uva.—Le sonrió de lado, mirándola de arriba a abajo— Pero creo que esto te gustara.

El dependiente le tendió un vaso pequeño, le echo un par de cubos de hielo y tomo una botella de la cual sirvió un liquido transparente. A los ojos de la chica, aquello parecía un vaso de agua. Francine sonrió mientras se tomaba una trago. Sintió que eso le quemaba desde la garganta hasta el estómago, los ojos se le llenaban de lágrimas y tosió mientras se tallaba los ojos.

Arthur Kirkland volvió a reírse.

—¡Oye Antonio!— El hombre le gritó al mesero y este se acerco a la barra—Sería tan amable de traerle a este dulce primor un plato de Fish n' Chips.—La miro a ella y volvió a sonreír—La casa invita niña.

Fran entrecerró los ojos mientras gruñía. Se preparaba para levantarse cuando el español la observo. Se quedo pensativo un rato y comenzó a reclamar.

—Sabes que has llegado con un gran retraso, quedamos en que llegarías a las nueve de la mañana.

Francine arqueo las cejas.

—¿Que?.— Exclamó.— No le estoy entendiendo.

Toño se golpeo la frente con una mano.

—Pues a que seria mujer sino a trabajar en la cocina, ¿no eres Lucy Preston? La chica de la agencia me dijo que tenia que esperar a una joven de cabello rubio cenizo y ojos azules que respondiera a ese nombre. ¿Eres Lucy?

Francine se lo pensó un tiempo y comenzó a asentir varias veces.

—Pues bien, necesito que me acompañes, te mostrare la cocina, nuestro menú y quiero que te pongas a trabajar de inmediato. Esto seguirá llenándose de clientes y necesito que alguien me eche una mano. ¿de acuerdo?

Fra volvió a asentir y el español le sonrió. Ambos fueron a la cocina y este le paso un delantal.

—Lucy, ¿sabes preparar algún postre, como un pastel?

—Claro— Dijo Fran mientras se quitaba el suéter, se arremangaba la blusa y se ponía aquella sucia prenda que algún día fue blanca.

—Madre mía, que alivio. Mira, los ingredientes para eso están en una de las alacenas de arriba, iba a comprar una torta para el jefe pero no me dio tiempo. Pensaba hacer una yo pero si de por sí cocinar y servir la comida es difícil, intentar hacer un pastel al mismo tiempo iba a ser imposible. Así que prepárale uno. Debe estar listo antes de las seis. Ah y por favor realiza las ordenes de los clientes lo mas pronto posible.

El de ojos verdes salio de allí con una bandeja llena de pescado frito y papas a la francesa. La chica se puso manos a la obra.

Por fin un trabajo y que mejor lugar que en cocina.

Aunque se sintiera un poco culpable, fingiría ser aquella Lucy Preston por conseguir un empleo. Es mas, seria Rasputin de ser necesario.


Hi, esto, como dice el titulo, es tan solo el piloto de un nuevo fic que ando tramando. Obviamente sera un FrUk y aunque el capitulo tenga un tono un tanto ligero, permitanme decirles que esto se ira tornando mas oscuro a medida que avance la historia. Espero que les guste y puedan darle una oportunidad. Nunca pido reviews pero en este caso me encantaría saber lo que piensan.

Para los que leen Future Days, no se preocupen tengo pensado acabarlo antes de que termine el año.

¿Que pasara en el siguiente cap? ¿Lograra Francine terminar el pastel a tiempo? ¿Conseguirá el empleo ? ¿Lucy Preston hará aparición por allí? Todo eso y mas en los capítulos que siguen.

Gracias por leer y ¡Larga vida y prosperidad.