Wola, vengo a ustedes con este nuevo fic, porque adoro al fantasma de la opera y espero que les guste. Siendo que es una idea renovada de mi anterior fic de Amor Gitano. Los personajes del Fantasma no son míos (aunque me gustaría) sino de Gastón Leroux, pero fuera de ellos los demás personajes si son de mi propia invención.

¡Advertencia! Muchos elementos de este fic estan basados tanto en la película del 2004, como de los libros de Gastón Leroux y de Susan Kay.

Dedicado a mis mejores amigos: Mónica (Anny) y Turrent.

Autor: MarisolPhantom

Título: Amor Gitano V2

Capitulo1: Llegando a Paris

POV Erik:

No tengo ni idea de cuánto tiempo he estado aquí, en la terraza del teatro de ópera, recargado contra la estatua de Apolo, expuesto al frío y a la delicada nevada que ha empezado a caer. Eso no me importa, en lo único en lo que puedo pensar es en que Christine, mi amada Christine le acaba de declarar su amor a ese joven vizconde Raoul de Chagny.

Durante estos últimos años me he dedicado a dos cosas de gran importancia, una era a mi obra maestra, mi composición de DonJuanTriunfante y la otra ha sido el educar la voz de Christine. Es a la segunda a la que más empeño, desde el primer momento en que escuche la voz de aquella hermosa muchacha quede cautivado y me propuse el ayudarla para convertirla en la mejor soprano del siglo, dándole clases en su camerino a través del espejo, siempre haciéndome pasar por aquella fantasía infantil del ÁngeldelaMúsica.Pero ahora, todo eso parecería que no ha valido la pena, ella me prometió dedicarse en cuerpo y alma a la música y sólo se necesito de la llegada del vizconde para que esa promesa se fuera volando.

Pero ni crean que esto se quedara así, de algún modo me vengare, tanto de la que me mintió, como del que provoco toda esta situación. Debo analizar la situación y pensar en una estrategia, no sería nada inteligente actuar siendo guiado únicamente por mi rabia.

Se los demostrare, les demostrare a todos que nadie ¡NADIE! Se mete con el Fantasma de la Ópera, y no solo conseguiré que Christine vuelva a mi lado, sino que también ahuyentare al vizconde, y si es necesario matarlo entonces que así sea, no sería la primera vez que mate a alguien en busca de mi provecho y no creo que sea la última. Por ahora será mejor actuar como si hubiera desaparecido, darles confianza a todos aquellos estúpidos ocupantes de mi teatro para que cuando menos lo esperen, El Fantasma de la Ópera resurja en todo su esplendor.

Fin POV Erik

Ya habiendo decidido actuar de ese modo, Erik volvió a su morada subterránea para empezar a crear un plan, quien hubiera dicho que esos planes se verían afectados por la presencia de un grupo de personas, más propiamente gitanos que se iban acercando a la ciudad.

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POV Rubí:

No conozco la razón por la cual de pronto me pongo a pensar en él, ya ni recuerdo cuando fue la última vez que lo vi, claro que por aquellos tiempos yo sólo era una niña, pero aún así, mi memoria no puede evitar recordar aquel sujeto que antes viajaba con nosotros. Aquel ser extraño que encontramos cerca de la carretera de Canteleu. Mis hermanos y hermanas de raza lo llamaban "ElHijodelDiablo",mi madre lo llamaba "ElPobrecilloDiablo",Javert (que en aquel tiempo era nuestro jefe) lo llamaba "Cadaveri to", mi padre le decía "Erik" y yo… bueno, no tenía ningún nombre para él, será porque nunca me le acerque demasiado. Muchos integrantes de la tribu lo maltrataban y yo me sentía mal por él y a veces le llevaba alimento a escondidas, así como ciertas plantas medicinales y ungüentos que le lograba robar a nuestra curandera para sus heridas, pero más allá de eso nunca conviví con él. Es más, seguro que él ni sabía mi nombre.

Es una costumbre gitana el que tengamos tres nombres, uno que solo conoce nuestra madre y que nunca llega a nombrar, para que los demonios nunca conozcan nuestra identidad y no nos lastimen, otro que sirve para cuando convivamos con nuestra gente y gitanos de otras tribus y otro que los gaché1 utilizan para referirse a nosotros, pero tanto para mi gente como para los ajenos a mí, siempre he sido Rubí.Actualmente soy la gitana más hermosa de la tribu, y no lo digo por pura vanidad, sino por todas las miradas que recibo por parte de nuestro público que me ve bailar o haciendo adivinación durante nuestras ferias, tanto masculinas como femeninas, todas esas miradas son para mí, unas cargadas de deseo y lujuria, otras con envidia, otras con admiración y otras con incredulidad ante mis artes adivinatorias, pero todas enfocadas en mi hasta el momento en que me retiro a mi tienda. También mis hermanos de la tribu me consideran un ser ejemplar, muchos hombres le han llegado a mi padre con ofertas de matrimonio, pero siempre son rechazadas, ninguno de esos pretendientes me han interesado nunca. Mis hermanas de raza, por otro lado, algunas ya están casadas como Kallisté, la persona a quien más quiero y a quien más confianza le tengo, ella se casó hace menos de un año con Hervé, un herrero de la tribu que prácticamente la tiene en un altar, nunca había visto a un hombre tan devoto a su mujer. Jun también es casada, con un artesano del metal llamado Yerko, un hombre alegre y optimista; como es la tradición ambas llevan pañuelos de vivos colores en la cabeza y atados por detrás, en la nuca, eso es lo que las marca como mujeres casadas.

Y otras, como yo, que seguimos solteras llevamos nuestras cabelleras sueltas que bailan con el viento, he de decir que soy afortunada al poseer un cabello tan largo, negro y hermoso que gusta de brillar a la luz del sol, mientras que otras de mis hermanas sufren al tener los cabellos tan rebeldes y grasosos, una clara consecuencia por nuestra inusual limpieza corporal. Otra cosa que nos hace más llamativas son nuestras blusas escotadas y faldas largas hasta los tobillos, que están llenas de vivos colores, toda nuestra ropa o nos la regalan o la compramos o de plano la robamos, una mujer gitana nunca se rebajaría a coser e hilar. Por mi parte, siempre he vestido de colores rojo, naranja y morado; ayuda al contraste de mi piel morena. Mis brazos están llenos de pulseras y brazaletes que van por arriba del codo y de mis lóbulos cuelgan unas arracadas grandes. Lo único que nunca he usado son zapatos, no me hacen falta, de tanto caminar y correr tengo los pies endurecidos y rara vez siento molestia en ellos y así es también con mis hermanas.

Ahora nos encontramos de nuevo en Paris, para llevar a cabo otra de nuestras ferias, muchos ya empezaron a poner sus tiendas y a adornar el lugar esperando que en la noche llegue mucha gente.

-¡Rubí!

-Dime padre

Mi padre, como ya dije es el jefe de la tribu, su nombre es Claude y así como todos nosotros, es de piel morena, mucho más morena que la mía, su cabello negro y largo lo lleva suelto y va vestido con un traje azul que va abierto sobre el pecho. Usa una bolsa-cinturón para sujetar sus pantalones anchos que usa dentro de unas botas altas. Su chaqueta de color azul rey lleva una línea de botones de metal, porque en nuestra gente, los jefes son los que por derecho usan esa clase de botones. En la mano derecha lleva su bareshtiroulirupoi,un bastón con puño de plata que lo identifica como jefe.

-Ya casi llega el ocaso y será mejor que vayas a tu tienda para cuando llegue la gente a pedirte que les digas la buenaventura

-Lo sé padre, ya me dirigía para allá, solo que me quede aquí afuera recordando…

-¿Recordando qué, hija?

-Aquel sujeto que viajaba con nosotros cuando todavía estaba Javert

-¿Te refieres a Erik? – muchos de mis hermanos se sienten incómodos al recordar a tal hombre, y es por eso que casi nunca se habla de él, pero por alguna razón, a mi padre no le molesta

-Si, a él

-Es cierto, pobre chico, me gustaría saber que fue de él, en fin, apúrate hija, ya casi es hora

-De acuerdo

O

POV Erik:

Así que un nuevo grupo de gitanos ha llegado, no los había visto desde aquella noche que mate a Javert y huí de los gitanos. Y estoy seguro de que son los mismos, sus caras habrán cambiado, pero esos carromatos los reconocerían donde fuera, no es fácil para un gitano desprenderse de su carromato, ya que son muy valiosos, así que estoy seguro de que son los mismos de los que huí. ¿Cómo olvidar aquella noche? En la que deje atrás lo que quedaba de mi inocencia al cometer por primera vez un asesinato en contra del hombre que me usó para llenar sus bolsillos de monedas y que después me quiso violar. Yo sólo tenía doce años de edad.

Después de haber huido del hogar de mi madre, me quede en el bosque tratando de refugiarme, pero no conté con que a los pocos días mi cuerpo me demandaría alimento, lo único que encontré fue aquel campamento gitano, no haría nada, solo robaría un poco de comida y me iría, pero desgraciadamente me atraparon y al ver mi rostro me terminaron encerrando en esa horrible jaula. Javert, claro está, utilizo mi deformado rostro para que la gente pagara por verme. "ElHijodelDiablo" así me llamaba, al principio era la peor de las humillaciones, pero conforme me adaptaba y empezaba a utilizar la ambición de Javert para mi beneficio logré que me dieran mi propia tienda, mi propio espacio y hasta las demostraciones se hacían como YO quería. Hasta fui aprendiendo de herbolaría con la vieja curandera de la tribu, aquella horrible y vieja mujer que una vez salve de morir por una enfermedad gracias a una de mis creaciones medicinales, pero no por compasión, sino por ponerme aquella situación como un reto, el cual no perdí. Todo parecía ir bien, hasta aquella noche en que intente acabar con mi vida a través de un veneno, que al final ni pude tomar, y fue así que me encontré con una muchacha de la tribu, Dunicha se llamaba, la muy estúpida se había entregado a un payo2 que al final la abandonó, y para agregarle más, tenía el tobillo fracturado, la ayudé a vendarlo e incluso quise ayudarla a volver a salvo al campamento, pero la ingrata me rechazo y al ver que yo conocía su pecado de haber perdido la virginidad, cosa bastante grave para una joven gitana soltera, me quiso echar a mí la culpa de ello al decir que la había violado. No vi más remedio que escapar y fue cuando Javert entró a mi tienda dispuesto a violarme, pero me defendí y ahí le di muerte.

No me arrepiento, se lo merecía, y hasta estoy seguro de que los demás gitanos ni lo echaron de menos, a pesar de ser su jefe no era un gitano de nacimiento, si tenía el puesto era por su inteligencia para la organización de eventos.

Se podría decir, que lo único que lamento es haber perdido la compañía del señor Claude, cada que podía iba hacia mi jaula y después a mi tienda para platicar. Al inicio no me gustaba su presencia, prefería la soledad, pero por momentos comprendí que era necesaria la convivencia y hasta me alegraba verlo, era un buen hombre dedicado a su trabajo como herrero y a su familia, a su esposa Orka, una mujer que al parecer yo no le causaba miedo, pero si lastima y aún no se cual es peor y a sus dos hijos, un niño de mi edad de nombre Miya, al principio él junto con sus amigos gozaban de molestarme al golpearme con barras de hierro, puntiagudos pedazos de madera o cualquier otra cosa que pudiera herirme, pero después, cuando adquirí poder me empezaron a temer y ni se atrevían a mirarme. Y por último estaba su hija, una pequeña que era cinco años menor que yo, rara vez la veía, pero siempre iba con un vestido ya viejo, gastado y sucio, en ocasiones me llevaba comida y remedios contra las heridas que me hacían los niños y Javert, pero ahora que lo recuerdo, nunca supe cómo se llamaba, en algunas ocasiones el señor Claude la nombraba, pero no le prestaba mucha atención. Lástima, era una niña adorable.

Pero no debo desviarme con este asunto, es necesario que preste mi completa atención a la maquinación de mi plan. Hace poco me enteré por vía de Madame Giry que dentro de algunos días se celebrara una mascarada, y será ahí donde yo aparezca frente a todos, estoy completamente seguro de que Christine asistirá junto con su impertinente vizconde, por lo que es una gran oportunidad para dejar en claro, que soy YO el que manda aquí y sólo YO decido el destino de todos los habitantes de mi teatro, incluyendo a Christine.

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POV Donatien:

Han pasado unas tres horas desde que inició otra de nuestras famosas ferias, esta vez en Paris, y es mi trabajo entretener a la gente con música, ya que eso soy, un músico gitano con una buena habilidad para el violín. A pesar de que no sabemos leer ni escribir, así como tampoco sabemos cómo leer una partitura, la música es uno de nuestros grandes talentos. He destacado entre mis hermanos de raza gracias a eso, desde que mi padre murió ha sido mi sueño el ser un músico tan bueno como lo era él y ahora que lo he logrado, me toca luchar por mi segundo sueño; casarme con la hermosa Rubí.

La conozco desde que éramos unos niños, y desde siempre me he sentido atraído por ella, ella y solo ella. A pesar de lo que los gachépuedan pensar de nosotros, que somos personas inmorales que gustan de seducir a los demás y que no respetamos a una sola pareja, nosotros no somos así, los gitanos (o por lo menos los de mi tribu) somos muy fieles a nuestros compañeros de vida. Cuando un gitano escoge a su compañera, le es fiel por siempre. Es cierto que no somos santos, y que algunos han caído ante la tentación de la carne con diferentes mujeres, pero eso es mientras no escojamos a nuestra esposa. Como yo he estado enamorado desde niño, ninguna muchacha me ha tentado. Y no es por falta de oportunidades. Sé muy bien que mi aspecto es atractivo, mi piel morena, mi cabello negro y corto, mis ojos color marrón y mis músculos bien desarrollados gracias al arduo trabajo laboral que implica empacar nuestras cosas cuando nos vamos y luego desempacarlas cuando llegamos a un nuevo destino me han ayudado a ser un hombre con buena apariencia. Muchas mujeres, tanto de la tribu como fuera de ella, me han mandado mensajes indirectos y otros muy directos de que les gustó, pero a todas las he rechazado esperando ansiosamente a que Rubí finalmente mi mire y entonces pueda compartir mi vida con ella.

Mientras tanto, seguiré siendo su amigo, su hermano de raza, su acompañante en sus bailes, porque yo soy quien le da música cuando entretiene al público con su inigualable danza. Y hablando de eso, sino mal recuerdo Rubí hará unos cuantos bailes esta noche.

-Donatien

-Señor Claude, buenas noches – una cosa que tengo a mi favor, es el hecho de que tengo una buena relación con el padre de Rubí, él conoce mis sentimientos hacia su hija y prometió ayudarme con ella

-Me parece excelente que venga tanta gente a la feria

-Eso es natural, nuestros espectáculos son únicos y los gachéson fáciles de impresionar

-Eso es cierto, por cierto, Rubí no tardara mucho para empezar con su baile, así que busca tu violín para que la apoyes

-Justamente en eso estaba pensando, señor

-Recuerda Donatien, que mi hija a veces puede ser necia, pero mientras continúes a su lado se que ella pronto te aceptara como esposo

-No hay nada que desee más que eso

-Bien muchacho, apresúrate que mira, ahí está mi hija

Al dirigir mi vista hacia donde el señor Claude me indicó comprobé sus palabras, ahí estaba mi Rubí, saliendo de su tienda tras haber adivinado la buenaventura de las personas por casi dos horas, ya estaba lista para bailar, así que sin pensarlo mucho fui en busca de mi violín y de mis demás hermanos músicos. No fue difícil hallarlos y ahora es cosa de ir con…

-¡Rubí!

-Donatien, ya es hora de mi baile

-Lo sé, fui por mi violín y por los demás

-Gracias, bueno vamos al escenario

Después de un rato me di cuenta, de que esta presentación resultaría tan buena como las demás. Rubí baila con una soltura y elegancia asombrosas, algunos movimientos son tan suaves como otros conllevan un toque de sensualidad. Se lo que los demás piensan, que las mujeres gitanas son prostitutas que seducen a los hombres con eróticas danzas, pero están tan fuera de la realidad. Nosotros no lo vemos así, para nosotros es un baile tan normal como cualquier otro, aunque no significa que no encontremos algunas partes un tanto atrayentes, pero nada que lleve a un encuentro carnal. La virginidad en las mujeres de nuestra raza es muy preciada, y el esposo es el único hombre con derecho a poseerla. Cosa que al parecer nuestro público no puede entender, como me llenan de rabia todas aquellas miradas masculinas tan repugnantemente llenas de lujuria que miran a MI Rubí, pero no puedo hacer nada al respecto, así bailan las gitanas y así nos hacen llegar una cierta cantidad de monedas. Habiendo terminado ya su rutina, Rubí recibe con orgullo los aplausos y una vez que otra inicia su baile, Rubí abandona el escenario.

-¿Cómo estuve, Donatien? – me preguntó con una hermosa sonrisa, mientras su respiración seguía siendo algo forzada por el ejercicio que implica bailar

-Perfecta, como de costumbre

-Gracias, iré a descansar un poco a mi tienda, pero en un rato vuelvo, me toca otro baile

-Claro, aquí te espero

Al mismo tiempo que Rubí se retiro, me volví hacia el público y veo a un hombre en el que no había reparado antes, un hombre alto y delgado, pero no podría asegurarlo pues va completamente cubierto por una capa negra, y veo como sigue con la mirada a mi amada. ¿Quién será ese sujeto?

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POV Erik:

No se qué hago aquí, es más ni sé cómo llegue hasta aquí. Un momento me encontraba en mi teatro, observando el momento en que el grupo de gitanos llegó y al siguiente me veo entre la muchedumbre cubierto completamente por mi capa negra, siendo muy cuidadoso de que nadie vea mi rostro enmascarado. Haciendo un rápido recorrido por el lugar, veo que nada ha cambiado. Acróbatas, domadores de animales, ilusionistas, adivinas, tragadores de fuego, todo sigue tal cual lo recuerdo. Incluso las bailarinas, como me fije en que estaba por iniciar un baile no le vi nada de malo en echar un vistazo. Recuerdo, como aún siendo un pre-adolescente me atraían aquellos exóticos bailes, al mismo tiempo que notaba lo hermoso del cuerpo femenino, también comprendí que a mi ninguna mujer me querría, ninguna llegaría a sentir deseo por mi y fue cuando pensé en quitarme la vida, pero no lo hice, llegando a la estúpida conclusión de que al ser diferentetal vez nunca me enamoraría, y que ingenuo fui, cosa que comprobé con la llegada de Christine a mi vida.

Por ahora debo dejar de pensar en eso, mejor me concentro en lo que está frente a mis ojos. Y ahí, justo arriba del escenario esta una joven gitana de hermosa tez morena, ejecutando su baile con mucha dedicación, es como una especie de hipnotizo que no me permite apartar la vista. Es extraño que a estas alturas de mi vida y habiendo vivido por todo lo que sufrido me pase esto, siento como si fuera el único que la viera bailar, como si su baile estuviera dedicado para mi, a pesar de que sé que eso es imposible. De pronto, el baile terminó, al parecer más pronto de lo que me hubiera gustado, los aplausos no se hacen esperar y aquella muchacha se retira hacia una de las tiendas que están hasta el fondo.

-¡Qué bella muchacha! – susurré para mí mismo, pero al parecer alguien más me escuchó

-Es cierto, ninguna gitana es más bella que mi hija – y al voltearme veo a un hombre ya algo viejo, y por como viste yo diría que es el jefe de la tribu - ¿nos conocemos de algún lado? – me preguntó mientras me miraba con sospecha

-No lo creo, permiso – intenté irme, pero aquel hombre me sujeto del brazo izquierdo evitando mi huida, y antes de que tuviera oportunidad de defenderme volvió a hablar

-Yo creo que si, tal vez no le vea la cara, pero si puedo ver sus ojos, y estoy seguro de que he visto esos ojos antes

-Me parece que se confunde

-¿Usted cree? No, estoy seguro, yo sé quién eres – intente soltarme, pero era inútil - eres Erik – y ahí deje de luchar

-¿Cómo me conoce?

-No es muy difícil, viviste con esta gente por tres años, y yo solía visitarte en la jaula y en tu tienda

-¿Señor Claude? – aquello no era posible, como es posible, que de repente lo volviera a ver

-Has crecido mucho, vamos a mi tienda, ahí podremos platicar mejor

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POV Rubí:

Estoy un poco cansada, a pesar de que hice un baile, pero fue largo y extenuante, regrese a mi tienda con el propósito de descansar un poco, pero el estar aquí sola no me agrada demasiado, y ni para poder ir a charlar con Kallisté o Donatien, están ocupados en sus puestos, creo que lo mejor será ir con mi padre, me imagino que ha de estar en su tienda, pero antes debo cambiarme de ropa, la falda y blusa que uso para bailar son las prendas en que mejor estado tengo y mejor las cuidó, es tan raro para alguien como yo el tener ropa nueva. Y una vez que regresé a mi blusa y falda rojas de siempre me encamino hacia donde mi padre, no anuncié mi llegada porque no lo creí necesario, pero ahora creo que hice mal.

-¿Padre?

-Hija, que bueno que llegas – la tienda a penas se iluminaba por unas cuantas velas, vi a mi padre sentado en su camastro, pero no estaba solo, un hombre con capa negra que lo cubría por completo estaba también ahí, no podía ver su cara, pero sentía sus ojos clavados en mí y me ponía nerviosa

-Creo que mejor me retiro

-No, no te preocupes, es un conocido nuestro – eso me desconcertó

-¿En serio? ¿lo conozco?

-Claro, cuando eras niña tú solías llevarle comida y medicamentos cuando los necesitara, siempre a escondidas de los demás

Será posible…

-¿Erik?

-¡Así es! – exclamó mi padre con alegría

-Pero entonces, ella es… - dijo Erik, al parecer, igual de sorprendido que yo

-Sí, mi hija Rubí

-Rubí…

-Ahmn… buenas noches, Erik – dije torpemente, si antes su mirada me incomodaba, ahora estaba peor

Notas de la Autora: He vuelto con un nuevo fic de Erik, esta vez haciendo una renovación, espero hayan disfrutado de este primer capítulo y que me dejen reviews, bye bee .

gaché1:campesino, aldeano, siervo.

payo2:hombre que queda fuera de la comunidad gitana.