Encuentros

Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto.

¡Disfrútenlo!


La primera vez que se vieron, fue en una tarde soleada en el parque.

.

Él pensaba que era linda.

Ella pensaba que era un rubio flacucho y afeminado.

.

Él le sonrió tímidamente.

Ella le frunció el ceño.

.

La tarde pasó, y sus respectivas madres les llamaron para irse.

Él, sosteniendo la mano de su progenitora, volteó a verla y se despidió con la mano.

Ella, agarrada de la mano de su mamá, entrecerró los ojos y desvió la mirada al frente. Ignorándolo.


Pasó una semana desde el encuentro.


La segunda vez que se vieron, fue en el mismo parque, a la misma hora.

Él pensó:

"Otra vez la volví a encontrar"

Ella pensó:

"Mierda, otra vez el mismo niño afeminado 'ttebane"

.

Él, decidido, se acercó a ella y le ofreció una paleta.

Ella lo miró unos momentos, tomó la paleta y dijo un "Gracias" antes de comérsela.

.

La tarde paso…

.

Cuando era hora de irse…

Él volteó a verla y se despidió nuevamente con la mano.

Ella desvió la mirada, pero hizo una seña con la mano a modo de despedida.


Dos meses pasaron…


La tercera vez que se encontraron fue en el supermercado.

Ella intentaba tomar una caja de galletas que, para su mala suerte, estaba en un estante alto. Y ella siendo algo bajita, no lo alcanzaba.

Él la miró. E inmediatamente fue en su ayuda.

Parándose de puntitas, y con algo de esfuerzo, consiguió las galletas.

.

Ella le frunció el ceño.

Él le sonrió nerviosamente.

.

Él le entregó las galletas.

Ella se las arrebató.

.

Ella masculló un "Gracias 'ttebane" y se fue.

Él miró por donde se había ido, y sonrió levemente.


Un mes pasó…


La cuarta vez que se encontraron, fue en un día de escuela. Para dicha de él, y desgracia para ella, les tocó en el mismo salón.

Él se alegró de verla.

Ella no tanto.

.

Las presentaciones dieron comienzo.

Él pensó:

"Kushina, que bonito nombre"

Ella pensó:

"Minato, que nombre tan raro 'ttebane. Extrañamente me suena como a 'Mariano', mmm…"

.

Hora del almuerzo. Todos salieron con prisa y sin escuchar al profesor que intentaba dejarles tarea.

Kushina se sentó en una banca junto a Mikoto y Hikari. Sacando un delicioso plato de ramen humeante, empezó a comer.

Minato se sentó en una banca contigua a la de ellas, con sus amigos Fugaku y Hiashi. Sacó un plato de ramen, y vio de forma curiosa a Kushina, que también traía uno.

El pensó:

"Vaya, tenemos los mismos gustos."

Ella pensó:

"Ramen, ramen, que delicioso es el ramen 'ttebane"

.

Las clases transcurrieron como siempre; de forma aburrida y sin ninguna emoción. O al menos ella pensaba así.


Pasaron 8 días…


Su quinto encuentro oficial, fue un día en la dirección.

Los niños molestaban a Kushina diciéndole "Tomate", a lo que ella respondía con un "Cabrones malnacidos, les enseñare un par de modales" seguidamente los medio mataba a golpes.

En una ocasión ella faltó a la primera hora, a lo que los niños aprovecharon y empezaron a insultarla. Minato lo oyó, frunció el ceño y se paró dispuesto a ir y "Enseñarles a no insultar a una dama" porque, después de todo, él era un caballero.

Cuando Kushina entró a la dirección a entregar el justificante, se encontró con un Minato lleno de golpes y cruzado de brazos en una silla.

Ella preguntó, sorprendida:

¿Qué haces aquí 'ttebane?

Él respondió, con una sonrisa:

Uno idiotas te estaban insultando, traté de que se callaran de buena forma, pero como no quisieron…*risita nerviosa*…Los tuve que callar de la mala forma" (Traducción: Los callé a golpes.)

Kushina abrió la boca, incrédula. Bajó la mirada, un sonrojo tiñó levemente sus mejillas y murmuró un "Muchas gracias, Namikaze 'ttebane"

Él le sonrió y negó con la cabeza.


Los meses pasaron…


Su sexto encuentro oficial en la escuela, fue en el último día.

Por fin, las vacaciones de verano llegaron.

Kushina se despedía de todos de forma alegre, tratando de no soltar lagrimas como las demás.

Minato se escondía asustado de sus fans. Fulminado con la mirada a sus amigos, que se revolcaban de la risa.

La hora de la salida llegó, todos salieron de la escuela. Excepto por Kushina y Minato que esperaban a sus padres.

.

Él la miró.

Ella le devolvió la mirada.

.

Sus padres se acercaban a la escuela.

Él le tendió la mano.

Ella la aceptó y le dio un leve apretón.

.

Él dijo:

Nos veremos el próximo año, Uzuma…

Ella lo interrumpió.

Kushina.

Él la miró sin entender.

Ella sonrió:

Puedes decirme Kushina, si quieres.

Él le sonrió de vuelta y asintió.

Entonces tú dime Minato.

Ella asintió, y de la nada, soltaron una risilla.

.

Sus padres llegaron, y los dos se fueron. Pero antes, se miraron por encima del hombro, sonrientes.


Pasaron las vacaciones…


Kushina llegó corriendo a la escuela, evitando a toda la gente que se le cruzaba, y de paso repartió un par de empujones a los niños.

De un sopetón abrió la puerta, corriendo hasta una pelinegra de ojos negros y una peli azul de ojos plateados. De un momento a otro, Mikoto y Hikari se encontraban entre los brazos de su amiga, en un fuerte abrazo.

Luego con la mirada comenzó a buscarlo a él.

No lo encontró.

Y eso la extrañó.

Volteó a sus amigas y preguntó:

¿Dónde está Minato 'ttebane?

Las dos la miraron con tristeza.

Hikari respondió:

Él se mudó a otra ciudad hace un mes, ya no volverá.

Kushina abrió los ojos, impactada.

La primaria no sería lo mismo sin Minato.

Ella lo sabía. Pero no dijo nada, no quería hacerlo.


6 años pasaron…


Su séptimo encuentro fue en el primer día de secundaria.

Ella corría, emocionada.

Él caminaba tranquilamente.

.

Ella no lo vio.

Él volteaba a otro lado.

.

Los dos chocaron.

Ella cerró los ojos inconscientemente, esperando el golpe.

Él igualmente esperaba el golpe.

.

Éste nunca llegó.

.

Los dos abrieron los ojos. Encontrándose con los del otro.

Inconscientemente o no, ambos se habían agarrado de las manos, parando la caída del otro.

Ella tartamudeó:

¿Mi-Minato?

Él sonrió, parándose correctamente y jalándola para que ella también lo hiciera. Luego, respondió:

Un placer volver a verte, Kushina.

Los dos se vieron por unos momentos.

El timbre sonó.

Kushina chilló algo, de lo que Minato solo entendió un "'ttebane". Próximamente, Kushina tiró del brazo de Minato y salieron corriendo hacia el salón.


8 meses pasaron…


Su octavo encuentro, no fue exactamente un encuentro.

Los sicarios habían llegado a la escuela "Konoha High School" y habían raptado a la hija menor de un gran empresario…

.

Kushina Uzumaki.

.

La chica estaba molesta y los miraba furibundamente, gritándoles groserías y pataleando. Mas fuera de eso, y asegurándose de que no la vieran, discretamente dejaba mechones de su cabello rojo. Con la pequeña esperanza de que alguien la encontrara.

En la escuela habían llamado a sus padres, y estos desesperados, mandaron a millones de policías a buscarla.

Ninguno la encontró.

Minato, desesperado, se escabulló entre el gentío, y salió corriendo por donde se habían llevado a Kushina.

Cuando llegó al centro de la cuidad, en un barrio abandonado, encontró pequeños destellos en rojo. Tomó uno de ellos, sonriendo ante la inteligencia de la chica.

Era su cabello.

Sin perder el tiempo, siguió los mechones rojos, hasta entrar a un callejón oscuro y húmedo. Los mechones se habían acabado en esa parte, pero no fue difícil deducir dónde estaban.

Siguió el sonido de las voces que reconoció como de los sicarios, hasta llegar a una puerta de madera vieja, y se asomó por una de las aberturas que tenía.

.

Uno de los hombres, habló con voz fría:

Pediremos 40 millones por el rescate de esta niña. Y si no nos lo dan…

Minato sintió su corazón palpitar fuertemente.

La mataremos.

.

Minato buscó con la mirada algo que lo ayudara a distraerlos. Encontró una gran piedra, y vio a lo lejos a un perro. Tiró la piedra cerca del perro, el cual, creyendo que era una persona, salió corriendo y ladrando detrás de él.

El rubio se escondió en unos botes de basura, aguantando las ganas de vomitar y desmallarse, para ver si su plan había funcionado.

Observo, impaciente, cómo los dos tipos que habían secuestrado a Kushina corrían hacia el ruido. Asegurándose de que estaban bien lejos, corrió hasta la puerta y la abrió. Una mesa pequeña de madera estaba en el centro, con un par de sillas a los costados, un mini refrigerador, una alfombra negra y una lamparilla iluminaba el lugar.

Se mordió el labio de forma ansiosa, buscando con la mirada alguna puerta. Se adentró al lugar, palmeando las paredes en busca de alguna puerta secreta. Distraído, tropezó con la alfombra, dando a rebelar una perilla en la madera del piso.

Sin tiempo que perder, giró la perilla y abrió una pequeña puerta que ocultaba unas escaleras. De forma nerviosa pero segura, bajó las escaleras, tratando de no tropezar con sus pies, ya que todo estaba muy oscuro. Una pequeña luz le llamó la atención, provenía de un pequeño cuarto, que era cerrado por una puerta de metal.

Brincó de las escaleras, y trató de abrir la puerta. Golpeó furioso el metal, la puerta tenia candado y no la podía abrir. Con la mirada buscó algo que lo ayudara nuevamente, encontrándose con un broche de color oscuro en el piso.

El broche de Kushina.

Lo tomó entre sus manos, abriéndolo y colocando la punta en la entrada del candado. Comenzó a forcejear un poco, hasta que por fin lo abrió y lo retiró bruscamente. De una patada abrió la puerta, mirando cómo un pequeño bulto con una mata de pelo rojo se sobaba el tobillo, y de un momento a otro, lo miraba sorprendida.

.

Kushina cada vez más perdía su pequeña esperanza. Habían pasado varias horas y aún no la salvaban. Miró con recelo y fastidio a los dos hombre que la aprisionaban. ¿Por qué ella tenía que vivir eso?

Dejó de lanzar mechones al suelo, cuando uno de los tipos la tomó de las manos, y se la llevaban a rastras hacia un callejón. Entraron por una puerta vieja de madera, y abrieron otra pequeña puerta en el piso, rebelando unas escaleras completamente oscuras. Sin ningún cuidado la arrastraron hacia abajo, llegando a una puerta de metal con un candado. La abrieron, y la aventaron bruscamente al suelo.

Ella los miró gruñendo y con el ceño fruncido:

¡Par de bobos! ¡Ya verán que vendrán a rescatarme 'ttebane!

El hombre sonrió, de forma retorcida:

Eso esperamos niñata, porque de otra forma…

La piel de Kushina se erizó.

Te mataremos.

Riéndose a carcajadas, cerraron la puerta con fuerza, y Kushina pudo oír como ponían el candado. Desesperada, se levantó del suelo, solo para volver a caer. Una fuerte punzada de dolor atravesó su tobillo, y supo entonces, que se lo había lastimado.

Ella maldijo:

Malditos inútiles 'ttebane.

La chica miró a su alrededor. Había varios estantes con cochinero en ellos, una mesa volcada en una esquina y una soga encima de un cojín roto. Una lamparilla colgando del techo era lo que iluminaba el lugar.

Kushina dobló sus piernas, y comenzó a sobar su tobillo. Miles de preguntas inundaban su cabeza. ¿La estarían buscando? ¿Qué estarían haciendo? ¿Se preocupaban? ¿O no les importaría?

Sacudió la cabeza, no era momento para ponerse así.

Un ruido llamó su atención, era la manija de puerta tratando de abrirse. Su corazón se aceleró. Hubo un fuerte golpe contra la puerta y luego silencio. Movió su vista hasta su tobillo, se veía hinchado y le dolía a horrores. Captó el leve ruido del candado abriéndose y luego la puerta abrirse bruscamente. Miró sorprendida al frente, conteniendo el aliento cuando miró a un niño de su edad parado ahí.

Minato.

.

El rubio se acercó a la pelirroja, preocupado. Se inclinó hasta quedar a su altura y la miró.

Él la miró, preocupado y mortificado.

Ella lo miró, como si hubiera visto a un hermoso ángel.

.

Él, por fin, habló:

¿Te encuentras bien, Kushina?

Ella pestañeó, un poco aturdida, antes de contestar:

C-Creo que me lastimé el tobillo.

.

Él sonrió tranquilamente. La tomó de los costados y la ayudó a levantarse.

Mas el sonido de pasos bajando las escaleras los alertó. Se miraron de forma asustada, ¿Y ahora qué iban a hacer?

A ella se le prendió el foco (Traducción: Tuvo una idea.) y dijo:

¡Ya sé qué hacer 'ttebane!

.

Los dos hombres bajaron molestos por las escaleras. Fruncieron el ceño al ver el candado tirado. Rápidamente abrieron la puerta de metal, viendo cómo Kushina se soba el tobillo de forma constante.

Unos de los hombres, habló:

¿Intentas escapar, niñata?

Ella le frunció el ceño:

Yo no intenté hacer nada, 'ttebane.

El otro hombre preguntó:

¿Por qué te sobas el tobillo?

Ella les dio una mirada fulminante:

¡Porque ustedes, par de bobos, me lanzaron y me lastimé 'ttebane!

El otro la tomó del brazo y la miró, enojado:

¡¿A QUIÉN LE ESTÁS DICIENDO BOBO, NIÑATA?

Ella intentaba soltarse de su agarre:

¡A LOS ÚNICOS BOBOS QUE VEO AQUÍ! ¡Y YA SUÉLTAME, QUE ME ESTÁS LASTIMANDO 'TTEBANE!

Los hombres gruñeron, molestos. Tan centrados estaban en la pelirroja, que no notaron cuando Minato se les acercó con una tabla de madera grande y pesada.

Minato los noqueó con ella, tomó a Kushina en brazos y salió corriendo de ahí, dejando a los dos hombres tirados.

.

Minato paró, a mitad de la calle, tratando de regular su respiración.

Ella, aún en sus brazos, lo miró:

Minato, si quieres puedes bajarme, mi tobillo ya no me duele. Creo que puedo caminar.

Él la miró:

¿Segura?

Ella asintió.

.

Minato bajó con cuidado su cuerpo. Mas unos ladridos acercándose, junto a las voces de los hombres, se lo impidieron.

Tomó nuevamente a Kushina en brazos, y volvió a salir corriendo. Minato nunca se sintió tan agradecido por ser el más veloz de su escuela. Pero los tipos aún permanecían atrás de ellos.

Apuró lo más que pudo el paso. Llegó a un barrio pobre, pero llenó de árboles de cerezo, y comenzó a tomar diferentes atajos que lo llevaran a un lugar seguro. El rubio observó unas escaleras, que conducían directamente a un tejado. Sin pensarlo mucho, las subió y llegó al borde. La altura era demasiada, y el otro tejado no estaba tan cerca como quería. Los chillidos de la gente, le indicaron que los tipos venían. No encontrando otra alternativa, tomó una gran bocada de aire, apretó el agarre en Kushina, corrió, tomó impulso y…

Saltó.

Kushina cerró los ojos, al igual que Minato. Los dos esperaron chocar contra el suelo o algo, pero para su sorpresa, llegaron sanos y salvos al otro techo.

Los dos hombre intentaron hacer lo mismo, pero una señora que miró todo con suma atención, subió al tejado y los noqueó con una escoba.

En cuanto al perro, él se encontraba ocupado comiendo un filete que amablemente le había dado una mujer.

Llamaron a la policía, y arrestaron a los tipos. Los amigos y padres de Minato y Kushina llegaron corriendo al barrio.

.

El padre de Kushina preguntó, preocupado:

¡¿Dónde está mi hija?

Todos buscaron con la mirada al par, hasta que Hikari gritó:

¡Ha-Haya, arriba!

.

Todos voltearon a ver hacia donde apuntaba la oji-plateada. Encontrándose con la escena más bonita de todas.

Claro que, no para el padre de Kushina, ni para sus hermanos.

Ahí, parados en el tejado, Minato aún sostenía a la pelirroja. Sus cabellos se ondeaban por la suave brisa, mientras flores de cerezo volaban a su alrededor traviesamente.

.

Él la miraba con una sonrisa encantadora.

Ella lo miraba con las mejillas sonrojadas.

.

Él pensaba que ella se veía hermosa ahí, en sus brazos.

Ella pensaba que él era el chico más lindo del mundo.

.

Él la miraba con un brillo especial.

Ella lo miraba como si fuera un príncipe azul.

.

Y entonces, cayó en cuenta de algo…

…Se había enamorado de Minato.

.

Continuara...


Notas de la autora:

La idea me llegó de repente, y la escribí y…

¡Ta Chan! ¡Aquí está!

Espero les haya gustado, son mas caps, no sé cuántos, pero serán más, y disculpen el no darles el discurso de siempre, el de derrotaremos al MinaIta y eso, pero ya van a ser las dos de la mañana y me estoy muriendo de sueño =_=

Incluso mi inner ya esta dormida…

Disculpen si tiene faltas de ortografía.

Una cosa más…

¡QUE VIVA EL MINAKUSHI!

¡Y ABAJO TODAS LAS PAREJAS YAOI DE MINATO!

Nos leemos!

Bye XD

¿Algún review?