Se habían ido. La habían dejado, o mejor dicho la habían echado.
Y, por más complicado que resulte aceptar que las primeras personas en preocuparse, de alguna forma, por ella, la hubieran abandonado; no tenía más opción que aprender a sobrellevar el conflicto interno que no cesaba de crecer.
Ser abandonada era algo que ya se había visto venir, lo suponía desde un inicio. Sabía que sucedería tarde o temprano, pues las personas no hacen "favores" así por así, y menos si de quién hablamos, el líder de aquel extravagante grupo, era quién la había salvado.
Al conocerlo, había "firmado" un contrato -por decirlo de algún modo- con él. Desde el comienzo supo que acoplarse a aquellos, que a partir de ahora serían sus aliados-pues no tenían más opción- resultaría difícil, pero estaba dispuesta a lograrlo. Después de todo, él la había salvado de un destino casi irremediable, hacia una supuesta "paz" que, a decir verdad, dudaba fuera real. Fue salvada, y se le permitió quedarse con ellos, por eso se sentía en deuda. Al menos con su líder, la primera persona que sintiendo algo de simpatía -o lástima- por ella, le tendió su mano; tendida con fines poco altruistas, pero tendida al fin.
Como mínimo, ella debía sentirse agradecida y ayudar en lo que pudiera hasta que no la necesitaran más, y, esperaba que cuando eso sucediera, ella tampoco los necesitara. Sin embargo, no podía engañarse, ya no más. El agradecimiento que en un inicio se vio obligada a sentir se había vuelto en algo más fuerte.
Aquello fue lo que quiso evitar cuando llegó, porque sabía que la "despedida", no tardaría y al llegar se le haría difícil decir adiós. Aun así, no entendía por qué lo único que encontró de ellos fue una simple nota, al menos oírlo por sí misma le resultaría más fácil de asimilar.
Ellos debían tener razones para dejarla a su suerte; no los cuestionaba, no los juzgaba; ellos tenían sus razones y las respetaría. Sin importar cuáles fueran sus razones; ella saldría adelante, por sí misma. Ya no por quien la salvó, ni quienes la cuidaron, sino por ella.
Se demostraría a sí misma que por su esfuerzo y ganas de vivir lograría salir triunfante y pintaría del más bello color el lienzo de su vida.
